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Trueque

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Una ilustraci�n de un peri�dico de 1874 de Harper's Weekly, que muestra a un hombre involucrado en el trueque: ofreciendo pollos a cambio de su suscripci�n anual al peri�dico.

El trueque es el intercambio de bienes materiales o de servicios por otros objetos o servicios. Se diferencia de la compraventa habitual en que no intermedia el dinero como representante del valor en la transacci�n. Al contrato por el cual dos personas acceden a un trueque se le denomina permuta.

Seg�n la corriente liberal de la econom�a fundada por Adam Smith, el trueque, como intercambio libre entre individuos, es una pr�ctica natural del ser humano para la cual debe existir previamente el excedente (exceso de bienes que no necesitan consumirse) y la divisi�n del trabajo (necesidad de un bien que no produce uno mismo), lo que desemboca en el concepto de propiedad privada.[1]

Sin embargo, seg�n diversos antrop�logos, no se ha descrito ninguna comunidad en la que el trueque existiera como el medio principal de acceso a bienes, lo que desmiente la extendida concepci�n de que el trueque era una fase previa a la aparici�n del dinero. Tan solo se ha documentado el trueque como una pr�ctica ejercida entre comunidades rivales (debido a que el reparto de los bienes dentro de la propia comunidad se realizaba en com�n) o en periodos posteriores a las ca�das de los grandes imperios y sistemas econ�micos que ya estaban basados con anterioridad en la moneda y en el intercambio.[2]

Teor�a econ�mica del intercambio

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La teor�a subjetiva del valor explica tanto el intercambio que se da en el trueque como el de una econom�a monetaria.

El intercambio solo se produce si ambas partes valoran m�s subjetivamente aquello que tiene la otra, que lo que esperan dar a cambio en el intercambio. As�, supongamos que Rodrigo tiene A, y Mart�n tiene B. Solo si Rodrigo valora m�s B que A, y Mart�n valora m�s A que B, se realizar� el intercambio (o esto es, por lo menos, una condici�n necesaria para que se produzca).

T�cnicamente, se podr�a sintetizar de la siguiente manera: la utilidad marginal que le representa a Juan el bien B dentro de su escala de valoraciones, debe ser mayor que la utilidad marginal que le representa el bien A. De la misma forma, la utilidad marginal que le representa a Marcos el bien A dentro de su escala de valoraciones, debe ser mayor que la utilidad marginal que le representa el bien B. Es, en definitiva, la desigualdad de valoraciones subjetivas una importante condici�n necesaria para que se produzca el intercambio.

El precio, como ratio de intercambio, se determina al momento de efectuarse este. El precio al que llegar�n ambas partes para efectuar el intercambio depende de sus valoraciones subjetivas. En efecto, el precio m�ximo al que est� dispuesto a pagar el comprador debe ser mayor que el precio m�nimo al que est� dispuesto a vender el vendedor. El precio, en este modelo simplificado con solo un oferente y un demandante, se establecer� dentro del rango que esos m�rgenes determinen, con la imposibilidad te�rica de saber con exactitud cual ser� precisamente el precio, solo determinando los m�rgenes entre los cuales se acordar� efectivamente un precio. Si el precio m�ximo del comprador es menor que el precio m�nimo del vendedor, el intercambio no tendr� lugar.

As�, a este modelo de intercambio le contin�an los modelos de competencia unilateral (donde hay un demandante y varios oferentes; o un oferente y varios demandantes) y el modelo de competencia bilateral; todos modelos explicados y desarrollados en primera instancia por el economista austr�aco Eugen von B�hm-Bawerk.

El intercambio seg�n Karl Marx

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Esquema del trueque (M-M), de acuerdo del enfoque marxista.

Para Karl Marx, el intercambio solo tiene lugar cuando dos bienes tienen un valor equivalente y que puede determinarse objetivamente, esto es, cualquier tercero no involucrado puede determinarlo de acuerdo a criterios objetivos. As�, haciendo una abstracci�n del valor de uso de las mercanc�as, Marx llega a la conclusi�n de que el valor est� determinado exclusivamente por la cantidad de trabajo abstracto socialmente necesario para producir determinada mercanc�a. Esto es, en s�ntesis, la teor�a del valor-trabajo que defend�an muchos de los economistas cl�sicos, aunque en diferentes versiones, como Adam Smith y David Ricardo.

