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Anne-Louise Germaine Necker

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Madame de Staël

Madame de Staël retratada por François Gérard hacia 1810.
Información personal
Nombre de nacimiento Anne-Louise Germaine Necker
Otros nombres Madame de Stael
Nacimiento 22 de abril de 1766
Bandera de Francia París, Francia
Fallecimiento 14 de julio de 1817
(51 años)
Bandera de Francia París, Francia
Sepultura Coppet Castle Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Padres Suzanne Curchod
Jacques Necker
Cónyuge Erik Magnus Stael (1786-1802)
Albert de Rocca (1811-1817)
Pareja
Hijos Gustavine de Staël (1787-1789)
Auguste de Staël (1790-1827)
Albert de Staël (1792-1813)
Albertine de Staël (1797-1838)
Louis-Alphonse Rocca (1812-1838)
Información profesional
Ocupación escritora, filósofa, historiadora
Afiliaciones Girondino Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma

Anne-Louise Germaine Necker (París, 22 de abril de 1766 - Ib., 14 de julio de 1817), Baronesa de Staël Holstein, conocida como Madame de Staël [stal], fue una filosofa, escritora y "salonnière" francesa de origen ginebrino.[1]​ Hija de Suzanne Curchod, como su madre, destacó por la fama de su salón literario en París. Escribió libros de viaje muy populares por su precursor espíritu feminista y novelas de aire prerromántico (Delphine y Corinne). Posteriormente se han valorado sus dos extensas obras de crítica cultural y comparatista (De la littérature y De l’Allemagne).[2]​ Creía en una inteligencia femenina tan potente como la masculina y dotada de una sensibilidad superior, exigió que la mujer fuese educada igual que los hombres y que la relación marido-mujer se desarrollara en un plano de igualdad y detestaba las convenciones.[3][4]

Divulgadora del romanticismo alemán en Francia, popularizó el movimiento con la publicación, en De l'Allemagne (1813-1814), las obras de los autores de lengua alemana, hasta entonces prácticamente desconocidos en el país. Abrió así la vía al romanticismo francés, directamente inspirado de los primeros romanticismos alemán e inglés. Sus obras principales son obras de ficción en las que representa a las mujeres víctimas de restricciones sociales que las encadenan: Delphine (1802) y Corinne ou l'Italie (1807).[cita requerida]

Logró su reputación literaria e intelectual con tres ensayos filosóficos:

  • Lettres sur les ouvrages et le caractère de Jean-Jacques Rousseau (Cartas sobre las obras y el carácter de Jean-Jacques Rousseau) (1788)
  • De l'influence des passions sur le bonheur des individus et des nations (De la influencia de las pasiones sobre la felicidad de los individuos y de las naciones) (1796)
  • De la littérature considérée dans ses rapports avec les institutions sociales (De la literatura considerada en sus relaciones con las instituciones sociales) (1800)

Nacida en una rica familia de protestantes ginebrinos, Germaine fue hija del banquero Jacques Necker, (que más tarde sería ministro de finanzas de Luis XVI) y de Suzanne Curchod, originaria del cantón suizo de Vaud. Creció en un ambiente de intelectuales que frecuentaban el sal�n literario de su madre (Georges Louis Leclerc, Marmontel, Melchior Grimm, Edward Gibbon, Guillaume-Thomas Raynal y Jean-Fran�ois de La Harpe).[cita requerida]

Se cas� en 1786 con el bar�n Eric Magnus de Sta�l-Holstein (1749-1802), embajador del rey Gustavo III de Suecia, diecisiete a�os mayor que ella. El matrimonio se llev� a cabo en Versalles con la presencia de la familia real. [5]​La fortuna de su esposa permiti� al diplom�tico escandinavo llevar un tren de vida que realza la imagen de su patria a los ojos de los franceses. La pareja se separ� en 1800.[cita requerida]

Convertida en baronesa de Sta�l, llev� una vida sentimental agitada, en la que destacan una relaci�n con el escritor y periodista liberal Fran�ois de Pange, con quien comparti� sus ideas a favor de la Revoluci�n francesa y sus ideales de 1789 y una relaci�n tempestuosa con Benjamin Constant, escritor y pol�tico franco-suizo a quien conoci� en 1794.[cita requerida]

En 1792 sus ideas de una monarqu�a constitucional la hacen considerar una opositora temida por los maestros de la revoluci�n y en varias ocasiones, a pesar del estatus de diplom�tico de su marido, debe refugiarse en Suiza en casa de su padre.

