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Prudencio

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Prudencio
Informaci�n personal
Nombre en lat�n Aurelius Prudentius Clemens Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 348 Ver y modificar los datos en Wikidata
C�saraugusta (Antigua Roma), Calagurris (Antigua Roma) o Calahorra (Espa�a) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento c. 413 o 405 Ver y modificar los datos en Wikidata
Informaci�n profesional
Ocupaci�n Poeta, pol�tico, escritor y jurista Ver y modificar los datos en Wikidata
�rea Literatura, derecho y pol�tica Ver y modificar los datos en Wikidata
G�nero Poes�a Ver y modificar los datos en Wikidata
Obras notables Psychomachia Ver y modificar los datos en Wikidata

Aurelio Clemente Prudencio (en lat�n, Aurelius Prudentius Clemens; Calahorra, 348 d. C.-c. 410) fue un poeta hispanolatino conocido simplemente como Prudencio. Su lugar de nacimiento pudo ser Calagurris (Calahorra) o Caesaraugusta (Zaragoza)[cita requerida]. Pose�a una gran erudici�n escritur�stica y en cultura cl�sica. Est� considerado como uno de los mejores poetas cristianos de la Antig�edad.[1]

Biograf�a

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No se conoce con certeza su lugar de nacimiento, entre otras razones porque Prudencio llama "suyas" tanto a Calahorra como Zaragoza. Prudencio naci� cuando ya hac�a una generaci�n de la "paz de la Iglesia" y ten�a catorce a�os de edad cuando el emperador Juliano el Ap�stata quiso regresar al paganismo infructuosamente.

De familia cristiana noble y opulenta, fue profesor de ret�rica y jurisconsulto y desarroll� una brillante carrera pol�tica como funcionario imperial y gobernador de dos provincias. Viaj� mucho; estuvo en Roma y all� desempe�� el cargo de prefecto bajo el mandato de Teodosio; luego ejerci� un alto empleo en la corte ces�rea de Mediolanum / Mil�n, con rango de Proximus, durante el episcopado de Ambrosio de Mil�n, por lo que pudo ser testigo de su lucha contra el �ltimo reducto pagano (sentencia sobre el Altar de la Victoria en 383) y contra los herejes, aunque sorprende ver a Prudencio atacar a antiguas herej�as como las de Sabelio y Marciano y que no diga nada sobre el arrianismo; es m�s, para ser alguien tan obsesionado con la ortodoxia a veces incurre �l mismo en pensamientos her�ticos; tambi�n es verdad que para �l casi todas las almas se salvaban. Imita de cerca a Tertuliano, cuyo rudo genio se parece al suyo. Canta el descubrimiento de los restos de los santos Gervasio y Protasio (386) o la penitencia p�blica de Teodosio I el Grande tras la masacre de Tesal�nica (390), lo que demostr� ya entonces el poder no solo moral que pose�a la Iglesia.

Ya mayor, hubo de acudir ante el Senado para defenderse de acusaciones que le perjudicaban, desconocidas para nosotros, de las que sali� proclamado inocente. En la Praefatio que puso a la colecci�n de sus poes�as, nos cuenta que reflexion� sobre su vida, la consider� falta de contenido y a fines del siglo IV se retir� a un monasterio, en Hispania, para hacer una vida asc�tica (que inclu�a una rigurosa dieta vegetariana) y dedicarse a la poes�a religiosa, que comenz� a escribir muy tarde, cuando ya ten�a 56 a�os, en 404. All� muri� hacia el a�o del saqueo de Roma por Alarico (410), tal vez en el 413, y no antes de 405.[2]

Su himno Da, puer, plectro (que incluye "Corde natus ex parentis") y el himno de la Epifan�a O sola magnarum urbium ("Oh ciudad grande entre las grandes"), ambos del Cathemerinon, todav�a se usan hoy en d�a. Se lo conoce como "el cantor de los m�rtires" cristianos, pero su obra m�s influyente es, sin embargo, la Psychomachia, inspiraci�n y fuente de la literatura aleg�rica medieval. En general, es un poeta desigualmente inspirado, a veces demasiado ret�rico, verboso y abstracto, y algunas veces alcanza la cumbre.

Obra

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Ilustraci�n de la Psychomachia: Concordia contra Discordia.
British Library.

