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José Santos Chocano

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José Santos Chocano
Información personal
Nombre de nacimiento José Santos Chocano Gastañodi
Nacimiento 14 de mayo de 1875
Lima, Perú
Fallecimiento 13 de diciembre de 1934
(59 años)
Santiago, Chile
Causa de muerte Herida por arma blanca Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Cementerio Presbítero Matías Maestro Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Peruana
Lengua materna Español Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Cónyuge Consuelo Bermúdez y Velázquez
Margot Batres Jáuregui
Margarita Aguilar Machado
Educación
Educado en Universidad Nacional Mayor de San Marcos Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Poeta, diplomático, escritor, periodista
Años activo Siglo XIX - siglo XX
Movimiento Modernismo
Lengua literaria Castellano
Géneros Poesía, teatro, ensayo
Instrumento Voz Ver y modificar los datos en Wikidata
Obras notables Iras santas (1895), poemario
En la aldea (1895), poemario
Selva virgen (¿1896?), poemario
La epopeya del morro (1899), poema épico
El canto del siglo (1901), poema
Alma América (1906), poemario
Fiat Lux (1908), antología poética
Primicias de oro de Indias (1934), antología poética
Oro de Indias (1940-1941), colección poética.
Afiliaciones Club de la Unión
Imprenta Siglo XX (Santo Domingo 684, Santiago de Chile). Contiene 18 reproducciones de Juan Francisco González Ramírez “Huelén”, 30 de Luis Meléndez Ortiz, 2 sin especificar el autor y una reproducción del retrato al óleo realizado por José María López Mezquita de Chocano. Todos los ejemplares fueron autografiados por el autor. 1934 (el año no se especifica en el libro).
Anónimo y sin fecha. Casa editora Imprenta La Opinión Nacional (Calle de Mantas 152, Lima, Perú).

José Santos Chocano Gastañodi (Lima, 14 de mayo de 1875-Santiago, 13 de diciembre de 1934) fue un destacado poeta peruano, conocido como «El Cantor de América» por antonomasia y nombrado por Manuel González Prada como el «Poeta Nacional del Perú». Su vida fue rocambolesca y estuvo ligada a la de los dictadores y los caudillos latinoamericanos de su tiempo.

Es considerado uno de los poetas hispanoamericanos más importantes, por su poesía épica de tono grandilocuente, muy sonora y llena de color, aunque también produjo poesía lírica de singular intimismo, todas ellas trabajadas con depurado formalismo, dentro de los moldes del modernismo. Su obra se inspira mayormente en los temas, los paisajes y la gente de su país y de América en general. Su creación literaria obtuvo en el Perú un reconocimiento nunca antes visto; llegó a ser el literato más popular después de Ricardo Palma, aunque su ascendiente en los círculos literarios peruanos fue disminuyendo paulatinamente, en beneficio de otro grande de la poesía peruana, César Vallejo. No obstante, Chocano sigue siendo recordado por la mayoría de los peruanos como un gran poeta; algunos de sus composiciones como «Blasón», «Los caballos de los conquistadores» y «¡Quién sabe!…», son clásicos de las recitaciones hasta la actualidad.

Su infancia transcurrió en plena Guerra del Pacífico, cuando los chilenos ocupaban la capital del Perú. Cursó sus estudios secundarios en el Instituto de Lima y en el Colegio de Lima. En 1891, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero no concluy� su carrera. En 1894 se inici� en el periodismo, colaborando en el diario La Tunda, que se opon�a al segundo gobierno del general Andr�s A. C�ceres. Acusado de subversi�n, fue encarcelado en una celda submarina de la Fortaleza del Real Felipe. Ten�a entonces 20 a�os. Sali� libre tras el triunfo de la revoluci�n c�vico-dem�crata de 1895 y goz� del apoyo del nuevo gobierno. Public� sus primeros poemarios y edit� peri�dicos y revistas en la imprenta del Estado. Luego recorri� Am�rica como diplom�tico y aventurero; se desempe�� en algunas misiones diplom�ticas que le condujeron a Centroam�rica, Colombia y Espa�a. Durante su estancia en Madrid y dada su vinculaci�n al movimiento modernista en torno al editor y librero Gregorio Pueyo, public� su poemario Alma Am�rica (1906).

