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Benedicto XVI

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Benedicto XVI

El papa Benedicto XVI durante una audiencia privada en el Palacio Apostólico del Vaticano.


Papa de la Iglesia católica
19 de abril de 2005-28 de febrero de 2013
(7 años y 315 días)
Predecesor Juan Pablo II
Sucesor Francisco
Secretario personal Primer secretario:
Georg Gänswein
Segundo secretario: Mieczysław Mokrzycki (2005-2007)
Alfred Xuereb (2007-2013)


Arzobispo de Múnich y Frisinga
24 de marzo de 1977-15 de febrero de 1982
Predecesor Julius August Döpfner
Sucesor Friedrich Wetter
Información religiosa
Ordenación diaconal 29 de octubre de 1950
por Johannes Neuhäusler
Ordenación sacerdotal 29 de junio de 1951
por Michael von Faulhaber
Ordenación episcopal 28 de mayo de 1977
por Josef Stangl
Proclamación cardenalicia 27 de junio de 1977
por Pablo VI
Información personal
Nombre secular Joseph Aloisius Ratzinger
Nombre religioso Benedicto XVI
Nacimiento 16 de abril de 1927
Marktl am Inn, Baviera, Alemania
Fallecimiento 31 de diciembre de 2022 (95 a�os)
Monasterio Mater Ecclesiae, Ciudad del Vaticano
Residencia Palacio Apost�lico (2005-2013)
Monasterio Mater Ecclesiae (2013-2022)
Estudios Teolog�a
Profesi�n Profesor (hasta 1977)
Padres Joseph Ratzinger
Maria Rieger
Alma m�ter Universidad de M�nich
Obras notables Introducci�n al cristianismo (1968)
Jes�s de Nazaret (2007)
Sitio web Sitio oficial

Firma Firma de Benedicto XVI

Cooperatores veritatis[nota 1]
(Colaboradores de la Verdad)

Benedicto XVI (en lat�n: Benedictus PP. XVI), de nombre secular Joseph Aloisius Ratzinger (Marktl, Baviera, 16 de abril de 1927-Ciudad del Vaticano, 31 de diciembre de 2022),[1]​ fue el 265.� papa de la Iglesia cat�lica[nota 2]​ y el s�ptimo soberano de la Ciudad del Vaticano, desde el 19 de abril de 2005 hasta su renuncia el 28 de febrero de 2013.

Comenz� a ser conocido en su competencia intelectual al participar en el Concilio Vaticano II como asesor teol�gico del cardenal Josef Frings. Posteriormente fue nombrado arzobispo de M�nich y Frisinga y luego cardenal por el papa Pablo VI en 1977. En 1981 fue llamado a Roma para ser prefecto de la Congregaci�n para la Doctrina de la Fe por el papa Juan Pablo II, quien a�os m�s tarde lo nombr� decano del Colegio Cardenalicio y, como tal, cardenal-obispo de Ostia en 2002.[3]

Como cardenal de la Iglesia, estuvo presente en tres c�nclaves: el de agosto de 1978, el de octubre del mismo a�o y el de 2005, que result� en su elecci�n como papa.[nota 3]

El 28 de febrero de 2013, renunci� al papado asumiendo el t�tulo de papa em�rito, con la intenci�n de dedicarse a la oraci�n y al estudio.[4]​ Su renuncia fue anunciada por �l mismo el 11 de febrero, y supuso una decisi�n excepcional en la historia de la Iglesia,[5]​ ya que, si bien el sumo pont�fice m�s pr�ximo que renunci� al papado fue Gregorio XII (1415), el precedente de Celestino V (1294) es el �nico del que puede asegurarse que fue de forma libre y voluntaria.[6]

Tras su renuncia, se celebr� el c�nclave en el que result� elegido como romano pont�fice el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, que tom� el nombre de Francisco.

Hablaba diez idiomas,[7]​ de los que domin� por lo menos seis: alem�n, italiano, franc�s, lat�n, ingl�s y espa�ol. Adem�s, le�a el griego antiguo y el hebreo. Fue miembro de varias academias cient�ficas de Europa y recibi� ocho doctorados honoris causa de diferentes universidades, as� como numerosos premios y distinciones a lo largo de su vida. Fue un experto pianista y su compositor favorito era Mozart. Fue el sexto papa alem�n[nota 4]​ desde V�ctor II y el m�s longevo de la historia.[nota 5]​ La revista Time lleg� a incluirlo en la lista de las cien personas m�s influyentes del mundo.

Falleci� la ma�ana del 31 de diciembre de 2022, a los 95 a�os de edad, en el monasterio Mater Ecclesiae, situado en la Ciudad del Vaticano, del que hab�a hecho su residencia tras su renuncia al pontificado.[9]​ Su funeral tuvo lugar el 5 de enero de 2023, presidido por su sucesor el papa Francisco en la plaza de San Pedro, tras el cual fue sepultado en las grutas vaticanas, justamente en el mismo lugar donde hab�a estado enterrado su predecesor Juan Pablo II.

Infancia y adolescencia

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Antigua comisar�a y vivienda del gendarme en Marktl am Inn, casa natal de Benedicto XVI.

Joseph Aloisius Ratzinger naci� el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn, Baviera, en el territorio de la di�cesis de Passau. Su padre, Joseph Ratzinger (1877-1959), un comisario de la gendarmer�a, proven�a de una modesta familia de agricultores de la Baja Baviera. Su madre, Mar�a Rieger (1884-1963), que trabaj� a temporadas como cocinera,[10][11]​ era hija de artesanos de Rimsting,[12]​ aunque de familia proveniente de Italia.[13]

El matrimonio tuvo tres hijos, siendo Joseph Aloisius el tercero y m�s joven de ellos. Su hermano Georg Ratzinger (1924-2020) fue tambi�n sacerdote. Su hermana Maria Ratzinger (1921-1991), franciscana seglar[14]​ que nunca se cas�, administr� hasta su muerte la casa del cardenal Ratzinger.

Se trataba de una familia profundamente religiosa, que viv�a una piedad tradicional.[11]​ Joseph Ratzinger fue bautizado el mismo d�a que naci�, que era S�bado santo, con el agua reci�n bendecida en la Vigilia pascual, que entonces se celebraba ya en la ma�ana del s�bado antes del Domingo de Pascua.[15]

Como polic�a, el padre de Ratzinger fue trasladado con frecuencia.[16]​ Dos a�os despu�s de su nacimiento, el 11 de julio de 1929, la familia se mud� a Tittmoning y el 5 de diciembre de 1932 se mud� nuevamente, esta vez a Aschau am Inn.[17]​ En esta ciudad el ni�o Joseph Ratzinger recibi� por primera vez la comuni�n el 15 de marzo de 1936, y comenzar�a a ayudar como monaguillo en la celebraci�n de la eucarist�a.[18]​ Tambi�n aqu� la familia vivir�a el fortalecimiento del nacionalsocialismo y el ascenso de Hitler al poder. Creci� la presi�n sobre el padre de Ratzinger, pues se hab�a resistido a afiliarse al partido estatal a pesar de ser, como gendarme, servidor del Estado y jefe de una comisar�a.[19]

Casa de los Ratzinger en Hufschlag, donde vivieron desde 1937.

Tras jubilarse en abril de 1937,[20]​ el padre de Ratzinger se mud� con su mujer e hijos a una peque�a granja en Hufschlag, cerca de Traunstein, que hab�a comprado ya en 1933, buscando un lugar m�s apartado y seguro, ante el temor de que Hitler comenzara una guerra.[21][11]​ Este lugar ser� recordado por Ratzinger como el �verdadero hogar� de su familia.[22]​ Aqu� recibi� el sacramento de la confirmaci�n y empez� a destacar en el instituto de secundaria como uno de los mejores alumnos.[23]

Tras la jubilaci�n del padre, la madre de Ratzinger comenz� a trabajar como cocinera en Reit im Winkl. Por aquel entonces la situaci�n econ�mica familiar era especialmente dif�cil, pues deb�an costear los gastos escolares de los tres hijos.[10]​ Como la familia no pod�a permitirse que todos sus hijos estuvieran simult�neamente en internados, Ratzinger tuvo que posponer durante dos a�os su ingreso en el seminario menor.[24]

El 16 de abril de 1939, justo el d�a en que cumpl�a 12 a�os, Ratzinger ingres� interno en el Seminario menor de San Miguel, en Traunstein.[17]​ El mismo Ratzinger afirm� que la vocaci�n al sacerdocio creci� en �l con toda naturalidad, sin espectaculares vivencias, aunque muy influida por su cada vez mayor inmersi�n en liturgia de la Iglesia.[25]

El seminario, como la Iglesia cat�lica,[12]​ era una instituci�n vista con recelo por los nazis. Si bien hasta entonces se hab�a podido resistir a las presiones del r�gimen, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial los militares requisaron las dependencias del internado y lo convirtieron en un hospital militar. Los seminaristas fueron distribuidos en distintas instituciones y Ratzinger tuvo que continuar su formaci�n en la antigua escuela femenina de las Madres irlandesas de Mary Ward en Sparz, cercana de Traunstein, que hab�a sido cerrada tiempo atr�s por los nazis.[26]​ Esta escuela ser�a tambi�n requisada al poco tiempo y los seminaristas expulsados de all�. Ante la falta de alternativas, el rector del seminario los mand� a casa, por lo que los hermanos Ratzinger deb�an acudir cada d�a desde la vivienda familiar al instituto para continuar sus estudios.[27]

El joven Ratzinger durante su servicio militar.

