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Juan Luis Vives

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Juan Luis Vives

Retrato an�nimo de Juan Luis Vives, Museo del Prado.
Informaci�n personal
Nacimiento 6 de marzo de 1492
Valencia, Reino de Valencia, Corona de Arag�n
Fallecimiento 6 de mayo de 1540 (48 a�os)
Brujas, Pa�ses Bajos de los Habsburgo
Sepultura Catedral de San Donaciano Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Espa�ola
Religi�n Cat�lico
Familia
C�nyuge Margarita Valldaura Ver y modificar los datos en Wikidata
Educaci�n
Educado en
Alumno de Gaspar Lax Ver y modificar los datos en Wikidata
Informaci�n profesional
Ocupaci�n Pedagogo, catedr�tico y profesor universitario
A�os activo 1514-1540
Empleador Universidad de Oxford Ver y modificar los datos en Wikidata
Movimiento Humanismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma

Juan Luis Vives[1]​ (en valenciano: Joan Llu�s Vives;[1]​ en lat�n: Ioannes Lodovicus Vives;[2]Valencia, 6 de marzo de 1492-Brujas, 6 de mayo de 1540) fue un humanista, fil�sofo, psic�logo y pedagogo espa�ol del Reino de Valencia.[3]

Figura destacada del humanismo renacentista en Europa, Vives fue un hombre ecl�ctico y universalista, que avanz� ideas innovadoras en m�ltiples materias, y propuso acciones en favor de la paz y uni�n de los europeos y la atenci�n a los pobres.[4]

Biograf�a

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Naci� el 6 de marzo de 1492 en la ciudad de Valencia, entonces perteneciente al reino de Valencia y en la actualidad a la Comunidad Valenciana, en Espa�a. La familia Vives era importante dentro del n�cleo de comerciantes jud�os, religiosos y econ�micamente acomodados de la ciudad. Para proteger la vida de sus familiares, as� como sus propiedades y evitar asimismo el riesgo de ser expulsados, se vieron obligados a convertirse al cristianismo.

Su padre, Luis Vives Valeriola (ex Abenfa�am), fue un peque�o comerciante valenciano que vio confiscadas todas sus propiedades al ser condenado en auto de fe y quemado en la hoguera en 1524,[5]​ por criptojudaizante. Su madre, Blanca o Blanquina March Almenara (ex Xaprud) (1473-1508), emparentada con el famoso poeta valenciano Ausi�s March, fue condenada en efigie por herej�a y apostas�a por los inquisidores Arnau Alberti y Juan de Churruca; su memoria fue anatematizada y sus restos 21 a�os despu�s de su muerte fueron desenterrados para ser quemados en 1529. As�, dos de las hermanas de Vives, Beatriz y Leonor, ya no pudieron reclamar su derecho a los 10.000 sueldos de la dote de su madre, ni a ning�n bien de sus dos padres, confiscados por la Real Hacienda, pues, aunque ganaron un pleito en primera instancia, la apelaci�n los dej� sin nada.[6]​ Juan Luis, el humanista, fue el mayor de los hermanos: Jaume, Beatriu, Anna Leonor e Isabel.

Durante la revuelta de las German�as (entre 1519 y 1523), miembros de su familia judeoconversa adoptaron posiciones radicalmente diferentes: si la mayor�a de los Vives se opon�an a los sublevados, como Baltasar, t�o de Joan Lluis Vives "que particip� decisivamente en la represi�n, otro t�o, Enric March, jurista, particip� en la revuelta como asesor de la Junta de los Trece y fue condenado a una multa de 420 sueldos. Otro t�o de Joan Lluis, Joan March hizo un pacto con el genov�s Spinola en nombre de otro agermanado, Diego de Trevinyo".[7]