Separado del servicio diplom�tico al ser involucrado en una estafa al Banco de Espa�a, pas� a Cuba, Puerto Rico y M�xico, donde fue secretario del jefe revolucionario Pancho Villa. En 1915 se traslad� a Guatemala, donde colabor� con el dictador Manuel Estrada Cabrera, lo que casi lo llev� ser fusilado en 1920 al ser derrocado este, salv�ndose gracias a la intercesi�n de muchos estadistas y escritores del mundo. En 1921 volvi� al Per� y el gobierno municipal de Lima lo nombr� poeta laureado, otorg�ndole una corona de laureles de oro en 1922. Se declar� amigo y simpatizante del presidente Augusto B. Legu�a. Se convirti� en el panegirista de las �dictaduras organizadoras� del continente.

En 1925, asesin� de un disparo a quemarropa al joven escritor Edwin Elmore, luego de un altercado entre ambos en el local del diario El Comercio de Lima. Chocano sali� en libertad a los dos a�os, pues el Congreso de mayor�a legui�sta orden� cortar el proceso judicial.

Se fue a vivir a Santiago de Chile, donde padeci� penurias econ�micas. En 1934 fue asesinado en un tranv�a por Mart�n Bruce Padilla, un esquizofr�nico que afirm� haberse asociado con el poeta en la b�squeda de tesoros ocultos, pero al verse marginado de los supuestos beneficios de la empresa, opt� por vengarse de esa manera. En realidad, Chocano no hall� ning�n tesoro. Fue sepultado en Santiago. Treinta a�os despu�s sus restos fueron trasladados a Lima.

Biograf�a

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Primeros a�os

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Don Jos� F�lix Chocano de Zela, rodeado de sus nietos: Eduardo, Alberto y Jos� Santos Chocano Berm�dez, todos hijos del �Cantor de Am�rica� de su primer matrimonio.

Fue hijo de Jos� F�lix Chocano de Zela y Mar�a Aurora Gasta�odi de la Vega. Era bisnieto de Francisco de Zela, precursor de la independencia peruana. Dec�a ser descendiente de Gonzalo Fern�ndez de C�rdoba, el famoso Gran Capit�n.

Curs� sus estudios secundarios en el Instituto de Lima, dirigido por profesores alemanes, pero al poco tiempo se traslad� al Colegio de Lima, que dirig�a Pedro A. Labarthe, donde fue condisc�pulo de Clemente Palma. En 1891, a la edad de 16 a�os, ingres� a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con la intenci�n de formarse como abogado, pero no concluy� su carrera.[1]

Periodista, empresario del caf� y primeros poemas

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En 1894 se inici� en el periodismo, colaborando en el diario La Tunda con creaciones l�ricas destinadas a criticar al segundo gobierno de Andr�s A. C�ceres, en el marco de la revoluci�n de 1894-1895. Acusado de conspiraci�n, fue apresado y encerrado en una de las cisternas (celdas submarinas) de la Fortaleza del Real Felipe, junto con el coronel pierolista Domingo Parra. Uno de sus custodios fue el entonces teniente �scar R. Benavides, que despu�s ser�a mariscal y presidente del Per�. Estuvo encerrado durante seis meses en medio de penosas condiciones, hasta que fue puesto en libertad, poco antes del triunfo de la revoluci�n.[2]

Pas� a ser secretario de Manuel Candamo, presidente de la flamante Junta de Gobierno, y de El�as Malpartida, ministro de Hacienda, en 1895. Ese mismo a�o obtuvo la concesi�n de la imprenta del Estado, donde edit� simult�neamente sus dos primeros libros de versos: Iras santas y En la aldea. Ten�a entonces 20 a�os. Al a�o siguiente public� Azahares, colecci�n de poemas amatorios. Estas primeras creaciones denotan la influencia del romanticismo tard�o americano y europeo. De otro lado, dirigi� provisoriamente El Per� Ilustrado y edit� La Neblina, La Gran Revista y El Siglo XX. Contribuy� a constituir la sociedad literaria �Enrique Alvarado�. Auspici� las primeras publicaciones de Jos� Fians�n, Clemente Palma, Enrique L�pez Alb�jar, entre otros. Se dedic� a colaborar en casi todas las revistas del continente. Organiz� el homenaje p�blico al poeta Luis Benjam�n Cisneros, ya anciano e inv�lido. Por entonces contrajo matrimonio con Consuelo Berm�dez y Vel�zquez, la musa inspiradora de sus primeros poemas (2 de febrero de 1897). Con ella tuvo tres hijos: Eduardo Adolfo (1897), Jos� Alberto (1901) y Jos� Santos (1903).

