Los albergues, tambi�n conocidos como albergues juveniles, albergues para mochileros o simplemente albergues para mochileros, son una forma de alojamiento barato para viajeros, que cuestan una fracci�n de lo que se pagar�a en un hotel. En lugar de tener una habitaci�n para ellos solos, los alberguistas suelen dormir en literas en una habitaci�n "tipo dormitorio" compartida con otros hu�spedes. Las habitaciones pueden ser mixtas o de un solo sexo, dependiendo del albergue y de las preferencias del hu�sped. Las habitaciones compartidas suelen incluir taquillas para guardar mochilas u objetos de valor, pero es posible que tengas que traer tu propio candado. Algunos albergues tambi�n ofrecen habitaciones privadas, que son m�s caras que las literas pero, en general, m�s baratas que un hotel.

Los albergues est�n dise�ados para reducir costes: los cuartos de ba�o son compartidos, no proporcionan m�s art�culos de aseo que jab�n de manos y papel higi�nico, y si hay desayuno gratuito, probablemente sea escaso y te obliguen a lavar los platos. Muchos hostales tambi�n reducen costes de otras formas, por ejemplo, cobrando un suplemento por el alquiler de toallas, exigiendo a los hu�spedes que hagan sus propias camas o cerrando durante el d�a y no dejando volver a los hu�spedes hasta m�s tarde.

Pero los albergues tambi�n tienen sus ventajas: en primer lugar, el bajo coste, que es el principal atractivo para muchos visitantes. Los albergues tambi�n suelen tener un ambiente m�s informal y social que los hoteles. Esto los convierte en una buena opci�n para los que viajan solos o para cualquiera que quiera hacer nuevos amigos. Suelen tener zonas comunes, informaci�n sobre atracciones locales y viajes a otros destinos, y a menudo una cocina con platos, utensilios de cocina y lugares donde guardar la comida. Algunos incluso programan actos sociales para los hu�spedes interesados.

Los albergues atienden principalmente a gente joven -el hu�sped t�pico tiene unos veinte a�os-, pero tambi�n es frecuente encontrar viajeros de m�s edad. Es raro ver familias con ni�os, pero algunos albergues los admiten en habitaciones privadas.

Comprender

Los albergues var�an mucho, con normas y reglamentos que dependen del albergue, as� que en este art�culo ver�s muchos "generalmente" y "normalmente". Algunos imponen un toque de queda, mientras que la mayor�a de los albergues modernos dejan entrar y salir a cualquier hora. Algunos imponen un l�mite de d�as de estancia, aunque esto es cada vez menos frecuente y no suele ocurrir en los albergues de mochileros de Europa, Australia y Norteam�rica. Algunos albergues tienen l�mites de edad: una edad m�nima (a menos que se vaya acompa�ado) y a veces una edad m�xima. En unos pocos casos, sigue existiendo el antiguo requisito de que los hu�spedes tienen que proporcionar sus propias s�banas o un "saco de dormir" (una s�bana doblada y cosida a modo de saco de dormir), aunque ahora la mayor�a de los albergues proh�ben a los hu�spedes utilizar sus propias s�banas para evitar que lleven chinches al albergue. Las toallas pueden ser gratuitas; si no, a menudo pueden alquilarse pagando.

El estilo del alojamiento tambi�n var�a: los albergues pueden estar en preciosos edificios hist�ricos, en campings tipo resort o en edificios de apartamentos normales; algunos son espartanos mientras que otros son casi lujosos. La mayor�a son limpios y c�modos. Las instalaciones comunes incluyen un sal�n compartido, lavander�a y cocina, pero a menudo dependen del pa�s: las instalaciones de autoservicio tienden a estar disponibles en los pa�ses con salarios altos. La mayor�a de los albergues ofrecen conexi�n Wi-Fi gratuita y pueden tener ordenadores de sobremesa para uso de los hu�spedes.

Cada albergue tiene un ambiente diferente. Los llamados albergues de fiesta tienen mucho alcohol disponible y est�n dirigidos directamente a los j�venes dispuestos a salir de fiesta, mientras que otros son m�s tranquilos y pueden ser m�s familiares. Los albergues rurales (y de ciudades peque�as) suelen tener un car�cter completamente distinto a los de las grandes ciudades. Para encontrar los mejores albergues, y los que mejor se adapten a tu estilo, lee los comentarios de los distintos sitios web de reservas de albergues.