En 1943 un decreto del r�gimen dispuso la movilizaci�n forzosa de los alumnos de secundaria como ayudantes de las bater�as antia�reas, por lo que los seminaristas de Traunstein fueron militarizados y llamados a filas. Con diecis�is a�os, Ratzinger fue destinado a la defensa de la f�brica de BMW situada en las inmediaciones.[28]​ Tras pasar tambi�n por Natters y Gilching, en 1944 Ratzinger es licenciado como ayudante de bater�as antia�reas y posteriormente destinado al Servicio de Trabajo del Reich en Deutsch Jahrndorf, Austria, en la construcci�n de barreras antitanque y trincheras.[29]​ Sin embargo, tras unos meses los trabajos fueron suspendidos y Ratzinger fue enviado de regreso a casa. Para sorpresa de Ratzinger, no fue llamado al frente a pesar de estar este cada vez m�s cercano.[30]​ As�, despu�s de terminar en Traunstein el curso de adiestramiento, fue trasladado varias veces de guarnici�n, pero siempre en los alrededores.[31]

La deserci�n se castigaba con la pena de muerte y era conocido que soldados de la SS hab�an ahorcado a quienes abandonaban su tropa.[30]​ Pese a esto, a finales de abril o principios de mayo de 1945, Ratzinger tom� la decisi�n de volver a casa.[32]​ All� ser�a hecho prisionero de guerra por los soldados estadounidenses, que el 7 de mayo llegaron a Hufschlag,[33]​ y conducido a un campo para prisioneros en Bad Aibling primero, y en Ulm despu�s.[34]​ Permaneci� all� hasta el 19 de junio, fecha en que Ratzinger fue puesto en libertad y march� nuevamente a su hogar.[35]​ Pocas semanas despu�s regresar�a tambi�n su hermano Georg.[35]

Ratzinger reconocer�a despu�s que el terror de los nazis influy� en la decisi�n sobre qu� rumbo tomar en su trayectoria posterior. Frente al �imperio del ate�smo y la mentira que representaba el nacionalsocialismo�, en la fe de sus padres hab�a encontrado una confirmaci�n de que el catolicismo era un baluarte de la verdad y la justicia.[36]

Formaci�n posterior

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Despu�s de ser puesto en libertad, en cuanto alumno del seminario menor, entonces situado en Traunstein, hizo su examen de bachillerato en el Chiemgau-Gymnasium (Instituto Chiemgau) en Traunstein.

Desde 1946 hasta 1951 Ratzinger estudi� teolog�a cat�lica y filosof�a en la Escuela Superior de Filosof�a y Teolog�a de Frisinga, as� como en el Ducal Georgianum de la Universidad de M�nich, cuya formaci�n teol�gica estaba por aquel entonces fuertementente influida por el movimiento b�blico, lit�rgico y ecum�nico del tiempo entre las dos Guerras Mundiales. Era fundamental el estudio b�blico, y especialmente el m�todo hist�rico-cr�tico.[37][12]

Seg�n sus propias palabras, sus mayores influencias filos�ficas, despu�s de un periodo de inter�s por el neo-Kantismo, fueron sobre todo las obras de Gertrud von le Fort, Ernst Wiechert, Elisabeth Langg�sser, Theodor Steinb�chel, Martin Heidegger y Karl Jaspers. Igualmente, se refiere a Fi�dor Dostoyevski como una fuerte influencia literaria. En cuanto a los Padres de la Iglesia, estudi� con inter�s a san Agust�n de Hipona. Respecto de los escol�sticos, su inter�s se centr� en san Buenaventura.

Carrera acad�mica

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En 1952 fue nombrado para dar clases en el Seminario de Freising.[38]

El inicio de su vida acad�mica no estuvo exento de disgustos. Luego de convertirse en doctor en teolog�a en 1953, elabor� una tesis sobre san Buenaventura para conseguir la habilitaci�n para la ense�anza en Alemania y su primer escrito le fue devuelto en 1954 con una severa cr�tica del profesor Michael Schmaus, quien consideraba que el trabajo era modernista.[39]​ Sus enfoques empezaban a romper esquemas tradicionales de la �poca, lo que le ocasionaba alguna incomprensi�n y dificultad.

Ratzinger ingres� como profesor en la Universidad de Bonn en 1959; su conferencia inaugural fue acerca de �el Dios de la fe y el Dios de la filosof�a�. En 1963 se fue a la Universidad de M�nster, donde al dar su conferencia inaugural ya era bien conocido como te�logo. En el Concilio Vaticano II, sirvi� como asesor teol�gico del cardenal Josef Frings de Colonia, y luego trabaj� por defender el Concilio en sus distintos documentos, incluyendo Nostra Aetate, el documento que habla acerca del respeto hacia otras religiones y sobre el derecho a la libertad religiosa. Fue visto durante el tiempo del Concilio como un reformista convencido.[3]

Ratzinger admiti� que era admirador de Karl Rahner, un te�logo acad�mico bien conocido por su �Nueva Teolog�a�, que estaba a favor de la reforma de la Iglesia y propon�a nuevas ideas teol�gicas; pero, a pesar del acuerdo en muchos puntos y aspiraciones, Ratzinger se dio cuenta de que Rahner y �l viv�an, desde el punto de vista teol�gico �en dos planetas diferentes�[40]​ pues la Teolog�a de Rahner estaba caracterizada por la tradici�n escol�stica de Su�rez y de su nueva versi�n a la luz del idealismo alem�n y de Heidegger, en la que las Escrituras y los Padres no jugaban un papel importante y en que la dimensi�n hist�rica era de escasa importancia. En cambio, la formaci�n de Ratzinger estaba marcada por las Escrituras y por los Padres de la Iglesia, por un pensamiento esencialmente hist�rico.

Casa del profesor Joseph Ratzinger en Pentling, cerca de la Universidad de Ratisbona.

En 1966 fue candidato a ocupar una vacante en teolog�a dogm�tica en la Universidad de Tubinga, donde fue colega de Hans K�ng, con quien a�os m�s tarde sostendr�a fuertes enfrentamientos. En 1968 escribi� en su libro Introducci�n al Cristianismo que el papa ten�a el deber de o�r diferentes voces dentro de la Iglesia antes de tomar una decisi�n. Tambi�n escribi� que la Iglesia de ese tiempo estaba muy centralizada. Dichos p�rrafos no aparecieron en ediciones posteriores del libro, porque fueron malinterpretados por autores que utilizaron este texto para cuestionarlo.[cita requerida] Durante este tiempo, se distanci� de la atm�sfera de Tubinga y de los lineamientos marxistas del movimiento estudiantil de la d�cada de los a�os 60, que en Alemania r�pidamente se radicalizaron entre los a�os 1967 y 1968, culminando en una serie de disturbios en abril y mayo de 1968. En 1969 regresa a Baviera a la Universidad de Ratisbona (Regensburg), en un ambiente acad�mico menos reformista.

En 1972, fund� la publicaci�n teol�gica Communio junto con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros. Communio, publicada en diecisiete idiomas (alem�n, ingl�s y espa�ol, entre otros), se ha convertido en una de las publicaciones cat�licas m�s influyentes del mundo.

Entre 1984 y 2015 recibi� ocho nombramientos como doctor honoris causa por las siguientes universidades:[41][42]

A�o Universidad Lugar
1984 College of St. Thomas in St. Paul (Minnesota) Estados Unidos
1985 Universidad cat�lica de Eichst�tt Alemania
1986 Universidad cat�lica de Lima Per�
1988 Universidad cat�lica de Lublin Polonia
1998 Universidad de Navarra Espa�a
1999 Libre Universidad Mar�a Sant�sima Asunta Roma
2000 Universidad de Wroclaw Polonia
2015 Pontificia Universidad Juan Pablo II (Cracovia) y
  Academia de la Música de Polonia
Polonia

Sacerdocio

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Escudo del cardenal Ratzinger, arzobispo de la arquidiócesis de Múnich y Frisinga.

El 29 de junio de 1951 recibió junto con su hermano Georg el sacramento del orden sacerdotal en la catedral de Frisinga por manos del que fuera entonces arzobispo de Múnich y Frisinga, el cardenal Michael von Faulhaber. Celebró su primera Misa en la parroquia de San Oswaldo en Traunstein y el 30 de julio de 1951, junto a su hermano, en Rimsting, lugar donde su madre había nacido.