Expulsada de Francia por Napole�n Bonaparte que la consideraba un obst�culo a su pol�tica, se instal� en Suiza en el castillo familiar de Coppet desde donde public� Delphine (1802), Corinne ou l'Italie (1807) y De l'Allemagne(1810/13).[n. 1]

Separada de su marido en 1800, enviud� en 1802 y volvi� a casarse en 1811 con un joven oficial suizo, Albert de Rocca y reabri� su sal�n parisino a favor de la Restauraci�n de la casa de Borb�n. Muri� en 1817 poco despu�s de un ataque de par�lisis durante un baile en casa del duque Decazes dejando inacabadas sus Consid�rations sur les principaux �v�nements de la R�volution fran�aise, obra p�stuma publicada en 1818.

Biograf�a

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Infancia

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Germaine Necker nace en Par�s en la rue Michel-le-Comte, el 22 de abril de 1766. Educada por su madre, hija de un pastor calvinista, en las concepciones religiosas devotas del calvinismo,[3]​ recibi� una educaci�n opuesta al sistema de Rousseau que consideraba que el desarrollo de las ideas llegaban a partir de los sentidos. La madre de Germaine, contraria al materialismo en todas sus formas, consideraba que era importante ejercitar la inteligencia para la fluidez precoz de las ideas, persuadida de que la inteligencia se volv�a perezosa si no se la ejercitaba.[6]

El gusto por la vida social de Germaine y el inter�s de su familia por la pol�tica la ligan m�s a Francia. Muy joven, con solo catorce a�os, ya ten�a su c�rculo y sab�a conversar con los hu�spedes del sal�n de su madre, que se preocup� de darle la mejor educaci�n. Aprendi� ingl�s y lat�n, el arte de la danza y de la m�sica, recitaci�n y dicci�n, y asist�a a menudo al teatro.[7]​ Todo ello hizo de ella una chica diferente (por su erudici�n y su cultura) a las j�venes de su medio social, criadas de manera m�s tradicional, resultando extra�a a sus contempor�neos por la vivacidad de su inteligencia.

El prestigio paterno le abri� las puertas tanto de la aristocracia como de intelectuales ilustrados de la Europa de su �poca. Sus padres no quer�an un yerno cat�lico, pero hab�a pocos protestantes entre la nobleza francesa. Y los amigos suizos que frecuentaban les parec�an demasiado provincianos. Rechaz� a numerosos pretendientes: Axel de Fersen, embajador de Suecia, Monsieur de Mecklembourg, Louis de Narbonne, que despu�s ser�a uno de sus amantes, e incluso el brit�nico William Pitt se encuentran entre los m�s conocidos. Finalmente, fue el bar�n de Sta�l-Holstein, embajador de Suecia y diecisiete a�os mayor el elegido. Ella solo ten�a trece a�os cuando se acord� el matrimonio. Tras varios a�os de espera la boda se celebr� en la capilla luterana de la embajada de Suecia el 17 de enero de 1786. El d�a de su boda cambi� su nombre convirti�ndose en Germaine de Sta�l.[8]

El matrimonio tuvo cuatro hijos: Gustavine (1787 - 1789) cuyo padrino fue el rey de Suecia Gustavo III, Auguste (1790 - 1827), Albert (1792 - 1813) y Albertine, futura duquesa de Broglie (1797 - 1838). El padre de Gustavine fue el bar�n de Sta�l, pero Auguste y Albert nacieron durante su relaci�n ad�ltera con el general franc�s Louis Marie de Narbonne-Lara y se sospecha que Albertine era hija de Benjamin Constant.[9]​ De su segundo matrimonio con Albert de Rocca naci� Louis-Alphonse Rocca (1812-1838).

