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Dictadura

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P�steres propagand�sticos de I�sif Stalin y Adolf Hitler, dos de los dictadores m�s conocidos del siglo xx.

Una dictadura representa un sistema de gobierno autocr�tico, en el que el poder se concentra en manos de un �nico l�der o de un grupo selecto de individuos, que act�an con restricciones m�nimas o nulas, y con escasa tolerancia hacia el pluralismo pol�tico o la libertad de prensa. Esta forma de gobierno se caracteriza por la centralizaci�n de la autoridad pol�tica en torno a un dictador, que dirige los asuntos del Estado a trav�s de un grupo muy unido de �lites, que incluye asesores, generales militares y otros altos cargos. El dictador se aferra al poder gestionando estrat�gicamente las relaciones dentro de este c�rculo �ntimo y reprimiendo al mismo tiempo cualquier forma de disidencia u oposici�n. Esta oposici�n puede manifestarse en forma de facciones pol�ticas rivales, insurgencias armadas o incluso disidencia en las filas de los propios partidarios del dictador.

Las dictaduras surgen por diversos medios, incluidos los golpes de Estado que desmantelan por la fuerza los gobiernos existentes o mediante autogolpes, en los que l�deres elegidos democr�ticamente manipulan el panorama pol�tico para consolidar su gobierno indefinidamente. La naturaleza de la dictadura puede ser autoritaria o totalitaria,[1]​ con clasificaciones que abarcan dictaduras militares, sistemas de partido único, dictaduras personalistas y monarquías absolutas.[2]​ El propio término «dictadura» tiene sus raíces en la República romana, y denota una asignación temporal de poder absoluto para hacer frente a situaciones de emergencia.[3]​ Históricamente, el concepto evolucionó, apareciendo los primeros casos de dictaduras militares en el Japón de la era posclásica —el sogunato—, y en Inglaterra bajo el gobierno de Oliver Cromwell.

La evolución de las dictaduras modernas comenzó en el siglo XIX, marcada por la aparición del bonapartismo en Europa y el auge de los caudillos en América Latina. El siglo XX fue testigo de la proliferación de dictaduras fascistas y comunistas en toda Europa. El fascismo fue erradicado tras la Segunda Guerra Mundial en 1945, mientras que el comunismo se expandió por todo el mundo, manteniendo su influencia hasta la conclusión de la Guerra Fría en 1991. Esta época también vio el advenimiento de dictaduras personalistas en África y dictaduras militares en América Latina, especialmente durante las décadas de 1960 y 1970. En la era posterior a la Guerra Fría se produjo inicialmente un auge de la gobernanza democrática en todo el mundo, aunque persistieron varias dictaduras, especialmente en África y Asia.

A principios del siglo XXI, los Estados democráticos superaron en número a los regímenes autoritarios. Sin embargo, las consecuencias de la crisis financiera mundial de 2008 catalizaron un «retroceso democrático» que redujo el atractivo del modelo democrático occidental en todo el mundo. En 2019, los gobiernos autoritarios habían vuelto a superar a las democracias.[3]​ A pesar de los esfuerzos de las dictaduras por imitar los procesos democráticos, como la celebración de elecciones para fingir legitimidad o incentivar a los miembros del partido gobernante, estas elecciones carecen de auténtica competitividad. La estabilidad de una dictadura depende de la coerción y la represión política, restringiendo el acceso a la información, vigilando a la oposición y empleando la violencia. Sin una represión eficaz de la oposición, las dictaduras corren el riesgo de derrumbarse mediante golpes de Estado o revoluciones.

Etimología

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Cincinato abandona el arado para dictar leyes a Roma.

La palabra «dictador» proviene de la palabra clásica latina dictātor, sustantivo agente de dictare (dictāt- pasado participio de dictāre dictate v.+ -or -or sufijo).[4]​ Durante la República romana, un dictador era un magistrado temporalmente investido con poder absoluto, para atender emergencias militares o tareas excepcionales. A diferencia de los dictadores modernos, y de las acepciones más conocidas, tenía importantes limitaciones a su poder. Este cargo fue suprimido formalmente tras la muerte de Julio César.