En 1897 parti� a Chanchamayo, en la selva peruana, deseoso de tentar suerte en el negocio de la explotaci�n de caf�. Fracas� en este menester y regres� a Lima, con el �nimo de �cultivar solo la poes�a�. De todos modos, su viaje al interior del Per� le permiti� tener un conocimiento de su pa�s que fue sumamente valioso para su creaci�n po�tica. Por entonces public� su poemario La selva virgen. En 1899 su poema �pico La epopeya del morro gan� un concurso promovido por el Ateneo de Lima; ese mismo a�o public� otro poema largo, El derrumbe (llamado despu�s El derrumbamiento). En 1901 public� El canto del siglo.

Diplom�tico

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En 1901 inici� su carrera diplom�tica cuando el gobierno de Eduardo L�pez de Roma�a lo envi� a Centroam�rica con la misi�n de hacer propaganda a favor del arbitraje obligatorio en la soluci�n de los conflictos internacionales. Tras realizar su periplo centroamericano volvi� al Per�, habiendo asegurado tres votos, de los cinco, para la causa del arbitraje obligatorio, que el Per� iba a proponer en el segundo Congreso Panamericano de M�xico. El presidente L�pez de Roma�a lo nombr� c�nsul general de Centroam�rica con sede en Guatemala. All� goz� de la amistad del dictador Manuel Estrada Cabrera y ofici� con �xito como mediador de un conflicto de l�mites entre Guatemala y El Salvador.

En 1904, el gobierno de Manuel Candamo nombr� a Chocano como Encargado de Negocios en Bogot�. Por entonces acababa de producirse la independencia de Panam� y el gobierno peruano fue uno de los primeros en reconocer ese hecho, lo que le granje� la animadversi�n de Colombia, pa�s con el que el Per� manten�a un diferendo lim�trofe. Era necesario, pues, restablecer los buenos oficios con el pa�s del norte. Chocano tuvo �xito en su misi�n y logr� que la canciller�a colombiana aceptase someter la cuesti�n lim�trofe al arbitraje del Rey de Espa�a. Pero a ra�z de una desavenencia con los ministros de Estado de su pa�s, renunci� a su cargo en Bogot� y parti� nuevamente hacia Centroam�rica.

De vuelta en Lima, el gobierno de Jos� Pardo lo nombr� Secretario de la misi�n especial que encabezaba Mariano H. Cornejo para discutir los l�mites peruano-ecuatorianos ante el rey de Espa�a (1905). En su viaje a Espa�a pas� por Santiago de Chile y Buenos Aires, donde conoci� a Bartolom� Mitre. En Montevideo tom� el barco que lo traslad� a la pen�nsula ib�rica. All� hizo amistad con los m�s importantes escritores espa�oles del momento: Benito P�rez Gald�s, Emilia Pardo Baz�n, Miguel de Unamuno, Jacinto Benavente, Manuel Machado, entre otros. Tambi�n entabl� una cordial amistad con Rub�n Dar�o, el m�ximo poeta latinoamericano de entonces e iniciador del modernismo literario. Por entonces, el mismo Chocano ya era un poeta reconocido a nivel del mundo hispanohablante. Su prestigio se acrecent� con Alma Am�rica (1906), libro prologado por Rub�n Dar�o, donde condens� algunas de sus composiciones m�s conocidas y aludi� a la vocaci�n mestiza del continente.[3]​ Ese mismo a�o public� un drama en tres actos y en verso, titulado Los Conquistadores. En 1908 public� otro poemario: Fiat Lux.

En Madrid conoci� a la joven de alta sociedad, Dolores Gonz�lez, con la cual tuvo una hija, Mar�a Esperanza Chocano Gonz�lez (1907). Chocano permaneci� tres a�os en Espa�a, hasta que tuvo que salir de all� apresuradamente, al verse involucrado en una famosa estafa al Banco de Espa�a, oscuro episodio en el que tambi�n estuvo enredado su compatriota, el escritor Felipe Sassone. Debido al esc�ndalo, fue retirado del servicio diplom�tico.

Idearium tropical. Apuntes sobre las dictaduras organizadoras y la gran farsa democr�tica. Ante los E.E.U.U de Am�rica. El programa de la Revoluci�n Mexicana. Casa editora "La opini�n nacional" (Mantas, 152, Lima, Per�). 1922.

