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Paul Henri Thiry d'Holbach

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Paul Henri Thiry d'Holbach

Retrato de Paul Henri Thiry, barón de Holbach, por Alexander Roslin (1785).
Información personal
Nombre de nacimiento Paul Heinrich Dietrich Ver y modificar los datos en Wikidata
Nombre en francés Paul-Henri Thiry, baron d’Holbach Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 8 de diciembre de 1723 Ver y modificar los datos en Wikidata
Edesheim (Alemania) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 21 de enero de 1789 Ver y modificar los datos en Wikidata
París (Reino de Francia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Iglesia de San Roque Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Francesa (desde 1749)
Religión Ateísmo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Cónyuge
  • Basile-Geneviève d'Aine
  • Charlotte-Suzanne d'Aine Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado en Universidad de Leiden Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Filósofo, escritor, salonnière, químico, enciclopedista, abogado y traductor Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Filosofía Ver y modificar los datos en Wikidata
Movimiento Ateísmo Ver y modificar los datos en Wikidata
Miembro de

Paul Henri Thiry, barón de Holbach, nacido como Paul Heinrich Dietrich von Holbach (Edesheim, 8 de diciembre de 1723 – París, 21 de enero de 1789), fue un escritor, filósofo y enciclopedista franco-alemán. Fue una figura prominente en la Ilustración francesa.[1]

Nació en Edesheim, cerca de Landau, en el Palatinado Renano, pero vivió y trabajó principalmente en París, donde mantuvo un salón literario.[2]​ Holbach es conocido por su ateísmo.[3]​ Fue autor de una serie de panfletos anticlericales y voluminosos escritos contra la religión que reflejan el materialismo francés mecanicista con los progresos de las ciencias naturales. Los más famosos de ellos son: Christianisme dévoilé (1761) y Système de la nature (1770).[2][4][5]​ Según Émile Faguet, Holbach fue «el padre de toda la filosofía y de todas las polémicas antirreligiosas de finales del siglo XVIII y de la primera mitad del XIX».[6]

Según su pensamiento, la materia es eterna y la base determinante de cualquier fenómeno; defendía el determinismo, donde la libertad es una ilusión; se adscribía el sensualismo y la religión es consecuencia de la ignorancia explotada por el despotismo. Estas citas suyas exponían claramente que consideraba todas las doctrinas religiosas como instrumentos del absolutismo y por tanto era enemigo de todas. Fue uno de los colaboradores de la Encyclopédie, una de las máximas expresiones de la Ilustración, en la que colaboró con conceptos de química, metalurgia o geología.[2][4][5]

Jean-Jacques Rousseau comentó que D'Holbach podía mantener su posición entre los estudiosos, ya que era culto e ilustrado.[7]Diderot apoyó de forma entusiasta su libro Système de la nature.[8]​ Su pensamiento fue influyente en figuras como Jean-Paul Marat, Georges Danton, Marqués de Sade, Camille Desmoulins, Joseph Priestley, William Godwin, Percy Shelley, David Hume, Immanuel Kant y Karl Marx.

Infancia y juventud

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Parte del certificado de nacimiento de D'Holbach.
Vista de la Ludwigstrasse en Edesheim. El lugar de nacimiento de Paul Henri Thiry d'Holbach se encontraba en el n.° 4. La imagen corresponde a una postal de 1940.
La casa de Franz Adam Holbach (o Adam François d'Holbach) en Edesheim, Schloss Kupperwolf.
El castillo de Heeze, desde el año 1733 en posesión de François Adam d'Holbach. En 1735, se erigieron algunos edificios adicionales. Paul Henri Thiry heredó esta finca en 1750.

D'Holbach, hijo de un acomodado viticultor del Palatinado, fue adoptado cuando apenas tenía cinco años por un tío suyo que acababa de adquirir en aquel momento un título de nobleza, el barón Franz Adam d'Holbach. Gracias a eso pudo educarse en las mejores escuelas del momento, matriculándose en la Universidad de Leiden (Países Bajos) en 1744. Allí conoce a John Wilkes, de quien se hace amigo.[9]

D'Holbach permanecerá en Leiden hasta finales de 1748, momento en el que pone rumbo a París. Al año siguiente se casa con su prima segunda Basiele-Geneviève d'Aine, con la que pasa a vivir en su piso de la calle Royale Saint-Roch, cerca del Palacio del Louvre, y donde empezarán a tomar forma las reuniones semanales (los jueves y los domingos) que darán fama a D'Holbach.

D'Holbach poseería una gran fortuna a lo largo de su vida.[10]​ En 1754, su mujer murió por causas desconocidas. El consternado D'Holbach se mudó entonces fuera de París durante un breve período con su amigo Frédéric-Melchior Grimm, y al año siguiente recibió una dispensación especial del papa para casarse con la hermana de su fallecida esposa, Charlotte-Suzanne d'Aine (1733–1814).[11]​ Tuvieron un hijo, Charles-Marius (1757–1832), y dos hijas, Amélie-Suzanne (13 de enero de 1759) y Louise-Pauline (19 de diciembre de 1759–1830).

El castillo de Grand-Val; vista desde el parque.