El origen jud�o de Vives no se descubri� hasta la d�cada de 1960 y permiti� entonces a los bi�grafos explicar su exilio definitivo de Espa�a y, probablemente, parte de su obra. Los Vives hab�an seguido practicando el juda�smo en una sinagoga que ten�an en su casa y de la que era rabino un primo hermano de Juan Luis, Miguel Vives. Pero la Inquisici�n descubri� a Miguel y a su madre en la sinagoga en plena liturgia, lo que dio lugar al proceso general contra la familia Vives. Baltasar Vives, se�or de Vergel en 1522 y tesorero nombrado por el rey Carlos I para reunir dinero con el que financiar la guerra contra la German�as, era t�o paterno de Juan Luis Vives.[8]

A los quince a�os, Juan Luis Vives empez� a estudiar en la Universidad de Valencia, lo que se llamaba entonces estudios generales, fundados cinco a�os antes. Acudi� a dicho centro desde 1507 hasta 1509, aproximadamente; en ella a�n duraba la lucha entre los escol�sticos y los humanistas y, por una paradoja de las muchas que la vida depara a los hombres, por defender a su gran maestro Jeroni Amiguet i Bre��, catedr�tico de ret�rica y de origen converso, en 1507 pronunci� un discurso contra el m�todo de ense�anza de Antonio de Nebrija, el palad�n m�ximo del humanismo en Espa�a.[9]​ Por otra parte, tambi�n tuvo all� como profesor al leridano Daniel Sir�. Tanto Amiguet como Sir� le ense�aron gram�tica latina, y ya entonces deb�a escribir sus primeros op�sculos en un pur�simo lat�n, exento de los solecismos y barbarismos que conten�a el lat�n escol�stico de su �poca, como se ve en sus obras publicadas en 1514. El griego se lo ense�� Bernardo Navarro.[10]

Estatua de Luis Vives en el p�rtico de la Biblioteca Nacional de Espa�a, obra de Pere Carbonell.

El proceso contra su familia continu� y en 1509, su padre, que hab�a visto perecer a su mujer por la peste en 1508, y preocupado adem�s por el cariz que empezaba a tomar el asunto, decidi� enviar a su hijo a estudiar al extranjero, o m�s bien lo resguard� de lo que ven�a. As�, el oto�o de 1509, con apenas diecisiete a�os, Vives parti� rumbo a Par�s para perfeccionar y ampliar sus conocimientos en Artes y Filosof�a la Universidad de la Sorbona, centro de atracci�n de muchos estudiantes de la Corona de Arag�n y en el que ense�aban muchos profesores espa�oles, en los colegios de Beauvois y Montaigu. Sin embargo, los tres a�os que pas� all� no le fueron muy agradables, y se quej� de encontrar all� instalados a los mismos escol�sticos y dial�cticos que tanto lo molestaban en Valencia.

Las relaciones entre Luis XII y Fernando de Arag�n empezaron a ser tensas y la situaci�n de los espa�oles se vio comprometida, de manera que interrumpi� sus estudios en 1512 y se traslad� a Brujas (B�lgica) donde viv�an algunas familias de mercaderes valencianos, entre ellas la de Bernardo Valldaura y Clara de Servent, padres de su futura mujer, Margarida o Margarita Valldaura, de ocho a�os, a la que le encargaron instruir en gram�tica latina junto al resto de sus hermanos. Con ella se casar�a doce a�os despu�s, de forma que en Brujas instal� su segundo hogar, amistando adem�s con el jurisconsulto Francisco Cranevelt y el famoso m�dico Juan Mart�nez Poblaci�n.[11]