En 1908 viaj� a Cuba, Santo Domingo y Estados Unidos. Luego pas� a Centroam�rica, a la que consideraba como su segunda patria. En Guatemala conoci� a Margot Batres J�uregui, distinguida dama guatemalteca, con quien se cas� por lo civil en Nueva York, en 1912. De esa uni�n nacieron Antonio Jos� (1913) y Alma Am�rica (1917).[4]

En 1912 pas� a M�xico, donde hizo p�blico su apoyo a la revoluci�n mexicana y sirvi� al presidente Francisco I. Madero, hasta que este fue depuesto y asesinado. El nuevo gobierno mexicano encabezado por Victoriano Huerta expuls� a Chocano, quien viaj� entonces a Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos. En Nueva York desempe�� misiones confidenciales al servicio del gobierno revolucionario de Venustiano Carranza.

Nuevamente en M�xico, actu� tambi�n como secretario de Pancho Villa, a quien dio consejos acerca de la reivindicaci�n agraria. Incluso lleg� a participar en la toma de Chihuahua. Su entusiasmo por la causa revolucionaria mexicana fue innegablemente sincero.

Enemistado con los bandos mexicanos en disputa, en 1915 pas� a Guatemala, donde se convirti� en secretario y consejero del dictador Manuel Estrada Cabrera, en el poder desde fines del siglo anterior. Desde Guatemala, especialmente en 1918, envi� poemas que fueron publicados con frecuencia en Lima, por el semanario de alcance nacional Sud�merica, de propiedad y bajo la direcci�n de su amigo el antiguo c�nsul general del Per� en C�diz y en Ciudad Guatemala, el periodista Carlos P�rez C�nepa. Luego que Cabrera fuese depuesto en 1920, Chocano fue apresado y condenado a muerte, pero se salv� por intercesi�n del Papa, el rey Alfonso XIII de Espa�a, los presidentes de Argentina y Per�, as� como varios escritores de Am�rica y Europa.

Envejecido y enfermo, Chocano convaleci� en Costa Rica, donde conoci� a Margarita Aguilar Machado, joven de 19 a�os, prima de su esposa guatemalteca. Surgi� un apasionado romance entre ambos. Margarita ser�a la �ltima pareja de Chocano, uni�n de la que naci� el �ltimo hijo del poeta, Jorge Santos.

Jos� Santos Chocano en Caracas, 1922.

Chocano retorn� al Per� en diciembre de 1921, despu�s de diecisiete a�os de ausencia. Hab�an ya fallecido Manuel Gonz�lez Prada y Nicol�s de Pi�rola, �dolos de su juventud, as� como su protector, Javier Prado Ugarteche. En Lima recibi� el entusiasta aplauso de las multitudes, la prensa y la intelectualidad. Jos� G�lvez Barrenechea, Luis Alberto S�nchez, Jos� Mar�a Eguren y C�sar Vallejo fueron al puerto del Callao para recibirlo. Recibi� el homenaje de la municipalidad lime�a. Fue declarado �hijo predilecto de la ciudad de Lima� y se le brind� una recepci�n en el Palacio de la Exposici�n, donde se le ci�o la frente con una corona de laureles de oro, otorg�ndosele el t�tulo de �Poeta de Am�rica� (5 de noviembre de 1922). A pesar de su egolatr�a, Chocano se mostr� siempre cordial con los poetas que lo admiraban, como Eguren y Vallejo. Sobre este �ltimo incluso lleg� a decir, hacia 1930, que apreciaba su poes�a, seg�n consta en una carta que dirigi� al poeta y editor Pablo Abril de Vivero.[5]