Si es la primera vez que te alojas en un albergue, quiz� te interese probar cerca de casa y en un solo lugar, a ver qu� te parece. Algunos albergues pueden ser muy acogedores, pero tener una personalidad relajada ayuda mucho. Puedes esperar que te despierten a cualquier hora cuando otros hu�spedes entren o salgan de una habitaci�n compartida. Compartes instalaciones comunes, y la gente var�a en su limpieza y respeto por los dem�s.

Historia

El concepto de "albergues juveniles", como se conoc�an originalmente, surgi� hacia 1910 en Alemania y pronto se copi� en varios pa�ses europeos. En un principio, cada organizaci�n de Hostelling International pretend�a proporcionar alojamiento de bajo coste en zonas rurales a j�venes trabajadores que ven�an de visita desde zonas urbanas, haciendo hincapi� en el senderismo, el ciclismo y otras actividades saludables.

El movimiento explot�, con m�s de 2.000 albergues en Alemania en 1932 y m�s en otras partes de Europa. Los albergues se extendieron a Estados Unidos dos a�os m�s tarde, y despu�s de la Segunda Guerra Mundial continuaron expandi�ndose por todo el mundo, siempre haciendo hincapi� en las zonas rurales y las actividades al aire libre. En los a�os de posguerra, se promovieron los viajes internacionales de los j�venes como una forma de aumentar el entendimiento entre los pa�ses y evitar la confrontaci�n militar. A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, el alberguismo sigui� creciendo en popularidad, y se abrieron muchos albergues en las principales ciudades, dando lugar a la enorme variedad de albergues que existen hoy en d�a en una gran variedad de lugares.

Organizaciones de albergues

Muchos albergues se han afiliado a Hostelling International (HI, antes Federaci�n Internacional de Albergues Juveniles), una red de m�s de 90 organizaciones nacionales de albergues distintas. No todos los albergues est�n afiliados a HI, y tambi�n hay otras redes de albergues. El mejor indicador de la calidad de un albergue son sus opiniones en Internet.

En el caso de algunas organizaciones nacionales de albergues, hay que ser socio para alojarse en un albergue. Puede tratarse de la afiliaci�n a esa organizaci�n o a otra organizaci�n afiliada a Hostelling International. Otras organizaciones no exigen ser socio, pero los socios obtienen descuentos.

Reservar

Es aconsejable reservar los albergues con antelaci�n en lugar de simplemente llegar y esperar que haya una cama adecuada. Para encontrar un albergue, busca en Internet o lee los comentarios de los sitios web de reserva de albergues o de las gu�as de viajes en l�nea. Los albergues var�an mucho, as� que aseg�rate de leer algunos comentarios. Si hay alguna caracter�stica que sea importante para ti (Wi-Fi, lavander�a, taquillas, cocina, ambiente social...), investiga antes de reservar. Piensa tambi�n a qu� hora vas a llegar y comprueba a qu� hora puedes registrarte. Algunos albergues tienen registro de entrada las 24 horas, pero otros no, as� que si vas a llegar tarde, aseg�rate de que podr�s registrarte.

Muchos albergues agradecen que los hu�spedes reserven directamente con el albergue, ya que as� no tienen que pagar una comisi�n a un sitio web de reservas. Consulta su sitio web para ver si ofrecen ventajas adicionales o un precio m�s bajo por reservar directamente.