Esta teor�a deriva luego en la teor�a de la explotaci�n, pues si el valor de un bien o servicio est� determinado por el trabajo necesario para su producci�n, el fen�meno del inter�s solo puede explicarse dentro de este marco te�rico como una expoliaci�n, un robo, que realizan los capitalistas sobre los trabajadores, apropi�ndose aquellos del trabajo de estos, y espec�ficamente, haci�ndoles trabajar m�s horas de las que les terminan remunerando. Esta teor�a es criticada por los defensores de la teor�a del valor subjetivo propuesta por Carl Menger.

Antecedentes hist�ricos

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El trueque es una pr�ctica que existe desde el periodo neol�tico,[3][4]​ desde hace aproximadamente 12.000 a�os, durante la Revoluci�n Neol�tica, con la aparici�n de la sociedad agricultora-ganadera cuando la humanidad abandon� su tradicional estilo de vida n�mada y se asent� en distintas regiones a cultivar la tierra.

En el neol�tico, la econom�a, que hab�a sido depredadora en el paleol�tico, en las sociedades cazadoras-recolectoras (90 por ciento del tiempo de la existencia de la especie humana), pas� a ser productiva, por la aparici�n de la agricultura y la ganader�a, y ello dio lugar al excedente, un exceso de bienes que no necesitan consumirse. Con el excedente, un grupo de personas no necesitan trabajar en la agricultura y la ganader�a, y pueden dedicarse a producir otros productos, como la cer�mica, e intercambiarlos con el agricultor o ganadero por el excedente. Con ello, apareci� por primera vez el trueque y, como consecuencia, la propiedad privada y el concepto de riqueza. La cantidad de producci�n sobrante es el inicio de la riqueza: cuanto m�s excedente, m�s riqueza. Pero el excedente s�lo tiene consecuencias cuando se consolida gracias a la aplicaci�n del riesgo o el abonado, y permite la divisi�n social del trabajo.

Divisi�n del trabajo

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Cuando aparece el excedente consolidado, no se dedican todos a la agricultura o a la ganader�a pues se busca producir bienes que ninguno de estos dos trabajos productivos producen.

En los peque�os mercados era donde se originaron los primeros trueques entre una gran variedad de art�culos, por ejemplo: herramientas de s�lex, lanzas, zapatos, collares y hasta productos agr�colas. Hoy en d�a, en algunos mercados se siguen usando este tipo de transacciones.

M�s tarde, apareci� el dinero, con lo que los bienes y servicios se obten�an a cambio de dinero en monedas.

Ventajas y desventajas.

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Ventajas

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Las ventajas del trueque o intercambio para las empresas son muchas, como por ejemplo:

  • Comprar productos o servicios sin realizar movimientos monetarios.
  • Mantener la liquidez de la empresa.
  • Optimizar los resultados financieros del negocio.
  • Mejorar la productividad.
  • Compensar la variaci�n de producci�n por temporadas, es decir, obtener m�s clientes incluso en temporada baja.
  • Reducir la acumulaci�n de existencias de productos en el inventario, y hallarles una salida rentable alternativa.
  • Ampliar las relaciones comerciales con empresas de otros sectores.
  • Conseguir nuevos canales comerciales para el negocio sin modificar la agenda de clientes.

Desventajas

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El trueque tiene diversas desventajas:

  • Cuantitativa: dificultad para intercambiar bienes de muy distinto valor.
  • Temporal: dificultad para vender hoy y comprar ma�ana.
  • Espacial: dificultad para encontrar a la persona ideal para intercambiar.

La m�s importante desventaja del trueque es que podr�a no encontrarse a alguien que quiera intercambiar lo que se desea por lo que puede ofrecerse. Esto es lo que se conoce como el problema de la doble coincidencia de necesidades. Este problema impide la ampliaci�n de la divisi�n del trabajo, que vendr�a luego a ser facilitada por la introducci�n del dinero como medio com�n de intercambios indirectos.

