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Guillermo Rawson

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Guillermo Rawson

Retrato de Guillermo Rawson, publicado en un libro de Eliseo Cant�n en 1921.


Ministro del Interior de la Naci�n Argentina
12 de octubre de 1862-12 de octubre de 1868
Presidente Bartolom� Mitre
Predecesor Severo Gonz�lez
Sucesor Dalmacio V�lez Sarsfield

Informaci�n personal
Nacimiento 24 de junio de 1821
San Juan, Provincias Unidas del R�o de la Plata
Fallecimiento 2 de febrero de 1890 (68 a�os)
Par�s, Francia
Sepultura Pante�n de los Ciudadanos Meritorios Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Argentina
Familia
Padres Am�n Rawson
Justina Rojo y Fr�as
C�nyuge Jacinta Rojo Angulo[2]
Hijos Adolfo Rawson
Josefina Rawson[2]
Educaci�n
Educado en Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires.
Informaci�n profesional
Ocupaci�n M�dico, higienista y pol�tico.
Partido pol�tico Partido Nacionalista[1]
Firma

Guillermo Colesbery Rawson Rojo[2][nota 1]​ (San Juan, Provincias Unidas del R�o de la Plata, 24 de junio de 1821 - Par�s, Francia, 2 de febrero de 1890)[4][5][6]​ fue un m�dico, higienista y pol�tico argentino, que se desempe�� como Ministro del Interior durante la presidencia de Bartolom� Mitre, entre 1862 y 1868. Adem�s, impuls� la creaci�n de la Cruz Roja Argentina,[7][8][9]​ junto a Toribio Ayerza, en junio de 1880.[10]

Hijo de un m�dico estadounidense, Rawson realiz� sus estudios primarios en su ciudad natal. Se traslad� a Buenos Aires para realizar sus estudios secundarios y posteriormente se doctor� en medicina. Regres� a San Juan y se opuso al gobernador Nazario Benav�dez, quien orden� su arresto en 1853. Tras ser liberado, fue elegido diputado para el Congreso Nacional, que tuvo lugar en Paran�; all� se opuso a Justo Jos� de Urquiza.[7][9][11]

Infancia y juventud

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Antecedentes familiares

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Am�n Rawson, nacido en Montague, Massachusetts en 1794,[12]​ era un joven m�dico estadounidense, proveniente de una familia de noble sangre inglesa; de hecho, descend�a de guerreros, magistrados, abates, obispos y primados, y su padre, Edmund Rawson, hab�a luchado en la Guerra de Independencia de Estados Unidos. Tras realizar varios viajes ejerciendo su profesi�n en una corbeta de guerra, Rawson se traslad� a San Juan en 1818, donde se estableci�. Hab�a llegado al pa�s invitado por el doctor Colesbery, un amigo y compatriota suyo, quien resid�a en Mendoza,[13]​ ejerciendo como m�dico de Jos� de San Mart�n.[3]​ Establecido en dicha peque�a y lejana ciudad interior, Rawson contrajo matrimonio en 1819 con Mar�a Justina Rojo Fr�as,[12][nota 2]​ hija de una distinguida familia de unitarios afincada en la provincia.[7][8][11][14][13]

Nacimiento y estudios primarios

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En 1839, su hermano Benjam�n Franklin Rawson realiz� un retrato al �leo suyo, el cual titul� Guillermo Rawson.[16]

Guillermo Colesbery Rawson naci� el 24 de junio de 1821 en la ciudad de San Juan;[2]​ le debe su segundo nombre, citado tambi�n como Collisbery, al doctor Colesbery, quien invit� a su padre a radicarse en San Juan.[3][17]​ Era el segundo hijo del matrimonio entre Am�n Rawson y Justina Rojo, quienes ya eran padres de Benjam�n Franklin Rawson (1819 - 1871), quien ser�a un destacado pintor;[18]​ Rawson ten�a tambi�n un medio hermano menor fruto del segundo matrimonio de su padre, Juan de Dios Rawson (1833 - 1902),[12]​ quien luchar�a en la Guerra de la Triple Alianza.[19]​ Realiz� sus estudios primarios en su ciudad natal,[7][8][11][14]​ en la escuela del agrimensor Donet.[20][nota 3]

Rawson ten�a conocimientos de italiano, ya que hacia 1837 lo estudi� junto a Domingo Faustino Sarmiento;[21][22]​ al respecto, Gregorio Ar�oz Alfaro comenta que �Deb�a requerirse un singular deseo de instruirse para dedicarse a estudiar italiano, en San Juan, en 1837![17]​ Es considerado un integrante de la Generaci�n del 37, junto a otros intelectuales como J. B. Alberdi, B. Villafa�e, E. Echeverr�a, J. M. Guti�rrez, V. F. L�pez, J. Thompson, J. M�rmol, B. Mitre, M. Can�, F. Fr�as, J. Pe�a, C. Tejedor y D. F. Sarmiento, quienes eran liderados, intelectualmente, por Echeverr�a.[23]​ Con tan solamente dieciocho a�os formaba parte del Grupo de los Cinco, un grupo de discusi�n pol�tica integrado por Manuel Quiroga Rosas, Antonino Aberastain, Indalecio Cort�nez, Dionisio Rodr�guez y �l mismo. Colaboraron con Sarmiento en la creaci�n del El Zonda, publicado por primera vez en 1839.[24][25]

Estudios secundarios

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Ese mismo a�o se traslad� a Buenos Aires para continuar sus estudios en el Real Colegio de San Carlos,[nota 4]​ ubicado junto a la Iglesia de San Ignacio y perteneciente a la Compa��a de Jes�s;[7][8][11][14][17]​ all� comparti� sus estudios con Jos� Benjam�n Gorostiaga, Luis S�enz Pe�a, Federico Pinedo, Le�n Federico Aneiros, Eduardo Costa y Bernardo de Irigoyen, entre otros.[27]​ Con tan solamente diecinueve a�os descubri� los principios b�sicos del tel�grafo, cinco a�os antes de que Samuel Morse transmitiera su primer mensaje; esto ocurri� en una clase de electricidad, en la que le plante� al Padre Gomila, su profesor, que mediante la transmisi�n de descargas el�ctricas que tuvieran un significado convencional se podr�an transmitir palabras a grandes distancias, y que yo podr�a conversar con mi padre, que est� en San Juan.[28]

Estudios universitarios

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Mientras estudiaba medicina, Rawson fue muy elogiado por sus compa�eros y profesores.

Tras finalizar sus estudios, Rawson ingres� a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.[7][14][15]​ Tuvo como profesores a Claudio Mamerto Cuenca, a Teodoro �lvarez, a Mart�n Garc�a y a Juan Jos� Fontana, entre otros,[29]​ y comparti� su aprendizaje con Jos� Mar�a Bosch y nuevamente con S�enz Pe�a.[30]​ Recibi� los elogios de sus compa�eros y profesores,[15]​ quienes dec�an que sus buenos y s�lidos conocimientos en varios ramos de instrucci�n literaria, su aplicaci�n y r�pidos progresos de la muy dif�cil ciencia del hombre, anuncian d�as de satisfacci�n y de triunfo para la universidad. Estos d�as han llegado: sus ex�menes y muy particularmente, el general y pr�ctico, con que se ha despedido de las aulas, han sido brillant�simos.[31]

Las aptitudes demostradas por Rawson impulsaron a sus profesores, quienes mediante una carta le pidieron al rector de la universidad, Paulino Gari, que se le entregara a Rawson el grado de Doctor en Medicina sin rendir la tesis,[32]​ ampar�ndose en el art�culo trece del Superior Decreto del 21 de junio de 1827, que permit�a que la universidad le otorgase este grado a todo aquel que fuese ilustre y eminente en alguna facultad.[31]​ El rector no acept�, ya que consideraba que lo que se le ped�a se encontraba fuera de sus atribuciones; sin embargo, le encomend� al profesor Cuenca que tras la lectura de la disertaci�n de Rawson, le dirigiese la palabra en nombre de la facultad y le entregase el t�tulo de m�dico.[31][33]