Durante los meses de verano, el bar�n escapaba del calor y la humedad de Par�s a su finca campestre en Grandval, Le Ch�teau de Grand-Val[12]​ (Sucy-en-Brie, hoy en d�a el n.� 27 de rue du Grand-Val, a las afueras de Par�s (Val-de-Marne).[13][14]​ All� invitaba a sus amigos para que residieran durante unos d�as o semanas, y todos los a�os invitaba a Denis Diderot.[15]

D'Holbach era conocido por su generosidad, proporcionando en muchas ocasiones apoyo financiero de forma discreta o an�nima a sus amigos, entre ellos Diderot. Se piensa que el virtuoso ateo Wolmar, en la novela de Jean-Jacques Rousseau Julia, o la nueva Elo�sa, est� basado en D'Holbach.[10]

Holbach muri� en Par�s el 21 de enero de 1789, unos meses antes del estallido de la Revoluci�n francesa.[nota 1]​ La autor�a de sus variados trabajos antirreligiosos no fue ampliamente conocida hasta comienzos del siglo XIX. Ir�nicamente fue enterrado en la iglesia de Saint-Roch, en Par�s, aunque la localizaci�n de su tumba se desconoce.[16]

Trayectoria vital

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Fue uno de los colaboradores de la Encyclop�die, para la cual redact� 376 entradas sobre conceptos de qu�mica, metalurgia, geolog�a y otros temas; tambi�n tradujo del alem�n una treintena de tratados de estas mismas materias, por todo lo cual fue admitido en las Academias de Berl�n (1754), Mannheim (1766) y San Petersburgo (1780). Era partidario de la Ilustraci�n y amigo de varios otros fil�sofos, entre los que se encontraban Rousseau, el bar�n Von Grimm y Buffon. Estos se reun�an en su casa para comer dos veces por semana en la llamada coterie holbachique (�camarilla de Holbach�), reuniones de sal�n en casa de D'Holbach presididas por Diderot (�ste se refer�a a dichos encuentros como �las cenas de la sinagoga� por la seriedad de sus planteamientos) a las cuales tambi�n se les un�an aquellos extranjeros famosos que pasaran por la ciudad, como Adam Smith y David Hume, y que contribuyeron a generar el caldo de cultivo intelectual en el que se fragu� la Revoluci�n francesa.

Tras morir durante un parto su esposa en 1754, emprende un viaje por diferentes lugares de Europa de la mano de su amigo Fr�d�ric-Melchior Grimm, y a la vuelta se casa con una hermanastra de su mujer, Charlotte-Susanne d'Ainne. Ese mismo a�o de 1754 fallecen tambi�n su t�o y su suegro, por lo que Holbach hered� una cuantiosa fortuna que le permitir� dedicarse en adelante por entero a actividades intelectuales.[17]

Pensamiento filos�fico

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Seg�n D'Holbach, la materia es eterna y la base determinante de cualquier fen�meno. La libertad es una ilusi�n, la religi�n una consecuencia de la ignorancia explotada por el despotismo. Estas citas suyas expon�an claramente que consideraba a todas las doctrinas religiosas como instrumentos del absolutismo y por lo tanto era enemigo de todas ellas.

En 1761 public�, bajo el pseud�nimo de Feu M. Boulanger (�Difunto se�or Boulanger�, en homenaje a su difunto amigo Nicolas Antoine Boulanger) el libro El cristianismo desenmascarado o Examen de los principios y de los efectos de la religi�n cristiana (1767).

Tambi�n escribi� el Sistema de la naturaleza (1770) y La moral universal (1776). Su �pera prima, Sistema de la naturaleza, fue publicada bajo el pseud�nimo de Jean-Baptiste de Mirabaud e incluida en el �ndice de libros prohibidos. En ella se muestra a s� mismo como un materialista radical, ateo decidido y muy influido por fil�sofos innovadores como Hobbes, Locke, Condillac y La Mettrie. Adem�s, afirmaba que la materia posee movimiento y hasta capacidad de pensamiento. Cree que el hombre es s�lo un ser natural y, por tanto, f�sico, que est� sometido a las mismas leyes materiales que el resto del universo. Tambi�n cre�a que una voluntad libre no puede ser admitida en este universo que se rige por la necesidad; que la sensibilidad es caracter�stica s�lo de una materia en especial (la animal) y que el alma como principio vital inmaterial no existe.

Sal�n de D'Holbach

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Retrato del bar�n D'Holbach. Latour & Robinson (1835). En (E)mancipa-Ment, Cullera (Valencia).

Entre 1750 y 1780, el bar�n D'Holbach emple� su riqueza para mantener uno de los m�s notables y pr�digos salones parisinos, que pronto se convirti� en un importante lugar de encuentro para los colaboradores de la Encyclop�die.

Los encuentros ten�an lugar de forma regular dos veces por semana, los domingos y los jueves, en la casa de D'Holbach en la calle Royale.[nota 2][18]​ Los visitantes del sal�n eran exclusivamente hombres, y el tono de las discusiones era intelectual, en muchas ocasiones abordando temas de forma m�s amplia que en otros salones.[nota 3]​ Esto, junto con la excelente comida, los car�simos vinos y la amplia biblioteca del anfitri�n, de m�s de tres mil vol�menes, atrajo a visitantes notables. Entre los asistentes regulares se podr�a citar a: Diderot, Grimm, Condillac, Condorcet, D'Alembert, Marmontel, Turgot, La Condamine, Raynal, Helv�tius, Galiani, Morellet, Naigeon y, durante un tiempo, Jean-Jacques Rousseau.[19]​ El sal�n tambi�n fue visitado por prominentes intelectuales brit�nicos, entre ellos Adam Smith, David Hume, John Wilkes, Horace Walpole, Edward Gibbon, David Garrick, Laurence Sterne; el italiano Cesare Beccaria y el americano Benjamin Franklin.[20][21]