Su ministerio sacerdotal comenzó como coadjutor en la parroquia de la Preciosa Sangre de Múnich,[43]​ donde, además de ocuparse de gran actividad pastoral, imparte clases de religión católica.[44]

Episcopado y cardenalato

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Arzobispo de Múnich y Frisinga

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El 24 de marzo de 1977 Ratzinger fue consagrado arzobispo de Múnich y Frisinga, y el 27 de junio, Pablo VI lo nombró cardenal del título de S. Maria Consolatrice al Tiburtino. Durante el Sínodo de los obispos de 1977, dedicado al tema de la catequesis, se produjo su primer encuentro con Karol Wojtyła, después de muchos años de intercambiar con él correspondencia, ideas y libros.

Teología

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El entonces cardenal Ratzinger reunido con el papa Pablo VI en Roma en 1977.

Como joven profesor de teología, abría a sus alumnos a pensadores en aquel momento considerados avanzados, y que en aquella época incluso tuvieron problemas con la jerarquía católica, como Yves Congar o Henri de Lubac, además de a autores protestantes como Karl Barth, Oscar Cullmann o Dietrich Bonhoeffer. Ello le acarreó los recelos del catolicismo más conservador.

Entendía que había que superar la abstracción metafísica de la neoescolástica en la que consideraba estaba atrapada la teología católica. Defendía la necesidad de abrirse a un nuevo lenguaje que, partiendo del Evangelio, conectase existencialmente con las inquietudes del hombre concreto contemporáneo. En ese sentido, no ha ocultado la influencia en su enfoque de la filosofía de existencialistas como Heidegger o Karl Jaspers.

Como asesor en el Concilio Vaticano II del cardenal Frings, defendió un debate abierto y una elaboración de los textos creativa y una nueva manera de exponer las verdades centrales del cristianismo, como la Revelación o la Salvación (Así lo recuerda en el libro La Sal de la Tierra).

En su estudio sobre la Teología de la Historia en san Buenaventura, aparecen ya algunas constantes de su pensamiento. Para Ratzinger, la fe de la Iglesia ha de fundamentarse en el mensaje de liberación del Evangelio y en la tradición más primigenia del cristianismo, (en particular los Padres de la Iglesia) de los que es posible hacer una relectura significativa para el hombre de hoy. Esto no significa, según él, la defensa del pasado, porque entiende que el depósito de la fe es inagotable, ha de entenderse vivencialmente de un modo dinámico y, por lo tanto, está siempre proyectado hacia lo nuevo.

En su libro Introducción al Cristianismo, defiende que el ser es ser pensado, pensamiento del Espíritu absoluto que se ha revelado como relación. Concibe la relación como una forma primigenia de lo real: la unidad primigenia es unidad en el amor. Así es como hay que entender el dogma de la Trinidad, donde la más intrincada teoría transmite enseñanzas prácticas para concebir el cosmos y la vida, en particular la vida humana cuyo origen y meta está en el amor.[45]

Insiste en este mismo tratado que la omnipotencia divina se descubre en su esencia a través de Jesús de Nazareth. Sólo se entiende lo que es Dios en la impotencia y debilidad del pesebre de Belén y la muerte ignominiosa en la Cruz. Esto nos revela la ley de lo abundante, donde el amor se derrocha y suscita la respuesta de la fe que ha de ser, de este modo, una respuesta de amor. En ello se toca lo esencial del ser humano que se encuentra a sí mismo cuando se siente amado y, como respuesta, es capaz de salir de sí mismo al encuentro de los demás, especialmente de los necesitados, y de la trascendencia. Esta es la idea básica de su libro Mirar a Cristo.

Joseph Ratzinger junto a Karl Lehmann y Joachim Meisner durante la apertura del Congreso Católico en Dresde, 1987.

En el terreno moral, ha insistido en que el «cristianismo no es un moralismo». La fe cristiana no tiene nada que ver con la religiosidad que busca la recompensa, que se ciñe a un legalismo ético para ganarse supuestamente un derecho a la salvación. La fe en Jesús se basa en la humildad que vive del amor gratuito recibido (gracia), más allá del mérito y el rigorismo. Es esta apertura al don lo que transforma al hombre y produce su conversión (la metanoia del Evangelio). Llamó la atención su afirmación de que la moral sexual representaba un capítulo particularmente oscuro y trágico en la historia del pensamiento cristiano, aunque recordó que la concepción de la unión carnal entre el hombre y la mujer como sacramento y manifestación del amor de Dios no ha permitido que se cayera, a diferencia del gnosticismo y del dualismo de las primeras herejías, en una aversión a la sexualidad. Por ello se mostró partidario de una visión antropológica positiva del cuerpo y su lenguaje, que estima coherente con el Dios de la Creación y de la vida que se revela en la Biblia.

Sobre la escatología, escribió una obra del mismo título donde pretende dar respuesta teológica a una sociedad burguesa atenazada por el miedo al sufrimiento y a la muerte. En esta obra afirma que la fe cristiana está volcada hacia la vida, su meta es vida en todos sus niveles en cuanto a don y reflejo de Dios, que es la Vida. Para la fe cristiana, sostiene, no existe ninguna vida inútil.

Ratzinger reaccionó en el libro Informe sobre la fe ante lo que consideró una deriva caótica del catolicismo tras el Concilio Vaticano II. La atribuyó a lo que estimaba era una interpretación superficial del catolicismo que apuntaba acríticamente a todo lo novedoso por efímero e inconsistente que fuera. Así, mostró su preocupación por un relativismo que pone en cuestión la idea de verdad dogmática y moral. Para él, la verdad no es un punto de llegada, es una llamada a la búsqueda sincera donde la razón puede desplegar todas sus energías, pero eso no la diluye ni la transforma en mera invención subjetiva y manipulable. Si se renuncia a la verdad acerca del hombre, se renuncia a su libertad (así lo expresa en su libro Fe, verdad y tolerancia). Denunció también el empobrecimiento que para un culto profundo supuso el abandono de una liturgia enraizada en la tradición de la Iglesia.

Combatió, asimismo, la identificación del compromiso social cristiano con la colaboración en las nuevas estructuras de poder revolucionario que surgieron en Latinoamérica. Por ello condenó ciertas formas de la Teología de la Liberación influidas por el marxismo.[46]​ También fue crítico con la identificación de la fe cristiana con formas políticas liberales, en coherencia con su concepción de un cristianismo que va mucho más allá de la mezquina defensa de estructuras políticas y sociales que siempre serán mutables y pasajeras. Entiende que la fe cristiana es incompatible con la adhesión a sistemas de dominación y opresión, sean del signo que sean. Por ello ha denunciado los males derivados del capitalismo y el liberalismo occidentales.

En su Teoría de los principios teológicos, materiales para una teología fundamental, sostiene que la Iglesia debe superar sus disputas internas y reflexionar sobre la posibilidad de respuesta que lleva en su interior. Afirma que una de las primeras reglas del discernimiento espiritual consiste en que donde está ausente la alegría y el humor está ausente el Espíritu.

Para Ratzinger, el cristiano occidental vive hoy en una era neopagana, marcada por la idolatría del dinero, el prestigio, el placer y el poder. Por ello la persona está cada vez más aislada y desorientada y la sociedad desprovista de valores humanos consistentes. Ante eso, el cristiano ha de ser el que transmita la liberación del que vive del perdón y la promesa de la Vida Eterna para todos los hombres. Solo desde estos parámetros se puede recobrar y defender un sentido pleno de la dignidad humana. Muestra su escepticismo ante la eficacia de una reforma estructural de la Iglesia, entiende más bien que lo que hay que hacer es poner esa estructura al servicio del amor. Para él, «la Iglesia vive de la alegría que los cristianos experimentan por ser tales» (Ser cristiano en la era neopagana).

Todo esto lo ha colocado en el punto de mira crítico de la teología católica más avanzada, si bien le valió la confianza de Juan Pablo II y lo llevó a desempeñar con rigor el cargo de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

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El 25 de noviembre de 1981, Juan Pablo II nombró a Ratzinger prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Renunció a la arquidiócesis de Múnich y Frisinga el 15 de febrero de 1982. Fue nombrado cardenal obispo de Velletri-Segni en 1993, elegido vicedecano del Colegio Cardenalicio en 1998 y finalmente decano del Colegio en 2002, uniendo como es preceptivo su sede cardenalicia a la de Ostia. Fue el cardenal más próximo a Juan Pablo II; Ratzinger y Wojtyła fueron calificados intelectualmente como «almas gemelas»[cita requerida].

El cardenal prefecto Ratzinger fotografiado en 1988.

Bajo su prefectura se dictaron escritos acerca de la postura de la Iglesia católica con respecto a las personas homosexuales (1986), y la «Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre la atención pastoral de las personas homosexuales» (1992), en que se rechazan los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales (3 de junio de 2003).