Lleve

Algunos art�culos �tiles para los albergues que de otro modo no se te ocurrir�a llevar:

• Chanclas o chanclas de ducha - como se menciona m�s adelante, las duchas de los albergues se utilizan mucho. M�s vale prevenir que curar: lleva algo para ponerte en los pies cuando te duches.
• Un candado: las taquillas tienen formas y tama�os diferentes, por lo que conviene llevar dos candados de distintos tama�os, por si uno es demasiado grande o peque�o para caber en la taquilla. Aunque el albergue no disponga de taquillas, puedes utilizar un candado para cerrar la maleta y atarla a la cama para evitar robos.
• Algo para dormir (pijama, etc.) - en una habitaci�n de hotel puedes hacer lo que quieras, pero en una habitaci�n de albergue compartida, s� respetuoso con tus compa�eros de habitaci�n y ponte algo para dormir.
• Un antifaz para dormir o tapones para los o�dos: en las habitaciones compartidas suele haber gente entrando y saliendo a todas horas, y algunos de tus compa�eros de habitaci�n pueden roncar, as� que te ayudar�n a dormir bien.
• Una linterna - para que puedas buscar entre tus cosas en mitad de la noche, sin encender las luces y molestar a tus compa�eros de habitaci�n dormidos.
• Jab�n: algunos albergues no proporcionan jab�n en los cuartos de ba�o, sobre todo en las duchas.
• Toallas: a veces se proporcionan toallas o se pueden alquilar o comprar por un precio adicional, pero inf�rmate al hacer la reserva. Si traes la tuya, considera la posibilidad de utilizar una toalla de viaje o una toalla turca, que se secan m�s r�pidamente y se pueden plegar de forma compacta.
• Posiblemente, un saco de dormir de s�banas: hoy en d�a, la mayor�a de los albergues proporcionan s�banas, pero algunos albergues remotos tienen dificultades para lavar toda la ropa de cama y piden que lleves un saco de dormir de s�banas. Se trata de una s�bana cosida en forma de saco de dormir, que puedes confeccionar doblando una s�bana vieja y cosi�ndola, o comprarla en una tienda de material de camping. Para mantener limpias las camas, no suelen estar permitidos los sacos de dormir acolchados.

Dormir

Tradicionalmente, los albergues s�lo dispon�an de literas en dormitorios compartidos (dormitorios). La mayor�a de los dormitorios tienen entre 4 y 8 literas, pero tambi�n los hay con s�lo 3 o con 30 o m�s. Si un albergue ofrece habitaciones compartidas de distintos tama�os, las literas de las habitaciones m�s grandes suelen ser m�s baratas. Normalmente, el dormitorio es s�lo para un sexo, y algunos albergues tienen mayor separaci�n con pisos masculinos y femeninos. Cada vez m�s, los albergues ofrecen tambi�n dormitorios mixtos. Hoy en d�a, puedes encontrar cualquiera de estas combinaciones: s�lo para mujeres y s�lo para hombres; s�lo para mujeres, s�lo para hombres y mixtos; s�lo para mujeres y mixtos; o s�lo mixtos. Si el albergue permite elegir, lo har�s al hacer la reserva.

Algunos albergues tambi�n permiten alquilar una habitaci�n (privada) (con ba�o o ba�o compartido) y, por lo general, no tienen inconveniente en que hombres y mujeres compartan la habitaci�n que han reservado. Si el albergue no est� muy concurrido, tambi�n se pueden alquilar dormitorios m�s peque�os como habitaciones completas. Si viajas con ni�os peque�os, el albergue puede insistir en que alquiles una habitaci�n.

Las habitaciones compartidas son casi siempre m�s baratas que las privadas, pero suponen un paso atr�s en cuanto a comodidad. En una habitaci�n compartida no tendr�s mucha intimidad ni espacio personal, y deber�s vigilar cuidadosamente tus pertenencias y guardarlas bajo llave cuando te vayas. Es posible que tengas que soportar ronquidos o compa�eros de piso desordenados, y como la gente tiene horarios muy variables, hay bastantes posibilidades de que te despierte la gente que entra o sale. Por otro lado, una habitaci�n compartida ofrece una gran oportunidad para conocer a otros viajeros. Junto con el ahorro en el coste, eso puede hacer que los inconvenientes merezcan la pena. Algunos albergues tienen cortinas pegadas a las camas para tener un poco de intimidad y, si est�s en la litera de abajo, puedes hacer que parezca un poco m�s privada colgando tu toalla de la litera de arriba para separar un poco tu cama del resto de la habitaci�n.