Hay un libro en blanco, doctor Rawson, que hace muchos a�os que esperaba la pluma inspirada de un hijo del Plata que escriba en �l la primera p�gina: este libro, destinado a jugar un d�a un rol importante en los destinos de la Rep�blica, cuando los hombres de vuestra capacidad se hayan ocupado de �l, es el libro todav�a en blanco de nuestra ciencia m�dica. Todav�a en blanco, doctor Rawson, pero no estar� m�s as�, desde que hag�is la resoluci�n de llenarlo; y a fe que vos lo podeis hacer. H� ah� una empresa gigantesca, colosal, digna de vos y para que pareceis destinado.
—Claudio Mamerto Cuenca.[34]

De esta forma, Rawson se recibi� en 1844, con su tesis acerca de La transmisi�n de las facultades fisiol�gicas y patol�gicas en el hombre por v�a de la herencia,[35]​ la cual fue publicada en 1845 por un admirador de su m�rito;[22]​ el tema elegido, las leyes de la herencia, era una de las inc�gnitas m�s importantes de la �poca, por lo que no era elegido por el resto del alumnado. Tras entregarle su t�tulo, Claudio Mamerto Cuenca pronunci� un elogioso y exaltado discurso en representaci�n de la facultad, que Alberto B. Mart�nez describe como una muestra de sincera admiraci�n y de profundo reconocimiento.[36]​ Adem�s de los elogios de sus profesores y compa�eros, Rawson fue elogiado por Domingo Faustino Sarmiento, quien posteriormente ser�a presidente de la Naci�n y su principal adversario pol�tico; dijo que gozaba de una reputaci�n superior a sus a�os por sus talentos precoces y las recomendaciones de sus profesores, a cuyas envidiables dotes se un�a un acendrado patriotismo y una energ�a y nobleza de car�cter que atemperaban la moderaci�n de car�cter y la unci�n de sus palabras.[8][11][37]

Inicios en la pol�tica

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Legislador en San Juan

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Al regresar a su provincia, Rawson comenz� a ejercer como m�dico y luego se involucr� en la pol�tica.

En 1844, tras concluir sus estudios universitarios, Rawson regres� a su provincia natal, donde comenz� a ejercer su profesi�n;[37]​ all�, se desempe�� como el m�dico de las principales familias, incluso la del gobernador Benav�dez, quien le dio un trato especial.[38]​ La provincia estaba gobernada, seg�n Mart�nez, en forma desp�tica por Nazario Benav�dez, un caudillo federal, fiel seguidor de Juan Manuel de Rosas, aunque m�s bondadoso, manso y d�ctil que aquel; si bien hab�a suprimido las libertades y hac�a imperar su voluntad,[39]​ tambi�n ahorr� a su provincia sufrimientos crueles y persecuciones sangrientas.[38]​ Rawson se hab�a propuesto, junto a Juan Francisco Segu�, provocar un levantamiento en contra de Rosas; sin embargo, no coincid�an en quien deb�a hacerlo: mientras Segu� cre�a que el indicado era Justo Jos� de Urquiza, gobernador de Entre R�os, Rawson sosten�a que ser�a m�s simple convencer a Benav�dez. En consecuencia, se separaron prometi�ndose trabajar con perseverante empe�o para minar la tiran�a.[38]

En dichas circunstancias, la poca importancia que se lo otorgaba a la Legislatura en la �poca permiti� que Rawson accediera a la c�mara en 1844,[22]​ ya que fue incluido en la lista el mismo d�a de la elecci�n por un grupo de amigos; posteriormente, fue reelecto en el cargo, esta vez junto a su amigo Tadeo Rojo. Juntos, se comprometieron a mover los �nimos y despertar al pueblo, convirtiendo a la Legislatura en una constante fragua de opini�n y cambiando incluso la actitud de los pobladores.[40]​ Convencidos de que ning�n despotismo pod�a enfrentarse a pobladores educados, Rawson y Rojo impulsaron la sanci�n de una ley de educaci�n primaria para la instrucci�n de los ciudadanos, la cual fue vista con agrado por Benav�dez; tambi�n promovieron una ley que amparaba la creaci�n de municipalidades rurales, consideradas como la escuela primaria de la libertad, la cual no recibi� el apoyo del gobernador, quien los acus� de salvajes unitarios que quer�an despojarle de su autoridad.[40][41]​ A pesar de su disconformidad, Benav�dez continu� dej�ndolos hacer, aunque comenzaron a ser vistos como "enemigos".[40]

En 1851, Rosas le orden� a los gobernadores federales que le entregasen el t�tulo de Jefe Supremo de la Confederaci�n, adem�s de la suma del poder p�blico y el ejercicio de su suprema autoridad,[42]​ con el objetivo de evitar el pronunciamiento de Justo Jos� de Urquiza y su alianza con el Imperio del Brasil y el Uruguay.[40]​ Antes de enviar el proyecto a la Legislatura, Benav�dez se reuni� en su hogar con ciertos ciudadanos para aconsejarse; entre ellos estaba Rawson, quien le solicit� que rechazase el pedido de Rosas. Sin embargo, a pesar del entusiasmo de Rawson, Benav�dez no cre�a contar con el poder suficiente para enfrentarse al Restaurador y consideraba que el �nico capaz de realizar dicha acci�n era Urquiza; por su parte, Rawson manten�a correspondencia con Sarmiento, a quien lleg� a decirle que el �xito es seguro, infalible.[43]​ Con este marco, Benav�dez envi� el proyecto a la Legislatura, que se reuni� inmediatamente para tratar el asunto.[42]

Rawson cre�a que Nazario Benav�dez, gobernador de la provincia, era el hombre indicado para luchar contra Rosas; sin embargo, al no conseguirlo, organiz� un levantamiento en su contra.

Rawson anunci� que hablar�a en la Legislatura, oponi�ndose a las pretensiones rosistas, lo que hizo que muchas personas presenciaran aquella sesi�n.[44]​ Todos los diputados avalaron el proyecto, excepto Rawson, quien se opuso fervientemente y pronunci� una de sus m�s magistrales arengas, en la que ped�a que se rechazase la petici�n de Rosas.[42]​ A pesar de que dicha arenga fue escuchada con recogimiento y asombro y conmovi� los esp�ritus no solamente de los amigos y ciudadanos, sino de los mismos federales, de los militares y de los asociados en la mazorca,[44]​ el proyecto fue sancionado y uno de sus art�culos obligaba a que fuese firmado por todos los legisladores. Obligado a firmar, Rawson lo hizo sosteniendo que por el hecho de haber manifestado p�blicamente su pensamiento, salvaba su responsabilidad ante sus conciudadanos y ante la historia; sin embargo, haber firmado el documento fue utilizado varias veces en su contra.[42][43]

Al conocerse la noticia del levantamiento de Urquiza, Rawson reuni� en su hogar a un grupo de amigos con el objetivo de firmar una petici�n, en la cual solicitaron a Benav�dez que adhiriera al pronunciamiento del caudillo entrerriano; sin embargo, un grupo partidario de Rosas rode� la casa y los oblig� a dispersarse.[43]​ El 3 de febrero de 1852 Rosas fue derrotado por Urquiza en la batalla de Caseros; el 28 de ese mismo mes, un escribano de gobierno anunci� el hecho en San Juan. En esa ocasi�n, Rawson, quien proven�a de su finca y ven�a montado en un caballo marr�n, regal� unos pu�ados de pesos bolivianos y pronunci� un discurso en la actual Plaza 25 de Mayo.[42][45]​ A pesar de la ca�da de Rosas, Benav�dez se mantuvo en el gobierno por algunos a�os m�s; en un intento por reorganizar el pa�s, Urquiza convoc� a los representantes de las provincias a la Conferencia de San Nicol�s, de la cual surgi� el acuerdo; Benav�dez asisti� y quiso que Rawson lo acompa�ase, pero este se rehus� a pesar de ser amenazado con el uso de la fuerza.[46]