Por razón de su cargo fue también el responsable de estudiar la compatibilidad de la Teología de la liberación con la doctrina católica; le compitió prohibir el ejercicio de la enseñanza en nombre de la Iglesia a teólogos disidentes como Hans Küng, Leonardo Boff y otros, varios de ellos españoles. Con esto mostró su posición como filósofo y teólogo de raíces hegelianas, como su inspirador y maestro, el fallecido Joseph Frings, cardenal del título de S. Giovanni a Porta Latina y arzobispo de Colonia.[cita requerida]

Según el New York Times, el Vaticano habría reconocido en 2010 haber encubierto (durante su mandato como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe) a un sacerdote estadounidense, Lawrence Murphy, sospechoso de haber abusado de unos doscientos niños sordos.[47][48]​ Sin embargo, la Santa Sede desmintió tal encubrimiento en una nota publicada posteriormente a la noticia. Se explicó en ella que a mediados de los años setenta, algunas víctimas del padre Murphy informaron sobre estos abusos a las autoridades, que emprendieron una investigación en ese momento. Según portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, dicha investigación fue abandonada. La Congregación para la Doctrina de la Fe fue informada sobre esta cuestión unos 20 años después. Dado que el padre Murphy era anciano, en un estado de salud muy deteriorado, en aislamiento, y que no se habían registrado denuncias de abusos desde hacía veinte años, la Congregación sugirió que el arzobispo de Milwaukee considerara afrontar la situación, por ejemplo, restringiendo el ministerio del padre Murphy y exigiendo que aceptara la plena responsabilidad de sus actos. El padre Murphy murió aproximadamente cuatro meses después, sin ulteriores incidentes.[49]

Durante su mandato como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el papa Juan Pablo II le encomendó en 1986 la redacción de un nuevo Catecismo de la Iglesia católica, el cual fue terminado y publicada su primera edición en 1992, con la Constitución Apostólica Fidei Depositum.

El año 1986 confié a una Comisión de doce cardenales y obispos, presidida por el cardenal Joseph Ratzinger, el encargo de preparar un proyecto del catecismo solicitado por los padres del Sínodo. Un Comité de siete obispos diocesanos, expertos en teología y catequesis, colaboró con la Comisión en ese trabajo.[50]
Juan Pablo II, Fidei Depositum, 2

Elección al papado

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Tratamientos papales de
Benedicto XVI
Tratamiento de referencia Su santidad
Tratamiento oral Su santidad
Tratamiento religioso Santo padre
Tratamiento tras renuncia Su santidad

Antecedentes

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El cardenal Ratzinger ofició el funeral de Juan Pablo II.

El 2 de enero de 2005, la revista Time publicó que fuentes vaticanas decían que Ratzinger era el favorito para suceder a Juan Pablo II en el caso de que falleciera. A la muerte de Juan Pablo II, el Financial Times dio la preferencia a Ratzinger para convertirse en papa en la primera posición, pero cercano a sus «rivales» en el ala «liberal» de la Iglesia.[cita requerida]

Aunque Ratzinger era considerado favorito por la mayoría de los medios de comunicación internacionales, otros mantenían que su elección estaría lejos de la realidad porque muy pocas predicciones papales en la historia moderna se habían vuelto realidad. Las elecciones de sus predecesores Juan Pablo I y Juan Pablo II habían sido sorpresivas.

Elección

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Benedicto XVI en 2007.

El 19 de abril de 2005, el cardenal Ratzinger fue elegido como sucesor de Juan Pablo II en el segundo día del cónclave, después de cuatro rondas de votaciones. Coincidió con la fiesta de San León IX, el más importante papa alemán de la Edad Media, conocido por instituir el mayor número de reformas durante un pontificado.

Ratzinger esperaba retirarse pacíficamente y había dicho que «hasta cierto punto, le dije a Dios: “por favor, no me hagas esto”… Evidentemente, esta vez Él no me escuchó.»

Antes de su primera aparición en el balcón de la basílica de San Pedro después de ser elegido, fue anunciado por el cardenal chileno Jorge Medina Estévez, diácono de S. Saba y protodiácono del Colegio cardenalicio. El cardenal Medina primero se dirigió a la multitud con: «Queridísimos hermanos y hermanas» en italiano, español, francés, alemán e inglés, antes de continuar con el tradicional Habemus Papam en latín.[51]

En el balcón, las primeras palabras de Benedicto XVI a la multitud, dadas en italiano antes de que impartiera la tradicional bendición Urbi et Orbi en latín, fueron:

Queridos hermanos y hermanas: después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones. En la alegría del Señor resucitado, confiando en su ayuda continua, sigamos adelante. El Señor nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro lado. ¡Gracias![52]
Benedicto XVI, desde el balcón central de la Basílica Vaticana

Después dio la bendición.

En la solemne inauguración de su pontificado, que reemplaza la ya extinta coronación (el último papa coronado fue Pablo VI), el cardenal Medina fue el encargado de imponerle el palio, mientras que Angelo Sodano, cardenal obispo de Albano y del título in commendam de S. Maria Nuova, secretario de Estado, le colocó el Anillo del Pescador.

Nombre y emblemas

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El papa Benedicto XV (izq.) y san Benito de Nursia (der.) inspiraron a Benedicto XVI para elegir su nombre.

Tras obtener la mayoría necesaria en la votación del cónclave, el hasta entonces cardenal Ratzinger eligió el nombre pontificio de Benedicto XVI.[nota 6]​ Al escoger ese nombre, el pontífice afirmó querer relacionarse con Benedicto XV, quien durante la Primera Guerra Mundial se present� como un �valiente y aut�ntico profeta de paz�. Del mismo modo, Benedicto XVI manifest� su deseo de ponerse �al servicio de la reconciliaci�n y de la armon�a entre los hombres y los pueblos, profundamente convencido que el gran bien de la paz es sobre todo don de Dios�.[54]

El nombre pontificio evoca tambi�n a Benito de Nursia, patr�n de Europa y padre del monacato occidental, que ejerci� una gran influencia en la difusi�n del cristianismo en todo el continente, siendo por ello muy venerado en Alemania y, en particular, en Baviera, tierra natal de Benedicto XVI. Para el pont�fice, san Benito constituye �un fundamental punto de referencia para la unidad de Europa y un fuerte reclamo a las irrenunciables ra�ces cristianas de su cultura y de su civilizaci�n�.[54]

Escudo papal de Benedicto XVI, quien mantuvo los principales elementos de su escudo cardenalicio, sustituy� la tiara por la mitra, y a�adi� el palio.

Benedicto XVI quiso conservar en su escudo papal algunos elementos que ya hab�a introducido en su escudo de arzobispo de M�nich y Frisinga, y luego en el de cardenal, aunque orden�ndolos de distinto modo y modificando los colores. Sustituy� la hasta entonces tradicional tiara papal por una mitra e incorpor� el palio como signo de su misi�n como pastor del reba�o encomendada a �l por Cristo,[55]​ manteniendo tambi�n las llaves cruzadas, s�mbolo de la autoridad del ministerio petrino.

En el punto m�s noble del escudo situ� una gran concha de oro, que tiene una triple simbolog�a. En primer lugar, tiene un significado teol�gico, pues alude a la leyenda seg�n la cual san Agust�n, al encontrar en la playa a un ni�o que con una concha quer�a meter toda el agua del mar en un agujero hecho en la arena, comprendi� lo in�til de querer abarcar la grandeza e inmensidad de Dios dentro de la mente humana. En segundo lugar, la concha se usa para representar al peregrino, simbolismo que quiso mantener Benedicto XVI. Por �ltimo, la concha remite al escudo del antiguo Monasterio de los escoceses, en Ratisbona, al que el pont�fice se sinti� espiritualmente unido.[55]

En los �ngulos superiores se sit�an dos cantones con s�mbolos procedentes de la tradici�n de Baviera. A la izquierda del observador aparece una cabeza de moro, la llamada caput ethiopicum o moro de Frisinga, que es el s�mbolo de la antigua di�cesis de Frisinga y que para el pont�fice era tambi�n expresi�n de la universalidad de la Iglesia, que no conoce ninguna distinci�n de raza ni de clase sino la unidad en Cristo.[55][56]​ A la derecha aparece un oso que lleva una carga en el lomo, que hace referencia a Corbiniano, el primer obispo de Frisinga, quien seg�n la leyenda fue atacado por un oso durante un viaje a Roma. El santo obispo logr� amansar al oso hasta el punto de que pudo cargar sobre �l su equipaje e hizo que lo acompa�ara hasta su destino. As�, el oso domesticado por la gracia de Dios simboliza al mismo obispo de Frisinga, y la carga es el peso del episcopado que lleva sobre �l.[55]

Mantuvo el que hasta entonces hab�a sido su lema episcopal y cardenalicio, Cooperatores veritatis (Colaboradores de la verdad), proveniente de la tercera ep�stola de Juan, aunque como los anteriores pont�fices no lo incluy� en el escudo papal.[55][56]

El pontificado

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Emblema de la Santa Sede.
El papa Benedicto XVI con traje coral con la muceta papal color rojo de verano, bordado rojo de la estola, y los zapatos papales.

El 19 de abril de 2005 fue elegido sucesor de Juan Pablo II despu�s de dos d�as de c�nclave y dos fumatas negras. El cardenal Ratzinger hab�a repetido sucesivas veces que le gustar�a retirarse a una aldea b�vara y dedicarse a escribir libros pero, m�s recientemente, hab�a reconocido a sus amigos estar listo para �cualquier funci�n que Dios le atribuyera�.

