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Cinefilia

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Cinefilia es el t�rmino que se utiliza para referirse al inter�s profundo por el cine, as� como por la teor�a y cr�tica cinematogr�fica. Se trata de un acr�nimo de la palabra cine y filia, una de las cuatro antiguas palabras griegas para referirse al amor.[1]

A quien experimenta cinefilia se le llama cin�filo, ya sea por mera afici�n o pasatiempo o por ser un experto analizador y cr�tico de filmes. En el idioma ingl�s, a veces se intercambia por la palabra francesa cin�aste; aunque en el franc�s original el t�rmino se refiere a un cin�filo que tambi�n es un cineasta.

Definici�n

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En la rese�a de un libro sobre la historia de la cinefilia, Mas Genesis escribe: la Cinefilia, a pesar de su significado etimol�gico evidente, amor por el cine, es un t�rmino que se resiste a una perspectiva completa y compartida.[2]​ Generis tambi�n incluye una cita de la estudiosa de cine Annette Michelson, que afirma que no hay tal cosa como la cinefilia, sino m�s bien existen formas y per�odos de cinefilia.[2]​ Seg�n describen Antoine de Baecque y Thierry Fremaux, la esencia definitiva de la cinefilia es una cultura del desechado que prefiere encontrar coherencia intelectual donde nada es evidente y elogiar aquello que est� fuera de lo com�n y a la minor�a.[3]

Historia

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Desde el comienzo del cine mudo, ha habido cineclubs y publicaciones en las que la gente que sent�a pasi�n por el cine pod�a hablar de sus intereses y ver trabajos escasos y m�s antiguos. Al comienzo del cine sonoro, hab�a cada vez m�s gente interesada en ver pel�culas m�s antiguas, que llevaron a la fundaci�n de organizaciones como la Cin�math�que Fran�aise, el primer archivo importante que se dedicaba a la conservaci�n de las pel�culas.

La cinefilia francesa en la posguerra

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La comunidad cin�fila que se desarroll� en Par�s durante las d�cadas siguientes a la Segunda Guerra Mundial fue quiz� la m�s importante del siglo XX. Tanto la influencia de las pel�culas extranjeras que se ocultaron durante la Ocupaci�n como la proyecci�n de programas de los cineclubs locales y la Cin�math�que Fran�aise generaron intereses en el cine internacional dentro de la cultura juvenil intelectual de la ciudad. En general, los cin�filos del per�odo implantan un modelo para futuros colectivos con ideas afines a trav�s del entusiasmo por pel�culas antiguas y contempor�neas.[4]

As�, cineclubs con gran influencia de la �poca inclu�an Objectif 49, del cual formaron parte los miembros Robert Bresson y Jean Cocteau, y el Cin�-Club du Quartier Latin (el cineclub de Latin Quarter). La revista Revue du Cin�ma, publicada por los miembros de ambos clubes, se convirti� en la influyente Cahiers du Cin�ma, con Antoine de Baecque como redactor en jefe y con ediciones en varios idiomas.

Muchos de los espectadores de las proyecciones se convirtieron en cr�ticos de cine y cineastas, y este hecho fue el origen del nuevo movimiento franc�s conocido como Nouvelle Vague. Muchos de ellos tuvieron regularidad, como Andr� Bazin, Fran�ois Truffaut, Jacques Doniol-Valcroze, Claude Chabrol, Jean-Luc Godard, Alexandre Astruc, Jacques Rivette y Luc Moullet, entre otros. Algunos, sobre todo Truffaut, mantuvieron los lazos con la comunidad despu�s de haber alcanzado la fama.

La comunidad foment� el inter�s en aquellos directores y pel�culas que se hab�an olvidado, rechazado o simplemente permanec�an desapercibidas en el Oeste, y fue as� como surgi� la teor�a de autor. Los directores, que eran los cin�filos franceses de la �poca, ten�an un profundo inter�s en F. W. Murnau, Robert Flaherty, Sergei Eisenstein, Jean Renoir, Jean Vigo, Orson Welles, Anthony Mann, Louis Feuillade, D. W. Griffith, los hermanos Lumi�re, Alfred Hitchcock y Georges M�li�s incluidos, cuyas pel�culas se proyectar�an en pel�culas de nitrato en ocasiones especiales.[4]

Baecque defiende que la cinefilia lectora de revistas es una mirada nueva sobre el cine, desarrollada con virulencia entre 1944 y 1968. En todo caso, la cinefilia es un tipo de cultura que se superpone a la cl�sica, y que da un sesgo especial a la centuria pasada,[5]​ sobre todo tras la segunda guerra mundial, y en la que cabe tanto el rechazo prosovi�tico de lo estadounidense como su opuesta recuperaci�n apasionada por la Nouvelle Vague, as� como el desarrollo fundamental de los cine clubes, de gran peso en toda Europa.