Tipos de dictaduras

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Mapa del Índice de Democracia por The Economist 2022.[5]

Democracias plenas      9–10      8–8.99
Democracias imperfectas      7–7.99      6–6.99
Regímenes híbridos      5–5.99      4–4.99
Regímenes autoritarios      3–3.99      2–2.99      0–1.99

Después del final de la Segunda Guerra Mundial, con un clima político y social más relajado, se han llevado a cabo varios estudios sobre la clasificación de las diversas formas de gobierno. Entre estos, ha sido intensamente discutido por historiadores y politólogos la conceptualización y definición de la dictadura como forma de gobierno. Finalmente, se ha concluido que la dictadura es una forma de gobierno en la cual el poder absoluto se concentra en las manos de un líder (comúnmente identificado como un dictador) o una "pequeña camarilla" u "organización gubernamental", y apunta a la abolición del pluralismo político y la movilización civil.[6]​ Por otro lado, la democracia, que generalmente se compara con el concepto de dictadura, se define como una forma de gobierno donde la supremacía pertenece a la población y los gobernantes son elegidos mediante elecciones competitivas.[7][8]

Una nueva forma de gobierno que en el siglo XX ha marcado el comienzo de una nueva era política y que comúnmente se vincula con el concepto de dictadura, es el totalitarismo. Esta forma de gobierno se caracteriza por la presencia de un solo partido político y, más específicamente, por un líder poderoso que impone su prominencia personal y política. Los dos aspectos fundamentales que contribuyen al mantenimiento del poder son: una colaboración constante entre el gobierno y la fuerza policial, y una ideología altamente desarrollada. Aquí, el gobierno tiene "control total de las comunicaciones de masas y las organizaciones sociales y económicas".[9]​ Según Hannah Arendt, el totalitarismo es una nueva y extrema forma de dictadura compuesta de "individuos aislados y atomizados".[10]​ Además, afirmó que la ideología juega un papel principal en la definición de cómo se debe organizar toda la sociedad. Según el politólogo Juan Linz, la distinción entre un régimen autoritario y uno totalitario es que mientras un régimen autoritario busca sofocar la política y la movilización política, el totalitarismo busca controlar la política y la movilización política.[11]

Sin embargo, una de las clasificaciones de dictaduras más recientes, formulada por Barbara Geddes, no identifica al totalitarismo como una forma de dictadura necesariamente. Su estudio se centró en cómo las relaciones de las élites y los líderes de élite influyen en la política autoritaria. La tipología de Geddes identifica las instituciones clave que estructuran la política de élite en las dictaduras (es decir, partidos y ejércitos). El estudio se basa y se relaciona directamente con factores como: la simplicidad de las categorizaciones, la aplicabilidad transnacional, el énfasis en élites y líderes, y la incorporación de instituciones (partidos y ejércitos) como elementos centrales para moldear la política. Según Barbara Geddes, un gobierno dictatorial puede clasificarse en cinco tipologías: dictadura militar, dictadura de partido �nico, dictadura personalista, dictaduras mon�rquicas, dictadura h�brida.[10]

Dictaduras militares

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Los soldados ocupan Se�l, Corea del Sur, como parte del golpe de Estado del 16 de mayo (1961) que coloc� al general Park Chung-hee en el poder.

Las dictaduras militares son reg�menes en los que un grupo de oficiales detenta el poder, determina qui�n dirigir� el pa�s y ejerce influencia sobre la pol�tica. Las �lites de alto nivel y un l�der son los miembros de la dictadura militar. Las dictaduras militares se caracterizan por el gobierno militar profesionalizado como una instituci�n. En los reg�menes militares, las elites son referidas como miembros de la junta; por lo general son altos mandos (y a menudo otros oficiales de alto nivel) en el ej�rcito.[10][12]

Este tipo de dictadura se impuso durante el siglo XX en pa�ses como Espa�a por Francisco Franco , Chile por Augusto Pinochet, Argentina por Jorge Rafael Videla y otros l�deres, Uruguay por Juan Mar�a Bordaberry, Paraguay por Alfredo Stroessner, Bolivia por Hugo Banzer, Brasil por Humberto de Alencar Castelo Branco, Panam� por Omar Torrijos y Manuel Antonio Noriega.[13]

Dictaduras de partido �nico

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Una asamblea en el Palacio Estatal del Kremlin en Mosc�, Uni�n Sovi�tica.