Andr� Morellet, un visitante regular del sal�n, lo describi� as�:

el lugar para escuchar las m�s libres, m�s animadas y m�s instructivas conversaciones que jam�s haya existido... en lo que respecta a filosof�a, religi�n, y el gobierno; los cumplidos ligeros no tienen lugar aqu�.[22]

En una historia frecuentemente narrada acerca de una discusión que había tenido lugar en el salón de D'Holbach, David Hume se había cuestionado si los ateos realmente existían, a lo que D'Holbach clarificó que Hume estaba sentado a la mesa con diecisiete ateos.[23]

Escritos

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Contribución a la Encyclopédie

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D'Holbach escribió y tradujo un gran número de artículos para la Encyclopédie, en temas que iban desde la política y la religión, a la química, metalurgia y geología, principalmente de fuentes alemanas.[2]​ Como alemán convertido en un ciudadano francés, llevó a cabo la traducción al francés de muchos de los trabajos de sus contemporáneos alemanes acerca de la filosofía natural. En total, entre 1751 y 1765 contribuyó al proyecto con cerca de cuatrocientos artículos, principalmente acerca de temas científicos, siendo también el editor de varios volúmenes sobre filosofía natural. D'Holbach también pudo haber escrito varias entradas desdeñosas con las religiones no cristianas, con la intención de criticar veladamente al cristianismo en sí mismo.[24]

Trabajos contra la religión

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Le christianisme dévoilé, 1766.

A pesar de sus numerosas e importantes contribuciones a la Encyclopédie, D'Holbach es sobre todo conocido hoy por sus escritos filosóficos, los cuales fueron todos publicados de forma anónima o bajo seudónimo, e impresos fuera de Francia, normalmente en Ámsterdam por el editor Marc-Michel Rey. Su filosofía era expresamente materialista y atea, y hoy en día es clasificada dentro del movimiento filosófico llamado materialismo francés. En 1761 apareció Christianisme dévoilé (El cristianismo al descubierto), en el que atacaba el cristianismo y la religión en general como un impedimento para la mejora moral de la humanidad. El deísta Voltaire, que negó la autoría del libro, hizo pública su aversión a la filosofía de D'Holbach, escribiendo que «[su trabajo] se opone enteramente a mis principios. Este libro lleva a una filosofía ateísta que yo detesto».[25]El cristianismo al descubierto fue seguido por otros trabajos, entre los que destacan La Contagion sacrée (El contagio sagrado, 1768), Théologie portative (Teología portátil, 1768) y Essai sur les préjugés (Ensayo sobre los prejuicios, 1770). D'Holbach fue ayudado en estos proyectos por Jacques-André Naigeon, que después se convertiría en su albacea literario.

Sistema de la naturaleza

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Système de la nature, 1770.

En 1770, D'Holbach publicó su libro más famoso, Sistema de la naturaleza (Le Système de la nature), bajo el pseudónimo de Jean-Baptiste de Mirabaud, el secretario de la Academia de Ciencias de Francia, que había fallecido diez años antes. Negando la existencia de una deidad, y negándose a admitir como evidencia cualquier argumento a priori, D'Holbach veía el universo como nada más que materia en movimiento, guiada por las inexorables leyes naturales de causa y efecto. No hay, escribió, «ninguna necesidad de recurrir a poderes sobrenaturales para explicar la formación de las cosas».[26]

Sistema de la naturaleza es un largo y extenso trabajo que presenta una detallada visión naturalista del mundo. Algunos de los estudiosos de D'Holbach han apuntado que Denis Diderot era un amigo personal muy próximo, y no está claro hasta qué punto D'Holbach se vio influenciado por él. De hecho, Diderot pudo haber sido posiblemente el autor de varias partes de Sistema de la naturaleza.[27]​ En cualquier caso, independientemente del grado de la contribución de Diderot a Sistema de la naturaleza, es sobre la base de este trabajo que la filosofía de D'Holbach ha sido bautizada «la culminación del materialismo y el ateísmo francés».[28]​ D'Holbach cito las observaciones de John T. Needham sobre generación espontánea de animales en el trigo en su obra, diciendo que «producir un hombre... no sería más maravilloso que un insecto de harina y agua».[5]​ Aunque la generación espontánea se demostró como falsa, el argumento muestra que si la vida fuese un producto de la naturaleza, no se requeriría de un diseñador.

Los objetivos de D'Holbach para desafiar a la religión era principalmente morales: veía las instituciones del cristianismo como un gran obstáculo para la mejora de la sociedad. Para él, la base de la moralidad debían ser buscados no en las Escrituras sino en la felicidad: «Sería inútil y casi injusto insistir en que un hombre fuera virtuoso si no lo puede ser sin ser infeliz. Mientras el vicio le haga feliz, debe amar el vicio».[29]​ El radicalismo de D'Holbach planteaba que el ser humano era motivado fundamentalmente por la consecución del interés propio bien entendido, que era lo que entendía por sociedad, en lugar de buscar la vacía y egoísta gratificación de las puras necesidades individuales. El capítulo 15 de la parte I de Sistema de la naturaleza se titula «Del verdadero interés del hombre, o de las ideas que se forma a sí mismo de la felicidad. — El hombre no puede ser feliz sin virtud».[30]​ Los escritos explícitamente ateos y materialistas del Sistema de la naturaleza presentaban un núcleo de ideas radicales que muchos contemporáneos, tanto eclesiásticos como filósofos encontraban perturbador, lo que motivó una fuerte reacción. La Iglesia católica de Francia amenazó a la corona con retirar su apoyo financiero a menos que suprimiera de forma efectiva la circulación del libro. La lista de autores que escribieron refutaciones al trabajo de D'Holbach fue larga. El prominente teólogo católico Nicolas-Sylvestre Bergier escribió una refutación titulada Examen du matérialisme (El materialismo examinado). Voltaire cogió su pluma de forma apresurada para refutar la filosofía del Sistema en un artículo titulado «Dieu» («Dios») en su Dictionnaire philosophique, mientras que Federico el Grande también respondió al mismo. Sus principios están resumidos en una forma más popular en el libro Bon Sens, on idées naturelles opposees aux idées surnaturelles (El buen sentido, o ideas naturales opuestas a lo sobrenatural, Ámsterdam, 1772)

Política y moral

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El barón de Holbach, retratado por Louis Carmontelle (1766).

