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Policía antidisturbios

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Policía antidisturbios estadounidense, con uniforme y escudo.
Policías suizos durante una protesta.
Antidisturbios de la Policía Federal Alemana.

La policía antidisturbios o antimotines es una unidad o grupo especializado de agentes de la fuerza policial, aunque también pueden existir similares en fuerzas militares, para controlar el accionar de multitudes y dispersar las manifestaciones no autorizadas, violentas o de cualquier índole según cada estado y decisión política. Otra de las funciones de la policía antidisturbios es hacer cumplir las órdenes de recuperación de los edificios o zonas ocupados ilegalmente. También pueden ser requeridos para mediar entre dos o más grupos de manifestantes con ideales opuestos y evitar que estos se hagan daño entre ellos y a personas no relacionadas, prevenir altercados en grandes eventos o protección de personalidades.

Funciones

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La funci�n principal de este tipo de unidades es el mantenimiento del orden p�blico. Controlando de esta manera eficiente diferentes actividades, como pueden ser marchas o protestas, para evitar que lleguen a perjudicar o hasta causar da�o a otras personas y bienes tanto p�blicos como privados.

La intenci�n es lograr mantener una situaci�n de normalidad dentro de la vida cotidiana de una sociedad. Por este motivo es que sus funciones se centran normalmente en la prevenci�n, el control y en caso de ser necesario, la restauraci�n del orden.

El equipo utilizado en el control de eventos puede incluir desde porras hasta escudos antidisturbios y escopetas adaptadas que disparan bolas de goma. Normalmente en el equipamiento de un oficial de antidisturibios siempre se encuentra alg�n tipo de armadura para su protecci�n y alg�n tipo de armamento disuasivo, como alg�n tipo de gas lacrim�geno, incluido el gas pimienta; bastones o porras, armas de electrochoque y algunos tipos de proyectiles no letales. En algunos casos los oficiales tambi�n pueden cubrir sus rostros, dejando muchas veces solo sus ojos a la vista, para proteger su identidad y evitar represalias. Tambi�n es com�n portar m�scaras antig�s en caso de que se lancen agentes qu�micos al ambiente durante la protesta.

A veces se recurre a veh�culos blindados que tambi�n pueden tener ca�ones de agua que se disparan a la multitud, por lo que esta tiende a dispersarse. Tambi�n se emplean otros veh�culos protegidos frente a agresiones con objetos contundentes (piedras, adoquines, bolas de acero, etc.) o con peque�os artefactos explosivos (c�cteles molotov, cohetes pirot�cnicos, etc.).

En algunos casos tambi�n pueden involucrarse agentes de la polic�a montada e incluso en motocicletas.

T�cticas

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Mozos de Escuadra apostados junto a una marcha.
Oficiales de la polic�a montada durante una protesta en Edimburgo.
Miembros de las Unidades de Intervenci�n Policial realizando una T�ctica de Bast�n contra viandantes en Madrid.
Antidisturbios de la Polic�a Federal Alemana realizando una T�ctica de Bast�n en contra de unos manifestantes.
Miembros de la Compa��a del Mantenimiento del Orden de la Polic�a Nacional del Ecuador realizando una t�ctica de bast�n.

Las t�cticas usadas por los oficiales pueden variar dependiendo del pa�s, los medios disponibles y del tipo de sucesos, e incluso por otros factores como el clima o hasta las costumbres locales.

Generales

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Las t�cticas m�s comunes son:

  • Prevenci�n de disturbios:
    • Advertir a los manifestantes en los medios de comunicaci�n de la presencia policial.
    • Presencia de oficiales de polic�a, en algunos casos completamente equipados.
    • Vigilancia de los grupos de personas. Puede ser realizado por oficiales a pie, oficiales vestidos de civil, helic�pteros y otros medios a�reos, c�maras de video instaladas en la zona (por ejemplo las de tr�nsito) e incluso con vigilancia a las redes sociales. En algunos casos incluso se han llegado a interceptar las se�ales de celular.
    • Limitaci�n de movimiento para evitar que las marchas se acerquen a lugares sensibles o ataquen a personas no relacionadas. Tambi�n puede usarse para mantener alejadas a dos o m�s marchas, tanto por ser opuestas, por el da�o que se generase de su lucha, como por ser simpatizantes, debido a que podr�an potenciarse entre ellas.
    • Presencia de equipos m�viles a fin de poder reaccionar con eficacia en caso de que la marcha se desv�e o se vuelva violenta.
  • Durante un disturbio:
    • Normalmente un grupo de oficiales fuertemente protegidos con escudos y armadura corporal se encuentra en primera l�nea y tiene contacto directo con los manifestantes.
    • Un segundo grupo de oficiales menos protegidos pero con mayor movilidad se encuentran tras de ellos en caso de que sea necesario hacer arrestos o reforzar ciertos puntos.
    • Los oficiales pueden ser respaldados por otros que porten diferentes tipos de armamento disuasivo, como gas lacrim�geno o balas de goma.
    • Se pueden usar caballos, aprovechando su imponente tama�o y velocidad, para ingresar en la multitud con mayor facilidad y seguridad.
    • Los oficiales pueden estar respaldados por veh�culos especialmente equipados, incluyendo con ca�ones de agua.
    • En las cercan�as pueden estar veh�culos de alta movilidad, como motocicletas, y tambi�n veh�culos de transporte.
    • Los oficiales y veh�culos pueden realizar o simular cargas en contra de la multitud para dispersarlos.
    • Contrario al anterior, los oficiales tambi�n pueden permanecer defendiendo una sola posici�n resistiendo a los ataques de los manifestantes.
    • Se bloquean ciertos puntos para evitar que los manifestantes escapen hacia lugares que puedan no ser convenientes. Esto puede incluir el bloqueo de los extremos de la marcha para as� limitar su movimiento.
    • Los oficiales pueden gritar mientras golpean sus escudos para aumentar el efecto psicol�gico de miedo en la multitud.
  • Despu�s de un disturbio:
    • Se puede requerir la presencia de los oficiales para mantener segura una cierta zona para as� evitar el resurgimiento de los problemas.
    • Pueden ayudar en la evaluaci�n de da�os y en el retiro de escombros.
    • Pueden ayudar a trasladar a personas que han quedado atrapadas durante el disturbio o que han sido heridas.

Seg�n el pa�s o regi�n

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Hay diferentes t�cticas y costumbres dependiendo de cada pa�s. Por ejemplo, en Francia las Compagnies R�publicaines de S�curit� normalmente atacan a las manifestaciones en varios puntos para as� dividirlos en grupos m�s peque�os y m�s controlables que luego son m�s f�ciles de disolver. Adem�s en Par�s, Napole�n III dise�� las llamadas "calles antidisturbios", que son grandes calles o avenidas que fueron situadas en barrios problem�ticos para ayudar a la movilidad de las fuerzas del orden, en especial de la caballer�a.

En el Reino Unido, donde suelen ocurrir grandes manifestaciones que tienden a ser inestables, la polic�a despliega tanto a polic�as antidisturbios como polic�as normales. La t�cnica m�s usada es el Kettling, seg�n el cual, para evitar un mayor da�o, los manifestantes son contenidos en un �rea determinada, a veces hasta por varias horas, hasta que los manifestantes se hayan tranquilizado. Esta t�cnica tambi�n es muy utilizada en Estados Unidos. Otra similitud que comparten los dos pa�ses es el poco uso de veh�culos equipados con ca�ones de agua.

El uso del gas pimienta tambi�n est� ampliamente extendido, en especial en pa�ses como Estados Unidos, Canad� y en muchos pa�ses de Europa, como Alemania o Reino Unido.

En Am�rica Latina el uso del gas lacrim�geno est� ampliamente extendido. Normalmente los oficiales lanzan granadas que contienen este tipo de gases a las multitudes para as� disolverlas. Tambi�n es com�n que los polic�as realicen cargas frontales contra los manifestantes, a veces con la ayuda de veh�culos o caballos.

En Espa�a son las Unidades de Intervenci�n Policial, Unidades de Prevenci�n y Reacci�n, Grupos de Reserva y Seguridad, Brigada M�vil, �rea de Brigada M�vil y Brigada Central de Intervenci�n.

Controversia

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Agentes antidisturbios de la Policía Federal alemana rociando con gas pimienta a un grupo de manifestantes.