Las dictaduras de partido �nico son reg�menes en los que un partido domina la pol�tica. En las dictaduras de un solo partido, un solo partido tiene acceso a cargos pol�ticos y control sobre la pol�tica. Otros partidos pueden existir legalmente, competir en elecciones e incluso ocupar esca�os legislativos, pero el verdadero poder pol�tico recae en el partido dominante. En las dictaduras de partido �nico, las �lites del partido son t�picamente miembros del cuerpo gobernante del partido, a veces llamado el comit� central o politbur�. Este grupo de individuos controla la selecci�n de los funcionarios del partido y "organiza la distribuci�n de beneficios a los simpatizantes y moviliza a los ciudadanos para votar y mostrar su apoyo a los l�deres del partido".[10]

Durante la Guerra Fr�a, las dictaduras de partido �nico se volvieron predominantes en Asia y Europa Oriental con la instalaci�n de gobiernos comunistas en varios pa�ses.[14]​ En algunos pa�ses de �frica tambi�n se desarroll� el unipartidismo durante la descolonizaci�n en los a�os 60 y 70, muchos de los cuales derivaron a reg�menes autoritarios.[15]

Dictaduras personalistas

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Los ciudadanos de Corea del Norte se inclinan ante las estatuas de los ex dictadores Kim Il-sung y Kim Jong-il en 2012.

Las dictaduras personalistas son reg�menes en los que todo el poder est� en manos de un solo individuo. Las dictaduras personalistas difieren de otras formas de dictaduras en su acceso a posiciones pol�ticas clave, otros frutos de cargos, y dependen mucho m�s de la discreci�n del dictador personalista. Los dictadores personalistas pueden ser miembros de las fuerzas armadas o l�deres de un partido pol�tico. Sin embargo, ni el ej�rcito ni el partido ejercen un poder independiente del dictador. En las dictaduras personalistas, el cuerpo de �lite generalmente est� compuesto por amigos cercanos o familiares del dictador. Por lo general, estos individuos son seleccionados a dedo para cumplir sus puestos por parte del dictador.[10][16]

Como estos dictadores favorecen la lealtad sobre la competencia y, en general, desconf�an de la intelectualidad, los miembros de la coalici�n ganadora no suelen tener una carrera pol�tica profesional y est�n mal equipados para gestionar las tareas del cargo que se les confiere. Sin el benepl�cito del dictador nunca habr�an adquirido una posici�n de poder. Una vez destituidos, las posibilidades de que mantengan su posici�n son escasas. El dictador lo sabe y, por tanto, utiliza estas t�cticas de "divide y vencer�s" para evitar que su c�rculo m�s cercano coordine acciones (como los golpes de Estado) contra �l.

El resultado es que estos reg�menes no tienen controles internos y, por lo tanto, no tienen restricciones a la hora de ejercer la represi�n sobre su pueblo, de realizar cambios radicales en la pol�tica exterior o incluso de iniciar guerras (con otros pa�ses).[17]​ Este proceso se conoce como selecci�n negativa. Seg�n un estudio de 2019, las dictaduras personalistas son m�s represivas que otras formas de dictadura.[18]