En sus últimos trabajos, la atención de D'Holbach se apartó en gran medida de la metafísica religiosa, hacia cuestiones políticas y morales. En Système social (Sistema social, 1773), Politique naturelle (Política natural, 1773–1774) y Morale universelle (Moral universal, 1776) intenta describir un sistema moral en lugar del sistema cristiano al que había atacado tan ferozmente, pero estos escritos tardíos no fueron tan populares o influyentes como sus trabajos anteriores. D'Holbach era muy crítico con los abusos de poder en Francia y en el extranjero. No obstante, al contrario que el espíritu revolucionario de su tiempo, pidió a las clases educadas que reformaran el sistema corrupto de gobierno, y advirtió contra la revolución, la democracia y el gobierno de la muchedumbre.

Sus posturas políticas y éticas se vieron influenciadas por el materialista británico Thomas Hobbes. D'Holbach había traducido personalmente la obra de Hobbes De homine (Del hombre) al francés.[31]​ La ética de Holbach es racionalista, materialista y eudemonista. Como racionalista y materialista, D'Holbach pretende demostrar que la moral no solo es posible sino preferible sin referencia religiosa, basándose únicamente en observaciones científicas de la naturaleza del ser humano. Como eudemonismo, su moral se basa en la búsqueda de la felicidad por parte de cada persona.[32]

Hay una ciencia que tiene por objeto s�lo cosas incomprensibles. Contrariamente a todas las dem�s ciencias, trata solo de lo que no puede caer bajo nuestros sentidos. Hobbes lo llama el reino de las tinieblas. Es un pa�s donde todo se rige por leyes contrarias a las que la humanidad puede conocer en el mundo que habita. En esta maravillosa regi�n, la luz es solo oscuridad; la evidencia es dudosa o falsa; las imposibilidades son cre�bles: la raz�n es una gu�a enga�osa; y el buen sentido se convierte en locura. Esta ciencia se llama teolog�a, y esta teolog�a es un insulto continuo a la raz�n del hombre.[33]

La moral es para D'Holbach �un arte de vivir bien con los hombres�.[34]​ Considera que la observaci�n de las leyes de la naturaleza humana permiten ver que todo ser humano trata de preservar su existencia y buscar su felicidad. Para lograr esto, las tres reglas m�s fundamentales que gu�an el comportamiento de un individuo son la preservaci�n de su libertad, propiedad y seguridad. Cualquier intento de abordarlo conlleva una reacci�n defensiva y, por tanto, una violencia que fractura el cuerpo social. Por tanto, estas reglas fundamentales deben ser respetadas, y este es el papel de cualquier moralidad. No se necesita religi�n para entenderlo e incluso algunas religiones lo atacan.[32]

Mientras no ataque a los dem�s, el individuo debe estar libre de sus opciones. En general, los intereses de los hombre es lo que consideran �lo que deben hacer o de lo que deben abstenerse para el mantenimiento de una asociaci�n necesaria para su propia felicidad�.[35]​ En este asunto, Holbach tambi�n una distinci�n cl�sica en la filosof�a racionalista desde el siglo XVII entre la libertad interior y la libertad social. Holbach dif�cilmente cree que somos internamente libres de nuestras elecciones, pues �l era un fatalista y determinista; y sosten�a que nos guiamos por nuestra naturaleza, nuestra educaci�n, los eventos que encontramos. Solo cuando el hombre se conoce a s� mismo y conoce las causas que lo determinan, puede cambiar, transformar.[36]​ Es importante entonces desarrollar la educaci�n para modificar estas limitaciones. Por otro lado, la libertad de acci�n y expresi�n es fundamental para no constre�ir y hacer sufrir a los seres humanos, y para poder acercarse lo m�s posible a la verdad cient�fica: es en esta libertad social en la que se centra Holbach.

La cuesti�n del determinismo es, dado que los estoicos a menudo se oponen a la moralidad: �c�mo definir y castigar a un culpable que no puede elegir sus acciones? Para D'Holbach, la respuesta est� en la necesidad de protecci�n de la sociedad:

Si la sociedad tiene derecho a preservarse, tiene derecho a tomar los medios para hacerlo; estos medios son las leyes, que presentan a la voluntad de los hombres los motivos m�s adecuados para desviarlos de las acciones da�inas: �estos motivos no pueden tener nada que ver con ellos? La sociedad, por su propio bien, se ve obligada a quitarle el poder de da�arla. De cualquier fuente se originen sus acciones; sean libres o necesarios, los castiga cuando, tras presentarles motivos suficientemente poderosos para actuar sobre seres razonables, ve que estos motivos no han podido vencer los impulsos de su depravada naturaleza. Los castiga con justicia, cuando las acciones de las que los desv�a son realmente perjudiciales para la sociedad; tiene derecho a castigarlos cuando s�lo ordena o proh�be cosas que sean conformes o contrarias a la naturaleza de los seres asociados para su mutuo bien.[37]