Con el gobernador fuera de la provincia se produjo el levantamiento de la Legislatura, que destituy� a Benav�dez y lo reemplaz� por un gobierno provisorio, a cargo del comerciante salte�o Zacar�as Yanzi;[47]​ sin embargo, Urquiza ordena la invasi�n de la provincia, las autoridades revolucionarias son depuestas y Benav�dez vuelve a ocupar su cargo.[46]​ Rawson es mandado a perseguir y es encarcelado, siendo encerrado en la c�rcel de San Clemente.[48]​ A pesar de que solamente estuvo preso quince d�as,[14]​ fue engrillado y torturado. Tras salir de prisi�n, le envi� una carta a su amigo Dami�n Hudson, comunic�ndole lo sucedido:[8][49]

Nuestra frecuente correspondencia, tan interesante para m�, fue interrumpida por la amabilidad del se�or Benavides y C.a; quiso tenerme tan cerca de s�, tan exclusivamente ocupado de su cari�o, que me hizo trasportar a San Clemente y asegurarme all� con una arroba de hierro puesta en mis pobres piernas. Eso pas�, estoy ya libre, despu�s de quince d�as de tortura; y lo primero que afect� mi coraz�n al volver a la luz, fue la noticia de los esfuerzos fervientes de mi excelente amigo Hudson en favor de esta pobre v�ctima.No puede usted imaginar cu�n hondamente me ha conmovido su sol�cito empe�o, y la amigable deferencia con que el se�or Segura, y mi estimado compa�ero el doctor Garc�a se han prestado a secundar sus conatos.

En esa misma carta, Rawson le dijo a Hudson que, desde un principio, hab�a venido a San Juan con la resignaci�n del que se prepara al sacrificio; adem�s, le dijo que no abandonar�a la provincia, a�n con los insultos seguros y el probable deg�ello que me espera.[49]​ Para esa �poca, las cartas y art�culos de colaboraci�n enviados por Rawson a Hudson eran publicadas en El Constitucional, editado por este en Mendoza.[50]

Diputado en la Confederaci�n

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En Paran�, un cartel recuerda el solar donde sesion� la C�mara de Diputados de la Confederaci�n Argentina; all� tambi�n se ubic� la Casa de Gobierno. Actualmente funciona all� la Escuela Normal "Jos� Mar�a Torres".

Ante la dualidad de gobiernos, el de la Confederaci�n Argentina, integrado por trece provincias y reunido en Paran�, y el de Buenos Aires, surgido tras la revoluci�n septembrista, Rawson aseguraba en varias cartas privadas estar muy desconsolado con el nuevo programa. Sosten�a que el aislamiento de Buenos Aires llevar�a a la Confederaci�n a la ruina y bregaba por la unificaci�n de ambos gobiernos.[51]​ A finales de 1854, Rawson fue elegido como diputado para representar a San Juan en el Congreso de Paran�.[7][9][11]​ En un principio, hacia 1855, pens� rechazar el cargo, ya que no comulgaba con las ideas pol�ticas de su provincia; sin embargo, sus amigos lo convencieron de que deb�a acudir. De esta forma, el 10 de mayo de 1856, el Congreso aprob� el diploma de diputado presentado por Rawson; unos d�as m�s tarde, fue nombrado vicepresidente de la c�mara.[52][46]

Rawson formaba parte de la comisi�n de negocios constitucionales, lugar desde donde se destac� analizando las constituciones provinciales, las cuales deb�an ser revisadas por el Congreso antes de entrar en vigencia. Sin embargo, la figura de Rawson sobresali� al discutirse la Ley de Derechos Diferenciales, impulsada por Urquiza, que buscaba aislar y dejar en la ruina a Buenos Aires, para que esta se uniese a la Confederaci�n;[52]​ la ley propon�a la cobranza de un impuesto a todos aquellos barcos que hubieran llegado a los puertos de la uni�n haciendo escala en Buenos Aires o en Montevideo, dejando sin gravamen a aquellos buques que llegaran sin escalas.[53]​ De esta forma se buscaba beneficiar a los peque�os puertos del Litoral a costa de Buenos Aires, que perder�a as� su fuente principal de ingresos. En la sesi�n del 26 de junio de 1856, Rawson se opone firmemente al proyecto y solicita que se aplace la discusi�n [...] por un tiempo racionalmente limitado; sin embargo, las sesiones contin�an y se ve obligado a justificar su voto negativo.[54]

Rawson presenta sus argumentos, sostieniendo que la aplicaci�n de dichas medidas hab�a provocado grandes males en el pasado y que perjudicar�a la econom�a de la Confederaci�n.[54]​ Plantea tambi�n que dicha ley chocaba contra los principios liberales de la Constituci�n,[55]​ ya que atenta contra el comercio libre que se promueve en la misma; adem�s, dice que si el Congreso la aprobara, traicionar�a el primero de sus deberes, el de respetar y cumplir aquella ley suprema.[54]​ Cre�a tambi�n que dicha ley pecaba por impol�tica, dada la situaci�n especial de la Rep�blica,[55]​ y que la �nica forma de incorporar a Buenos Aires era mediante la paz. En su discurso ante la C�mara, Rawson dice que no basta declarar la paz en las palabras; es necesario que ese noble pensamiento se traduzca en los hechos de nuestra pol�tica y destaca que ese es el trabajo de quienes anhelamos la [...] reconstrucci�n nacional.[54]​ Finalmente, sostuvo que si tuviera la da�ina intenci�n de mutilar � mi patria, profundizando el abismo que nos separa de Buenos Aires, tambi�n, se�ores, yo votar�a por esa ley.[55]​ Si bien Rawson no fue el �nico que se opuso a la ley, ya que tanto Vicente Quesada, Saturnino Laspiur y Pedro Antonio Pardo hicieron lo propio, la C�mara decret� la sanci�n de la misma.[54]

Rawson particip� tambi�n en otros debates que tuvieron lugar en la C�mara, entre los que se destacaron el de aduana, de finanzas, de caminos y de instrucci�n p�blica. En un debate acerca de educaci�n, sostiene que el Congreso no debe proceder con mezquindad al votar la cantidad [de dinero] que ha de invertirse en ella.[56]​ Posteriormente, se gener� en el Congreso un debate en torno a Alfredo du Graty, electo diputado suplente por la provincia de Tucum�n; en un principio, se discuti� su admisi�n a la c�mara y, luego, su expulsi�n de la misma, por no ser ciudadano argentino.[57]​ Rawson, por su parte, se sent�a atra�do por la idea de que un extranjero mediara en las luchas pol�ticas nacionales, por lo que propuso que du Graty tuviese una participaci�n en el Congreso.[56][57]​ El doctor Guillermo Rawson se inici� en la respetable logia Uni�n del Plata N� 1, el 1� de julio de 1856,[58]​ meses antes de la constituci�n de la Gran Logia de la Argentina y tambi�n particip� de la logia San Juan de la Frontera. Form� parte de las comisiones mas�nicas para ayudar a las v�ctimas de epidemias, adem�s de organizar el cuerpo mas�nico de ayuda a heridos, en 1880.[59][60]

Senador provincial y nacional

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Tras la derrota militar de Urquiza en la batalla de Pav�n, ocurrida el 17 de septiembre de 1861, Rawson se instal� en la ciudad de Buenos Aires,[50]​ a la que llam� el cerebro y el coraz�n de la Rep�blica en un brindis en Paran�.[57]​ Los pol�ticos porte�os, conocedores de las ideas de Rawson, le ofrecieron una banca en el senado provincial, que fue aceptada por el sanjuanino.[50]​ Durante su corta estad�a en dicha legislatura, se destaca su participaci�n en el debate de un proyecto que autorizaba al poder ejecutivo provincial a invitar a las provincias a reunirse en congreso; en aquella ocasi�n, un grupo de senadores solicit� que las autoridades nacionales no pudieran establecerse, bajo ninguna circunstancia, en el territorio provincial. Rawson, opuesto a dicha propuesta, sostuvo que las autoridades nacionales y provinciales podr�an convivir, durante un tiempo limitado, en el mismo territorio, sin perjuicio de los principios de la constituci�n nacional. Un tiempo despu�s, Rawson hizo triunfar su posici�n en el Congreso Nacional.[57]