El cambio en la relaci�n de poder entre el dictador y su c�rculo �ntimo tiene graves consecuencias para el comportamiento de dichos reg�menes en su conjunto. Muchos estudiosos han identificado formas en las que los reg�menes personalistas difieren de otros reg�menes en cuanto a su longevidad, m�todos de desintegraci�n, niveles de corrupci�n y propensi�n a los conflictos. La primera caracter�stica que puede identificarse es su relativa longevidad. Por ejemplo, Mobutu Sese Seko gobern� Zaire durante 32 a�os, Rafael Trujillo la Rep�blica Dominicana durante 31 a�os y la familia Somoza se mantuvo en el poder en Nicaragua durante 42 a�os.[19]​ Incluso cuando se trata de ejemplos extremos, los reg�menes personalistas, cuando se consolidan, tienden a durar m�s tiempo. Barbara Geddes, calculando la duraci�n de los reg�menes entre 1946 y 2000, encontr� que mientras los reg�menes militares permanecen en el poder una media de 8,5 a�os, los reg�menes personalistas sobreviven casi el doble: una media de 15 a�os. Los reg�menes de partido �nico, en cambio, sol�an tener una vida de casi 24 a�os.[20]​ Las monarqu�as no se incluyeron en esa investigaci�n, pero un estudio similar establece su duraci�n media en 25,4 a�os.[21]​ Esto puede parecer sorprendente, ya que normalmente los reg�menes personalistas se consideran de los m�s fr�giles porque no poseen instituciones eficaces ni una base de apoyo significativa en la sociedad. Los estudios sobre la probabilidad de su ruptura han encontrado resultados mixtos: En comparaci�n con otros tipos de reg�menes, son los m�s resistentes a la fragmentaci�n interna, pero m�s vulnerables a los choques externos que los reg�menes de partido �nico o militares. La segunda caracter�stica es que estos reg�menes se comportan de forma diferente en cuanto a las tasas de crecimiento. Con un liderazgo equivocado, algunos reg�menes dilapidan los recursos econ�micos de su pa�s y hacen que el crecimiento se detenga pr�cticamente. Sin ning�n tipo de control y equilibrio en su gobierno, estos dictadores no tienen oposici�n a nivel nacional cuando se trata de desatar la represi�n o incluso iniciar guerras.[22]

Monarqu�a absoluta

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Salm�n bin Abdulaziz

Las dictaduras mon�rquicas son reg�menes en los que �una persona de ascendencia real ha heredado el cargo de jefe de estado de acuerdo con la pr�ctica o la constituci�n aceptada�. Los reg�menes no se consideran dictaduras si el papel del monarca es principalmente ceremonial. El monarca debe ejercer un poder pol�tico real para que los reg�menes se clasifiquen como tales. Las �lites en las monarqu�as son t�picamente miembros de la familia real.[10]

Dictaduras h�bridas

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Las dictaduras h�bridas son reg�menes que combinan cualidades de dictaduras personalistas, de partido �nico y militares. Cuando los reg�menes comparten caracter�sticas de las tres formas de dictaduras, se les llama triple amenaza. Las formas m�s comunes de dictaduras h�bridas son los h�bridos personalistas/de partido �nico y los h�bridos personalista/militar.[10]

Medici�n de dictaduras

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Una de las tareas de la ciencia pol�tica es medir y clasificar los reg�menes como dictaduras o democracias. Freedom House, �ndice de democracia, Polity IV y Democracy-Dictatorship Index son cuatro de las series de datos m�s utilizadas por los polit�logos.[23]​ En general, existen dos enfoques de investigaci�n: el enfoque minimalista, que se centra en si un pa�s tiene elecciones continuas que son competitivas, y el enfoque sustantivo, que ampl�a el concepto de democracia para incluir los derechos humanos, la libertad de prensa y el estado de derecho . El �ndice Democracia-Dictadura se ve como un ejemplo del enfoque minimalista, mientras que la serie de datos Polity usa el otro enfoque.[24][25][26][27]

Historia

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Entre las dos guerras mundiales, se han descrito cuatro tipos de dictaduras: constitucional, comunista, contrarrevolucionaria y fascista. Desde la Segunda Guerra Mundial, se ha reconocido una gama m�s amplia de dictaduras, incluidas dictaduras del Tercer Mundo, dictaduras teocr�ticas o religiosas y dictaduras din�sticas o basadas en la familia.[28]