As�, la moral busca permitir la vida en sociedad al permitir que todos busquen su propia felicidad, evitando la violencia entre miembros del cuerpo social garantizando los derechos fundamentales.[32]​ Los privilegios de la nobleza o del clero, as� como la tiran�a mon�rquica, son ataques directos contra los tres derechos naturales del hombre, y para D'Holbach son, por tanto, contrarios a toda moral razonable. El sistema moral de Holbach se basa en principios, pero es pragm�tico a diario. Valora el buen o mal car�cter de una acci�n seg�n el criterio de utilidad: virtud es lo que el juicio razonable de cada individuo y de sus pares puede definir como �til para el logro de su felicidad y la de sus semejantes.[32]

Solo llamaremos virtud a lo que la experiencia, la reflexi�n, la raz�n nos muestren en todo momento, en todo lugar de acuerdo con la utilidad general y real de los habitantes de la tierra.[34]

Posturas econ�micas

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En Sistema de la naturaleza, los tres vol�menes de Sistema social (1772), los dos vol�menes de Pol�tica natural (1772) y Etocracia (1776), D'Holbach plasm� sus posturas en el campo de la econom�a. Siguiendo a Locke, D'Holbach defend�a la propiedad privada, y afirma que la riqueza es generada por el trabajo y todos deb�an tener derecho al producto de su trabajo.[38]​ Apoya la teor�a del laissez-faire:

El gobierno no debe hacer nada para los mercaderes excepto dejarlos en paz. Ninguna regulaci�n puede guiarlos en sus intereses mejor que su propio inter�s...El estado no le debe al comercio m�s que protecci�n. Entre las naciones comerciales, aquellas que permiten a los sujetos la libertad m�s ilimitada podr�n estar seguras de rebasar pronto al resto.[39]

D'Holbach, no obstante, cre�a que el estado deb�a impedir la creaci�n de una poderosa concentraci�n de riqueza entre unos pocos individuos.[38]​ Tambi�n cre�a que la aristocracia hereditaria deb�a ser prohibida, argumentando que fomentaba la indolencia y la incompetencia.[39]​ Criticaba la entonces preponderante pol�tica del gobierno franc�s de permitir que individuos recaudaran impuestos de forma privada, argumentando que los recaudadores de impuestos en muchas ocasiones extorsionaban el doble del dinero que deb�an recaudar de los ciudadanos.[40]​ Expres� tambi�n la opini�n de que los grupos religiosos deb�an ser organizaciones voluntarias sin ning�n apoyo por parte del gobierno.[38]

Papel de la mujer

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Retrato de M.me Charlotte Suzanne d�Holbach, su segunda mujer. Pintura al �leo de Alexander Roslin (1718-1793).

La cuesti�n del papel de la mujer no est� en el coraz�n de la filosof�a de Holbach, sino su visi�n de la moral natural, que proh�be hacer da�o a los dem�s y valora la b�squeda de la felicidad, as� como el lugar que le da a la libertad y la educaci�n en la construcci�n de la virtud, la llev� a hacer una cr�tica bastante firme del destino de las mujeres en las sociedades de su tiempo. �En todos los pa�ses de la tierra, el destino de las mujeres es ser tiranizado�. Despu�s de describir la dif�cil situaci�n de las mujeres en otras culturas desde un �ngulo negativo, D'Holbach agrega: �El europeo, b�sicamente, a pesar de la aparente deferencia que tiene por las mujeres, �las trata de una manera m�s honorable? Al negarles una educaci�n m�s sensata... �no les estamos mostrando un desprecio muy real? [...] M�sica, danza, adorno, postura, a eso se suele limitar la educaci�n de un joven�.[41]

D'Holbach tambi�n critica los matrimonios concertados: �los padres inhumanos a menudo obligan a una ni�a a contraer compromisos que son m�s contrarios a su gusto; es llevada como v�ctima a los altares, y obligada a jurar all� un amor inviolable a un hombre por el que no siente nada [...] es devuelta al poder de un maestro�.[41]​ La consecuencia solo pueden ser disturbios, infidelidades que arruinan la armon�a de los hogares y, en �ltima instancia, la desgracia de los. Aqu� encontramos una de las principales ideas de D'Holbach: la privaci�n de libertad no trae orden social, sino revuelta y, por tanto, desorden.[41]

La situaci�n de las mujeres a las que se les niega la educaci�n se ve agravada a�n m�s por la pobreza: ��A cu�nto peligro la negligencia del gobierno y la falta de educaci�n exponen a la hija del hombre com�n! [...] parece destinada [...] a convertirse en v�ctima de la prostituci�n�.[41]​ La cl�sica posici�n moral que atribuye la responsabilidad a la mujer pecadora se invierte aqu�: ��Hay un prejuicio m�s absurdo y cruel que el que condena a tantas criaturas d�biles a la infamia perpetua, mientras los autores de sus faltas [los hombres] se atreven a jactarse de sus atroces triunfos?�.[41]

Refiri�ndose al papel pol�tico que pueden desempe�ar las mujeres, Holbach es abierto pero vago: �Plat�n llama a las mujeres al gobierno estatal [...] pero quiere que su educaci�n sea la misma que la de los hombres�. El fil�sofo obviamente aprueba a Plat�n, pero no desarrolla el tema.[41]