Su elecci�n gener� de inmediato algunas cr�ticas, centradas en su supuesto perfil neoconservador;[cita requerida] se lo acus� de desear restituir la organizaci�n y doctrina de la Iglesia a la que ten�a antes del Concilio Vaticano II. Algunos analistas preve�an que con �l la Iglesia endurecer�a sus posturas en lo referente a la prohibici�n del aborto, la homosexualidad, la eutanasia o el uso de m�todos anticonceptivos.[cita requerida] Sus partidarios aducen que durante su prefectura s�lo uno de los procesos abiertos acab� en excomuni�n: el del arzobispo ultraconservador Monse�or Marcel Lefebvre; tambi�n se recordaba su asistencia al Concilio Vaticano II y que hab�a sido de los m�s progresistas y propuesto reformas novedosas.

En el a�o 2006 fue publicada en espa�ol una obra suya, escrita cuando todav�a no era papa, con el t�tulo Fe, verdad, tolerancia, en la cual hablaba, entre otras cosas, del pluralismo religioso y el di�logo.

En agosto de 2005, particip� en la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia, cosechando grandes muestras de afecto por parte de la juventud, y fue este el primer acontecimiento de este tipo desde la muerte de Juan Pablo II.

En octubre del mismo a�o, particip� en el S�nodo de Obispos, agregando una secci�n de intervenciones libres, cuya difusi�n p�blica tuvo que restringir debido a unas declaraciones de su sucesor en la Congregaci�n para la Doctrina de la Fe, sobre el voto a los pol�ticos cat�licos que estaban a favor del aborto[cita requerida].

Seg�n datos de la Prefectura Apost�lica, en 2007 unas 2 830 100 personas participaron en encuentros p�blicos con el pont�fice en la Ciudad del Vaticano o en Castel Gandolfo (es decir, no se incluyen los viajes).[57]​ El 16 de abril de ese a�o, para conmemorar su 80� cumplea�os, se celebr� un concierto en el Aula Pablo VI, con la Orquesta Sinf�nica de la Radio de Stuttgart dirigida por Gustavo Dudamel y solista Hilary Hahn.

El �ltimo a�o de su pontificado tuvo que enfrentarse al llamado esc�ndalo de Vatileaks, una serie de filtraciones a la prensa de documentos internos de la Santa Sede, que inclu�an informes econ�micos del Instituto para las Obras de Religi�n, sobre los Legionarios de Cristo, correspondencia privada del papa o donativos realizados por personalidades italianas. Benedicto XVI cre� una comisi�n de investigaci�n.[58]​ El principal acusado de la filtraci�n fue el mayordomo del papa, Paolo Gabriele, detenido por la gendarmer�a vaticana, y que ser�a declarado culpable por el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano. Benedicto XVI acab� perdon�ndolo y condon�ndole la pena.[59]

Escritos

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Enc�clicas

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Benedicto XVI en su viaje a los Estados Unidos de América en 2008.

Benedicto XVI publicó tres encíclicas durante su pontificado: Deus caritas est (Dios es amor), Spe salvi (Salvados en la esperanza) y Caritas in Veritate (Caridad en la verdad).[60]​ La primera de ellas, Deus caritas est, fue publicada antes de cumplir un año como sumo pontífice, el 25 de enero de 2006, y está dedicada al amor cristiano. Defiende en ella que el amor (caritas) es una fuerza extraordinaria, capaz de mover a las personas al compromiso valiente y generoso por la justicia y la paz. Para el papa, el amor es ante todo una fuerza que tiene su origen en Dios, que es amor eterno y absoluta verdad. El cristiano, por su parte, puede expresar su opción fundamental diciendo que «hemos creído en el amor de Dios» pues, afirma Benedicto XVI, «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva».[60]​ La encíclica está dividida en dos partes. La primera presenta una reflexión teológica y filosófica sobre el amor en sus distintas dimensiones –eros, philia, ágape– precisando algunos datos esenciales del amor de Dios por el hombre y de la unión intrínseca que ese amor tiene con el amor humano. La segunda parte se centra en ejercicio concreto del mandamiento del amor al prójimo.[61]

Su segunda encíclica, Spe salvi, dedicada a la esperanza e inspirada en la carta de san Pablo a los Romanos, la firmó el 30 de noviembre de 2007. El pontífice defiende que con la salvación se ha dado a los hombres la esperanza. Se trata de una esperanza fiable, que permite afrontar el presente aunque este sea fatigoso. Por ella los cristianos «tienen un futuro, saben que su vida, en conjunto, no acaba en el vacío». Tras presentar la esperanza como virtud, el pontífice indica cuatro lugares para aprenderla y ejercitarla: la oración, la acción, el sufrimiento y el Juicio. La oración es lugar de esperanza, pues Dios escucha siempre al hombre y puede ayudarlo cuando nadie más puede. También la acción, pues la esperanza cristiana no es individualista sino que es siempre esperanza para los otros y busca hacer del mundo un lugar más luminoso y humano. Asimismo, el sufrimiento es también para el papa un lugar de aprendizaje de la esperanza, pues es posible «aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo». Por último, el Juicio de Dios es lugar de esperanza, pues existe la resurrección de la carne, existe la justicia, una «revocación» del sufrimiento pasado.[60][62]

Por último, Caritas in veritate, que trata sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad, es la tercera de las encíclicas de Benedicto XVI, fue firmada el 29 de junio de 2009. En ella, Benedicto XVI recuerda que la caridad es «la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia», pero que para evitar el «riesgo de ser mal entendida o excluida de la ética vivida», esta debe estar siempre unida a la verdad. Para el papa, un cristianismo de caridad sin verdad fácilmente se podría confundir con «una reserva de buenos sentimientos, provechosos para la convivencia social, pero marginales». En cambio, la caridad en la verdad «de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad».[60]​ En la encíclica, tras repasar el pontífice en primer lugar las enseñanzas sociales de Pablo VI (especialmente en su encíclica Populorum progressio) y de Juan Pablo II, pasa después a recorrer las grandes amenazas que se ciernen sobre la humanidad en nuestros días, abordando con realismo y esperanza los problemas creados por la crisis financiera, por la falta de instituciones internacionales capaces de reformar la ineficacia burocrática que alarga el subdesarrollo de muchos pueblos, y por la falta de ética de muchas mentalidades que predominan en las sociedades opulentas.

Cuando presentó su renuncia al papado, Benedicto XVI ya prácticamente había completado una primera redacción de una nueva encíclica, centrada en la fe, que iba a completar lo que ya hab�a escrito en sus enc�clicas sobre la esperanza y la caridad, las otras dos virtudes teologales, cerrando as� la trilog�a. Este trabajo fue finalmente asumido por su sucesor, el papa Francisco, que a�adi� algunas aportaciones propias y la firmar�a con el t�tulo de Lumen fidei (La luz de la fe).[63][64]

Exhortaciones apost�licas

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El magisterio de Benedicto XVI incluye cuatro exhortaciones apost�licas,[60]​ todas ellas escritas como consecuencia de asambleas del S�nodo de los obispos.

Sacramentum caritatis, publicada en marzo de 2007, fue su primera exhortaci�n apost�lica postsinodal. En ella reafirma el valor de la eucarist�a y su sentido que nace del amor de Cristo y se proyecta hacia el amor a todos los hombres. La uni�n con Cristo en la eucarist�a alimenta el compromiso por la justicia y la reconciliaci�n, el ansia de compartir los bienes, la emancipaci�n de la idolatr�a del trabajo y el respeto por la Creaci�n. Recoge los trabajos realizados en el S�nodo de los Obispos de 2005.

En septiembre de 2010 fue publicada su segunda exhortaci�n apost�lica postsinodal titulada Verbum Domini, dedicada al tema de �la Palabra en la vida y misi�n de la Iglesia�. Recoge los trabajos realizados en el S�nodo de los Obispos de 2008.

La tercera exhortaci�n apost�lica postsinodal, que recibi� el t�tulo Africae munus, est� dedicada a la Iglesia en �frica. Firmada y publicada el 19 de noviembre de 2011 desde Ben�n, recoge los trabajos realizados en un s�nodo especial de los obispos, de 2009, para el continente africano.[65]

El 14 de septiembre de 2012 Benedicto XVI firm� y public�, desde Beirut (L�bano), su cuarta y �ltima exhortaci�n apost�lica postsinodal, con el t�tulo Ecclesia in Medio Oriente, dedicada al tema de los cat�licos de diversos ritos que viven en pa�ses de Oriente Medio. En este documento se recogen los trabajos de un s�nodo especial de obispos que tuvo lugar en la Ciudad del Vaticano en octubre de 2010.