Cinco meses despu�s, ya en 1862, la legislatura de San Juan lo nombr� senador nacional por la provincia; ocupando dicho cargo, se destac� su participaci�n en el debate acerca del lugar de residencia de las autoridades nacionales,[57]​ durante el cual pronunci� dos discursos.[50]​ Tras la batalla de Pav�n, el Estado de Buenos Aires y la Confederaci�n Argentina se unieron como una sola naci�n; ante este hecho, comenz� a debatirse en qu� lugar deb�an residir, en forma permanente, las autoridades nacionales.[57]​ En dichas sesiones, los senadores Valent�n Alsina, Salvador Mar�a del Carril, Rufino de Elizalde y Jos� Mar�a Cullen propusieron que se seleccionara un nuevo territorio para la capital, en el cual las autoridades deb�an establecerse en un plazo m�ximo de cinco a�os, residiendo temporalmente en Buenos Aires; los tres primeros propusieron, en un principio, la federalizaci�n de la regi�n de San Nicol�s, mientras que Dalmacio V�lez Sarsfield propuso que se hiciera lo dicho con el pueblo de San Fernando.[61]​ Rawson, por su parte, sosten�a que la federalizaci�n de cualquier provincia contrariaba no solo el esp�ritu, sino la letra del c�digo fundamental, por lo que propuso que las autoridades nacionales y provinciales coexistieran, por un tiempo limitado, en Buenos Aires. Su posici�n fue sancionada con fuerza de ley al a�o siguiente, en 1863, manteni�ndose vigente hasta 1880.[61][62]

Etapa como ministro del Interior

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El gabinete del presidente Mitre, seg�n un grabado de H. Meyer: J. A. Gelly y Obes, Guerra y Marina; L. Gonz�lez, Hacienda; G. Rawson, Interior; R. de Elizalde, Relaciones Exteriores; y E. Costa, Justicia.

El 5 de octubre de 1862, Bartolom� Mitre fue elegido como presidente de la Naci�n un�nimemente, mientras Marcos Paz superaba a Antonino Taboada para el cargo de vicepresidente. El 12 de octubre asumieron los ministros de gobierno: Rawson (Interior), R. de Elizalde (Relaciones Exteriores), D. V�lez Sarsfield (Hacienda), E. Costa (Justicia) y J. A. Gelly y Obes (Guerra y Marina). Todos los ministros se adher�an a las pol�ticas del presidente, excepto V�lez Sarsfield, quien se vio obligado a renunciar al poco tiempo;[63]​ fue reemplazado por Lucas Gonz�lez,[64]​ en septiembre de 1863.[65]

Durante su presidencia, Mitre, apoyado por Rawson, comenz� a hacer uso de las intervenciones federales a las provincias, cuyo objetivo era que el gobierno nacional asegurase la paz en los entes provinciales. Sin embargo, este recurso fue utilizado como un instrumento pol�tico frecuente,[1]​ tal como lo expresar�a el propio Rawson en 1875, cuando dijo que si los que la piden son nuestros amigos, debe intervenirse, pero si son enemigos de la administraci�n nacional, la intervenci�n no debe concederse.[66]

Obras de gobierno

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Tanto Mitre como Rawson sosten�an que se necesitaba ampliar la frontera contra el indio, aunque difer�an en c�mo logralo. Mitre cre�a que esta estaba delimitaba por la ocupaci�n efectiva y en propiedad de la tierra; adem�s, explicaba que los indios hab�an recuperado las tierras de los enfiteutas porque estas no hab�an sido ocupadas. Rawson, por su parte, cre�a que la frontera de hierro, constituida por el ferrocarril, coincid�a con la colonizaci�n del desierto;[67]​ es por esto que desde su cartera impuls� la construcci�n de l�neas f�rreas,[68]​ como tambi�n de l�neas telegr�ficas y del servicio postal.[9]​ Adem�s, Mitre y Rawson vieron con buenos ojos la llegada de inmigrantes, que se produc�a en forma espont�nea y superaba sus expectativas; estos se asentaron principalmente en la provincia de Buenos Aires, aunque otros los hicieron en Entre R�os y en Santa Fe. Una excepci�n fue el asentamiento de una colonia de galeses en el valle inferior del r�o Chubut, la cual fue planificada,[67]​ y recibi� el apoyo de Rawson.[69]

El Congreso Nacional requer�a un nuevo lugar f�sico donde sesionar. Es por esto que, el 12 de marzo de 1863, Rawson aprob� y firm� los planos y el presupuesto para la construcci�n del edificio, que estuvo a cargo del arquitecto cordob�s Jon�s Largu�a. El Palacio Legislativo se ubicar�a en la esquina de las calles Balcarce y Victoria (actualmente Hip�lito Yrigoyen), donde antiguamente se encontraba el antiguo fuerte de la ciudad. La inauguraci�n se llev� a cabo el 12 de mayo de 1864, con la presencia del Presidente Mitre.[70]​ Ese mismo a�o, Rawson pidi� la sanci�n de una ley que regulara las intervenciones federales a las provincias; en esa ocasi�n, el sanjuanino dijo que con motivo de las relaciones pol�ticas con las provincias, necesito encarecer nuevamente al Honorable Congreso la urgencia de una ley que, de acuerdo con la Constituci�n, determine los casos y establezca la manera de que el Gobierno federal debe intervenir en el territorio de las provincias.[71]

El asesinato de �ngel Vicente Pe�aloza marc� negativamente la relaci�n entre Rawson y Sarmiento.

En 1863, el caudillo riojano �ngel Vicente Pe�aloza, m�s conocido con el apodo de el Chacho, intent� sublevar a las provincias de Cuyo contra la pol�tica centralista de Mitre. Sarmiento, en ese entonces gobernador de San Juan, declar� el estado de sitio y encabez� la lucha contra Pe�aloza, quien hab�a invadido la provincia. Este fue derrotado en Caucete y se resguard� en Olta, La Rioja, donde fue asesinado por el mayor Pablo Irraz�bal; sin embargo, Sarmiento no hab�a ordenado la ejecuci�n. El gobierno de la naci�n culp� al gobernador por la muerte de Pe�aloza; Mitre sostuvo que la represi�n deber�a haber sido policial en lugar de militar, mientras que Rawson pidi� la renuncia de Sarmiento, esgrimiendo que solamente el gobierno nacional pod�a declarar el estado de sitio. De esta forma, Sarmiento se vio obligado a renunciar a la primera magistratura en 1864.[72][73]​ El debate entre Sarmiento y Rawson por la muerte de Pe�aloza surgir�a nuevamente en 1875, en ocasi�n del debate de la Ley de Amnist�a General.[74]

En 1864, el ministerio acord� con la provincia de La Rioja la construcci�n de un camino que comunicara la capital provincial con la localidad de Cruz del Eje, en C�rdoba; esto le permitir�a a la provincia cuyana una comunicaci�n m�s fluida con la capital cordobesa y con el poblado de Chilecito, tambi�n en La Rioja. El 16 de septiembre, Rawson le comunic� al gobernador Julio Campos que el ministerio hab�a firmado con Ra�l Legout la construcci�n del tramo Cruz del Eje - Llanos del Cha�ar;[75]​ el 20 de octubre, Rawson se contact� nuevamente con Campos, comunic�ndole que el gobierno provincial pod�a contratar a quien creyera conveniente para la construcci�n del tramo entre Llanos del Cha�ar y La Rioja, y que los gastos de la obra ser�an cubiertos por el ministerio.[76]