Recibi� la noticia de que su padre hab�a sido condenado y quemado por la Inquisici�n en 1524, y su madre Blanca March, que ya hab�a fallecido en 1508, hab�a sido desenterrada para quemar sus restos en 1530.[12]​ Vives, que quer�a mucho a su madre, como se�alan los entra�ables recuerdos de ella recogidos en sus Di�logos sobre la educaci�n, se vio inmerso en una gran depresi�n an�mica y decidi� no volver nunca a Espa�a. Volvi� a Par�s y all� escribi� su primera obra, El triunfo de Jesucristo. De all� march� a Lovaina atra�do por el prestigio de su universidad, en la cual conoci� a Erasmo de R�tterdam y entabl� con �l una gran amistad. Fue nombrado profesor en la universidad y preceptor de Gilherme o Guillermo de Croy, obispo de Cambray y luego arzobispo electo de Toledo (1517-1521), con el que realiz� muchos viajes por Flandes y Francia; Vives escribi� entonces varios op�sculos: Meditaciones sobre los siete salmos penitenciales, una F�bula del hombre, una Alma del anciano, una Introducci�n a las Ge�rgicas de Publio Virgilio y un Hor�scopo de Jesucristo, pero su disc�pulo muri� muy joven, de una ca�da de caballo, y Vives qued�, no solo sin su protecci�n, sino comido de deudas seg�n se apercibe en su correspondencia con Erasmo.

Sinti�ndose enfermo, volvi� a Brujas para recibir los cuidados de sus paisanos, y se instal� en casa del espa�ol Pedro de Aguirre. En la universidad de Lovaina ense�� dos materias: la Naturalis historia / Historia natural de Plinio el Viejo y las Ge�rgicas de Virgilio. Conoci� adem�s a Tom�s Moro, quien qued� prendado de sus profundos conocimientos human�sticos (ya hab�a escrito Erasmo al humanista franc�s Gilherme o Guillermo Bud� o Budeo: "O conozco mal a Vives o no ha de descansar hasta dejarnos postergados a todos".[13]​ Por incitaci�n de Erasmo, adem�s, se enfrasc� en la elaboraci�n de unos Comentarios a La ciudad de Dios de [Agust�n de Hipona]. Estando a�n entre Brujas y Lovaina, pero ya proyectando marchar a Inglaterra, rechaz� una c�tedra vacante para ense�ar en la Universidad de Alcal� de Henares, sustituyendo al fallecido Antonio de Nebrija, por miedo a que la Inquisici�n le persiguiera a causa de sus antecedentes familiares.

La universidad de Oxford le concedi� el grado de doctor en derecho civil y en el verano de 1523 fue elegido lector del reciente (fue fundado en 1517) Colegio del Corpus Christi por el cardenal Wolsey, cargo que comportaba tambi�n ser nombrado canciller del rey Enrique VIII de Inglaterra. Vives ve�a cumplido as� su anhelo de establecerse en una corte, �nico lugar en el que un humanista pod�a desarrollar dignamente su trabajo investigador de la cultura y ense�ar los descubrimientos de sus estudios. Ah� trab� amistad con Tom�s Moro y la reina Catalina de Arag�n.

Sin embargo, pronto se desanim�, ya que a�oraba a sus amigos flamencos y la vida acad�mica de Lovaina, en la que destacaba Erasmo de R�terdam, en especial porque all� ten�an lugar las discusiones m�s apasionantes entre los m�s destacados humanistas europeos.

Su amistad con la reina Catalina le permiti� que el 28 de abril de 1525 se le concediera la licencia para importar vino y lana hasta Inglaterra y exportar trigo al continente. Con los beneficios de este comercio y la pensi�n real, su situaci�n econ�mica mejor�.

Desde mayo de 1526 hasta abril de 1527 residi� de nuevo en Brujas, lugar en el que se enter� de la condena a muerte de su amigo Tom�s Moro por oponerse al divorcio del rey.

Vives escribi� en Brujas su tratado sobre el pauperismo o socorro de los pobres (De subventione pauperum, 1526), en el que analizaba y sistematizaba la organizaci�n de ayuda a los pobres y c�mo deb�a hacerse. Por ello se considera a Vives la primera persona en Europa en planear un servicio p�blico de asistencia social. Fue, por tanto, el precursor de la organización futura de los servicios sociales en Europa y uno de los precursores de la intervención del Estado organizada y asistencial en favor de los necesitados.