Juventud

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Su matrimonio arreglado no fue un matrimonio por amor, ni tampoco un matrimonio feliz y la joven intent� encontrar la felicidad fuera del hogar conyugal. Su vida ser�, a partir de entonces una investigaci�n contin�a de una felicidad que, por otro lado, siempre se le escapar�. Su marido, sin dinero, logra el nombramiento de embajador de Suecia que le procura una pensi�n confortable de 25000 libras.

Al igual que su madre abri� un sal�n en el hotel de Suecia, calle del Bac, donde recib�a a los representantes de una nueva generaci�n con nuevas ideas cercanas a las suyas, contempor�neos a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos e incluso que han participado en ella: La Fayette, Noailles, Stanislas de Clermont-Tonnerre, Condorcet, Fran�ois de Pange y los tres hombres que ella am� m�s en esta �poca: Louis de Narbonne, su primera gran pasi�n, Mathieu de Montmorency, el amigo de toda su vida, Talleyrand, el traidor a su amistad. Ella ayudar� al retorno del exilio de los Estados Unidos de este �ltimo y mantienen durante toda su vida una relaci�n epistolar.

La Revoluci�n

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Viendo en Inglaterra la mejor expresi�n de libertad, lectora apasionada de Rousseau, marcada por las ideas de La Ilustraci�n acoge favorablemente la Revoluci�n francesa y el 5 de mayo de 1789 asiste a la apertura de los Estados Generales. Sin embargo a partir de 1792 la situaci�n se hace dif�cil. Apoyando la idea de una monarqu�a constitucional se aleja tanto de los partidarios de una rep�blica como de los absolutistas y tiene que exiliarse en 1793.

Se refugia en Inglaterra donde por algunos meses se encuentra con algunos amigos que frecuentaban su sal�n. Su vida a partir de entonces est� frecuentemente marcada por el exilio.

En Suiza se enamora de Fran�ois de Pange que ha emigrado en condiciones dif�ciles y que convertido en editor para sobrevivir publicar� sus obras La Paix y despu�s Zulma. Amigo sincero se mostrar� un cr�tico objetivo y severo, sin embargo, de naturaleza delicada y recta, no corresponder� a los sentimientos apasionados de Germaine. Al saber que su sobrina Anne-Louise de Domangeville hab�a escapado por poco a la guillotina y hab�a sido liberada despu�s de la ca�da de Robespierre, regresar� a Francia y se casar� con ella. Morir� algunos meses m�s tarde y Anne-Louise de Domangeville se casar� por tercera vez, suscitando los reproches de Germaine.

Tambi�n Germaine regres� a Francia y publica en septiembre sus R�flexions sur le proc�s de la Reine (Reflexiones sobre el proceso de la Reina) un alegato en defensa de la reina Mar�a Antonieta dirigida a las mujeres donde denuncia las "miserias de la condici�n femenina" y cuestiona la misoginia escondida tras las acusaciones vertidas contra la soberana.[10]​ Tambi�n decide publicar sus propias obras literarias rechazando por una parte lo maravilloso y aleg�rico de los viejos contadores de historias as� como la novela hist�rica y la antigua decoraci�n, poniendo en escena de manera moderna en relaci�n con la �poca los personajes y las condiciones sociales de su tiempo.