Intervenci�n federal en C�rdoba

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Hacia 1865, Rawson actu� como interventor federal en la provincia de C�rdoba,[77]​ la cual hab�a sido solicitada por el gobernador Roque Ferreyra. Tras la asunci�n de Ferreyra en 1863, la situaci�n pol�tica se volvi� tensa, ya que comenzaron a aparecer varios opositores, en su mayor�a autonomistas, entre los que se destacaba Justiniano Posse, quien hab�a sido gobernador entre 1862 y 1863. Posse plane� una revoluci�n para el 2 de junio de 1865, con el objetivo de derrocar a Ferreyra; sin embargo, el gobernador fue avisado y prepar� las milicias, que sofocaron la revoluci�n en forma violenta.[78]

Posse se refugi� en la casa de Saturnino Laspiur, quien se desempe�aba como juez federal. Sin embargo, el ministro de gobierno de Ferreyra orden� el allanamiento de la vivienda y Posse fue capturado por un grupo de soldados, que se dispondr�an a llevarlo a prisi�n; a pesar de esto, otro grupo de soldados atac� al exgobernador, caus�ndole la muerte. Ferreyra fue duramente criticado, por lo que solicit� la intervenci�n de la provincia.[78]​ El gobierno nacional le encomend� la intervenci�n a Rawson, quien decidi� mantener al gobernador en su puesto; posteriormente la declar� en suspenso y luego el tema pas� al olvido con el estallido de la Guerra de la Triple Alianza.[77]

Asentamiento de la primera colonia galesa en la Patagonia

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En Rawson se erige un monumento a Guillermo Rawson, el cual fue inaugurado el 12 de octubre de 1936 en la plaza principal de la ciudad.[79]

La Comisi�n de Emigraci�n de Liverpool hab�a designado a Lewis Jones y al capit�n Love Jones Parry para negociar con el gobierno argentino la instalaci�n de una colonia galesa en la Patagonia. El barco parti� en noviembre de 1862, pero sin Parry, quien fue reemplazado por Thomas Duguid, un comerciante oriundo de Liverpool; Parry solamente pudo embarcarse en diciembre de ese mismo a�o. Jones y Duguid presentaron un proyecto ante el Ministro Rawson, con el que buscaban crear una ciudad autogobernada por los propios galeses; Rawson rechaz� el proyecto, esgrimiendo que la Argentina no pod�a ceder su soberan�a sobre la Patagonia. Tras tres semanas de negociaciones, los galeses cedieron en sus pretensiones iniciales y ambas partes llegaron a un acuerdo; este establec�a la creaci�n de la colonia, que no ser�a independiente.[80]

Parry lleg� al pa�s en enero de 1863. El 18 de ese mismo mes se embarc�, junto a Jones, hacia Carmen de Patagones, donde los esperaba Juli�n Murga, quien les proveer�a de caballos, provisiones y de gu�as, acatando las �rdenes de Rawson. Continuaron su viaje en una goleta e inspeccionaron el Valle Inferior del R�o Chubut, dando el visto bueno para el asentamiento de la colonia. Tras regresar a Buenos Aires, firmaron el acuerdo con el gobierno argentino el 25 de marzo de 1863.[80]​ Sin embargo, la situaci�n se debati� arduamente en el Senado y tuvo una firme oposici�n. Uno de los opositores fue F�lix Fr�as, quien tem�a que los colonos no respetasen la religi�n oficial y destacaba la peligrosa cercan�a con las Islas Malvinas, bajo dominio brit�nico, sosteniendo que la Patagonia pod�a perderse a manos de los extranjeros. La resistencia fue tal que el proyecto fue rechazado; sin embargo, Rawson logr� que la colonia se instalase, ampar�ndose en una ley que permit�a que el presidente le entregase tierras a todo aquel que deseara trabajarlas.[69]

El nombre de Caer Antur (del gal�s: Fuerte Aventura) fue reemplazado por el de Trerawson (del gal�s: Pueblo de Rawson) o simplemente Rawson, en honor a las gestiones realizadas por el ministro para la instalaci�n de la colonia. La fundaci�n oficial reci�n se llev� a cabo el 15 de septiembre de 1865, cuando se inici� la distribuci�n y construcci�n de las casas y calles, ante la presencia de Juli�n Murga.[81]​ El agrimensor J. V. D�az fue el encargado de delimitar el trazado del pueblo y las tierras cedidas por el gobierno nacional.[82]​ Sin embargo, la situaci�n econ�mica de la colonia fue dif�cil durante los primeros a�os, ya que los inmigrantes desconoc�an c�mo cultivar la tierra y c�mo criar el ganado, ya que en su mayor�a eran mineros; la situaci�n mejor� a partir de 1867, cuando comenzaron a implementar un sistema de riego con zanjas y con la ayuda econ�mica conseguida por Rawson.[69]

Guerra del Paraguay, Junta de Ministros y sucesi�n presidencial

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El general en jefe del ej�rcito aliado brigadier general Bartolom� Mitre fue con Guillermo Rawson, Ministro de Inter�or de la Rep�blica Argentina � visitar Paso de la Patria, el lugar del combate del 31 de enero de 1866.

A principios de diciembre de 1864, las tropas del caudillo colorado Venancio Flores y las del Imperio del Brasil, al mando del Marqu�s de Tamandar�, sitiaron la ciudad de Paysand�. A pesar de una resistencia heroica de los militares blancos, liderados por Lucas P�riz y Leandro G�mez,[83]​ la ciudad fue tomada en enero de 1865. El 14 de ese mismo mes, Francisco Solano L�pez, presidente del Paraguay, solicit� al gobierno argentino la autorizaci�n para atravesar la provincia de Corrientes, en una expedici�n hacia R�o Grande, en el Brasil; el presidente Mitre se neg�, alegando mantener la neutralidad. El 18 de enero, el Congreso paraguayo declar� la guerra a la Argentina, aunque el comunicado con esta noticia solamente lleg� a Buenos Aires en mayo. Entretanto, el 13 de abril, las tropas paraguayas tomaron la ciudad de Corrientes.[84]

Ante esta situaci�n, el presidente Mitre decidi� marchar hacia el Paraguay, poni�ndose al mando de las tropas aliadas tras una ardua negociaci�n con Pedro II, emperador del Brasil. El 17 de junio, el Congreso Nacional promulg� una ley que autorizaba a Mitre a comandar el ej�rcito de la Alianza, delegando el poder en su vicepresidente Marcos Paz.[85]​ Paz mantuvo todo el gabinete, exceptuando el ministerio de Guerra y Marina, en el que el coronel Juli�n Mart�nez reemplaz� a Juan Andr�s Gelly y Obes, quien se encontraba en el Paraguay comandando al ej�rcito. A principios de 1867, y ante la Revoluci�n de los Colorados en Cuyo, Paz requiri� la presencia de Mitre en Buenos Aires,[86][65]​ lo que qued� plasmado en una carta enviada por el primero el 16 de enero de aquel a�o, en la que dec�a que yo no gobierno, es preciso que venga usted para hacerlo; adem�s, tanto Elizalde como el propio Rawson le solicitaron lo mismo a Mitre.[87]

Marcos Paz, el presidente en ejercicio ante la ausencia de Mitre, falleci� en el cargo en enero de 1868. Ante esta situaci�n, Rawson y el resto de los ministros gobernaron interinamente durante un corto per�odo.

