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Lahar

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Lahar tras una erupci�n en el Monte Santa Helena

Un lahar es un flujo de sedimento y agua que se moviliza desde las laderas de volcanes.[1]​ Durante los �ltimos siglos, los lahares han destruido m�s propiedad p�blica o privada que cualquier proceso volc�nico y han sido los causantes de la p�rdida de miles de vidas humanas. Los lahares, junto con la ca�da de tefra, son la principal causa de riesgo asociado a volcanes.

Causas

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Los lahares pueden ocurrir debido a:

  1. Per�odos de lluvias intensas, no necesariamente coincidiendo con periodos de actividad volc�nica. Como ocurri� tras la erupci�n del volc�n Pinatubo en la Isla de Luz�n, Filipinas, en 1991.
  2. Fusi�n de glaciares en las partes altas de un volc�n, durante actividad volc�nica. Lo ocurrido en el volc�n Nevado del Ru�z, Colombia, en 1985;
  3. Vaciado de un lago hospedado en la cumbre de un volc�n. Riesgo creciente en el Pinatubo.
  4. Desplome de ladera debido a prolongada alteraci�n hidro-termal o sismo. Como en el caso de la isla caribe�a de Montserrat.

A diferencia de las avalanchas de detritos, los lahares son dep�sitos h�medos donde el agua influye tanto en la g�nesis como en el transporte de la masa removida.

Lahares y actividad volc�nica

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Los lahares asociados a actividad volc�nica se caracterizan por contener generalmente bolones (bloques angulosos de roca en ocasiones tan grandes como 30 cm y raramente m�tricos) en una matriz volc�nica la cual es generalmente m�s gruesa que fango. El flujo lah�rico puede arrasar todo a su paso, incorporando muchas veces material org�nico como hojas y troncos destrozados y ocasionalmente los cuerpos de animales o personas. Los dep�sitos de este tipo de flujos se caracterizan por tener mala selecci�n y estratificaci�n; de ah� el vocablo javan�s "lahar" otorgado por los vulcan�logos.

La raz�n principal de que este tipo de eventos sea tan frecuente en los volcanes es que com�nmente las pendientes de los volcanes activos son cubiertas por abundantes fragmentos sueltos de roca principalmente volc�nica que pueden mezclarse con el agua formando flujos descendentes.

El movimiento de los lahares se debe principalmente a la acci�n de la gravedad y su velocidad depende fuertemente del �ngulo de la pendiente en la cual se moviliza y de la viscosidad del lahar. Las dimensiones del canal y a la dureza de la superficie infrayaciente al flujo parecen tener un efecto considerable sobre la movilidad del flujo. A su vez, la viscosidad est� relacionada con la proporci�n de material s�lido transportado por el agua, siendo algunos flujos predominantemente acuosos, otros llegan a contener casi el 95 % de s�lidos.

Si la pendiente es fuerte, el flujo tendr� un efecto principalmente erosivo sobre el cono. A medida que el flujo baja por las laderas del estratovolc�n, la pendiente disminuye por lo tanto pierde energ�a y empieza a dejar su carga s�lida, formando dep�sitos de detritos de varios metros de espesor. En especial cuando las laderas del cono son muy empinadas los flujos bajan con gran velocidad y energ�a (velocidades cercanas a los 100 km/h) y pueden aprovechar el curso de los valles, sepultando vastas �reas topogr�ficas y causando un efecto no despreciable sobre la configuraci�n del relieve. Hay casos en donde el flujo laharico ha logrado alcanzar una distancia de 300 km desde su lugar de procedencia.

Este tipo de fen�menos tiene una injerencia remarcada en el relieve de un sector en espec�fico. Puede causar cambios geomorfol�gicos en un volc�n como la generaci�n de ca�adas (quebradas profundas); cambios en los cursos de los r�os, embancamiento en algunos sectores y fuertes inundaciones en otros; rellenos de valles fluviales y cuencas; entre otros.

Mecanismos de formaci�n

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Armero despu�s de la tragedia del Nevado del Ruiz.

Las erupciones tipo g�iser que tienen lugar en el cr�ter o en los flancos de un volc�n son capaces de liberar flujos de agua a alta temperatura cargada de ceniza.[cita requerida] Asimismo la activaci�n de un campo geotermal producto de un evento volc�nico puede ser responsable de trastornos en la circulaci�n de aguas fre�ticas generando torrentes de agua caliente como ocurri� durante la formaci�n del cono bas�ltico de El Jorullo, M�xico durante el a�o 1759.

Las erupciones en lagos de cr�ter son en particular bastante destructivas. La erupci�n del monte Kelut en Java liber� cerca de 38 millones de m� de agua cargada con abundantes fragmentos de roca. En tal ocasi�n bastaron solo 45 minutos para sepultar 131 km� de tierra cultivada, arrasar 104 aldeas y quitarle la vida a cerca de 5000 personas.