En 1924 se celebr� pomposamente en Lima el centenario de la batalla de Ayacucho y, para tal ocasi�n, Chocano escribi� su �Ayacucho y los Andes�. Por entonces lleg� a Lima una importante delegaci�n de intelectuales y escritores latinoamericanos como Leopoldo Lugones, Ricardo Jaimes Freyre y Guillermo Valencia. Como simpatizante del r�gimen de Augusto B. Legu�a y amigo del dictador venezolano Juan Vicente G�mez, Chocano elogi� p�blicamente a las �dictaduras organizadoras� de Latinoam�rica; por su parte, Lugones afirm� que hab�a llegado �la hora de la espada� para el continente. Estas declaraciones tuvieron una amplia repercusi�n en los diarios americanos. El escritor Jos� Vasconcelos atac� desde M�xico a Chocano, y lo calific� de �buf�n�. Como era de esperar, Chocano respondi� a Vasconcelos, usando los m�s duros t�rminos y haci�ndole las m�s �cidas cr�ticas. Un grupo de catorce intelectuales peruanos se solidarizaron con Vasconcelos y firmaron una declaraci�n al respecto. Entre los firmantes se hallaban Jos� Carlos Mari�tegui, Manuel Beltroy, Luis Alberto S�nchez, Carlos Manuel Cox y Edwin Elmore. Este �ltimo era un joven y fogoso escritor lime�o, que presumiendo de �librepensador�, se hallaba obsesionado con atacar al r�gimen legui�sta. No conforme con firmar la anterior declaraci�n, escribi� un largo art�culo contra la dictadura de Legu�a y sus partidarios, entre ellos Chocano, a quien calific� de �vulgar impostor�. Dicho art�culo debi� publicarse en el diario La Cr�nica, pero ello no ocurri� al no pasar por el filtro del director; sin embargo, debido a una infidencia, el texto lleg� a la vista de Chocano, quien enfurecido, llam� por tel�fono a Elmore, preguntando insultantemente: ��Hablo con el hijo del traidor de Arica� (alusi�n al padre de Edwin, Teodoro Elmore, un ingeniero peruano que hab�a servido en la defensa de Arica de 1880 y a quien se acusaba de haber delatado a los chilenos la red de minas que defend�a dicho puerto). Elmore le respondi�: �Eso no se atrever�a usted a dec�rmelo en mi cara�. Por desgracia, poco despu�s de ese agresivo intercambio de palabras, ambos se encontraron a la entrada del diario El Comercio, en el centro de Lima, adonde hab�a ido a publicar sendas cartas donde se respond�an de los mutuos agravios. Elmore le dio una bofetada a Chocano, y este, sin dudarlo, sac� su rev�lver y dispar� a quemarropa a su agresor, quien cay� herido de gravedad (31 de octubre de 1925).[6][7]​ Trasladado a la asistencia p�blica, Elmore falleci� luego de dos d�as de penosa agon�a. Chocano fue entregado a la justicia y recluido en el Hospital Militar, donde permaneci� con todas las comodidades, mientras dur� el juicio. Los jueces tuvieron en cuenta la fama del poeta y acordaron una sentencia muy ben�vola, de tres a�os de prisi�n; a�n sin estar �sta confirmada, el Congreso, de mayor�a legui�sta, dispuso que el juicio fuese cortado (10 de abril de 1927). Chocano nunca se arrepinti� de su crimen, y m�s a�n, mientras estuvo detenido, continu� mancillando la memoria del difunto y su padre a trav�s de la prensa. Tambi�n atac� duramente a los amigos de Elmore, entre ellos a los del grupo Amauta que encabezaba Mari�tegui. Sobre el juicio que afront� escribi� una obra titulada El libro de mi proceso, en tres vol�menes (1927-1928).

Manifestaci�n popular en honor de Chocano. Lima, 1922.

Comprendiendo que su situaci�n en el Per� era precaria, en octubre de 1928 parti� hacia Chile y se estableci� en Santiago. All� intent� subsistir con colaboraciones period�sticas y recitales; pero se vio acosado por la pobreza y por conflictos sentimentales. A tal punto llegaron sus apremios econ�micos, que incluso empe�� la corona de laurel de oro que la municipalidad de Lima le otorgara en 1922. Empez� a publicar sus Memorias, simult�neamente en varios peri�dicos del continente. Public� tambi�n Primicias de Oro de Indias, antolog�a po�tica. Planeaba editar una colecci�n de sus poemas organizada de manera c�clica, bajo el t�tulo de Oro de Indias.

Su amigo y protector Legu�a fue derribado en 1930; para entonces, Chocano ya se hab�a distanciado de aquel. Tampoco simpatiz� con los nuevos dictadores del Per�, Luis S�nchez Cerro y �scar R. Benavides. A ra�z de la guerra colombo-peruana de 1933, escribi� un folleto titulado El esc�ndalo de Leticia ante las conferencias de R�o de Janeiro (1933). Era partidario del respeto al Tratado Salom�n-Lozano.

Como no superara su precaria situaci�n econ�mica en Chile, se dedic� a jugar a la Bolsa, arruin�ndose econ�micamente y gracias a un supuesto clarividente se obsesion� ilusamente en buscar el tesoro oculto de los jesuitas en el centro de Santiago (actual calle 21 de Mayo), para lo cual logr� incluso el permiso de las autoridades municipales chilenas. Pero no hall� nada; para mientras, decenas de supuestos videntes y timadores orbitaban su lugar de faena intentando sonsacarle recursos. Uno de estos personajes ser�a fatal: Mart�n Bruce Padilla.