De esta forma, Mitre regres� a Buenos Aires en febrero de 1867. All� se encontr� con la renuncia de Paz, la cual rechaz� exigi�ndole que continuase, ya que era su responsabilidad como vicepresidente.[88]​ Tras el regreso de Mitre al frente, comenzaron a surgir las precandidaturas presidenciales en vista de las elecciones que se llevar�an a cabo en 1868. La primera en surgir fue la de Sarmiento, mencionada por primera vez en marzo de 1867 por el diario La Tribuna,[89]​ seguida por las de Taboada, Alberdi y A. Alsina.[90]​ Dentro del propio gabinete oficialista surgieron dos candidaturas, la de Rawson y la de Elizalde;[89]​ la del primero parec�a contar con el apoyo moral y material de Paz, mientras que el segundo buscaba conseguirlo. A pesar de que ambos esperaban que el liberalismo los proclamase como candidatos por el partido, Elizalde asegur� que contaba con el apoyo de Mitre, quien a�n no se hab�a pronunciado.[90]

En este marco, comenzaron a surgir algunos conflictos entre Elizalde y Rawson, ahora candidatos opuestos. Consciente de que no lograr�a el apoyo de Paz,[90]​ Elizalde denunci� las buenas relaciones que exist�an entre el vicepresidente y Adolfo Alsina, gobernador autonomista de Buenos Aires y aspirante a la presidencia, las cuales no fueron vistas con buenos ojos por los mitristas;[91][92]​ ante las acusaciones del ministro, Paz decidi� presentar su renuncia ante el Congreso, la cual fue rechazada en junio de aquel a�o.[86]​ Tras esto, Jos� Mar�a Guti�rrez, director del diario oficialista La Naci�n Argentina e impulsor de la candidatura de Elizalde,[90]​ se vio envuelto en una fuerte pol�mica con Paz, quien a pesar de recibir el apoyo de Mitre solicit� al Congreso la realizaci�n de un juicio pol�tico en su contra; opuestos a esta decisi�n, los ministros Costa y Elizalde presentaron sus renuncias, que rechazadas en un principio por Paz, finalmente se hicieron efectivas en septiembre. En su lugar, Paz design� a Jos� Evaristo Uriburu y a Marcelino Ugarte, respectivamente.[91][92]

Ya fuera del gobierno, Elizalde continu� con las injurias hacia el vicepresidente, atacando tambi�n a Rawson; adem�s, critic� las candidaturas de Alsina, Urquiza y Sarmiento.[90]​ En ese momento, ni la candidatura de Rawson ni la de Taboada hab�an logrado avances rese�ables, como tampoco la de Alberdi.[93]​ En este marco, las principales candidaturas eran las de Sarmiento, Elizalde, Alsina y Urquiza. Hacia noviembre de 1867, Mitre le envi� una carta a Guti�rrez,[94]​ posteriormente mal llamada testamento pol�tico, en la que analizaba las cuatro candidaturas principales, sin descartar completamente las otras; en rasgos generales, a pesar de que no se inclinaba directamente por ninguna candidatura y aseguraba que no har�a pesar su influencia en las elecciones, Mitre descalific� tanto a Alsina como a Urquiza, brind�ndole su apoyo a Elizalde.[95][96]​ En la carta, sosten�a que Elizalde, Sarmiento, Rawson, deb�an surgir candidatos en elecciones libres y en las condiciones indicadas;[94]​ a su vez, se preguntaba �Qui�n ser� presidente? Mansilla dice Sarmiento, usted dice Elizalde. Conesa dice Alsina... y Luque hace coro. Otro dir�a Rawson.[95]

Hacia fines de diciembre de 1867, el vicepresidente Marcos Paz se ve afectado por el c�lera. El 1 de enero de 1868, Rawson le envi� una carta a Mitre, quien se encontraba en el campamento de Tuy� Cu�, dici�ndole: Apenas tengo la esperanza de salvarle la vida. Al d�a siguiente, Paz falleci� en su casa de San Jos� de Flores.[97][98]​ Tras la defunci�n de Marcos Paz, y ante la ausencia de Mitre, Rawson debi� hacerse cargo de la presidencia.[7][8][9]

En Buenos Aires, un batall�n del Ej�rcito hab�a tenido al menos un caso de c�lera. Aun con ese antecedente, Guillermo Rawson (que era m�dico higienista), autoriz� como ministro del Interior que el batall�n marchara hacia el norte del pa�s. De esta manera, la epidemia que asolaba a Buenos Aires se propag� al resto del pa�s, v�a terrestre.[99]

Antes de asumir su interinato, se produjo en Rosario una revoluci�n pre-electoral en diciembre de 1867. Un grupo de dos mil gauchos tom� la ciudad, apoyado por la Iglesia, con la intenci�n de derrocar al gobernador Nicasio Oro�o, un anticlerical, y conseguir la provincia para Urquiza. D�as m�s tarde, ya durante el interinato de Rawson, se produjo una nueva revoluci�n, esta vez en la ciudad de Santa Fe. Los rebeldes amenazaron a Oro�o para que huyera de Santa Fe, bajo amenaza de deg�ello. El escritor estadounidense David Rock se�ala que Rawson orden� el env�o de tropas para auxiliar al gobernador; estas llegaron a Rosario en un barco de la Guardia Nacional y se enfrentaron con los rebeldes, quienes fueron derrotados.[100]​ Sin embargo, el escritor J. F. Armagnague destaca que no hubo necesidad de violencia y que los rebeldes se rindieron pac�ficamente. En su libro Historia del derecho: presidencias de Mitre, Sarmiento y Avellaneda, Armagnague se�ala que Oro�o pidi� la intervenci�n federal y que Francisco Pico fue nombrado interventor, recibiendo �rdenes de Rawson. Sin embargo, Pico no cumpli� con las �rdenes recibidas y fue reemplazado por Eduardo Costa, quien lleg� a un acuerdo con las tropas santafecinas, que se sometieron pac�ficamente.[101]

Sin embargo, tras la reasunci�n de Mitre, este reconvoc� a los renunciantes e intent� desplazar a Rawson, reemplaz�ndolo por Domingo Faustino Sarmiento.[102]​ Tras esto, Rawson se vio obligado a renunciar.[8]

Los comicios presidenciales de 1868 estuvieron marcados por la ausencia de varios electores, que totalizaron veintid�s (los diez de Tucum�n y los doce de Corrientes). A pesar de esto, las elecciones se realizaron y resultaron elegidos Sarmiento, para presidente, y Alsina, para vicepresidente.[103]​ Los resultados fueron los siguientes: en la elecci�n de presidente, Sarmiento obtuvo setenta y nueve votos, Urquiza veintis�is, Elizalde veintid�s, Rawson tres y V�lez Sarsfield uno; para vicepresidente, Alsina consigui� ochenta y dos, Paunero cuarenta y cinco,[104]Ocampo dos, Alberdi uno y de las Carreras uno.[103][105]

Pol�tica e higiene

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Rawson es considerado el primer higienista de su pa�s.

Tras renunciar a la cartera del Interior, Rawson represent� a Buenos Aires en la Convenci�n Constituyente de 1870;[53]​ luego ejerci� los cargos de diputado y senador nacional por su provincia natal, San Juan,[7]​ a partir de 1870 y de 1874, respectivamente. Tras las epidemias de fiebre amarilla que se sucedieron en Buenos Aires entre 1870 y 1871, Rawson se dedic� al estudio de las epidemias, de las enfermedades y de la higiene; de las epidemias de fiebre amarilla, escribi� lo siguiente:[106]

Yo he presenciado, por raz�n de mi profesi�n, lo que ha sucedido en la epidemia pasada... Yo recuerdo... la soledad que se hac�a en torno de los enfermos. Yo he visto abandonado el hijo por el padre, he visto a la esposa abandonar al esposo; he visto al hermano moribundo abandonado por el hermano.