Catalina invitó a Vives a retornar a Inglaterra para que enseñara latín a su hija, María Tudor. Para intentar ayudar a la reina, Vives escribió al emperador Carlos, enemigo del rey, y al papa Clemente VII, pero sus notas fueron interceptadas por el cardenal Wolsey. Viendo que sus esfuerzos eran inútiles y que el rey jamás renunciaría al divorcio, intentó convencer a la reina para que lo aceptara. Esta estrategia desagradó tanto a Enrique como a Catalina. Escribió a un compatriota suyo:

La Reina se enojó conmigo, porque no obedecí enseguida su voluntad en vez de atenerme a mi propio parecer; pero este vale tanto para mí como todos los monarcas juntos.[14]

Fue brevemente encarcelado, le fue retirada la pensión real y fue expulsado de Inglaterra. Buscó entonces protección en Carlos V, a quien dedicó su tratado De concordia et discordia in humano genere y otro al inquisidor general de España, que tituló De pacificatione. Le fue concedida una renta anual de 150 ducados, que representaba la mitad de sus gastos; sin embargo, jamás consiguió el beneficio eclesiástico que solicitaba.

Estatua de Juan Luis Vives en el claustro de la Universidad de Valencia, por Josep Aixa Íñigo.

Los últimos años de su vida los dedicó a perfeccionar la cultura humanística de Enrique III de Nassau-Breda, tío de Guillermo el Taciturno, y de su esposa, Mencía de Mendoza (1508-1554), marquesa del Cenete. Se convirtió en un reformador de la educación europea y en un filósofo moralista de talla universal, proponiendo el estudio de las obras de Aristóteles en su lengua original y adaptando sus libros destinados al estudio del latín a los estudiantes; sustituyó los textos medievales por otros nuevos, con un vocabulario adaptado a su época y al modo de hablar del momento: trató el latín como una lengua viva. Su libro de Diálogos destinados a la enseñanza del latín se editó en 65 ocasiones entre 1538 y 1649. Hasta hoy se han realizado más de 600 ediciones.

El libro de Vives trasciende ese propósito, a la manera de los Coloquios de Erasmo, y refleja recuerdos autobiográficos y sus puros ideales humanísticos de reforma de la sociedad, sin que le falte tampoco el humor. Su De Disciplinis en doce libros es un clásico de la Pedagogía universal. Los siete primeros tratan sobre la corrupción de los estudios en general; señala como causas principales la soberbia y la vanidad de los que a los estudios se dedican, la oscuridad de los escritos antiguos, la ignorancia o mala fe de sus comentadores, la sumisión exagerada a la autoridad, el abandono de los conocimientos de la naturaleza, el afán de polémica que impera en las escuelas, el torpe deseo de lucrarse con los estudios, la pereza y la poca estima que se tiene de los maestros.

En la segunda parte expone sus convicciones sobre el sentimiento religioso como fundamento y fin supremo de la educación; la necesidad de tener en cuenta las disposiciones naturales de los niños, las ventajas de la intuición y del contacto con la naturaleza; la importancia de la lengua materna, que debe aprenderse oyendo hablar bien desde el principio y hablando; de las condiciones del maestro, que debe ser serio y amable; de los castigos, que serán escasos y oportunos; de los peligros del recargo de trabajo; de los frecuentes ejercicios corporales tan necesarios para el desarrollo de la infancia; de los juegos, que fortifican el cuerpo y tonifican el espíritu; de la importancia de los buenos ejemplos, por el instinto de imitación de los niños, y, finalmente, bosqueja su vasto y magnífico plan de enseñanza fundado en principios racionales y científicos, sin que falte ningún detalle de los que la pedagogía de nuestros tiempos considera como conquistas nuevas y fundamentales de la ciencia de la educación.[15]

Propuso también la reforma de la Sorbona, depurando su educación filosófica y mejorando la calidad de su instrucción.