Napole�n

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Sta�l fue pasando del entusiasmo revolucionario con Napole�n al desencanto y al odio puro. En 1813 escribir� a James Galiffe: "Un solo hombre de menos y el mundo descansar�a".[11]​ Pero al principio era una entusiasta. El 3 de enero de 1798 Talleyrand le consigue una entrevista con el general Bonaparte en quien ella ve un liberal llamado a hacer triunfar el ideal verdadero de la revoluci�n. Posteriormente se re�ne en varias ocasiones con �l y no cesa de importunarlo hasta incluso lo inconveniente; Napole�n nota ese asedio. Impresionada, le llena de preguntas: "-General, �cual es para usted la mujer m�s importante? - La que tenga m�s hijos, se�ora" le respondi�. Esto la dej� desconcertada. En realidad, Napole�n no se fiaba de ella, y as� escribi� que:

Era mujer de gran talento, de mucho esp�ritu, muy distinguida: sus obras permanecer�n. Pose�a una gran ambici�n, y era tan intrigante, tan sediciosa, que dio lugar a que se dijese sobre ella que era capaz de arrojar a sus amigos al mar a fin de poderlos salvar cuando estuviesen a punto de ahogarse. No merec�a que se le llamase mujer mala; pero se pod�a decir que era turbulenta y ten�a mucha influencia[12]

Madame de Sta�l pierde sus ilusiones tras el Golpe de Estado del 18 de brumario y la promulgaci�n de la Constituci�n del a�o VIII. Muchos deben comenzar a vivir en la clandestinidad y tiene prohibido continuar su obra de filosof�a pol�tica. En vez de refugiarse en el silencio, publica novelas que le granjean una gran popularidad, pero comienza tambi�n un exilio que no har� m�s que acentuarse.

El exilio

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La firma del Concordato con Roma de 1801 causar� el enfado de madame Sta�l; y sus maniobras a espaldas de Napole�n obligar�n al Emperador a desterrarla:

Cuando se celebr� el Concordato, contra el cual madame de Sta�l estaba furiosa, reuni� contra m� inmediatamente a arist�cratas y republicanos. "No ten�is sino un momento", les dec�a a gritos: "Ma�ana el tirano tendr� cuarenta mil sacerdotes a su servicio". Finalmente, habiendo abusado por extremo de mi paciencia, la desterr�. El lugar de su residencia se convirti� entonces en un verdadero arsenal contra m�...[13]

El proceso se inicia con la publicaci�n de Delphine (1802), novela en la que se mezclan las cuestiones pol�ticas y sociales de su tiempo, la anglofilia de la �poca, la superioridad del protestantismo sobre el catolicismo, el divorcio, que denuncia abiertamente la regresi�n desde todos los puntos de vista de la condici�n femenina a pesar de la Revoluci�n, las dificultades de las mujeres condenadas por su posici�n en la familia patriarcal. Un texto que no gusta a Napole�n, ya emperador, a quien se debe un C�digo civil franc�s represivo en relaci�n con las mujeres que las sit�a bajo tutela masculina de un modo tal que pierden los derechos y avances adquiridos con la Revoluci�n, que tardar�n m�s de un siglo en recuperar. Pero a pesar de las cr�ticas y de la hostilidad del Emperador en su contra, la novela constituy� un gran �xito en toda Europa.

Viuda en 1802, mantuvo una larga relaci�n con Benjamin Constant a quien conoci� en 1794 y que le acompa�� en su exilio. Es originario del cant�n de Vaud como ella y tambi�n protestante pero ama vivir en Par�s. Tendr�n una relaci�n sentimental larga -hasta 1808- y tormentosa. "Yo no hab�a visto nada igual en el mundo", escribe �l, "Me sent� apasionadamente enamorado." Pero la voluntad de controlarlo todo por parte de Madame de Sta�l y los enga�os de Constant hacen que se separen tras una petici�n de matrimonio que Madame de Sta�l rechaza.

En octubre de 1803 el ejemplo de Madame de Sta�l expulsada de Par�s donde no puede acercarse a menos de "cuarenta leguas"[14]​ es representativo del combate desigual que pueden librar el poder absoluto y la individualidad de un escritor.

Desde finales de 1803 hasta la primavera de 1804 Madame de Sta�l y Benjamin Constant viajan juntos a Alemania, donde ella es recibida en las cortes principescas como un jefe de Estado. Aprendi� alem�n y se reuni� con numerosos artistas entre ellos Schiller o Goethe. Descubre una literatura desconocida en Francia que revela a los franceses con su obra De l'Allemagne donde describe una Alemania sentimental y c�ndida, imagen que tuvo una gran influencia en la mirada que los franceses han tenido sobre Alemania durante el siglo XIX.