Rawson colabor� en la redacci�n del diario franco - argentino El Americano, que se public� entre mayo de 1872 y junio de 1874. Al ser editado en Par�s, Francia, el peri�dico pose�a colaboradores tanto europeos como americanos; en el primer grupo se destacaban V�ctor Hugo, Emilio Castelar y Giuseppe Mazzini, entre otros, mientras que en el segundo sobresal�an las figuras de Bartolom� Mitre, Ambrosio Montt Luco, Jos� C. Paz Sold�n y la del propio Rawson, entre otros.[107]

Hacia 1873, Bolivia y Per� se enfrentaban con Chile en el marco de la Guerra del Pac�fico. Aprovechando la tensi�n que exist�a entre Chile y Argentina por los conflictos territoriales en la Patagonia, el gobierno del Per� le propuso al argentino su adhesi�n al Tratado de Alianza Defensiva, tambi�n conocido como Tratado Secreto, firmado entre Per� y Bolivia el 6 de febrero de ese a�o. El asunto fue tratado en ambas c�maras del Congreso, y finalmente fue rechazado. Rawson, por su parte, se desempe�aba como diputado y fue uno de los que se manifest� en contra de la adhesi�n, sosteniendo que una alianza defensiva finalizar�a en una guerra, tal como le manifest� a Pl�cido S�nchez de Bustamante en una carta; adem�s, cre�a que el Per� intentaba aprovechar las diferencias pol�ticas entre Argentina y Chile en su favor. No ve�a beneficios para su pa�s, ya que la superioridad naval chilena bloquear�a el comercio, y condenaba una pol�tica agresiva contra un pa�s hermano, con el cual se hab�a logrado la independencia.[108]

En 1875, Sarmiento compar� las discusiones pol�ticas que ten�a con Rawson con las que sosten�a con el pol�tico santafesino Nicasio Oro�o, ex gobernador de su provincia, diciendo que cuando me operaba el m�dico, sent�a el escalpelo manejado por mano culta y profesional. Esta vez era el "alfajor" del desollador de saladero, que sent�a correr por mis costillas.[109]​ Ese mismo a�o, Rawson y Sarmiento se enfrentaron por la Ley de Amnist�a General, que buscaba perdonar a los mitristas que tomaron parte en la Revoluci�n de 1874.[74]​ El proyecto de ley, presentado por el diputado Rafael Igarz�bal, fue aprobado por la C�mara de Diputados.[110]​ Pas� al Senado, donde se le introdujo una peque�a modificaci�n, por lo que regres� a Diputados; se insisti� con el proyecto original, que finalmente fue aprobado por la C�mara de Senadores. Sin embargo, se destac� el debate entre Rawson y Sarmiento, en el que afloraron viejas rencillas entre ambos.[74]

El jefe, lo toma, lo mata y pone sobre un palo la cabeza del viejo Chacho con su barba blanca encanecida; y como era conocido por todos, hasta por las plantas que lo rodeaban, lo pusieron para terror y espanto de los dem�s montoneros. Esto tambi�n, esto tambi�n fue una irregularidad.
— G. Rawson en el Senado de la
Naci�n Argentina, dirigido
a D. F. Sarmiento.[111]

Rawson promov�a una amnist�a de amplio alcance. No conforme con esto, acus� a Sarmiento de ser el culpable del asesinato del Chacho Pe�aloza, dici�ndole que eso de cortarle la cabeza a un hombre que se toma prisionero indefenso es una irregularidad; adem�s, critic� su presidencia, calificando sus actos de represi�n y fuerza como los causantes de la revoluci�n. Sarmiento no se qued� atr�s, dici�ndole a Rawson que los responsables del asesinato de Pe�aloza hab�an sido Mitre, Elizalde, Rawson, Paunero, Costa, Arredondo, e Irraz�bal; esta posici�n se deb�a, en parte, a su enemistad con Mitre, por lo que se opon�a a la amplia amnist�a propuesta por Rawson.[74]​ A pesar de la oposici�n de Sarmiento, el proyecto fue aprobado y sancionado como la ley n.� 714, promovida el 22 de julio de 1875.[112]

En cuanto a la medicina, Rawson fue el primer profesor de higiene del pa�s. Con �l se inician los estudios de esta disciplina, en especial con car�cter social y vinculados con el aspecto demogr�fico. Sus lecciones, editadas en Par�s en 1876, se ocupaban en especial de los problemas de higiene en la Argentina y en particular de Buenos Aires. En ese mismo a�o particip� en un Congreso en Filadelfia realizado durante la Exposici�n del Centenario de EE. UU., presentando su trabajo Estad�stica vital de la ciudad de Buenos Aires, un desarrollo muy importante para la �poca.

En abril de 1879, Rawson fue aceptado como miembro de la American Antiquarian Society.[113]

El 10 de junio de 1880, Rawson cre�, junto a Toribio Ayerza, la Cruz Roja Argentina.

El 12 de agosto de 1864, Jean Henri Dunant organiz� el primer grupo de voluntarios para ayudar a heridos de guerra, organizaci�n que recibi� el nombre de Cruz Roja Internacional; a partir de ese momento, comenz� a expandirse por el mundo con la instalaci�n de agencias y oficinas.[10]​ Ese mismo a�o, se realiz� el Primer Convenio de Ginebra, el cual fue ratificado por el presidente Nicol�s Avellaneda en 1879. Al a�o siguiente, m�s precisamente el 10 de junio, Rawson y Toribio Ayerza, tambi�n m�dico, fundaron la Cruz Roja Argentina, design�ndose como primer presidente a Pedro Roberts. Por su labor, tanto Rawson como Ayerza recibieron el t�tulo de presidentes honorarios.[114]

En 1883, Rawson public� su Estudio sobre las casas de inquilinato de Buenos Aires, en el cual analiz� las condiciones de vida de quienes habitaban en estas viviendas, tambi�n llamadas conventillos; adem�s, sosten�a que de ellos surgir�an el socialismo, la revoluci�n y el anarquismo.[115]

�ltimos a�os y fallecimiento

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La tumba de Guillermo Rawson, ubicada en el Cementerio de la Recoleta, fue declarada Monumento Hist�rico Nacional en 1946.[116]

Hacia 1881, Rawson se vio afectado por una enfermedad ocular, que lo oblig� a trasladarse a Par�s para someterse a un tratamiento m�dico. Residi� en Francia durante un a�o, regresando a la Argentina tras completar el tratamiento. Trabaj� principalmente en su C�tedra de Higiene y en su consultorio particular, los cuales no le redituaban muchos beneficios. En 1883, a�o en que se retir� de la ense�anza,[117]​ y ante su mala situaci�n econ�mica, el Congreso Nacional le otorg� una pensi�n honor�fica, en m�rito a los servicios prestados a la Patria;[7][118]​ sin embargo, Rawson no utiliz� todo el dinero para su uso personal, sino que destin� parte de este para establecer un premio anual para el mejor trabajo sobre higiene presentado en la Facultad.[15][117]

Sin embargo, la enfermedad reapareci� en 1885 y Rawson regres� a Par�s para continuar con el tratamiento. Cinco a�os m�s tarde, el 2 de febrero de 1890, Guillermo Rawson falleci� en Francia. Dos a�os despu�s de su muerte, el gobierno nacional repatri� sus restos, tra�dos por su esposa,[3]​ erigi�ndole un mausoleo en el Cementerio de la Recoleta,[7][118]​ con el aval de la Ley N.� 11.230;[116]​ sin embargo, sus restos fueron depositados, en forma transitoria hasta la finalizaci�n del mausoleo, en la b�veda de la familia Llavallol. La inauguraci�n del mausoleo, cuya fundici�n fue realizada en Par�s por el escultor Carriere Belleuse, hijo del escultor que realiz� el mausoleo de Jos� de San Mart�n en la Catedral Metropolitana, fue inaugurado el 22 de septiembre de 1892.[3]

Por lo que a m� respecta, concretando mi pensamiento y mi sentimiento, puedo dar testimonio de que jam�s encontr� en la vida, en d�as de verdadera prueba, un ser tan bellamente dotado, que m�s se acercase al ideal de la perfecci�n moral.
—Bartolom� Mitre.[119]

En ocasi�n de su sepelio, Bartolom� Mitre dijo que [Rawson fue] superior a las vanidades de la vida y a las pompas de la muerte, fue moralmente grande por instinto y por virtud natural, encontrando la gloria sin buscarla en el camino del deber.[3]​ El 31 de enero de 1946, y por medio de un decreto presidencial en cumplimiento de la Ley N.� 12.665, se declar� a su sepulcro Monumento Hist�rico Nacional.[116]

Homenajes

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Monumento en la tierra natal de Rawson, San Juan
El Monumento a Guillermo Rawson, obra de H�ctor Rocha, est� realizado en m�rmol y bronce.