Siempre favorable a la libertad individual, Holbach critica la indisolubilidad del matrimonio, que �envenena la fuente de la felicidad de los ciudadanos�. Conseguir que las personas que odian permanecer juntas hasta la muerte es una crueldad inspirada en el fanatismo religioso m�s absurdo.[41]

D'Holbach conserva una visi�n bastante tradicional de la familia virtuosa, viviendo en fidelidad y ayuda mutua. Si no habla con claridad de una total igualdad c�vica y pol�tica de las mujeres, el Bar�n est� sin embargo, en su defensa de la educaci�n y la libertad de elecci�n de la mujer, muy distante de autores de su �poca, como Rousseau (�La mujer est� hecha para ceder al hombre y para soportar incluso su injusticia�).[42]

Muerte

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Iglesia de Saint-Roch, vista frontal de la iglesia, en la que tanto D'Holbach como su amigo Denis Diderot fueron enterrados.

Su muerte tuvo lugar poco antes de la Revolución francesa. D'Holbach fue enterrado el 21 de enero de 1789, en el osario detrás del altar de la iglesia de Saint-Roch, en París. Este osario fue saqueado en dos ocasiones, la primera durante la Revolución francesa, y la segunda durante la Comuna de París en 1871.[43]

D'Holbach y sus contemporáneos

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D'Holbach y Diderot

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No está claro cuándo se conocieron por primera vez D'Holbach y Diderot, pero se sabe que ya en 1752 eran amigos. Ese año, se publicó el segundo volumen de la Encyclopédie, que contenía contribuciones de D'Holbach. Ambos estaban sustancialmente de acuerdo en las cuestiones relacionadas con el tema religioso y filosófico. También compartían intereses similares como disfrutar de grandes banquetes, realizar paseos por el campo, y coleccionar bellos grabados y pinturas.[44]

Cuando se publicó la primera edición de Sistema de la naturaleza, muchos creían que Diderot había sido el autor del mismo. Basándose en el estilo de la escritura, Will y Ariel Durant han opinado que el libro no fue escrito por Diderot, aunque pudo haber elaborado un bucólico pasaje dedicado a la naturaleza al final del libro.[45]

D'Holbach y Rousseau

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Entre los asistentes a los banquetes ofrecidos por D'Holbach figuraba Jean-Jacques Rousseau. Rousseau dejó de acudir al salón durante un tiempo tras un incidente ocurrido en febrero de 1754. Diderot había organizado que un conocido suyo, el Abbé Petit, leyera en el salón de D'Holbach una tragedia compuesta por el religioso. Cuando el Abbé presentó su obra ante el resto de asistentes, lo precedió con la lectura de su tratado en composición teatral, que los asistentes al salón consideraron tan absurdo que no podían evitar estar divertidos. Los allí presentes (Diderot, Marmontel, Grimm, Saint-Lambert y otros, felicitaron de forma efusiva al Abbé, lo que le alegró enormemente.[46][47]​ D'Holbach posteriormente narró lo ocurrido:

Confesaré que, medio en broma medio en serio, yo mismo engañé al propio cura. Jean-Jacques no había dicho una sola palabra, no se había reído por un instante, ni se había movido de su sillón. De repente se levantó como un loco y, saltando como un resorte hacia el cura, tomó su manuscrito, lo tiró al suelo, y gritó al paralizado autor: «Su obra no tiene ningún valor, su disertación es absurda, y estos caballeros se están riendo de usted. Salga de aquí, y vuelva a sus labores en la villa». El religioso entonces se levantó, no menos furioso, escupiendo toda clase de insultos imaginables hacia su demasiado sincero consejero, y de los insultos hubiera pasado a los golpes o al trágico asesinato si no les hubiéramos separado. Rousseau abandonó el lugar con un gran enfado, que yo pensé sería temporal, pero que no ha cesado y que no ha hecho otra cosa que aumentar desde entonces.[47]

Posteriormente, en 1754, cuando Rousseau se enteró del fallecimiento de Madame d'Holbach,[48][nota 4]​ Rousseau escribió una carta de condolencia a D'Holbach, y la amistad entre ambos se recuperó. Durante tres años más, Rousseau frecuentaría el salón de D'Holbach.[49]

D'Holbach posteriormente organizó, junto a Grimm y Diderot, para que se pagara una anualidad de 400 libras a la concubina de Rousseau, Thérèse Levasseur, y su madre, pidiendo que no revelaran esto a Rousseau por miedo de herir su orgullo. Cuando Rousseau finalmente se enteró, enfureció con sus amigos por humillarle,[50][nota 5]​ lo que empeoró su relación y lo apartaría definitivamente del grupo de D'Holbach y Diderot.

Aprecio e influencia

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La filosofía de D'Holbach influyó en Jean-Paul Marat, Georges Danton y Camille Desmoulins. De acuerdo con Émile Faguet: «D'Holbach, más que Voltaire, más que Diderot, es el padre de toda la filosofía y todas las polémicas antirreligiosas de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX».[6]​ Según Marmontel, D'Holbach «había leído todo y nunca olvidaba cualquier cosa de interés».[7]​ La obra de Holbach fue una de las principales influencias respecto a los planteamientos del Marqués de Sade sobre su filosofía y ateísmo.[51]

Durante el Directorio francés, un libro de D'Holbach circuló entre todos los jefes de departamento en un intento de refrenar el regreso religioso. En Reino Unido, las posturas de D'Holbach influyeron a Joseph Priestley, William Godwin y Percy Bysshe Shelley. En Alemania, a Immanuel Kant.[nota 6][6]​ También se especula con que las posturas de D'Holbach influyeron sobre el materialismo histórico de Karl Marx.[6][52][53]