Motus proprios

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  • Motu proprio La antigua y venerable Bas�lica, para la Bas�lica de San Pablo Extramuros y para su complejo extraterritorial (31 de mayo de 2005).
  • Motu proprio para la aprobaci�n y publicaci�n del Compendio del Catecismo de la Iglesia Cat�lica (28 de junio de 2005).
  • Motu proprio Totius orbis, con nuevas disposiciones sobre las bas�licas de San Francisco y de Santa Mar�a de los �ngeles, en As�s (9 de noviembre de 2005).
  • Motu proprio con el que el que Benedicto XVI restablece la norma tradicional acerca de la mayor�a requerida para la elecci�n del sumo pont�fice (11 de junio de 2007).
  • Motu proprio Summorum Pontificum, sobre la liturgia romana anterior a la reforma de 1970 (7 de julio de 2007).
  • Motu proprio Ministrorum institutio con el que transfieren las competencias sobre los seminarios desde la Congregaci�n para la educaci�n cat�lica a la Congregaci�n para el clero (25 de enero de 2013). En lat�n.
  • Motu proprio Normas nonnulas con ulteriores modificaciones a las normas sobre la sede vacante y la elecci�n del sumo pont�fice (22 de febrero de 2013).[66]

Otras publicaciones

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Entre 2007 y 2012 public� tres libros sobre la vida de Jes�s, a partir de los datos fundamentales ofrecidos en los Evangelios y en otros escritos del Nuevo Testamento.

En abril de 2007 public� la primera parte su libro Jes�s de Nazaret en la que reflexiona sobre la figura de Jesucristo en calidad de te�logo. Ha sido un �xito internacional de ventas. En �l sale al paso de ideas recientes que reducen la figura del Jes�s hist�rico a un mero moralista rebelde o liberal, a un profeta escatol�gico o un revolucionario pol�tico. Sin rechazar frontalmente estas visiones, Ratzinger hace hincapi� en que el factor de inteligibilidad clave es la uni�n de Jes�s con el Padre. Esta vivencia de intimidad con Dios le otorga autoridad para presentarse como un nuevo Mois�s que renueva la Ley jud�a (Tor�) para darle pleno cumplimiento en la predicaci�n de las bienaventuranzas (la pobreza, la mansedumbre, la pureza de coraz�n...) y el amor a los enemigos. Su experiencia de Hijo lo lleva a la obediencia de un amor entregado hasta la muerte. Jes�s era el Rey esperado por Israel, pero un rey que rechaza la tentaci�n demon�aca del poder y se presenta en la humildad de su origen, su cercanía a los pecadores y su servicio a todos. Existe una plena correspondencia entre el Jesús histórico que anunció e hizo presente el Reinado de Dios y el Cristo de la fe de las primeras comunidades de creyentes. Los evangelios, por lo tanto, sin ser reportajes exactos de lo acontecido, nos revelan la verdadera Persona de Jesús y su significación auténtica como Hijo de Dios. Apartando esta expresión de sus antecedentes mitológicos y políticos, la condición de Hijo permite asomarnos al interior de Jesús que nos da a conocer a Dios como Abba (Padre, en arameo). En ello radica la originalidad de Jesús y su novedad.

El año 2011 publicó la segunda parte, con el título Jesús de Nazaret: Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección. La tercera parte apareció en 2012, y tiene por título La infancia de Jesús.

El mapa de sus ideas

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En un intento de resumir las ideas clave de Benedicto XVI, el libro "Joseph Ratzinger - Benedicto XVI: un mapa de sus ideas"[67]​ presenta un mapa que permite tener una visión global de su pensamiento, siguiendo las siguientes "rutas":

  • 2 núcleos concéntricos:
    • Jesucristo y la Iglesia
Fuente: Libro “Joseph Ratzinger - Benedicto XVI: un mapa de sus ideas”. Pablo Blanco Imagen: elaboración propia Adsum1369
Mapa de las ideas de Benedicto XVI.
  • 1 dimensión estética que los comprende:
    • belleza
  • 4 vías de acceso:
    • razón-verdad
    • corazón-amor
    • (ad)oración-esperanza
    • creación
  • 11 facultades, dimensiones y actividades humanas:
    • inteligencia-conocimiento
    • voluntad-sentimiento
    • ecología-medio ambiente
    • liturgia-meditación
    • arte-estética-música


En el mapa, Jesucristo constituye el núcleo central de la actividad de Benedicto XVI como sucesor de Pedro, anunciándolo como Dios y hombre. La Iglesia expande este núcleo central, como cuerpo y esposa de Jesucristo, cuya misión es anunciar a Cristo. La belleza se contemla en lo que supone de importancia para la teología, con sus manifestaciones en el arte, en la estética y en la música. La liturgia y la meditación que traen la (ad)oración y la esperanza. La ecología y el medio ambiente fundados en la creación. La razón que permite la inteligencia y el conocimiento de la verdad. Y finalmente el corazón aúna la voluntad y los sentimientos en el amor.

Consistorios para la creación de nuevos cardenales

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A lo largo de sus casi ocho años de pontificado creó un total de noventa cardenales en cinco consistorios.

  • Primer consistorio: 24 de marzo de 2006. Creó doce cardenales electores y tres no electores. Entre los primeros destacó el nombramiento de William Joseph Levada, quien sucedió al propio Ratzinger como Prefecto para la Doctrina de la Fe tras su elección papal en 2005.
  • Segundo consistorio: 24 de noviembre de 2007. Creó dieciocho cardenales electores y cinco no electores. Entre los electores se encontraba el valenciano Agustín García-Gasco y Vicente, quien fallecería en Roma años más tarde durante la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II. Además fueron ordenados otros dos españoles y cinco latinoamericanos. El papa comunicó su intención de haber nombrado también al anciano obispo Ignacy Jez, de Koszalin-Kolobrzeg (Polonia), que falleció el día anterior al anuncio.
  • Tercer consistorio: 20 de noviembre de 2010. Creó veinte cardenales electores y cuatro no electores. En este consistorio se nombró al cardenal más anciano de la historia, fue el italiano Domenico Bartolucci, de noventa y tres años. Bartolucci falleció en 2013. (Superado por Francisco al nombrar cardenal a Loris Francesco Capovilla, quien al momento de su nombramiento tenía noventa y ocho años).
  • Cuarto consistorio: 18 de febrero de 2012. Creó dieciocho cardenales electores y cuatro no electores. Entre otros, nombró cardenal a un español, el turolense Santos Abril y Castelló. Con estos purpurados, los miembros electores del Sacro Colegio nombrados por Benedicto XVI superaban a los creados por Juan Pablo II.
  • Quinto consistorio: 24 de noviembre de 2012. Creó sus últimos seis cardenales, todos ellos electores. Probablemente con su meditada renuncia, instaba a preparar un cónclave con representantes de todo el mundo. Así, compensó el consistorio de febrero donde predominaban curiales e italianos, esta vez eligiendo a seis no-europeos: un filipino, un indio, un libanés, un estadounidense, un colombiano y un nigeriano.[68]

Beatificaciones y canonizaciones

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Benedicto XVI decidió que, tal como se hacía antes, las beatificaciones (con alguna excepción, como la de Juan Pablo II), las presidiera el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cargo que en aquel tiempo desempeñaba Angelo Amato. En algunos casos, ha delegado en otros cardenales. En cualquier caso, el rito de beatificación se celebra —salvo excepciones— en la iglesia local más directamente vinculada con el nuevo beato.

Entre las beatificaciones durante el pontificado de Benedicto XVI destacan Mariana Cope de Molokai (1838-1918); el cardenal Clemens August von Galen, obispo de Münster (1878-1946); Josep Tàpies y seis compañeros sacerdotes de la diócesis de Urgel, que murieron mártires en 1936; Carlos de Foucauld; José Anacleto González Flores y ocho compañeros mártires en México en 1927; el teólogo italiano Antonio Rosmini; Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla y de Osma (1600-1659).

El 28 de octubre de 2007 el pontífice aprobó la mayor beatificación «masiva» de la historia de la Iglesia, 495 mártires españoles; la celebración —como es habitual— no la presidió él, pero tuvo una audiencia privada con los peregrinos y obispos españoles.

El 1 de mayo de 2011, el papa beatificó a su antecesor Juan Pablo II en una multitudinaria ceremonia en la plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano. Esta fue la primera vez que un papa beatifica a su antecesor desde la Edad Media.

Durante el pontificado de Benedicto XVI se oficiaron 45 canonizaciones.[69]

Diálogo con otras confesiones cristianas

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En 2011 se reunió con una delegación de la iglesia luterana alemana que le propuso participar en la conmemoración de los quinientos años de la Reforma. En esta ocasión el papa aceptó la invitación, como gesto ecuménico, resaltando aquellos elementos que son comunes a ambas profesiones de fe, en particular la creencia en la Santísima Trinidad.[70]

Diálogo con otras religiones

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En 2000, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó un documento titulado Dominus Iesus, que reafirmaba la histórica doctrina y misión de la Iglesia de proclamar el Evangelio. Esto sorprendió a los que erróneamente pensaron que la Iglesia anteriormente había repudiado este papel único en el mundo.

Benedicto XVI fotografiado el 20 de enero de 2006.