Or�genes republicanos en Roma

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Durante la etapa republicana de la Antigua Roma, un dictador era un magistrado especial que ten�a poderes bien definidos, normalmente durante seis meses, generalmente en combinaci�n con un consulado. A los dictadores romanos se les asign� el poder absoluto durante tiempos de emergencia. En la ejecuci�n, su poder originalmente no era arbitrario ni inexplicable, estaba sujeto a la ley y requer�a una justificaci�n retrospectiva. No hubo estas dictaduras despu�s del comienzo del siglo II a. C. y dictadores posteriores como Sila y los emperadores romanos ejercieron el poder mucho más personal y arbitrariamente. Como el emperador romano era un rey en todo menos en el nombre, un concepto que seguía siendo negativo para la sociedad romana tradicional, la institución no se mantuvo tras las instauración del Imperio romano.

Caudillos latinoamericanos en los siglos XIX y XX

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Fidel Castro, el segundo gobernante no monárquico con mayor tiempo en el poder, con un total de 49 años al frente de Cuba.

Después de las guerras de independencia hispanoamericanas, varios dictadores llegaron al poder en muchos países liberados. A menudo liderando un ejército privado, estos caudillos o líderes políticos y militares autoproclamados atacaron a gobiernos nacionales débiles una vez que controlaron las potencias políticas y económicas de una región, con ejemplos como Antonio López de Santa Anna en México y Juan Manuel de Rosas en Argentina. Tales dictadores también han sido llamados "personalismos".

La ola de dictaduras militares en América del Sur en la segunda mitad del siglo XX dejó una marca particular en la cultura latinoamericana. En la literatura latinoamericana, la novela del dictador escrita para desafiar la dictadura y el caudillismo es un género significativo. También hay muchas películas que representan las dictaduras militares de América Latina.

El comunismo y el fascismo en las dictaduras del siglo XX

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Francisco Franco, «caudillo de España», en 1969.

En la primera mitad del siglo XX, las dictaduras comunistas y fascistas aparecieron en una variedad de países europeos y extremo oriente, que son distintos de las dictaduras en América Latina y las dictaduras poscoloniales en África y Asia. Los principales ejemplos de dictadura totalitaria moderna incluyen:

Dictaduras en �frica y Asia despu�s de la Segunda Guerra Mundial

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Ilham Aliyev y Teodoro Obiang Nguema

Despu�s de la Segunda Guerra Mundial, los dictadores se establecieron en varios nuevos estados de �frica y Asia, a menudo a expensas o en el fracaso de las constituciones heredadas de las potencias coloniales. Estas constituciones a menudo no funcionan sin una clase media fuerte o trabajan en contra de la regla autocr�tica preexistente. Algunos presidentes electos y primeros ministros tomaron el poder al reprimir a la oposici�n e instalar el gobierno de un solo partido y otros establecieron dictaduras militares a trav�s de sus ej�rcitos. Cualquiera que sea su forma, estas dictaduras tuvieron un impacto adverso en el crecimiento econ�mico y la calidad de las instituciones pol�ticas. Los dictadores que permanecieron en el cargo por un largo per�odo de tiempo encontraron cada vez m�s dif�cil llevar a cabo pol�ticas econ�micas sanas.[29]​ La dictadura explotadora a menudo citada es el r�gimen de Mobutu Sese Seko, que gobern� Zaire desde 1965 hasta 1997, malvers� m�s de $ 5 mil millones de su pa�s.[30]

Democratizaci�n

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La din�mica global de la democratizaci�n ha sido una cuesti�n central para los cient�ficos pol�ticos.[31][32]​ El polit�logo Samuel P. Huntington habla de la Tercera Ola Democracia que convert�a algunas dictaduras en democracias.[31]​ La Tercera ola comenz� en 1974 (Revoluci�n de los Claveles, Portugal) e incluy� las transiciones democr�ticas hist�ricas en Am�rica Latina en la d�cada de 1980, los pa�ses y regiones de Asia Pac�fico (Filipinas, Corea del Sur y Taiw�n) de 1986 a 1988, Europa del Este despu�s del colapso de la Uni�n Sovi�tica y �frica subsahariana a partir de 1989.[31]