Libros publicados

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  • Lettre à une dame d'un certain âge (París, 1752)
  • Le christianisme dévoilé, ou Examen des principes et des effets de la religion chrétienne (Nancy, 1761)
  • La Contagion sacrée, ou Histoire naturelle de la superstition (Londres, 1768)
  • Lettres à Eugénie, ou Préservatif contre les préjugés (1768)
  • Théologie Portative, ou Dictionnaire abrégé de la religion chrétienne (1768)
  • Essai sur les préjugés, ou De l'influence des opinions sur les mœurs & le bonheur des hommes (1770)
  • Système de la nature ou des loix du monde physique & du monde moral (1770)
  • Histoire critique de Jésus-Christ, ou Analyse raisonnée des évangiles (1770)
  • Tableau des Saints, ou Examen de l'esprit, de la conduite, des maximes & du mérite des personnages que le christiannisme révère & propose pour modèles (1770)
  • Le Bon Sens, ou Idées naturelles opposées aux idées surnaturelles (Londres, 1772)
  • Politique Naturelle, ou Discours sur les vrais principes du Gouvernement (1773)
  • Système Social, ou Principes naturels de la morale et de la Politique, avec un examen de l'influence du gouvernement sur les mœurs (1773)
  • Ethocratie, ou Le gouvernement fondé sur la morale (Ámsterdam, 1776)
  • La Morale Universelle, ou Les devoirs de l'homme fondés sur la Nature (1776)
  • Eléments de morale universelle, ou Catéchisme de la Nature (1790)
  • Essai sur l'art de ramper, à l'usage des courtisans, facétie philosophique tirée des manuscrits de feu M. le baron d'Holbach et insérée dans la Correspondance de Grimm (décembre 1790) (París, 1790).

Traducciones

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  • Sistema de la naturaleza (edición corregida y anotada de Denis Diderot; con un estudio sobre Holbach de Jorge V. Plejánov). Buenos Aires: Lautaro, 1946
  • Sistema de la naturaleza. Pamplona: Laetoli, 2009. ISBN 9788492422036
  • El buen sentido. Ideas naturales contra ideas sobrenaturales. Pamplona: Laetoli, 2015. ISBN 9788492422869
  • Teología de bolsillo. Breve diccionario de la religión cristiana. Pamplona: Laetoli, 2015. ISBN 9788492422838
  • Etocracia. El gobierno fundado en la moral. Pamplona: Laetoli, 2012. ISBN 9788492422579
  • El cristianismo al descubierto. Pamplona: Laetoli, 2008. ISBN 9788492422029
  • Cartas a Eugenia. Preservativo contra los prejuicios. Pamplona: Laetoli, 2011. ISBN 9788492422272
  • Historia crítica de Jesucristo. Análisis razonado de los evangelios. Pamplona: Laetoli, 2014. ISBN 9786492422661
  • Historia crítica de Jesucristo. Buenos Aires: El Cuenco de Plata, 2016. ISBN 9789871772537
  • El arte de trepar a la usanza de los cortesanos y otros ensayos. Barcelona: SD Edicions, 2013. ISBN 978-84-92607-97-6.
  • Política natural o Discurso sobre los verdaderos principios del gobierno. Oviedo: Krk Ediciones, 2023. ISBN 978-84-8367-781-0

Bibliografía

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Español

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Francés

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  • René Hubert, D'Holbach et ses amis (París: André Delpeuch, 1928)
  • Paul Naville, D'Holbach et la philosophie scientifique au XVIIIe siècle (ed rev., París, 1967)
  • J. Vercruysse, Bibliographie descriptive des écrits du baron d'Holbach (París, 1971)
  • A. Sandrier, Le style philosophique du baron d'Holbach, Honoré Champion (París, 2004).

Alemán

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  • Blom, Philipp (2011). Böse Philosophen: Ein Salon in Paris und das vergessene Erbe der Aufklärung (en alemán). Hanser, München. ISBN 978-3-446-23648-6. 

Inglés

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  • Mark Curran, Atheism, Religion and Enlightenment in pre-Revolutionary Europe (Royal Historical Society, 2012)
  • Jonathan Israel, A Revolution of the Mind: Radical Enlightenment and the Intellectual Origins of Modern Democracy (Princeton University Press, 2010)
  • David Holohan (traductor), Christianity Unveiled by Baron d'Holbach: A Controversy in Documents (Hodgson Press, 2008)
  • Max Pearson Cushing, Baron d'Holbach: a study of eighteenth-century radicalism in France (Nueva York, 1914)
  • Alan Charles Kors, D'Holbach's Coterie: An Enlightenment in Paris (Princeton University Press, 1976)
  • Alan Charles Kors, «The Atheism of D'Holbach and Naigeon», en Atheism from the Reformation to the Enlightenment (Oxford: Clarendon Press, 1992)
  • John Lough, «Helvétius and d'Holbach», en Modern Language Review, vol. 33, n.º 3 (jul. de 1938)
  • T. C. Newland, «D'Holbach, Religion, and the Encyclopédie», en Modern Language Review, vol. 69, n.º 3 (jul. de 1974), pp. 523–533
  • Virgil W. Topazio, D'Holbach's Moral Philosophy: Its Background and Development (Ginebra: Institut et Musée Voltaire, 1956)
  • Everett C. Ladd, Jr., «Helvétius and d'Holbach», en Journal of the History of Ideas (1962) 23(2): 221-238
  • Virgil V. Topazio, «Diderot's Supposed Contribution to D'Holbach's Works», en Publications of the Modern Language Association of America, LXIX, 1, 1954, pp. 173–188
  • S. G. Tallentyre (pseud. de Evelyn Beatrice Hall), The Friends of Voltaire (1907)
  • W. H. Wickwar, Baron d'Holbach: A Prelude to the French Revolution (1935)
  • G. V. Plekhanov, Essays in the History of Materialism (trad. de 1934)
  • John Lough, Essays on the Encyclopédie of Diderot and D'Alembert (Londres: Oxford University Press, 1968).