Comer

Cocinas

Muchos albergues disponen de cocinas compartidas para que te prepares tu propia comida. Sin embargo, no todos los albergues lo hacen, por lo que conviene comprobarlo al hacer la reserva. Algunos albergues tienen cafeter�a o sirven comidas (quiz� s�lo el desayuno) a horas fijas.

Los servicios de cocina var�an mucho de un albergue a otro. Esto puede afectar tanto a las instalaciones b�sicas (n�mero de fogones para cocinar, etc.) como al suministro de sartenes y platos, etc. A menudo, las instalaciones de un albergue urbano muy concurrido soportan mucho m�s abuso que las de uno rural.

Lo mejor es dise�ar tus comidas de modo que no necesites muchas instalaciones para cocinar. De lo contrario, puedes tener dificultades si el albergue no tiene horno (u otros lo est�n usando), o si s�lo puedes usar dos fuegos en la cocina de gas.

Se espera que limpies lo que ensucies cuando utilices una cocina compartida. Lava los platos despu�s de usarlos, limpia todo lo que derrames y, en general, s� considerado con los dem�s hu�spedes. Si la cocina est� ocupada, lava las sartenes antes de comer para que los dem�s puedan utilizarlas.

Si dejas comida en una nevera compartida, aseg�rate de que est� envuelta y etiquetada con tu nombre y la fecha de tu estancia. Ll�vate de casa bolsas de colores, ya que ser�n f�ciles de ver en un frigor�fico lleno de bolsas del supermercado. Muchos albergues tambi�n tienen un estante para los paquetes de comida sin abrir que los visitantes trajeron pero no pudieron llevarse de viaje. Consulta en el albergue si te permiten dejar paquetes de comida sin abrir para que otros los consuman.

Comidas incluidas

Depende mucho del albergue, pero algunos ofrecen desayuno gratuito. Si el tuyo lo ofrece, no te hagas muchas ilusiones: es poco probable que sea tan bueno como el de un hotel. Pan, mermelada, zumo, caf� y quiz� algo de fruta o cereales es lo normal. Es posible que el desayuno gratuito se agote poco despu�s de la hora anunciada. Incluso si el desayuno est� incluido, es probable que tengas que lavar los platos despu�s de comer.

Algunos albergues van m�s all� y tambi�n ofrecen cenas o bebidas alcoh�licas (aunque es poco probable que sean gratuitas, excepto quiz� la cerveza gratis en algunos albergues de fiesta). Otros albergues no sirven comidas, pero pueden estar unidos a un restaurante o bar donde se puede tomar una copa o comer algo. Incluso los albergues que no ofrecen comida pueden tener caf� o t� gratis. Como con cualquier otra cosa en un albergue, comprueba antes de reservar si esto es importante para ti.

Trabajar

Es posible trabajar como "voluntario" en un albergue durante varias horas al d�a a cambio de un lugar donde dormir. Puedes buscar en internet albergues que busquen voluntarios o preguntar en albergues concretos si necesitan a alguien durante unas semanas.

Mantente seguro

En t�rminos de seguridad personal, los albergues suelen ser tan seguros como otras formas de alojamiento, como los hoteles o Airbnbs. Los responsables de los albergues son conscientes de la seguridad y est�n bastante dispuestos a desalojar a los hu�spedes que act�en de forma inapropiada. S�lo tienes que leer algunos comentarios en línea de antemano, usar el sentido común y confiar en tus instintos si algo te parece raro. Si estás muy nervioso, algunos albergues ofrecen habitaciones privadas. En el peor de los casos, en el improbable caso de que llegues al albergue y tus compañeros de habitación te estén molestando, puedes preguntar a los empleados del albergue si pueden cambiarte de habitación, o incluso irte a otro albergue o a un hotel si es necesario.

Si eres mujer y no te sientes cómoda compartiendo habitación con hombres, la mayoría de los albergues tienen dormitorios sólo para mujeres. Ten en cuenta que en las habitaciones mixtas a veces hay más hombres que mujeres. ¿Te sentirías cómoda siendo la única mujer en una habitación llena de hombres? Si no es así, quizá te convenga optar por una habitación sólo para mujeres, por si acaso.

Es una buena idea informarse sobre el barrio antes de reservar. Algunos albergues (aunque no todos) están situados en zonas de mala muerte para ahorrar costes, así que investiga la ciudad en la que te alojas y comprueba que el albergue no está en un barrio peligroso.