El cine en los a�os 60 y 70

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El director italiano Federico Fellini, un personaje p�blico que estuvo de moda durante los a�os 60 y 70, deb�a parte de su popularidad al apoyo de los cr�ticos de cine y a la distribuci�n de pel�culas extranjeras con el fin de adaptarse a un p�blico cada vez m�s sofisticado.

Con el �xito popular de la Nouvelle Vague el cine se puso de moda en Europa y en Am�rica.[1]​ El renacer de las proyecciones y la puesta en marcha de cines independientes especializados en pel�culas extranjeras se hizo cada vez m�s com�n. En los Estados Unidos, se sol�a ver la ciudad de Nueva York como el centro de la cultura cin�fila,[1]​ debido a la gran variedad de pel�culas que estaban disponibles para ver en cualquier momento. Tambi�n ayud� al desarrollo de esta cultura la popularidad que hab�a en Am�rica de figuras tales como Pauline Kael, Andre Sarrinsand y Susan Sontag.[3]​ Ciertos escritores y cr�ticos, incluida Sontag, considerar�an esto m�s adelante como la "edad de oro" del cine en los Estados Unidos.[1][3]​ Directores como Ingmar Bergman, Akira Kurosawa, Michelangelo Antonioni y Federico Fellini gozaron de bastante popularidad en los Estados Unidos, e influenciaron a la joven generaci�n de entusiastas del cine los cuales se convertir�an en el Nuevo Hollywood, entre los que se incluyen Martin Scorsese, Peter Bogdanovich, Francis Ford Coppola y Woody Allen. Debido al crecimiento del inter�s del p�blico en pel�culas provenientes de otros pa�ses, algunos distribuidores especializados como Janus Films y New Yorker Films empezaron a importar y a subtitular pel�culas extranjeras.

En esta era tambi�n se produjo el crecimiento de las sociedades universitarias de pel�culas en los Estados Unidos. Aunque algunas (como Doc Films en la Universidad de Chicago) hab�an existido desde los a�os 30, fue en los 60 cuando directores de todas las generaciones hicieron regularmente apariciones en los campus universitarios, tanto para revisar sus antiguas pel�culas como para hablar de las nuevas.

Al mismo tiempo, la cultura cin�fila de Par�s se fue politizando cada vez m�s. Los cr�ticos, y por extensi�n los cin�filos que segu�an su trabajo, empezaron a enfatizar los aspectos pol�ticos de las pel�culas y de los directores. Aunque muchas de las grandes figuras de la comunidad de la posguerra se han asociado inicialmente con la pol�tica de derechas, incluyendo la mayor�a del grupo Cahiers du Cin�ma, a finales de los a�os 60, Cahiers y el p�blico joven de cin�filos en general, se hab�an unido a varias corrientes de la izquierda, con algunas figuras tales como Jean-Luc Godard, afiliado al mao�smo. En este clima tan politizado, el cine, a menudo, se asociaba directamente con el marxismo. Muchos miembros de esta nueva generaci�n de cin�filos se convertir�an en cr�ticos y directores, incluyendo a Serge Daney, Philippe Garrel y Andre Techine.

A pesar de que en ese momento la mayor�a de los grandes festivales de cine del mundo ya exist�an desde hac�a d�cadas (incluido el Festival Internacional de Cine de Berl�n, el Festival de Cannes o el Festival de Venecia), esta �poca marc� su celebraci�n en casi todas las grandes ciudades. El Festival de Cine de Nueva York, el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary y el Festival Internacional de Cine de Chicago surgieron en este per�odo. El Festival Internacional de Cine de Toronto, que suele posicionarse en segundo lugar, por debajo del Festival de Cannes en t�rminos de importancia, fue fundado aproximadamente al final de esta �poca, en 1976.

El v�deo dom�stico y el final del siglo XX

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Wong Kar-wai (fotografiado) es un reconocido director de pel�culas de autor de Hong Kong

Con la llegada de la cinta de v�deo VHS y, a continuaci�n, del DVD, la cinefilia se sol�a asociar cada vez menos con el cine.[1]

Mientras las pel�culas japonesas han disfrutado de la distribuci�n internacional a mediados del siglo XX, a finales del mismo comenz� a aumentar el inter�s entre los cin�filos por el cine de otros pa�ses asi�ticos, especialmente de China, Hong Kong, Taiw�n y, m�s tarde, Tailandia.