Asesinato

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En la tarde del 13 de diciembre de 1934, viajando en un tranv�a de Santiago, fue apu�alado por la espalda por Mart�n Bruce Padilla. Herido de dos pu�aladas en el coraz�n y dos en la espalda, Chocano falleci� casi en el acto.[8]

Tumba de Jos� Santos Chocano, enterrado de pie y en un metro cuadrado de superficie (tal como lo hab�a pedido en un poema) en el Cementerio Presb�tero Maestro.

El asesino, en su defensa, adujo haber sido socio de Chocano en una empresa de b�squeda de tesoros ocultos y estaba seguro de que el poeta hab�a logrado alg�n beneficio, excluy�ndolo a �l de las ganancias. Un examen psiqui�trico determin� que el homicida era un esquizofr�nico paranoico, por lo que fue recluido en un manicomio de la capital chilena, donde falleci� a�os despu�s.[9]

Chocano muri� pobre. Su sepelio en Chile fue casi apote�sico.[10]​ Sus restos fueron trasladados a Lima el 15 de mayo de 1965, siendo enterrado de pie y en un metro cuadrado de superficie (tal como lo hab�a pedido en un poema) en el Cementerio Presb�tero Maestro, en medio de homenajes oficiales y la indiferencia literaria.

Estilo literario

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Se le considera como uno de los representantes peruanos de la corriente modernista, compartiendo junto con Rub�n Dar�o (Nicaragua), Manuel Gonz�lez Prada (Per�), Jos� Mart� (Cuba), Manuel Guti�rrez N�jera (M�xico) y Jos� Asunci�n Silva (Colombia). Sin embargo, cabe recalcar que algunos entendidos consideran que por su car�cter, Chocano est� m�s cerca del romanticismo que del modernismo, mientras que otros, como es el caso del cr�tico estadounidense Willis Knapp Jones, lo llegaron a denominar como mundonovista. El mismo Chocano se sentía distante del «afrancesamiento» de Rubén Darío –aunque por momentos lo imitase– y demandaba, en armonía con el llamamiento de José Enrique Rodó, una poesía que reflejara la naturaleza y la historia de América. Su pretensión lo llevó alguna vez a compararse con Walt Whitman, el célebre vate estadounidense: «Walt Whitman tiene el norte, pero yo tengo el sur».

Pero muchos estudiosos entienden que Chocano es muy diverso además de prolífico, por lo que algunas veces es épico y otras es lírico. Épico, es por ejemplo, su poema «Los caballos de los conquistadores», tan lleno de ritmo y fuerza atronadora, convertida en una pieza clásica de recitación. En la lírica destacan breves composiciones íntimas y delicadas como el «Nocturno Nº 18 (La canción del camino)», «Las orquídeas», «La magnolia», etc.

Soy el cantor de América autóctono y salvaje;
mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.
Mi verso no se mece colgado de un ramaje
con un vaivén pausado de hamaca tropical...

Cuando me siento Inca, le rindo un vasallaje
al Sol, que me da el cetro de su poder real;
cuando me siento hispano y evoco el coloniaje,
parecen mis estrofas trompetas de cristal.

Mi fantasía viene de un abolengo moro:
los Andes son de plata, pero el León de Oro;
y las dos castas fundo con épico fragor.

La sangre es española e incaico es el latido;
¡Y de no ser poeta, quizás yo hubiese sido
un blanco aventurero o un indio emperador!
"Blasón"