En 1539 su salud era ya muy delicada: gotoso desde 1533, padecía además dolores de cabeza y una úlcera estomacal. Una artritis degeneró en fuertes dolores, y el 6 de mayo de 1540 moría en su casa de Brujas a causa de un cálculo biliar. Fue enterrado en la iglesia de San Donaciano. Pero, con la posterior destrucción de este templo durante unas reformas urbanísticas, su tumba desapareció.

Obras

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Así es que por ignorancia de las lenguas de los grandes escritores, no entendimos lo que nos mandaban, lo que nos aconsejaban tocante al camino a seguir y la finalidad a conseguir. La ignorancia de esas lenguas nos privó casi en absoluto del conocimiento de aquellos autores que redactaron en lengua griega o latina sus monumentales producciones literarias y la entregaron a la posteridad. Estas lenguas con la no rompida continuidad de tantas guerras, caso cayeron en total desuso, cuando aquellas naciones que pueblan el Septentrión, extravándose, se derramaron por Italia y el Occidente todo. (...) Aquellas hordas bárbaras y bravías de suyo, y ajenas en absoluto a todo cultivo de la inteligencia, comenzaron por causar en las bibliotecas gigantescas destrucciones, por prender fuego en las ciudades y por asolar reinos enteros, y en aquella impía criminal conflagración quedaron reducidas a cenizas las obras de los grandes ingenios, con las que sus autores, malos agoreros, se habían prometido vida y robusta inmortalidad. (...) Mas la pérdida o el gran oscurecimiento de esas dos lenguas augustas, latina y griega, trajo forzosamente que en las mismas tinieblas y envilecimiento quedasen sumidas las artes y disciplinas que en aquellas lenguas había tenido su expresión y que las voces perdieran su sentido preciso y se introdujesen desconocidos y feos idiotismos
J. L. Vives: De las disciplinas (1531)[16]

Sus Obras completas han sido traducidas al español por Lorenzo Riber (Madrid, Aguilar, 1948, en dos volúmenes) y en otra edición auspiciada por el Ayuntamiento de Valencia con motivo del quinto centenario de su nacimiento (1992). Cabría destacar las siguientes:

  • Opuscula varia (Lovanii, 1519), colección de opúsculos donde encontramos la que fue su primera obra de carácter filosófico De initiis, sectis et laudibus philosophiae.
  • Adversus pseudodialecticos (Selestadii, 1520), presenta la lectura de los clásicos, como humanista que es, como medio para adquirir agilidad mental.
  • De subventione pauperum. Sive de humanis necessitatibus libri II (Brugis, 1526), trata el problema de la mendicidad buscando soluciones en las instituciones públicas, que deben socorrer a los verdaderos pobres y hacer trabajar a los que solo son vagos; para ello es preciso una organización de la beneficencia y una reforma del sistema sanitario, de asilo... Siendo un plan de actuación contra la pobreza en la ciudad de Brujas.
  • De Europae dissidis et Republica (Brugis, 1526).
  • De concordia et discordia in humano genere (Antuerpiae, 1529).
  • De pacificatione (Antuerpiae, 1529).
  • Quam misera esset vita christianorum sub Turca (Antuerpiae, 1529).
  • De disciplinis libri XX (Antuerpiae, 1531), es una obra enciclopédica, en la que se encierra su obra pedagógica, y que está dividida en tres partes: De causis corruptarum artium, De tradendis disciplinis, y De artibus. Esta última contiene a su vez: De prima philosophia, De explanatione cuiusque essentiae, De censura veri, De instrumento probabilitatis, De disputatione.
  • De conscribendis epistolis (1534), obra sobre el arte de escribir cartas.
  • De anima et vita (Basileae, 1538), es su obra de madurez y en ella el autor desarrolla conceptos de psicología.
  • Lingvae latina exercitatio, son Diálogos sobre la educación dedicados al príncipe que después sería Felipe II, y cuya intención es instruir en la lengua latina al mismo tiempo que introduce amenas cuestiones sobre moral y conducta social y evoca sus recuerdos infantiles.[17]
  • De Europeae statu ac tumultibus, se dirige al Papa para exigir su mediación a favor de la paz entre los príncipes cristianos, en la misma línea que la Querella de la paz de su amigo Erasmo.
  • Introductio ad sapientiam (Lovanii, 1524), es la más importante de sus obras pedagógicas.
  • Satellitium sive symbola (Lovanii, 1524),[18]​ máximas morales protectoras para la princesa María, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón.
  • De institutione feminae christianae, traducida al castellano en Valencia en 1528, un tratado sobre la educación de la mujer cristiana.