Entre los a�os 404 y 405, habiendo regresado a Calahorra y abrazado a su obispo y amigo Valeriano, public� una colecci�n de sus poemas: el Perist�phanon, una colecci�n de himnos a m�rtires, algunos de los cuales han pasado a la liturgia. Nos quedan m�s de 20 000 versos suyos, muchos de ellos a�n in�ditos. Sus fuentes son muy variadas: desde la Biblia, interpretada aleg�ricamente, compilaciones como las Actas de los m�rtires y los m�s dispersos autores, como San Ireneo, Tertuliano, Minucio F�lix, Lactancio, San Cipriano de Cartago y, muy especialmente, San Ambrosio de Mil�n, sobre un fondo cl�sico de reminiscencias sobre todo de Virgilio y Horacio. Siguiendo el ejemplo de este �ltimo, adem�s, utiliz� muy diversos metros y estrofas, aunque ya entonces el verso empezaba a fundarse m�s en el car�cter r�tmico de la acentuaci�n que en la cantidad sil�bica.

Rindi� homenaje a dos m�rtires de C�rdoba, Acisclo y Zoilo, a las dos m�rtires sevillanas, Justa y Rufina y los dos m�rtires de Calahorra San Emeterio y San Celedonio.

Escribi� Cathemerinon liber (Libro de los himnos o Libro de las tareas de la jornada), una especie de libro de horas que recoge 12 himnos para las doce horas del d�a; Hamartigenia (Origen del pecado o del mal); Apotheosis, sobre la resurrecci�n de Cristo; Dittochaeon, sobre el doble alimento del esp�ritu: Antiguo y Nuevo Testamento; Contra Symmachum (Contra S�maco, en referencia a Quinto Aurelio S�maco, en dos libros); Peristephanon (Libro de las coronas de los m�rtires), c�lebre colecci�n de catorce hermosos himnos a algunos m�rtires, entre los cuales figuran varios de los espa�oles, por lo que es importante tambi�n como fuente de valiosa informaci�n sobre ellos.

Sus himnos poseen fuerza y sentimiento, y en alguna manera preludian el futuro temperamento barroco espa�ol, tambi�n porque su estilo, refinado, culto y casi alejandrino, es profuso en im�genes y figuras ret�ricas. Supo con ello dotar de vigor a un lenguaje que exploraba por vez primera los valores de la virtud heroica de los m�rtires cristianos. Especial dedicaci�n prodig� a los m�rtires de Zaragoza, entre los que se incluyen el relato del martirio de santa Engracia y sus dieciocho compatriotas, que recibieron el nombre de los �innumerables m�rtires� o �santas masas� de Caesaraugusta. Tambi�n se encuentran registrados los tormentos de san Lorenzo de Huesca y san Vicente, di�cono zaragozano que fue martirizado en Valencia.

Su famosa Psychomachia es un poema aleg�rico que representa el combate por el alma humana entre las virtudes y los vicios personificados, de forma parecida a como har� Pedro Calder�n de la Barca en sus autos sacramentales. Esta obra ejerci� una profunda influencia, tanto literaria como iconogr�fica, en el alegorismo medieval en general y en las piezas teatrales denominadas moralidades en particular.

Hubo una edici�n de sus obras en el a�o 405, de la que procede el manuscrito m�s importante que las recoge. Perteneci� a Juan Francisco Andr�s de Uztarroz, erudito y mecenas aragon�s, por lo cual su poes�a fuera admirada, junto a la de Marcial, por escritores y poetas barrocos aragoneses como Lupercio Leonardo de Argensola. Muestra de su difusión en esta época es que Luis Díez de Aux publicó una Traducción de los himnos que hizo Aurelio Prudencio (Zaragoza, 1619) y, más tarde, Vicente Blasco de Lanuza tradujo (Zaragoza, 1623) su Peristephanon.

El poeta mallorquín Miguel Costa y Llobera realizó traducciones varias de los Himnos de Prudencio al catalán, tratando de ajustarse a los esquemas métricos del original con máxima fidelidad.

Notas y referencias

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  1. Antonio Pérez Lasheras, La literatura del reino de Aragón hasta el siglo XVI, Zaragoza, Ibercaja;Institución «Fernando el Católico», 2003, pág. 63. ISBN 84-8324-149-8.
  2. Guillermo Fatás, "Aurelio Clemente Prudencio", en Aragoneses ilustres I, Zaragoza, CAI, 1983, p. 128-129

Bibliografía

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Obras de Prudencio
  1. Volumen I: Obras I. ISBN 978-84-249-1868-2. 
  2. Volumen II: Obras II. ISBN 978-84-249-1869-9. 

Enlaces externos

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