Tras regresar temporalmente a Coppet a la cabecera de su padre moribundo, a finales de 1804 viaja a Italia acompa�ada de Schlegel y Simonde de Sismondi, un escritor suizo.[15]​ Un viaje que le dio la inspiraci�n necesaria para escribir una de sus obras m�s famosas, Corinne o Italia. Hay que tener, dice, "esp�ritu europeo". En 1805, de vuelta al castillo de Coppet, el �nico lugar donde puede vivir en la Europa Napole�nica, empieza a escribir la novela en la que la hero�na en busca de la independencia muere en esta b�squeda. Se inspira en el difunto Fran�ois de Pange para crear el personaje de Oswald. Traslad� su "sal�n" a Coppet donde recibe tambi�n a personalidades e intelectuales europeos que orbitan en torno al llamado Grupo de Coppet.

Benjamin Constant se enamora de su mejor amiga, Juliette R�camier, en una pasi�n no correspondida. Mdame Sta�l escribe de �l: "Un hombre que s�lo ama lo imposible." Madame R�camier era tambi�n una salonni�re famosa, e intercambi� con Sta�l una correspondencia apasionada de la que da testimonio Carmen Bravo-Villasante.[16]

En 1811 se cas� en segundas nupcias con Albert de Rocca, joven oficial de origen suizo con quien tendr� un hijo.

Despu�s de la publicaci�n de De Alemania, impresa en 1810 (toda la edici�n francesa es destruida por la polic�a imperial) obra secuestrada por Napole�n y no publicada en Francia hasta 1814, comienzan realmente para Madame de Sta�l los verdaderos "a�os de exilio" provocados por la publicaci�n de su violento panfleto contra el Emperador que la persigue y la hace espiar sin tregua prohibi�ndole cualquier publicaci�n.

Huye con sus dos hijos todav�a vivos y su esposo Albert de Rocca. Esperando llegar a Inglaterra est� obligada a atravesar Rusia y hace escala en San Petersburgo. All� toma notas para el futuro De la Russie et des royaumes du Nord, un libro que se publicar� tras su muerte. All� encuentra tambi�n al bar�n vom Stein, firme opositor de Napole�n. Logra refugiarse en Estocolmo con Bernadotte convertido en pr�ncipe heredero al trono de Suecia, y es inspiradora de una alianza antinapole�nica adquiriendo el protagonismo pol�tico.

Llega a Inglaterra en 1813 y se encuentra en Londres al futuro Lu�s XVIII en quien desea ver un soberano capaz de implantar una monarqu�a constitucional. Regresar� a Francia en 1814 tras la ca�da de Napole�n tras haber publicado Sapho donde retoma el tema de la mujer genial e incomprendida que acaba muriendo de dolor y de amor, as� como sus R�flexions sur le suicide.

�ltimos a�os

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Madame de Sta�l retratada por Vig�e Lebrun (1808).

En invierno de 1816 regres� por �ltima vez a Par�s[15]​ donde recibe a reyes, ministros y generales. En una Europa que no ha conocido a mujeres influyentes salvo a algunas soberanas y favoritas (por ejemplo la marquesa de Pompadour), Madame de Sta�l tiene verdadera ambici�n pol�tica tras haber esperado convertirse en consejera de Napole�n. Combativa y desde la oposici�n es una propagandista activa. Durante el primer exilio de Napole�n a pesar de ser aliada de los Borbones advierte al emperador de una tentativa de asesinato y este, para recuperarla para la causa, se compromete a devolver una cantidad que su padre hab�a prestado al tesoro. Visita a Josefina, muy enferma, en el castillo de Malmaison para pedirle lo que ha sido convenido con el emperador.