Referencias

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  1. a b Juan Luis Vives en el Fichero de Autoridades Virtual Internacional. VIAF71399403
  2. Ioannis Lodovici Vivis Valentini, De conncordia & discordia in humanno genere, etc.
  3. Conrad von Gesner, Bibliotheca universalis, Zúrich, 1545, fol. 430 v.: «Ioannes Ludovicus Vives Valentinus, natione Hispanus», citaado en Calero, Francisco, «“Traiciones” a Luis Vives», en Anales del seminario de historia de la filosofía, 13 (1996), p. 238.
  4. «Juan Luis Vives, humanista, filósofo y pedagogo español. Biografía». www.españaescultura.es. Consultado el 19 de junio de 2023. 
  5. https://dbe.rah.es/biografias/5928/juan-luis-vives-march
  6. Cf. Henry Kamen, «"Procesos inquisitoriales contra la familia judía de Juan Luis Vives. I. Proceso contra Blanquina March, madre del humanista", ed. M. de la Pinta Llorente and J. M. de Palacio y de Palacio (Book Review)», Bulletin of Hispanic Studies, vol. 44, núm. 1, janvier 1967, p. 75
  7. Cf. Patricia Banères, «Histoire d'une répression: les judéo-convers dans le royaume de Valence aux premiers temps de l'Inquisition (1461-1530)», LLAC, Université Paul Valéry - Montpellier III, 24 novembre 2012, p. 373 & ss.
  8. García Cárcel, Ricardo (1975). «El coste de la guerra de las Germanías». Las germanías de Valencia (1. ed edición). Ediciones Península. p. 140. ISBN 84-297-1098-1. OCLC 1552175. Consultado el 21 de agosto de 2022. 
  9. Cf. Vicente Campo Palacio, «Los humanistas», en su Historia de la educación y de la pedagogía, Huesca: Viuda de Justo Martínez, s. a., pp. 84-85.
  10. Giselli Bernardo, Débora (2005). «3.1 Vida». Juan Luis Vives (1492-1540) e os ideas humanistas de educaçâo na aurora da modernidade. Universidad Estadual de Maringá. Consultado el 24 de febrero de 2023. 
  11. Cf. Vicente Campo, op. cit., p. 85 y Débora Giselli, op. cit., p. 45.
  12. Escudero López, José Antonio (2009). «Luis Vives y la Inquisición» (PDF). Revista de la Inquisición: (intolerancia y derechos humanos) (13): 11-24. ISSN 1131-5571. 
  13. Apud Vicente Campo, op. cit., p. 85.
  14. Apud Vicente Campo, op. cit., p. 86.
  15. Cf. Vicente Campo, op. cit., pp. 88-89.
  16. Artola, Miguel (1982). Textos fundamentales para la Historia (Séptima edición). Madrid: Alianza Universidad. p. 175. ISBN 84-206-8009-5. 
  17. «Copia archivada». Archivado desde el original el 24 de septiembre de 2008. Consultado el 21 de agosto de 2008. 
  18. Tello, Joan. «The Satellitium sive Symbola of Joan Lluís Vives: Critical Edition with a Short Introduction». Humanistica Lovaniensia 69: 35-114. Archivado desde el original el 23 de febrero de 2021. Consultado el 6 de diciembre de 2022. 

Bibliografía

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Enlaces externos

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