La nieve y el hielo yaciente en la cima de un edificio volc�nico puede sufrir derretimiento producto de un campo geotermal incipiente. Este mecanismo puede ser fuente de grandes flujos de agua y de extensos lahares. En especial cuerpos glaciares pueden ser modificados, o totalmente fundidos inclusive, producto de este tipo de fen�menos. Los lahares de la erupci�n del Cotopaxi en Ecuador fueron documentadas exhaustivamente por Fenner durante el a�o 1948. En esa ocasi�n, los flujos lograron alcanzar velocidades de 80 km/h y algunos viajaron m�s de 250 km, remontando valles y otros glaciales. En 1963, un flujo de lava del volc�n Villarrica en Chile logr� fundir hielo y nieve y gener� lahares que destruyeron aldeas y campos en las faldas del volc�n.

Las erupciones de un volc�n elevado (por encima de la altura de nieves perpetuas) y el simple desprendimiento de calor por debajo del hielo acumulado en el glaciar pueden causar suficiente derretimiento como para que fluya agua por debajo de la capa de hielo. Los flujos de agua se distribuyen como canales subglaciales y m�s frecuentemente como una interfaz de agua por debajo del hielo (que se derrite por la acci�n del calor desprendido por el cono volc�nico) con lo que se acelera su movimiento en masa. Los lahares del monte Katla en Islandia durante el a�o 1918 fueron particularmente grandes logrando cubrir una superficie de 125 km� de extensi�n.

Entre los lahares m�s comunes est�n los lahares de erupciones volc�nicas iniciadas durante la ocurrencia de fuertes lluvias tropicales. La acumulaci�n de ceniza cerca de los edificios volc�nicos puede matar a la vegetaci�n circundante que com�nmente retarda el escurrimiento del agua. Los arroyos fuertemente inclinados de los conos empiezan a desmoronarse y la ceniza otros materiales volc�nicos a�adidos al flujo incrementan los efectos de la erosi�n, de esta forma el torrente de material cl�stico baja por las pendientes y se expande como un abanico por las tierras adyacentes m�s bajas. Los lahares que destruyeron parcialmente a la ciudad costarricense de Cartago desde 1963 hasta 1965 fueron producto de fuertes lluvias durante la erupci�n prolongada del volc�n Iraz�.

La erupci�n del Nevado del Ruiz de 1985, en Colombia, fue un evento de inesperada violencia. Los derrames de lodo adquirieron una energ�a tremenda por la pendiente y fueron importantes por el hecho que se encajonaron en valles estrechos. Al desembocar cerca de Armero, a unos 50 km del volc�n, destrozaron gran parte de la ciudad sepultando 28 000 personas.

Peligros y riesgos asociados

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Los fen�menos lah�ricos representan un gran peligro principalmente por ser fen�menos naturales de alta energ�a, poder destructivo considerable y que son dif�ciles de controlar. Sin embargo son fen�menos cuyo movimiento es relativamente f�cil de predecir, en el sentido que siguen los valles. La predicci�n del tiempo de ocurrencia de este tipo de fen�menos no es trivial, pero normalmente el desarrollo de un evento eruptivo puede ser el antecedente al desarrollo de este tipo de flujos.

Los lahares pueden ser desviados de su curso hacia asentamientos humanos importantes, de la misma manera que se hace con algunos flujos de lava: poniendo s�lidas barreras. Muchos otros flujos, en particular los m�s grandes, no pueden ser desviados totalmente. Adem�s se debe tener en cuenta la topograf�a: es vital reconocer si la topograf�a es favorable para la evacuaci�n de flujos que minimice el da�o. Si no lo es, la desviaci�n de tales flujos se torna una tarea muy dif�cil.

Probablemente la mejor manera de detectar los peligros y as� evitar que se desarrollen conductas de riesgo en un sector de alto peligro es reconocer situaciones que pueden conllevar a la formaci�n de este tipo de flujos. Una cobertura de tefra suelta que puede ser movilizada durante una lluvia intensa, las masas de hielo fundidas que posiblemente generen flujos muy densos en material, el registro hist�rico representado en sus dep�sitos m�s recientes, todas son instancias que merecen atenci�n p�blica. El reconocimiento de estas situaciones lleva a la implementaci�n de planes de prevenci�n de riesgos (como prohibir la construcci�n y las actividades humanas en zonas de alto peligro, construcci�n de obras civiles que desv�en flujos laharicos) y de planes de emergencia y de evacuaci�n elaborados por expertos y que sean conocidos por toda la comunidad.

Referencias

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  1. Vallance, James W. "Lahars" (2001). Sigursson, Haraldur, ed. Encyclopedia of Volcanoes. Academic Press.

Bibliografía

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  • BOLT, B.A.; HORN, W.L.; MACDONALD, G.A.; SCOTT, R.F.; Geological Hazards, Berlín: Springer-Verlag, 1975.
  • MCBIRNEY, W.; Vulcanology, San Francisco: Freeman, Cooper & Co, 1979.

Enlaces externos

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