Muere de una hemorragia cerebral el 14 de julio de 1817 apoy�ndose en el brazo de su yerno Victor de Broglie. Es enterrada con sus padres en la capilla de un cementerio situado a peque�a distancia del castillo de Coppet.

Legado

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La historia literaria deja la imagen de una mujer excesivamente sentimental, posesiva y tir�nica en la amistad y el amor. Es sobre todo una pionera en muchos campos: en literatura populariza en Francia la palabra "Romanticismo" introducido por Pierre Letourneur. En sus novelas presenta a las mujeres como v�ctimas de las restricciones sociales que les impiden afirmar su personalidad. Reivindica el derecho a la felicidad para todas y para s� misma. Esta afirmaci�n del derecho a la felicidad que se confunde con el derecho al amor es recogida por George Sand. Madame de Sta�l es una mujer moderna en Europa que recorre en todos los sentidos y describe abundantemente. Tambi�n se la puede considerar como antecesora de la Sociolog�a de la Literatura, y directamente probablamente inspir� en sus fundamentos sobre la ciencia positiva a los fundadores de la Sociolog�a, Henri de Saint Simon y a su trav�s, Auguste Comte[17]

En Par�s, su memoria se honra con una estatua situada en el jard�n del lado sur del Ayuntamiento.

Influencia en Espa�a

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Sus dos grandes novelas Delphine y Corinne se publicaron en Espa�a antes de 1828; Fern�n Caballero la admiraba tanto que firm� algunos escritos como 'Corina', por lo dem�s explica Roca-Ferrer autor de una biograf�a de Madame de Sta�l publicada en 2015, todo lo franc�s estaba en Espa�a muy mal visto como consecuencia de la doble invasi�n, la de Napole�n y la del duque de Angulema.[3]

Y adem�s era protestante -a�ade-; pero mientras ella hablaba de Kant y de Fichte, en Espa�a est�bamos por Jaime Balmes... El abate Marchena la conoci� en Francia e intent� sacarle dinero, a lo que ella se neg�.[3]

La literatura y su relaci�n con la sociedad

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Madame de Sta�l es considerada una de las mujeres m�s importantes en la historia por sus ideales de la Ilustraci�n, de su pol�tica revolucionaria, sus corrientes filos�ficas y literarias, por el romanticismo y la escritura de las mujeres. Esto provoca que se convierta en un personaje innovador, a causa de su participaci�n en debates contempor�neos sobre la literatura, la relaci�n entre el yo y la sociedad, y el papel de la mujer en ella.

Sta�l al usar el lenguaje de la revoluci�n convert�a lo literario en pol�tico, modelo que usa en sus obras te�ricas y de ficci�n. Sin embargo, debido a esto, sufri� censura a causa de las restricciones del clasicismo o del buen gusto, que eran bastante estrictas con las reglas literarias, pero que para ella las consideraba algo antinatural, por eso cuestion� el papel de la sociedad, la pol�tica y las instituciones, por ser precursoras de amenazar la libertad, la igualdad y el bienestar de las personas como individuos. Durante el Romanticismo, empez� a haber una mayor preocupaci�n por las experiencias y los sentimientos del individuo. Sta�l a pesar de que se alej� de las reglas cl�sicas, s� que empez� a usar una ficci�n sentimental a trav�s de la experiencia cotidiana de la burgues�a, es decir, describir la vida tal cual era, con elegancia, soltura, profundidad y moralidad. Este sentimiento era principalmente referido a lo femenino.

La representaci�n de la mujer en la sociedad cobra una gran importancia en sus dos novelas: Delphine (1802) y Corinne, ou l'Italie (1807), las cuales defienden la lucha de las emociones de la mujer contra el enorme poder de las convenciones y expectativas sociales, sobre todo en el �mbito patriarcal. En Delphine, se pone en pr�ctica las opiniones de Sta�l sobre la injusticia que existe entre sociedad y lengua, para cuestionar el papel que se impone a las mujeres en la sociedad. Lamentablemente, la situación de las mujeres en sus textos son descritos como una batalla perdida. En cambio, en Corinne, crea una versión femenina del héroe romántico, algo insólito en la época, puesto que la mujer era considerada inferior al hombre.