Dentro del barrio porte�o de Agronom�a se encuentra el Barrio Parque "Guillermo Rawson", que lleva su nombre en honor al m�dico. Fue fundado el 8 de febrero de 1934, como parte de la ley propuesta por el diputado Juan F. Cafferata, que garantizaba la construcci�n de casas baratas para los obreros, mediante un plan del Banco Hipotecario.[120]​ En el barrio de San Telmo, tambi�n en Buenos Aires, se encuentra la Escuela "Guillermo Rawson", que fuera la primera escuela de medicina de la ciudad desde 1858;[121]​ Rawson ense�� en ella y es por esto que, desde 1910, lleva su nombre en su honor.[122]​ Tambi�n en el barrio de Caballito se encuentra el instituto Guillermo Rawson, un importante colegio privado que lleva su nombre en pleno coraz�n de la Ciudad de Buenos Aires.

Entre 1892 y 1978, a�o en que fue clausurado, existi� en Buenos Aires un hospital que llevaba su nombre, el Hospital General de Agudos "Dr. Guillermo Rawson". Hab�a sido creado por iniciativa de Jos� C. Paz en 1868, con el objetivo de tratar a los heridos provenientes de la Guerra de la Triple Alianza. Hacia 1884 fue elevado a la categor�a hospital y en 1892 recibi� el nombre de Rawson; diez a�os m�s tarde, en 1894, lleg� a ser el centro de salud m�s importante de la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, en 1978 fue desactivado y clausurado.[123]​ En la ciudad santiague�a de Clodomira, ubicada en el Departamento Banda, tambi�n existe un hospital que lleva su nombre.[124]

En la ciudad de San Juan tambi�n hay instituciones que llevan su nombre, como el Hospital Guillermo Rawson, que fue inaugurado en 1908; sin embargo, su pabell�n principal (MHN) reci�n comenz� a funcionar en 1913.[125]​ Frente a esta instituci�n se erige el Monumento a Guillermo Rawson, en la intersecci�n de la Avenida Rawson y la calle C�rdoba; el monumento, obra del escultor Luis Perlotti, fue inaugurado en 1954.[126]​ En un principio, la obra iba a ser realizada por el escultor veneciano V�ctor De Pol, quien ya hab�a esculpido a Sarmiento y a Aberastain; sin embargo, De Pol falleci� en 1925 y la obra no fue realizada hasta 1954.[127]

Busto de Guillermo Rawson en la localidad de Rawson, provincia de Buenos Aires.

En Buenos Aires tambi�n se erige un monumento en su honor. El Monumento a Guillermo Rawson, obra de H�ctor Rocha, est� realizado en m�rmol, coronado por las figuras en bronce de Rawson y de La Ciencia; a ambos lados del bloque de m�rmol tambi�n hay esculturas de bronce, que representan a La Elocuencia y a El Saber, ambas figuras masculinas y con vestimentas romanas. En el frente del monumento se puede leer Rawson. Laus - Virtutis - Actio. 1821 - 1890;[128]​ con motivo de la inauguraci�n del monumento, la cual se llev� a cabo el 1 de septiembre de 1928, se acu�� una medalla en honor a Rawson, que se conserva en el Buenos Aires Museo.[129]

La localidad chubutense de Rawson, capital de la provincia, lleva su nombre y tambi�n existe un monumento en su honor. Este consiste de un busto, el cual se encuentra ubicado en la plaza principal de la ciudad,[79]​ que tambi�n lleva el nombre de "Guillermo Rawson";[130]​ fue inaugurado el 12 de octubre de 1936, ante la presencia de numerosas autoridades provinciales.[79]​ El departamento Rawson tambi�n lleva su nombre.

En la localidad bonaerense de Rawson tambi�n existe un busto en su honor, el cual est� ubicado en la Plazoleta Guillermo Rawson.[131]

Existen diversas calles que reciben el nombre de Rawson, como ocurre en las localidades de La Lucila y Rawson, ambas en la provincia de Buenos Aires.

En la provincia de San Juan existe un departamento que lleva su nombre en su honor. Fue creado el 4 de septiembre de 1942, cuando una ley dividió a la provincia en nueve departamentos; el Departamento Rawson se formó con parte de los departamentos Trinidad y Pocito. Aunque su capital es la ciudad de Villa Krause, el 15 de noviembre de 1984 se declaró a todo el departamento como Ciudad de Rawson, debido a su gran crecimiento demográfico; es por esto que es considerado parte del Gran San Juan.[132]

También existen calles y avenidas que llevan su nombre. Esto ocurre en las ciudades de Buenos Aires,[133][nota 5]Campana (Buenos Aires),[134]Haedo (Buenos Aires),[135]Olivos (Buenos Aires),[136]​ Rawson (Buenos Aires),[137]Puerto Madryn (Chubut),[138]Trelew (Chubut), Playa Unión (Chubut),[139]San Juan(Caucete - San Juan) (San Juan),[126]Godoy Cruz (Mendoza), Maipú (Mendoza),[140]San Martín (Mendoza),[141]Valparaíso (V Región, Chile),[142]​ y Villa María (Córdoba),[143]​ entre otras.

El asteroide (2854) Rawson lleva su nombre en su honor. Fue descubierto por David McLeish el 6 de mayo de 1964, en el Observatorio Astronómico de la ciudad de Córdoba, capital de la provincia homónima; recibe la designación provisional de 1964 JE.[144]

Notas

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  1. López Mato afirma que el nombre de Rawson era Guillermo Collisbery.[3]
  2. El nombre de la madre de Rawson no es claro; algunas fuentes lo citan como María Jacinta,[8][11][14]​ mientras que otras dicen que era María Justina.[15][13]
  3. Aráoz Alfaro cita la escuela del francés Douet.[17]
  4. Cutolo afirma que Rawson estudió en el Colegio de San Ignacio; sin embargo, esto no es posible ya que desde 1772 este fue reemplazado por el Real Colegio de San Carlos.[26]
  5. Esta calle, ubicada en el Barrio de Almagro, lleva este nombre desde 1892. (Cutolo, 1994, p. 1015)

Referencias

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  1. a b (Sáenz Quesada, 2001, p. 360)
  2. a b c d Genealogía Familiar. «Guillermo Colesbery Rawson Rojo». Consultado el 28 de julio de 2010. 
  3. a b c d e f López Mato, Omar (2001). «Guillermo Collisbery Rawson (1821-1890)». Ciudad de Ángeles: Historia del Cementerio de la Recoleta. Olmo Ediciones. ISBN 987-43-3536-X. Consultado el 30 de julio de 2010. 
  4. Conferencia sobre el Doctor Guillermo Rawson, por Eliseo Cantón, Academia y Facultad de Medicina de Buenos Aires, 1921
  5. Dr. Guillermo Rawson, por Dr. Enrique Otharán, Ediciones Médicas, consultado el 3 de enero de 2014 Archivado el 26 de abril de 2012 en Wayback Machine.
  6. Cutolo, V. O. (1994). Buenos Aires: Historia de las calles y sus nombres. Buenos Aires: Elche. ISBN 950-99212-0-3. 
  7. a b c d e f g h i j k Honorable Concejo Deliberante de la Nación (19 de junio de 2008). «Proyecto de Declaración». Consultado el 2 de marzo de 2010. 
  8. a b c d e f g h i Otharán, Enrique. «Dr. Guillermo Rawson». En Ediciones Médicas, ed. Biografías de médicos. Archivado desde el original el 26 de abril de 2012. Consultado el 2 de marzo de 2010. 
  9. a b c d e «Rawson, Guillermo». Enciclopedia visual de la Argentina, de la A a la Z. III, N-Z. Diario Clarín. 2002. p. 1149. ISBN 950-782-232-1. 
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Bibliografía

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Fuentes principales

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Fuentes secundarias

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Enlaces externos

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