Legitimidad y estabilidad

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Varios factores determinan la estabilidad de una dictadura y deben mantener alg�n grado de apoyo popular para evitar que crezcan los grupos de resistencia. Esto puede asegurarse a trav�s de incentivos, como la distribuci�n de recursos financieros o promesas de seguridad, o puede ser a trav�s de la represi�n, en la que se castiga la falta de apoyo al r�gimen. La estabilidad puede debilitarse cuando los grupos de oposici�n crecen y se unifican o cuando las �lites no son leales al r�gimen.[33]​ Las dictaduras unipartidistas son generalmente m�s estables y duran m�s que las dictaduras militares o personalistas.[34]

Una dictadura puede caer por un golpe militar, una intervenci�n extranjera, una negociaci�n o una revoluci�n popular.Un golpe militar a menudo se lleva a cabo cuando un r�gimen amenaza la estabilidad del pa�s o durante per�odos de inestabilidad social. La intervenci�n extranjera tiene lugar cuando otro pa�s busca derrocar un r�gimen invadiendo el pa�s o apoyando a la oposici�n. Un dictador puede negociar el fin de un r�gimen si �ste ha perdido legitimidad o si parece probable una destituci�n violenta. La revoluci�n tiene lugar cuando el grupo de oposici�n crece lo suficiente como para que las �lites del r�gimen no puedan reprimirlo o decidan no hacerlo.[33]​ Las destituciones negociadas tienen m�s probabilidades de terminar en democracia, mientras que las destituciones por la fuerza tienen m�s probabilidades de resultar en un nuevo r�gimen dictatorial. Es m�s probable que un dictador que ha concentrado un poder significativo sea exiliado, encarcelado o asesinado despu�s de su derrocamiento y en consecuencia, es m�s probable que se niegue a negociar y se aferre al poder.[35]

Las dictaduras suelen ser m�s agresivas que la democracia cuando est�n en conflicto con otras naciones, ya que los dictadores no tienen que temer los costos electorales de la guerra. Las dictaduras militares son m�s propensas al conflicto debido a la fuerza militar inherente asociada con dicho r�gimen y las dictaduras personalistas son m�s propensas al conflicto debido a las instituciones m�s d�biles para controlar el poder del dictador.[33]​ En el siglo XXI, las dictaduras se han movido hacia una mayor integraci�n con la comunidad global y cada vez m�s intentan presentarse como democr�ticas.[36]​ Las dictaduras suelen recibir ayuda exterior con la condici�n de que avancen hacia la democratizaci�n.[37]​ Un estudio encontr� que las dictaduras que se dedican a la extracci�n de petr�leo tienen m�s probabilidades de permanecer en el poder, con el 70,63 % de los dictadores que se dedican a la extracci�n de petr�leo a�n en el poder despu�s de 5 a�os de dictadura, mientras que solo el 59,92 % de los dictadores que no producen petr�leo sobrevivir los primeros 5 a�os.[38]

Elecciones

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Un papelito electoral en las Elecciones y refer�ndum de Alemania de 1936. Adolf Hitler y su c�rculo �ntimo son la �nica opci�n.