En su Ensayo sobre ficción, para Staël el hombre tiene dos habilidades distintas: la razón y la imaginación. Siendo la imaginación la más importante. En primer lugar, la razón no puede satisfacer únicamente la mente o el corazón, porque la precisión metafísica no puede aplicarse a las emociones del hombre, es decir, los seres humanos necesitan distracción y placer. En cambio, las ficciones, que parten de la imaginación, otorgan no solo placer, sino que también influyen en nuestras ideas morales y pueden llegar a convertirse en una guía.

Hay tres tipos de ficciones según Staël:

  • Maravillosas o alegóricas.
  • Históricas.
  • Ficciones.

Para ella, la ficción realista o natural es la que toma la vida tal cual es y por tanto es la más útil de las tres. En este tipo de ficción, no incluye las tragedias ni las comedias, sino que se centra en la novela moderna, puesto que es la única que puede recoger y describir con precisión los sentimientos habituales y ordinarios. La novela es considerada una de las más influyentes en la moralidad individual, que a su vez determina la moral pública. Una objeción que afecta a la novela, es que la historia también puede registrar las distintas pasiones de los hombres, sin embargo, Staël defiende que la historia no suele tocar la vida de las personas de forma individual, sino que se aplican a naciones, por lo que la moral que ofrece la historia no es clara y deja de lado la felicidad y la miseria privadas, a diferencia de las novelas, que representan personajes y sentimientos con tanta fuerza y vivacidad que causan una impresión moral. Otra objeción contra las novelas es que falsifican la realidad. Aunque esto sea verdad, para Staël, las buenas novelas proporcionan una "comprensión íntima del corazón humano". Una historia demasiado detallada de un evento común, solo disminuye su credibilidad, en vez de aumentarla. Nuestra propia representación debe poseer un equilibrio, y la única verdad que tiene la ficción es “la impresión que produce”.

En conclusión, la novela no solo es capaz de conmover a la gente, sino que también es capaz de ayudar a evitar las pasiones negativas, porque permite reconocerlas y analizarlas. Por último, su ensayo La literatura y su relación con la sociedad (1800), es considerada una obra que marca el nacimiento de la historia literaria, describe el panorama intelectual de la Europa moderna y ofrece un completo estudio de la literatura comparada de Occidente, durante el siglo de las Luces al siglo del Romanticismo. Su idea en esta obra es averiguar cuál es la influencia de la religión, las costumbres y las leyes sobre la literatura, y cuál la de la literatura sobre la religión, las costumbres y las leyes. Ella piensa y transmite, que no se ha investigado lo suficiente sobre cómo las facultades humanas se han ido desarrollando a través de las obras ilustres de todos los géneros, compuestas a partir de Homero hasta nuestros días.

Madame de Staël ayudó a desarrollar el concepto de la "Ilustración" dirigido tanto a hombres como a mujeres, introdujo la literatura alemana en Europa y fue pionera y animo a defender a lo que hoy nosotros llamamos literatura comparada. Además, funda a la vez la filología y la historia literaria, que comparten la idea de que el escritor y su obra deben comprenderse en su situación histórica.