Cinefilia contempor�nea

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Aunque sus pel�culas han coincidido con su �xito comercial, los cin�filos suelen considerar al director estadounidense Michael Mann (fotograf�a de arriba en la Cin�math�que fran�aise en 2009) una importante figura[6][7]

Desde el comienzo del siglo XXI, los blogs han cobrado relevancia en la cultura cin�fila. En los pa�ses angl�fonos, cr�ticos y te�ricos de prestigio como Dave Kehr, David Bordwell, Jonathan Rosenbaum, Glenn Kenny, Wheeler Winston Dixon y Adrian Martin, al igual que cin�filos amateur como Girish Shambu y Acquarello, juegan papeles clave para fomentar el inter�s en pel�culas y teor�as entre los cin�filos, al escribir y comunicarse a trav�s de sus blogs.[8]​ Los foros y p�dcast se han convertido en formas populares para agitar el debate, permitiendo que los cin�filos de diferentes pa�ses y culturas discutan ideas sobre el cine. La red social y el servicio en streaming de v�deo Mubi tienen en cuenta precisamente a los cin�filos, permitiendo a sus miembros el acceso a las pel�culas que a veces no se han distribuido en los cines o en v�deo en sus pa�ses de origen. Compa��as de distribuci�n de DVD, como la Criterion Collection y Masters of Cinema, satisfacen a los cin�filos, a menudo incluyendo grandes cantidades de material complementario y cr�tico con sus lanzamientos.

Como fue el caso de la cinefilia francesa de la �poca posterior a la guerra, la comunidad cinéfila internacional que se ha desarrollado a través de Internet a menudo hace hicapié en las películas y figuras que no tienen un fuerte reconocimiento crítico o popular, incluyendo a muchos directores que trabajan en cine de género. Entre ellos destacamos a Abel Ferrara, Bela Tarr, Michael Mann, Apichatpong Weerasethakul, Park Chan-wook, Kiyoshi Kurosawa, Philippe Garrel, Pedro Costa, Lucrecia Martel y José Luis Guerin.

La cinefilia y la producción cinematográfica

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El director y cinéfilo estadounidense Quentin Tarantino a menudo hace referencias en sus obras a las películas y a los directores que admira.

A lo largo de la historia del cine, ha habido numerosos directores que desarrollaron su comprensión del cine yendo a ver películas y participando en comunidades y organizaciones de cinéfilos, en lugar de hacerlo dentro de los marcos formales de cualquier escuela o estudio de cine. Entre los directores que comenzaron como cinéfilos se incluyen Jean-Luc Godard, Claude Chabrol, François Truffaut, Quentin Tarantino, Ed Wood, André Téchiné, Pedro Costa, Jim Jarmusch, Paul Thomas Anderson, Wim Wenders, Wes Anderson, Éric Rohmer, Hal Hartley y Aki Kaurismäki.

Los directores de La Nouvelle vague que aprendieron sobre la producción cinematográfica asistiendo a las proyecciones en cineclubs y discutiendo sobre películas entre ellos, se ven a menudo como modelos para los cinéfilos. Su voracidad intelectual, que equipara el interés por el cine con sólidas interpretaciones de la literatura, el arte y, a veces, la filosofía, no ha dejado de tener influencia en los cinéfilos. Por otro lado, muchos directores subrayan su falta de cinefilia o interés en las películas.

Abbas Kiarostami,[9]Bruno Dumont, Michael Haneke y Bela Tarr, populares entre los cinéfilos, a menudo enfatizan su desinterés por el cine en entrevistas. Robert Bresson adoptó una posición severamente crítica en lo que respecta a la mayoría de las películas, aunque antiguamente fue miembro del club cinematográfico Objectif 49. Cuando se le pidió nombrar las diez mejores películas de todos los tiempos para la revista de cine británica "Sight & Sound", Bresson sólo enumeró dos películas: colocó "Luces de la ciudad" de Charlie Chaplin en las do primeras posiciones, seguida por "La quimera del oro" (también dirigida por Charlie Chaplin) en la tercera posición (en un referéndum de películas similar celebrado en Bruselas en 1952, Bresson enumeró siete películas en total en las cuales fueron incluidas las mismas dos de Charlie Chaplin y dos películas de Robert Flaherty).

Referencias

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  1. a b c d e de Valck, Marijke; Hagener, Malte, eds. (2005) Cinephilia Movies Love and Memory. Amsterdam: Amsterdam University Press ISBN 90-5356-768-2
  2. a b Generis, Mas (11 de diciembre 2006). "Cinephilia now: review of Cinephilia: movies, love and memory". Screening the Past (LaTrobe University) (20). Recuperado el 7 de noviembre, 2009.
  3. a b c Keathley, Christian. Cinephilia and history, o, The wind in the trees. Bloomington: Indiana UP, 2005.
  4. a b Le fantôme d'Henri Langlois. Dir. Jacques Richard. DVD Kino Video, 2004
  5. A. de Baecque, La Cinéphilie. Invention d'un regard, histoire d'une culture 1944-1968, Fayard, 2003 (reeditado en Pluriel, 2013).
  6. The Auteurs' Notebook: Anticipating "Public Enemies"
  7. Glenn Kenny: The Mann Act
  8. Film Comment: Film Criticism in Crisis
  9. Abbas Kiarostami (Contemporary Film Directors). Nueva York: University of Illinois P,2003.