Obras

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Poesía

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París. Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas. Librería P. Ollendorff (Chaussés D' Antin, 50). Tipografía Deslis Hermanos, 6, rue Gambetta. 1908.
  1. Iras santas [poesías] (Lima, Biblioteca de "El Perú Ilustrado"; Imprenta del Estado, calle Rifa, 58, año 1895), que reúne 19 composiciones de protesta cívica, fechadas de 1893 a 1895.
  2. En la aldea [poesías] (San Pedro de los Chorrillos [Lima]: estío y otoño de 1893; Biblioteca de "El Perú Ilustrado"; Imprenta del Estado, calle Rifa, 58, año 1895), es un florilegio de sonetos inspirados en el paisaje rural.
  3. Azahares [versos líricos] (Lima; Imprenta del Estado, calle Rifa, 58, año 1896), poemas amatorios, dedicados a su novia Consuelo Bermúdez. Consta de 12 composiciones.
  4. Selva virgen (Lima, ¿1896? y 1898), inspirada en los paisajes naturales del Perú. Una posterior edición, titulada La selva virgen [poemas y poesías] fue editada en París, en 1901, por Garnier Hermanos, Libreros Editores (Rue de Saints-Pères, 6) y reeditada en sucesivas tiradas por lo menos hasta 1923, según Luis Alberto Sánchez
  5. La epopeya del morro [poema americano] (Lima: Imprenta El Comercio, Rifa 44) Inspirado en un episodio histórico: la batalla de Arica de 1880, donde se inmolaron un grupo de peruanos defendiendo el suelo patrio. Premiado con medalla de oro por El Ateneo de Lima en el concurso de junio-julio de 1899. En reproducciones posteriores fue reducida por el autor de 1941 a 575 versos.
  6. El derrumbe [poema americano] (Lima: Imprenta de El Comercio, 1899). Reducido de 1345 a 637 versos en Poesías completas (1902) y Alma de América (1906), terminó adoptando el nombre de El derrumbamiento. Es un vasto poema argumentado cuyo escenario es la selva.
  7. El canto del siglo [poema finisecular] (Lima: Imprenta La Industria, 1901), es un recuerdo de episodios y valores históricos del siglo XIX.
  8. El fin de Satán y otros poemas (Guatemala: Imprenta Tip. Nacional, 1901), desglose de parte de los poemas de La selva virgen.
  9. Poesías completas (Barcelona, Ed. Maucci, 1902) en dos tomos, con prólogo de Manuel González Prada.
  10. Los cantos del Pacífico (París/México: Ed. Vda. de Ch. Bouret, 1904) recopilación selecta de su poesía para el público francés.
  11. Alma América [Poemas indo-españoles] (Madrid, Ed. Suárez, 1906; París, Librería de la Vda. de C. Bouret, 1908), proyectado en 1903 como una colección de 100 sonetos, terminó notoriamente aumentada, convirtiéndose a juicio de su autor en su obra más representativa. Prologado por Rubén Darío y dedicado al rey de España Alfonso XIII, figuran en él los poemas «Blasón» y «Los caballos de los conquistadores», convertidas en piezas clásicas de la recitación. El autor empieza diciendo que «Téngase por no escritos cuantos libros de poesía aparecieron antes con mi nombre», dando a entender que comenzaba una nueva era poética, y luego confiesa que «en mi arte caben todas las escuelas, como en un rayo de sol todos los colores».
  12. Fiat lux [Poemas varios] (Madrid: Pueyo, 1908), antología poética, donde divide sus creaciones en tres clases: Clásicos, Románticos y Modernistas.
  13. El Dorado: epopeya salvaje (Santiago de Chile: Ed. Beltrán, 1908), poemario.
  14. Puerto Rico lírico y otros poemas (Puerto Rico, 1914).
  15. Ayacucho y los Andes (Lima, 1924), canto IV de una trunca epopeya dedicada al libertador Bolívar.
  16. Primicias de oro de Indias [poemas neo-mundiales] (Santiago de Chile: Imprenta Siglo XX, 1934), selección de poesías realizada por el mismo autor; es una edición artística, con ilustraciones.
  17. Poemas del amor doliente (edición póstuma, Santiago de Chile: Editorial Nascimento, 1937), dedicada a Margarita Aguilar Machado, su tercera pareja.
  18. Oro de Indias (Santiago de Chile, Editorial Nascimento, 1940-1941), colección de sus poemas organizados de manera cíclica en cuatro volúmenes: Pompas Solares; Fantasía Errante; Sangre Incaica (Estampas Neoyorquinas y Madrileñas); y Nocturnos Intensos.
  19. Páginas de oro (1944), que reúne poesías juveniles y facsímiles de manuscritos originales, junto con algunos documentos gráficos de su vida.
    Drama heroico en tres actos y en verso. Estrenado con aplauso en el Teatro de la Princesa la noche del 7 de abril de 1906. La acción transcurre en el "Imperio del Sol", época de la Conquista.
Los fines de la Revolución Mexicana considerados dentro del problema internacional. Conferencia pública del 3 de junio de 1914, en el Teatro de los Héroes, de Chihuahua, México. Imprenta del Gobierno.- Chihuahua.- Gilberto A. de la Garza, Director.

Teatro

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  1. Sin nombre (1896)
  2. El nuevo Hamlet (1899)
  3. Vendimiario (1900)
  4. Ingénito (1902)
  5. El hombre sin mundo (1903)
  6. Mundo rural y urbano
  7. Los conquistadores (1906). Librería de Gregorio Pueyo (Madrid, Calle del Carmen, 33). (32 págs.)