Obras

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  • Journal de Jeunesse, 1785.
  • Sophie ou les sentiments secrets (pièce en trois actes et en vers), 1786 (publié en 1790).
  • Jane Gray (tragédie en cinq actes et en vers), 1787 (publié en 1790).
  • Lettres sur les ouvrages et le caractère de J.-J. Rousseau, 1788 (rééd. augmentée en 1789).
  • Éloge de M. de Guibert.
  • À quels signes peut-on reconnaître quelle est l'opinion de la majorité de la nation?
  • Réflexions sur le procès de la Reine, 1793.
  • Zulma : fragment d'un ouvrage, 1794.
  • Réflexions sur la paix adressées à M. Pitt et aux Français, 1795.
  • Réflexions sur la paix intérieure.
  • Recueil de morceaux détachés (comprenant : Épître au malheur ou Adèle et Édouard, Essai sur les fictions et trois nouvelles : Mirza ou lettre d'un voyageur,Adélaïde et Théodore et Histoire de Pauline), 1795.
  • De l'influence des passions sur le bonheur des individus et des nations, 1796.
  • Des circonstances actuelles qui peuvent terminer la Révolution et des principes qui doivent fonder la République en France.
  • De la littérature considérée dans ses rapports avec les institutions sociales, 1800.
  • Delphine, 1802.
  • Épîtres sur Naples.
  • Corinne ou l'Italie, 1807.
  • Agar dans le désert.
  • Geneviève de Brabant.
  • La Sunamite.
  • Le Capitaine Kernadec ou sept années en un jour (comédie en deux actes et en prose).
  • La signora Fantastici.
  • Le Mannequin, comédie.
  • Mémoires de madame La Baronne de Staal. Londres, 1787
  • Sapho.
  • De l'Allemagne, publicada en Londres en 1813 y en París en 1814.
  • Réflexions sur le suicide, 1813.
  • De l'esprit des traductions.
  • Considérations sur les principaux événements de la Révolution française, depuis son origine jusques et compris le 8 juillet 1815, 1818 (póstumo).
  • Œuvres complètes de Mme la Bonne de Staël, publiées par son fils, précédées d'une notice sur le caractère et les écrits deMme de Staël, par Mme Necker de Saussure, 1820-1821.

Ediciones en español

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  • Reflexiones sobre el proceso de la reina. Abada. 2006[10]
  • De la influencia de las pasiones; reflexiones sobre el suicidio. Berencie 2007 ISBN 978-84-96756-32-8
  • Corinne o Italia. Traducción de Pedro María de Olive. Editorial: Funambulista. Madrid, 2010[18]
  • Diez años de destierro. Editorial Penguin Clásicos. 2016 ISBN 978-84-9105-152-7
  • Consideraciones sobre la Revolución Francesa , 2017 ,editorial Arpa

Bibliografía

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Véase también

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Notas

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  1. En octubre de 1810 existía una importante censura en la Francia napoleónica y De l'Allemagne fue destruida antes de su aparición. A.W. Schlegel salvó un juego de pruebas y lo puso en un sitio seguro en Viena en mayo de 1811 mientras Madame de Staël comenzó Dix années d'exil. De l'Allemagne se publicó en francés en Londres en 1813. Ver la « Cronología » de Simone Balayé en Madame de Staël, De l'Allemagne, Paris, GF-Flammarion, 1968

Referencias

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  1. Hofmann, Etienne. «Staël, Germaine de». HLS-DHS-DSS.CH (en francés). Consultado el 15 de agosto de 2016. 
  2. García Gual, Carlos (22 de julio de 2015). «Vida de Madame de Staël». El País. Consultado el 15 de agosto de 2016. 
  3. a b c d «Roca-Ferrer traza una vida de Madame de Staël como "baronesa de la libertad"». Consultado el 15 de agosto de 2016. 
  4. Roca-Ferrrer, Xavier (2015). Madame de Staël. La baronesa de la liberad. Berenice. ISBN 9788415441779. 
  5. Fairweather, Maria (2005). Madame de Stäel (en english). Carroll & Graf. p. 522. ISBN 9780786713394. 
  6. (Anne-Louise-Germaine), Madame de Staël (1 de enero de 1836). Oeuvres complètes de Madame la baronne de Staël-Holstein (en francés). Firmin Didot Frères. Consultado el 15 de agosto de 2016. 
  7. La jeunesse de Madame de Staël (de 1766 à 1786) (en francés). Librairie Droz. 1970. pp. 165 p. 
  8. de Cambronne, Laurence (2015). Madame de Staël, la femme qui faisait trembler Napoléon (en francés). Allary Éditions. p. 14. 
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  17. Baigorri Agoiz, Artemio (9/3/2019). «El origen de la Sociología en femenino». 
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