Véase también

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Notas

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  1. Las fuentes difieren acerca de las fechas de nacimiento y muerte de D'Holbach. Su día de nacimiento exacto no está claro, aunque los registros muestran que fue bautizado el 8 de diciembre de 1723. Algunas fuentes citan incorrectamente como fecha de su muerte el mes de junio de 1789.
  2. Hoy en día, la dirección es el número 10 de la rue des Moulins, que se encuentra cerca del Louvre y de los jardines reales, y a menos de 500 metros de la iglesia de Saint-Roche donde Denis Diderot y otros notables fueron enterrados. La dirección fue cambiada durante la renovación que Haussmann hizo en París.
  3. Para una discusión detallada del salón de D'Holbach, véase el libro de Alan Charles Kors, D'Holbach's Coterie: An Enlightenment in Paris (Princeton University Press, 1976). También el libro de Dena Goodman, The Republic of Letters: A Cultural History of the French Enlightenment (Cornell University Press, 1996).
  4. Se trataba de la primera mujer del barón. Dos años después, se casaría con su hermana.
  5. De acuerdo con Rousseau, la mayor parte de este dinero se lo quedaba la propia madre de Thérèse para sí misma, y no para sus hijas.
  6. Fue la combinación del materialismo de D'Holbach y el escepticismo de David Hume que hicieron salir a Kant de su «sueño dogmático».

Referencias

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  1. LeBuffe, Michael (2020). Zalta, Edward N., ed. Paul-Henri Thiry (Baron) d’Holbach (Spring 2020 edición). Metaphysics Research Lab, Stanford University. Consultado el 12 de diciembre de 2021. 
  2. a b c d «Holbach, Paul Heinrich Dietrich, Barón d'», Encyclopædia Britannica (ed. de 1911).
  3. Cliteur, Paul (2010). The Secular Outlook: In Defense of Moral and Political Secularism. Wiley-Blackwell. p. 21. ISBN 978-1444335217. Consultado el 29 de agosto de 2013. 
  4. a b «Pablo Enrique Holbach en el Diccionario soviético de filosofía». Filosofia.org. Consultado el 7 de agosto de 2021. 
  5. a b c Bassham, Gregory (2018). El libro de la filosofía: de los Vedas a los nuevos ateos, 250 hitos en la historia del pensamiento. Madrid: Librero. p. 270. ISBN 978-90-8998-945-1. OCLC 1123026787. Consultado el 29 de febrero de 2020. 
  6. a b c d Durant, Will (1965). The Story of Civilization, volumen 9: The Age of Voltaire. Simon & Schuster. p. 713. 
  7. a b Wilson, Arthur M. (1972). Diderot. Oxford University Press. p. 177. 
  8. Durant, Will (1965). The Story of Civilization, volumen 9: The Age of Voltaire. Simon & Schuster. p. 700. 
  9. Wilson, Arthur M. (1972). Diderot. Oxford University Press. p. 620. 
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  13. Cushing, Max Pearson. Baron D'Holbach: A Study Of Eighteenth Century Radicalism. Kessinger Pub. Co. (2004), p. 11.
  14. «Pictures and a short presentation of the history of the building in french language». Fr.topic-topos.com. Archivado desde el original el 3 de enero de 2012. Consultado el 16 de agosto de 2012. 
  15. Blom, Philipp. A Wicked Company. The Forgotten Radicalism of the European Enlightenment. Basic Books, Nueva York (2010), p. 181, ISBN 978-0-465-01453-8.
  16. Blom, Philipp. A Wicked Company. The Forgotten Radicalism of the European Enlightenment. Basic Books, Nueva York (2010), p. 302, ISBN 978-0-465-01453-8.
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  18. Blom, Philipp. A Wicked Company. The Forgotten Radicalism of the European Enlightenment. Basic Books, Nueva York (2010), pp. xi, xii, 1, ISBN 978-0-465-01453-8.
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  20. Blom, Philipp. Enlightening the world: Encyclopédie, the book that changed the course of history, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2005, p. 124, ISBN 1-4039-6895-0.
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  22. Durant, Will (1967). The Story of Civilization, volumen 9: The Age of Voltaire. Simon & Schuster. pp. 695-696. 
  23. Durant, Will (1967). The Story of Civilization, volumen 9: The Age of Voltaire. Simon & Schuster. p. 696. 
  24. Newland, T. C. «D'Holbach, Religion, and the Encyclopédie», Modern Language Review, vol. 69, n.º 3 (julio de 1974), pp. 523–533.
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  28. Topazio, Virgil W. D'Holbach's Moral Philosophy: Its Background and Development (Ginebra: Institut et Musée Voltaire, 1956), p. 117.
  29. Baron d'Holbach, Paul Henri Thiry. System of Nature; or, the Laws of the Moral and Physical World (Londres, 1797), vol. 1, p. 109.
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  42. Fuster García, Francisco (2007). «Rousseau versus Mary Wollstonecraft». A Parte Rei. 
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Enlaces externos

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