Este documento apuntaba el peligro para la Iglesia de teor�as relativistas que justifican el pluralismo religioso negando que Dios se haya revelado a la humanidad.

Sus defensores argumentan que es de esperarse que un l�der de la Iglesia cat�lica se pronuncie en favor de la superioridad del catolicismo sobre otras religiones. Tambi�n mantienen que las notas de Dominus Iesus no son indicativo de intolerancia ni de falta de voluntad para establecer un di�logo con otras religiones. Ellos dicen que Ratzinger fue muy activo en promover el di�logo interreligioso. Al defender el Dominus Iesus, Ratzinger estableci� que cree que el di�logo inter-religioso debe tomar lugar basado en la igualdad de la dignidad humana, pero que la igualdad de la dignidad humana no debe implicar qu� lado sea el correcto.

El Congreso Jud�o Mundial celebr� su elecci�n al pontificado, haciendo notar �su gran sensibilidad a la historia jud�a y al Holocausto�.

En una entrevista en 2004 para el diario Le Figaro, Ratzinger hab�a dicho que Turqu�a, un pa�s musulm�n por herencia y poblaci�n pero secular por su constituci�n, deber�a mirar en un futuro hacia una asociaci�n de pa�ses isl�micos m�s que a la Uni�n Europea, que ten�a ra�ces cristianas. Dijo que Turqu�a siempre ha estado �en contraste permanente con Europa�, y que ligarla a Europa ser�a un error.

El papa conden� fuertemente las caricaturas de Mahoma, primero publicadas por un diario dan�s y luego en otras publicaciones europeas. �En el contexto internacional en el que vivimos en el presente, la Iglesia cat�lica contin�a convencida de que, para mantener la paz y el entendimiento entre personas y hombres, es necesario y urgente que las religiones y sus símbolos sean respetados», dijo. Agregó que esto implica que «los creyentes no sean objeto de provocaciones que afecten sus vidas y sentimientos religiosos». Destacó que «para los creyentes, así como la gente de buena voluntad, el único factor que puede llevar a la paz y fraternidad es el respeto hacia las convicciones y prácticas religiosas de otros».[cita requerida]

Tuvo una especial significancia el conocido como discurso de Ratisbona, una conferencia pronunciada por Benedicto XVI el 12 de septiembre de 2006 en la Universidad de Ratisbona, en donde fuera profesor de teología, con el título Fe, razón y la universidad: recuerdos y reflexiones.[71]

En el discurso, el pontífice reflexionó sobre el encuentro entre la fe y la razón a partir de la llegada del cristianismo al contexto de la filosofía helénica, ocurrida en el siglo I.[72]​ Sin embargo, el principal motivo de la repercusión que alcanzó su discurso fue la citación —marginal respecto al conjunto de la conferencia— de un diálogo que el emperador bizantino Manuel II Paleólogo mantuvo con un persa culto sobre el cristianismo y el islam, y sobre la verdad de ambos, donde se apuntaba la relación entre violencia e islam.[72]​ En un momento de dicha discusión, citada por el papa, el emperador se dirige a su interlocutor («con una brusquedad que nos sorprende, brusquedad que para nosotros resulta inaceptable», señala Benedicto XVI) diciendo:

Muéstrame también lo que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malas e inhumanas, como su disposición de difundir por medio de la espada la fe que predicaba.

El discurso, que estaba dirigido a un público académico, levantó reacciones airadas y conflictos diplomáticos a raíz de dicho párrafo, que fue sacado de contexto y divulgado inicialmente por la cadena árabe de noticias Al-Yazira,[73]​ antes de que fuese traducido, amplificándose a su vez a través de otros medios sin que se hiciese una exégesis o una aclaración completa del contexto en el que se encontraba la cita.[74]

Debido a los malentendidos surgidos, el papa aportó a la redacción final del discurso varias notas aclaratorias.[73]​ En una de ellas, Benedicto XVI lamentó que el párrafo citado del emperador Manuel II hubiese sido considerado en el mundo musulmán como expresión de su propia posición personal.[nota 7]​ Tras este acontecimiento, ese mismo año hizo un acercamiento a personalidades de otras religiones, tras reunirse con líderes de Turquía y con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.

Viajes

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Países visitados por Benedicto XVI.

Benedicto XVI hizo 24 viajes apostólicos fuera de Italia, visitando países de los cinco continentes.[76]

Renuncia

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El 11 de febrero de 2013 el papa Benedicto anunció su renuncia al cargo, alegando «falta de fuerzas». El anuncio lo realizó en latín durante el consistorio de canonización de los mártires de Otranto, causando la sorpresa de los asistentes. Según sus palabras:

He llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecuan por más tiempo al ejercicio del ministerio petrino. Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de obispo de Roma y sucesor de Pedro.

La renuncia del papa Benedicto debe considerarse excepcional, dado que fue la primera desde la Edad Media, concretamente el año 1415 —con Gregorio XII, obligado a renunciar en el Concilio de Constanza para dar fin al Cisma de Occidente—, y la primera por voluntad propia desde 1294 (con Celestino V, que renunció para hacerse ermitaño). En el momento de anunciar su renuncia, el papa Benedicto XVI tenía ochenta y cinco años, y llevaba casi ocho de pontificado.[77]

Dicha renuncia se hizo efectiva el 28 de febrero a las 20:00 horas, hora de Italia, a partir de la cual la sede papal quedó vacante, dando comienzo al proceso de celebración de un cónclave que eligió a un nuevo papa, Francisco.

Benedicto XVI abandonó la Ciudad del Vaticano en helicóptero aproximadamente a las 17:00 horas. Mientras sobrevolaba Roma, las campanas de todas las iglesias y basílicas de la ciudad tañían a la vez. Llegado a Castel Gandolfo, su nueva residencia en los dos primeros meses tras su renuncia, compareció en el balcón del Palacio Apostólico, donde dirigió sus últimas palabras como papa a la gente congregada en la plaza:

Gracias, gracias de corazón. Gracias por vuestra amistad y vuestro afecto (...). No soy más el Sumo Pontífice de la Iglesia. A partir de las 20:00 horas, seré simplemente un peregrino que continúa su peregrinaje sobre la Tierra y afronta la etapa final. (...) Gracias y buenas noches.

Seguidamente, dio la bendición y se retiró.[78]​ A las 20:00 horas, la Guardia Suiza que custodiaba el portón del palacio fue relevada, a la vez que se cerraban los postigos, simbolizando de este modo el fin del pontificado.

Tras su renuncia

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El papa Francisco saluda a Benedicto XVI en julio de 2013.

Durante el tiempo de sede vacante y hasta el 2 de mayo de 2013, Benedicto XVI residió en Castel Gandolfo; luego, ese mismo 2 de mayo, se trasladó al Monasterio Mater Ecclesiae, que se encuentra dentro de los muros del Vaticano.[79]​ Allí vivió dedicado a la oración y a sus aficiones junto con su secretario privado Georg Gänswein, cuatro laicas consagradas de la comunidad «Memores Domini» (que le ayudaban con las labores domésticas) y un diácono belga. Además hubo disponible una habitación para que se alojara su hermano, Georg Ratzinger, cuando este le visitaba antes de su muerte en 2020.[80]

De este modo Benedicto vivió cerca de su sucesor, el papa Francisco, en la propia Ciudad del Vaticano, siendo esto un acontecimiento único e histórico dentro de la Iglesia católica.[81]

El papa emérito Benedicto XVI durante el primer consistorio ordinario público del papado de Francisco, 22 de enero de 2014.

El hasta entonces papa mantuvo su nombre, Benedicto XVI,[82]​ y desde su renuncia ostentó el título de papa emérito o pontífice emérito,[83]​ así como obispo emérito de Roma, con el tratamiento de Su Santidad, según señaló Francesco Coccopalmerio, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos.[84]

Desde su renuncia al papado mantuvo un perfil bajo, con pocas apariciones públicas.[85]​ En cualquier caso, estas fueron reduciéndose progresivamente a medida que su estado de salud fue deteriorándose.

El papa Francisco lo visitó en repetidas ocasiones durante esos años, y lo invitó a participar en distintos actos y celebraciones litúrgicas. Así, estuvo presente en la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, o en la beatificación de Pablo VI. Estuvo, además, en la apertura de la puerta santa en el inicio del Jubileo de la Misericordia.[86]​ También durante este tiempo recibió visitas de personalidades eclesiales, líderes políticos[87]​ o algunos de sus alumnos.

Benedicto XVI (en el centro) con su hermano Georg (sentado a su izquierda) en 2019.

En 2020 realizó un viaje a Ratisbona entre el 18 y el 22 de junio para visitar a su hermano Georg, que se encontraba gravemente enfermo —y que moriría pocos días después—. Este fue el único viaje del papa emérito fuera de Italia y de la Ciudad del Vaticano después de su renuncia al cargo.[88][89]

El 12 de diciembre de 2022, el cardenal Carlos Osoro, gran canciller de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, le concedió la medalla de oro de la Universidad.[90]

Muerte y funeral

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Misa exequial por el papa emérito Benedicto XVI, que se celebró el 5 de enero de 2023 en la plaza de San Pedro y estuvo presidida por el papa Francisco.
Tumba de Benedicto XVI en las grutas vaticanas.