Otro inconveniente en el proceso del trueque es la complejidad del c�lculo en el valor exacto entre las cosas que van a intercambiarse (falta de unidad de valor). De todas formas, suele establecerse el precio de los productos o servicios seg�n su valor en el mercado, aunque, en caso de que no haya una unidad de cuenta objetiva en com�n, el cálculo económico a gran escala resulta imposible sin dinero.

A veces, el trueque tiene un valor más bien simbólico, según la necesidad que un valor capital. Es decir, si alguien tiene una casa que no está utilizando y necesita con urgencia un automóvil, no le dará un valor capital a la casa, sino un valor de necesidad.

El trueque actual

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Desde la antigüedad, es habitual que el trueque recobre importancia en tiempos de crisis económica, y principalmente en casos de hiperinflación, dado que el dinero pierde en gran medida su valor.

Algunas formas de trueque son el banco del tiempo o los mercados de trueque, como los que han proliferado en Argentina tras la caída del peso. Este sistema está experimentando un auge en países de todo el mundo.

A veces el trueque es utilizado en grandes cantidades por empresas, en mercados de intercambio. Para la empresa que da el producto o el servicio, que ella misma ha producido, le resulta más barato el mismo pago que si fuese con dinero. Además, supone que un cliente más, ha probado y conocido su producto o servicio. Además ha vendido un producto que, a veces, no habría vendido de otra forma. Que le supone terminar las existencias o compras mayoristas en cantidades mayores que suelen suponer descuentos mayores. Para la empresa receptora del servicio o producto, le supone haberlo conseguido más barato que si lo hubiese tenido que pagar con dinero. Además, esta empresa obtiene productos o servicios sin tener que realizar movimientos de tesorería. Como ventaja adicional, el receptor puede probar un servicio o producto de forma más económica.

En la era digital: el trueque activo

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El surgimiento de Internet o las redes sociales facilitó la labor de búsqueda y localización de los mejores candidatos para realizar el trueque; las partes interesadas se reúnen en un punto en común como, por ejemplo, las plazas públicas. En la red existen plataformas que facilitan el contacto gratuito entre quienes desean intercambiar sus productos o servicios. La evolución de este tipo de páginas ha derivado en algo conocido como el trueque activo, es decir, no simplemente limitarse a anunciar un artículo, sino que se posibilite la interacción con otros usuarios de la misma red. En definitiva, es la creación de comunidades de usuarios que deseen intercambiar cosas.

El trueque en México

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En México, aún puede observarse en el poblado de Zacualpan de Amilpas, en el estado de Morelos, que se ha convertido en un importante punto de encuentro comercial y cultural a través de su tianguis dominical, y se trata del único sistema de comercio prehispánico que sobrevive hasta la fecha y que mantiene todas sus características de organización y simbolismo de la población local.

Otra forma de trueque en México es aquel realizado por los sistemas de intercambio multidireccional que funcionan a través de una moneda recíproca que permite las transacciones y en la que las empresas que operan estos sistemas fungen como terceras partes que registran las operaciones y median entre compradores y vendedores. Esta modalidad ofrece a los participantes acceso a nuevos mercados o clientes, proteger la liquidez de la empresa y utilizar las capacidades ociosas de cada participante.

Véase también

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Referencias

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  1. Smith, Adam (1794). «Capítulo II». Investigacion de la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones. Tomo 1. 
  2. Graeber, David (2012). «El mito del trueque». En deuda: una historia alternativa de la economía. Ariel. ISBN 978-84-344-1854-7. 
  3. Palencia Ramírez, Andrea (2019). Influencia del marketing en los cambios en la alimentación. Consultado el 24 de mayo de 2020. 
  4. Phillips, Patricia (1994). El análisis científico y el comercio del Neolítico europeo. ISSN 1133-4525. doi:10.12795/spal.1994.i3.04. Consultado el 24 de mayo de 2020. 

Enlaces externos

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