Socialmente es entendido que las fuerzas del estado tienen la función de proteger al ciudadano. Sin embargo, es común por algunos estados democráticos recurrir a las fuerzas del estado y especialmente a las fuerzas especiales de antidisturbios para disgregar y hacer frente a manifestaciones y protestas en contra del estado, incluso siendo pacíficas, atendiendo más a intereses políticos que a la seguridad de los propios ciudadanos manifestantes. Muchas veces estas fuerzas son usadas para censurar la opinión ciudadana y mantener bajo control a ciertos grupos de ciudadanos que no concuerden con la ideología dominante.

Otro problema es el abuso de la fuerza por parte de los oficiales hacia los manifestantes y que incluso pueden llegar a atacar a personas que no están involucradas dentro de las manifestaciones. El exceso de uso de la fuerza puede llegar a violar los derechos humanos[1]​ llegando a incluso recibir acusaciones de tortura.[2]

En España, a raíz de las protestas de 2011 y 2012, se han dado casos y ejemplos del uso injustificado de estas fuerzas especiales en repetidas ocasiones,[3]​ habiendo sido fuertemente criticadas sus formas de actuación en diversas redes sociales y medios de comunicación, condenando incluso tratos vejatorios, violentos, humillantes y anticonstitucionales hacia los ciudadanos estando en manifestaciones pacíficas.[4]

Agentes del ESMAD de la Policía Nacional de Colombia.

También ha sido duramente criticado el uso de material antidisturbios considerado peligroso, como disparos de pelotas de goma, tonfas reforzadas y gases, habiendo provocado incluso la muerte accidental de ciudadanos.[5]​ Además, en algunos casos no hay estudios a largo plazo sobre los efectos de ciertos elementos usados, como por ejemplo el gas pimienta, por lo que no se puede asegurar que sean seguros,[6]​ ni los verdaderos efectos que pudieran tener en diferentes tipos de personas como niños, ancianos, embarazadas o personas con enfermedades alérgicas o enfermedades respiratorias, pudiendo representar un serio riesgo para su salud.[7][8]​ Algunos estudios señalan que el uso de gases lacrimógenos presenta la posibilidad de que las sustancias químicas afecten las funciones reproductivas, dañen a los fetos en el último trimestre del embarazo, y a los niños en los primeros años de vida, provocando efectos en la salud que, aunque no letales, pueden resultar irreversibles.[9]​ Además, algunas de estas sustancias pueden permanecer en el ambiente durante días afectando a personas completamente ajenas a los disturbios.[10]

Véase también

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Referencias

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  1. «Instituto de Derechos Humanos constató “uso desproporcionado” de escopetas antimotines en Aysén». elmostrador. 6 de diciembre de 2012. Archivado desde el original el 12 de octubre de 2017. Consultado el 19 de agosto de 2012. 
  2. «Instituto DD.HH. condena “abusos de poder” de Carabineros en marchas». elmostrador. 15 de diciembre de 2011. Archivado desde el original el 12 de octubre de 2017. Consultado el 19 de agosto de 2012. 
  3. «La carga policial de Plaza Cataluña reaviva las protestas en Barcelona». Antena3. 28 de mayo de 2011. 
  4. «Toma la palabra:El desalojo de Sol y la mayor humillación de mi vida». Periodismohumano. 13 de mayo de 2012. Archivado desde el original el 13 de diciembre de 2016. Consultado el 15 de mayo de 2012. 
  5. «Autopsia confirma que un pelotazo causó la muerte de hincha del Athletic de Bielsa». emol. 10 de abril de 2012. 
  6. «Crowd control: CS gas & water cannons on London police wish list». RT.com. 14 de marzo de 2012. 
  7. «Los gases lacrimógenos pierden su inocencia». Radio Nederland Wereldomroep. 6 de diciembre de 2012. 
  8. «¿Abuso de gases lacrimógenos en Chile?». El Mundo. 10 de mayo de 2011. 
  9. «Preocupación científica por alta toxicidad de las bombas lacrimógenes utilizadas por carabineros». Diario Antofagasta. 13 de mayo de 2011. 
  10. «Polémica por lacrimógenas de Carabineros llega a la prensa de España». Nación.cl. 13 de mayo de 2011. Archivado desde el original el 1 de julio de 2015. Consultado el 19 de agosto de 2012. 

Enlaces externos

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