Siempre existe un pequeño riesgo de que te roben objetos, así que debes tener cuidado. Cada vez más, los albergues ofrecen taquillas o cajas fuertes donde puedes guardar tus maletas (o al menos tus objetos de valor), aunque a veces tendrás que llevar tu propio candado. Sólo tienes que seguir el sentido común básico y asegurarte de guardar bajo llave los aparatos electrónicos, el dinero en efectivo y otros objetos de valor.

Algunos albergues disponen de una zona para guardar el equipaje durante el día siguiente a la salida. Si la hora de salida es a las 10 de la mañana y tu autobús no sale hasta la noche, esto puede ser útil para que puedas aprovechar el día para explorar el destino un poco más sin cargar con tus cosas. Esta zona es más segura en algunos albergues que en otros.

Mantente sano

Lleva chanclas o zapatillas de baño en la ducha. En general, los albergues se esfuerzan por mantener limpios los cuartos de baño, pero los utilizan muchas personas diferentes. Nunca se sabe si uno de tus compañeros de habitación acaba de volver de una selva tropical donde ha decidido andar descalzo... así que es mejor no arriesgarse.

Algunos albergues tienen un perro o un gato de mascota. Si te gustan los animales, ¡esto puede ser encantador! Y a las mascotas les debe encantar tener tanta gente con la que jugar. Pero si eres alérgico, es mejor que te informes antes.

Respecto

El principio fundamental de la etiqueta en los albergues es ser considerado con los demás huéspedes. Como prácticamente todo se comparte, tendrás que esforzarte más que en un hotel. Mucho de esto debería ser de sentido común, pero no todo el mundo parece darse cuenta, así que aquí va:

Limpia lo que ensucies en la habitación, el baño, la cocina y cualquier otro lugar. A la hora de comer puede haber mucha gente tratando de utilizar un número limitado de platos y utensilios, así que lávalos después de usarlos, con jabón para platos (que debe ser proporcionado por el albergue). Si ensucias algo, límpialo. Y no te comas la comida de los demás en la cocina, a menos que esté específicamente marcada como libre para tomar.

En los dormitorios, sé lo más ordenado posible. No dejes tus cosas tiradas por la habitación para que tus compañeros tropiecen con ellas, ni las pongas en la cama de los demás. Respeta el espacio de los demás: evita ensuciar sus pertenencias y no utilices su cama como lugar para sentarte. Por la noche, cuando otras personas estén intentando dormir, minimiza el ruido (¡incluida la música!), evita las conversaciones en la habitación, apaga el despertador a la primera en lugar de darle a "snooze" y no enciendas la luz a menos que sea necesario. Si tienes previsto levantarte temprano por la mañana, intenta organizar tus cosas la noche anterior. Si tienes que buscar algo en la mochila mientras los demás duermen, una linterna o un teléfono móvil te ayudarán, y si vas a rebuscar en bolsas de plástico, es mejor que lo hagas fuera de la habitación para que el ruido de las arrugas no despierte a los demás. Resiste la tentación de realizar actividades íntimas en las habitaciones compartidas. Y si roncas, considera otras formas de alojamiento.

Recuerda que un albergue se supone que es más social que la mayoría de las formas de alojamiento, ¡no seas tímido! Las zonas comunes y los dormitorios (siempre que nadie esté intentando dormir) son lugares estupendos para entablar conversación. Las barreras lingüísticas no son infrecuentes: aunque normalmente habrá alguien del personal que hable inglés, puede que algunos de los huéspedes no lo hablen. Pero con un poco de paciencia e ingenio, encontrarás la forma de comunicarte.

Por último, probablemente el consejo más importante para una buena estancia en un albergue: procura ser tranquilo. Los albergues y los alberguistas suelen tener sus peculiaridades, y no todo el mundo ha recibido el memorándum sobre algunas partes de la etiqueta de los albergues. Si no dejas que eso te moleste demasiado, te lo pasarás mucho mejor, al igual que tus compañeros de viaje.

Ver tambien

• Viajes económicos

• Mochilero urbano