La mayor�a de las dictaduras celebran elecciones para mantener la legitimidad y la estabilidad, pero estas elecciones suelen ser poco competitivas y no se permite que gane la oposici�n. Las elecciones permiten que una dictadura ejerza cierto control sobre la oposici�n al establecer los t�rminos bajo los cuales la oposici�n desaf�a al r�gimen. Las elecciones tambi�n se utilizan para controlar a las �lites dentro de la dictadura, exigi�ndoles que compitan entre s� e incentiv�ndolas a ganarse el apoyo de la poblaci�n, lo que permite que las �lites m�s populares y competentes sean promovidas en el r�gimen. Las elecciones tambi�n respaldan la legitimidad de una dictadura al presentar la imagen de una democracia, estableciendo una negaci�n plausible de su condici�n de dictadura tanto para la poblaci�n como para los gobiernos extranjeros. Si fracasa una dictadura, las elecciones tambi�n permiten a los dictadores y las �lites aceptar la derrota sin temer un recurso violento. Las dictaduras pueden influir en los resultados de una elecci�n a trav�s del fraude electoral, la intimidaci�n o el soborno de candidatos y votantes, el uso de recursos estatales como el control de los medios, la manipulaci�n de las leyes electorales, la restricci�n de qui�n puede postularse como candidato o la privaci�n de derechos demogr�ficos que pueden oponerse a la dictadura.[33]

En el siglo XX, la mayor�a de las dictaduras celebraron elecciones en las que los votantes solo pod�an optar por apoyar a la dictadura y solo una cuarta parte de las dictaduras partidistas permit�an la participaci�n de candidatos de la oposici�n. Desde el final de la Guerra Fr�a, m�s dictaduras han establecido elecciones "semi-competitivas" en las que la oposici�n puede participar en las elecciones pero no ganar, con aproximadamente dos tercios de las dictaduras permitiendo candidatos de la oposici�n en 2018. Los partidos de oposici�n en las dictaduras pueden ser restringidas impidi�ndoles hacer campa�a, prohibiendo los partidos de oposici�n m�s populares, impidiendo que los miembros de la oposici�n formen un partido o exigiendo que los candidatos sean miembros del partido gobernante. Las dictaduras pueden celebrar elecciones semicompetitivas para calificar como extranjeras, para demostrar el control de un dictador sobre el gobierno o para incentivar al partido a expandir su capacidad de recopilación de información, particularmente a nivel local. Las elecciones semicompetitivas también tienen el efecto de incentivar a los miembros del partido gobernante a brindar un mejor trato a los ciudadanos para que sean elegidos como candidatos del partido debido a su popularidad.[35]

Violencia

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Mujer tibetana siendo sometida en una sesión de lucha durante la Revolución Cultural de Mao Zedong.

En una dictadura, la violencia se usa para coaccionar o reprimir toda oposición al gobierno del dictador y la fuerza de una dictadura depende de su uso de la violencia. Esta violencia se ejerce con frecuencia a través de instituciones como las fuerzas armadas o policiales. El uso de la violencia por parte de un dictador suele ser más grave durante los primeros años de una dictadura, porque el régimen aún no ha consolidado su gobierno y aún no se dispone de información más detallada sobre la coerción dirigida. A medida que la dictadura se afianza, se aleja de la violencia recurriendo al uso de otras medidas coercitivas, como restringir el acceso de las personas a la información y rastrear a la oposición política. Se incentiva a los dictadores a evitar el uso de la violencia una vez que se establece una reputación de violencia, ya que daña las otras instituciones de la dictadura y representa una amenaza para el gobierno del dictador si las fuerzas gubernamentales se vuelven desleales.[35]

Las instituciones que coaccionan a la oposición mediante el uso de la violencia pueden cumplir diferentes funciones o pueden utilizarse para contrarrestarse entre sí a fin de evitar que una institución se vuelva demasiado poderosa. La policía secreta se utiliza para recopilar información sobre opositores políticos específicos y llevar a cabo actos de violencia dirigidos contra ellos, las fuerzas paramilitares defienden al régimen de los golpes de Estado y los militares formales defienden la dictadura durante las invasiones extranjeras y los principales conflictos civiles.[35]

El terrorismo es menos común en las dictaduras. Permitir que la oposición tenga representación en el régimen, por ejemplo, a través de una legislatura, reduce aún más la probabilidad de ataques terroristas en una dictadura.[39]​ Las dictaduras militares y de un solo partido tienen más probabilidades de experimentar terrorismo que las dictaduras personalistas, ya que estos regímenes están bajo más presión para experimentar cambios institucionales en respuesta al terrorismo.[40]

Véase también

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Referencias

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Bibliografía

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