Prosa

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  1. Los fines de la Revolución Mexicana considerados dentro del problema internacional (1914)
  2. Idearium tropical - Apuntes sobre las dictaduras organizadoras y la gran farsa democrática (1922).
  3. La coronación de José Santos Chocano (Lima: Imprenta La Opinión Pública, 1924).
  4. El libro de mi proceso, en tres volúmenes (1927-1928), escritas durante su prisión de 1925-1927 en torno al juicio que sufrió a consecuencia del asesinato de Edwin Elmore
  5. El escándalo de Leticia ante las conferencias de Río de Janeiro (1933) folleto sobre el conflicto peruano-colombiano de 1932-1933.
  6. El alma de Voltaire y otras prosas (1940), reflexiones literarias.
  7. Memorias. Las mil y una aventuras (Santiago de Chile: Nascimento, 1940), recopilación de sus artículos de carácter autobiográfico, publicados en diversos diarios de América. Abarca solo hasta su llegada a España en 1905.

Obras completas

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Sánchez ha editado también la única y mejor biografía sobre Chocano: Aladino o vida y obra de José Santos Chocano (México, 1960; revisado en 1974). Asimismo, editó de manera densa y pulcra las Obras escogidas de Chocano (Lima, Occidental Petroleum Company, 1988).

Influencia literaria

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Chocano tuvo muchos detractores que menospreciaban sus poesías y las comparaban con la depurada obra del poeta peruano José María Eguren, calificándolo como un simple versificador. Sin embargo Eguren profesó una gran estima y admiración por el trabajo realizado por Chocano. Chocano influenció a dos poetas peruanos, Parra del Riego y Alberto Hidalgo, que durante sus carreras señalaban a Chocano como una fuente de inspiración a la que ellos trataban de emular a su propio modo.

La huella de Chocano en nuestra literatura—y en el idioma— duró más de lo que confiesan sus vergonzantes seguidores. Provocó su ocaso primeramente, la ambición chocanesca de decirlo todo y su impermeabilidad a toda interpretación; segundo, su vida, llena de altibajos, amoral y aventurera; tercero, su adhesión a dictadores y caudillos y su desdén al hombre común y, por tanto a la democracia; cuarto, su prurito de disponer de mucho dinero, para aventarlo sin jactancia ni regateo. Pero la presencia de Chocano es patente en toda la poesía del idioma desde 1900 hasta por lo menos 1920.
Luis Alberto Sánchez[11]

Véase también

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Referencias

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  1. Página oficial UNMSM «Sanmarquinos Ilustres del XX». Consultado el 7 de agosto de 2007. 
  2. Sánchez 1975, pp. 53-54.
  3. Iparraguirre, Alexis (28 de marzo de 2010). «El género poemático del blasón bajo el signo de Darío: artes poéticas de aves, naturalezas nativas y voces únicas en dos poetas peruanos». Lexis 34 (2): 275-306. ISSN 0254-9239. Consultado el 2 de enero de 2022. 
  4. Sánchez 1975, pp. 263-265.
  5. Sánchez 1975, pp. 451-452.
  6. Sánchez 1975, pp. 428-429.
  7. «Iras no santas». e-e: Caretas. 17165465.  Texto «ID » ignorado (ayuda);
  8. Yankelevich, Pablo: «Vendedor de palabras. José Santos Chocano y la Revolución mexicana». En Desacatos (Racismos, sección Esquinas, 4), 2000. ISSN 1405 -9274.
  9. Sánchez 1975, pp. 478-481.
  10. Sánchez 1975, pp. 482-483.
  11. Sánchez, La literatura peruana, 1975, tomo IV, p. 1142.

Bibliografía

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  • Basadre Grohmann, Jorge: Historia de la República del Perú (1822 - 1933), Tomo 16, pp. 224-231. Editada por la Empresa Editora El Comercio S. A. Lima, 2005. ISBN 9972-205-78-9 (V.16)
  • Cornejo Polar, Antonio: Historia de la literatura del Perú republicano. Incluida en “Historia del Perú”, Tomo VIII. Perú Republicano. Lima, Editorial Mejía Baca, 1981.
  • Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 4, CAN/CHO. Lima, PEISA, 2001. ISBN 9972-40-153-3
  • Sánchez, Luis Alberto: Aladino o vida y obra de José Santos Chocano. Lima, Editorial Universo S.A. 1975. Segunda edición. / La literatura peruana, cuarta edición y definitiva, Lima, P. L. Villanueva Editor, 1975, tomo IV.
  • Varios autores: Grandes Forjadores del Perú. Lima, Lexus Editores, 2001. ISBN 9972-625-50-8

Enlaces externos

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