Tras su renuncia, su estado de salud fue empeorando progresivamente. En los últimos años sufrió de erisipela en la cara, una enfermedad infecciosa que se caracteriza por hinchazón y placas rojizas, que causa mucho picor y dolores agudos. También comenzó a desarrollar problemas respiratorios que para sus últimos meses afectaron a sus cuerdas vocales, impidiéndole hablar.[91]

Días antes de fallecer, y cuando ya era manifiesto el deterioro de su salud, unido a su avanzada edad, el papa Francisco pidió «una oración especial» por el papa emérito.[92]

Falleció el 31 de diciembre de 2022 a las 9:34 horas en la residencia del Monasterio Mater Ecclesiae.[93][3]​ Sus últimas palabras fueron «¡Señor, te amo!», pronunciadas durante la noche pocas horas antes de su muerte.[94]​ Su cuerpo fue colocado en una capilla ardiente que fue abierta al público entre el 2 y 4 de enero de 2023 a la cual acudieron cerca de 200 000 personas.[95][96]​ El funeral se llevó a cabo en la mañana del 5 de enero de 2023 bajo una espesa niebla, y estuvo presidido por el papa Francisco.[97]​ Después del funeral fue enterrado en las grutas vaticanas en la misma tumba que previamente albergó los cuerpos de Juan XXIII (entre 1963 y 2000) y Juan Pablo II (entre 2005 y 2011).[98]

Críticas y polémicas

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  • Ratzinger llevó las riendas de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo que le hizo ganarse críticas de «duro» y «conservador» entre los sectores más progresistas de la Iglesia. Fue polémico su enfrentamiento con su amigo y rival, el teólogo Hans Küng, lo cual incrementó su fama de intransigente, acusación que el propio Küng no comparte.[cita requerida] Ambos eran compañeros de juventud en la Universidad de Tubinga, donde ejercían como profesores de Dogmática y defendían de forma entusiasta las reformas aperturistas del Concilio Vaticano II. Pero tras mayo de 1968, Ratzinger se fue haciendo más conservador y crítico con las posiciones teológicas más liberales y relativistas, mientras Küng radicalizó su pensamiento y fue desarrollando una teología muy crítica con los dogmas (especialmente con el de la infalibilidad papal). En 1979, la Santa Sede suspendió a Küng para oficiar como sacerdote y enseñar teología católica, polémica decisión que los partidarios de Küng atribuyeron a Ratzinger[cita requerida]. Sin embargo, en septiembre de 2005, unos meses después de iniciado su papado, Ratzinger invitó a Küng a su residencia en Castel Gandolfo para departir amistosamente sobre cuestiones teológicas en las que venía trabajando Küng y que interesaban al papa, aunque dejando de lado las viejas polémicas en torno a la dogmática. Küng, desde su ecumenismo, pensaba que Benedicto XVI podría llegar a ser el renovador de la Iglesia que como cardenal no fue [cita requerida].
  • En una carta dirigida por el cardenal Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, al cardenal Theodore McCarrick, arzobispo de Washington D. C., y a monseñor Wilton Gregory, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos,[99]​ con ocasión de la reunión plenaria de primavera que este organismo, se sostiene una posible disparidad de opiniones entre los católicos hacia la pena de muerte, que contrasta con la posición sobre la eutanasia y el aborto:
Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia.[100]
Carta de J. Ratzinger, al cardenal Theodore McCarrick, arzobispo de Washington DC
En el párrafo anterior de esa misma carta, se dicen unas palabras importantes para situar esta cita en su contexto:
Por ejemplo, si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación de la pena de muerte o en la decisión de hacer la guerra, éste no sería considerado por esta razón indigno de presentarse a recibir la Sagrada Comunión. Aunque la Iglesia exhorta a las autoridades civiles a buscar la paz, y no la guerra, y a ejercer discreción y misericordia al castigar a criminales, aún sería lícito tomar las armas para repeler a un agresor o recurrir a la pena capital.
  • En el libro publicado en 2010 cuyo autor es el periodista alemán Peter Seewald y titulado La luz del mundo. El papa, la iglesia y las señales del tiempo, Benedicto XVI consideró el uso de preservativos en determinados usos como un primer paso hacia la moralización, en el caso de prostitución de alguien con sida.[101]

... puede ser un primer paso para abrir la vía a una sexualidad más humana, vivida de otro modo.

  • El jueves 24 de mayo de 2012, el consejo de vigilancia del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco del Vaticano[102]​ votó a favor del cese del presidente, Ettori Gotti Tedeschi, un economista de 67 años, por supuestas «irregularidades en su gestión» (el IOR estaba siendo sometido desde hacía casi un año a una investigación judicial por supuesta violación de las normas de blanqueo de capitales). Gotti Tedeschi, tras el voto de desconfianza y un durísimo comunicado,[103]​ dimiti� inmediatamente y declar�: �Prefiero no hablar. Si lo hiciera, solo dir�a palabras feas. Me debato entre el ansia de explicar la verdad y no querer turbar al Santo Padre con tales explicaciones�.[104]​ Un largo informe de Gotti Tedeschi tras su dimisi�n, escrito para ser entregado al papa, acab� en manos de la Fiscal�a de Roma, al ser descubierto casualmente por la polic�a de Roma, que investigaba un caso totalmente ajeno.[105]
La expulsi�n de Ettore Gotti Tedeschi por �irregularidades de su gesti�n� fue promovida por Benedicto XVI, as� como su reemplazo por el bar�n Ernst von Freyberg: el papa sigui� de cerca la totalidad del proceso de selecci�n y elecci�n del nuevo presidente del Consejo Supervisor del Instituto para las Obras de Religi�n y expres� su completo consentimiento a la decisi�n de la Comisi�n cardenalicia.[106][107]

Distinciones honor�ficas pontificias

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Obras publicadas

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Las publicaciones de Joseph Ratzinger alcanzan los 600 t�tulos, algunos de sus estudios no han sido publicados abiertamente, sino que ha sido dirigido para ciertos gremios, comisiones y documentos eclesi�sticos, aqu� se muestra una breve selecci�n de su trabajo:

Véase también

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Notas

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  1. Sigue 3 Juan, 8, cuyo texto completo es: Nos ergo debemus sublevare huiusmodi, ut cooperatores simus veritatis.
  2. El número preciso de papas ha sido materia de extensa discusión por muchos siglos. El Diccionario de los papas de César Vidal Manzanares (1997) lista a Juan Pablo II como el 264.º papa,[2]​ por lo que Benedicto XVI sería el 265.º.
  3. Es el primer decano del Colegio Cardenalicio elegido papa desde Paulo IV en 1555 y el primer cardenal-obispo elegido papa desde Pío VIII en 1829.
  4. Quizás séptimo, según la procedencia de Esteban VIII, de quien se desconoce si nació en Roma o en Alemania
  5. Desde septiembre de 2020, y hasta su fallecimiento, fue el pontífice más longevo de la historia, o el segundo si se considera al papa Agatón de quien se dice murió a los 102 años. Superó a León XIII, que falleció en 1903, a los 93 años.[8]
  6. En español se opta por traducir el nombre Benedictus como Benedicto y no como Benito, aunque este último también deriva del mismo nombre latino y, de hecho, se empleó como traducción del nombre en otras lenguas.[53]
  7. La nota dice textualmente: "Lamentablemente, esta cita ha sido considerada en el mundo musulmán como expresión de mi posición personal, suscitando así una comprensible indignación. Espero que el lector de mi texto comprenda inmediatamente que esta frase no expresa mi valoración personal con respecto al Corán, hacia el cual siento el respeto que se debe al libro sagrado de una gran religión. Al citar el texto del emperador Manuel II sólo quería poner de relieve la relación esencial que existe entre la fe y la razón. En este punto estoy de acuerdo con Manuel II, pero sin hacer mía su polémica"[75]

Referencias

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  101. papa Benedicto XVI no cambió enseñanza de la Iglesia sobre preservativos, precisa vocero vaticano'
  102. Dicho Consejo está formado por cuatro expertos, laicos: el alemán Ronald Hermann Schmitz, el estadounidense Carl Anderson (líder de los Caballeros de Colón, el italiano Antonio Maria Marocco y el español Manuel Sotoserrano.
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Bibliografía

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Documentales

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  • Las llaves del reino, de Juan Pablo II a Benedicto XVI producido por el Centro Televisivo Vaticano, distribuido por HDH Communications, 2006

Enlaces externos

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Predecesor:
San Juan Pablo II

Papa de la Iglesia cat�lica

19 de abril de 2005-28 de febrero de 2013
Sucesor:
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Cardenal-Obispo de Ostia
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30 de noviembre de 2002-19 de abril de 2005
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25 de noviembre de 1981-19 de abril de 2005
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Predecesor:
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27 de junio de 1977-5 de abril de 1993
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24 de marzo de 1977-15 de febrero de 1982
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