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Cara

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Cara

Aspecto ventrolateral de la cara sin piel, mostrando los m�sculos de la cara.
Nombre y clasificaci�n
Lat�n Facies, facia
TA A01.1.00.006

La cara o rostro es la parte frontal de la cabeza de un animal que presenta tres de los �rganos de los sentidos de la cabeza, los ojos, la nariz y la boca, y a trav�s de la cual los animales expresan muchas de sus emociones.[1][2]​ El rostro es crucial para la identidad humana, y da�os como cicatrices o deformidades del desarrollo afectan negativamente a la psique.[1]

Huesos de la cara

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La cara y sus huesos se encuentran soldados por delante y por debajo al macizo �seo del cr�neo.

El maxilar es un complejo de dos huesos fijos (maxilas), soldado a la base del cr�neo y que no se mueve sino cuando lo hace la cabeza.[3]​ Las dos mitades del maxilar superior est�n soldadas en la l�nea media y completadas por detr�s por otros varios huesos peque�os. Juntos forman un macizo �seo irregular, contorneado por cavidades profundas que alojan la parte inicial del tubo digestivo y de las v�as a�reas, el aparato gustativo, el sistema olfativo en la parte central, y por arriba parte de los �rganos de la visi�n.[4]

La mand�bula luce como un solo hueso m�vil, aunque es la uni�n de dos huesos que se unen en la l�nea media con la s�nfisis mentoniana.

Estructura

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La parte frontal de la cabeza humana se llama cara. Incluye varias �reas diferenciadas,[5]​ de las cuales las principales caracter�sticas son:

La apariencia facial es vital para el reconocimiento y la comunicaci�n humana. Los m�sculos faciales de los humanos permiten la expresi�n de emociones.

El rostro es en s� mismo una regi�n muy sensible del cuerpo humano y su expresi�n puede cambiar cuando el cerebro es estimulado por cualquiera de los muchos sentidos humanos, como el tacto, la temperatura, el olfato, el gusto, el o�do, el movimiento, el hambre o los est�mulos visuales.

Forma

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Los cart�lagos nasales son importantes para definir la forma de la nariz.
Los m�sculos de la cara son importantes al realizar expresiones faciales.
Desarrollo del rostro humano, por Ernst Haeckel.
Varios perfiles faciales como caricaturas, de William Hogarth.
Cara de hombre.
Rostro de mujer.

El rostro es el rasgo que mejor distingue a una persona. Las regiones especializadas del cerebro humano, como el �rea fusiforme de las caras, permiten el reconocimiento facial; cuando estos est�n da�ados, puede ser imposible reconocer los rostros incluso de familiares �ntimos. El patr�n de �rganos espec�ficos, como los ojos, o de partes de ellos, se utiliza en la identificaci�n biom�trica para identificar de forma �nica a los individuos.

La forma de la cara est� influenciada por la estructura �sea del cr�neo, y cada cara es �nica a trav�s de la variaci�n anat�mica presente en los huesos del viscerocr�neo.[1]​ Los huesos involucrados en la configuraci�n de la cara son principalmente el maxilar, la mand�bula, el hueso nasal y el hueso cigom�tico. Tambi�n son importantes varios tejidos blandos, como grasa, cabello y piel.[1]

El rostro cambia con el tiempo y las caracter�sticas comunes en los ni�os o beb�s, como las almohadillas de grasa bucales prominentes, desaparecen con el tiempo, y su funci�n en el beb� es estabilizar las mejillas durante la lactancia materna. Si bien las almohadillas de grasa bucales a menudo disminuyen de tama�o, la prominencia de los huesos aumenta con la edad a medida que crecen y se desarrollan.[1]

La forma facial es un determinante importante de la belleza, particularmente la simetr�a facial.

Funci�n

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Emoci�n

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Variaciones de los m�sculos risorio, depresor del �ngulo de la boca y cigom�tico mayor.

Los rostros son fundamentales para expresar emociones, de forma consciente o inconsciente. Un ce�o fruncido denota desaprobaci�n; una sonrisa generalmente significa que alguien est� complacido. Ser capaz de leer la emoci�n en el rostro de otra persona es "la base fundamental de la empat�a y la capacidad de interpretar las reacciones de una persona y predecir la probabilidad de comportamientos resultantes". Un estudio utiliz� la Prueba de reconocimiento de emociones multimodal para intentar determinar c�mo medir la emoci�n.[6]​ Esta investigaci�n tuvo como objetivo utilizar un dispositivo de medici�n para lograr lo que la gente hace tan f�cilmente todos los d�as: leer la emoci�n en un rostro.[7]

Los m�sculos de la cara juegan un papel destacado en la expresi�n de las emociones y var�an entre diferentes individuos, dando lugar a una diversidad adicional en la expresi�n y los rasgos faciales.[1][8]

Las personas tambi�n son relativamente buenas para determinar si una sonrisa es real o falsa. Un estudio reciente analiz� a las personas que juzgaban sonrisas forzadas y genuinas. Si bien los participantes j�venes y ancianos pudieron notar la diferencia entre los j�venes sonrientes, los "participantes adultos mayores superaron a los participantes adultos j�venes en la distinci�n entre sonrisas planteadas y espont�neas".[9]​ Esto sugiere que con la experiencia y la edad, nos volvemos m�s precisos en la percepci�n de emociones verdaderas en varios grupos de edad.

Percepci�n y reconocimiento de rostros

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Los mecanismos de percepci�n facial del cerebro, como el �rea fusiforme de la cara, pueden producir pareidolias faciales como esta famosa formaci�n rocosa en Marte.

Los psic�logos de la Gestalt teorizan que un rostro no es simplemente un conjunto de rasgos faciales, sino que es algo significativo en su forma. Esto es consistente con la teor�a de la Gestalt de que una imagen se ve en su totalidad, no por sus partes individuales. Seg�n Gary L. Allen, las personas se adaptaron para responder m�s a los rostros durante la evoluci�n como resultado natural de ser una especie social. Allen sugiere que el prop�sito de reconocer rostros tiene sus ra�ces en la "atracci�n entre padres e hijos, un medio r�pido y de bajo esfuerzo por el cual los padres y los beb�s forman una representaci�n interna el uno del otro, reduciendo la probabilidad de que el padre abandone a su hijo". descendencia debido a una falla en el reconocimiento ".[10]​ El trabajo de Allen adopta una perspectiva psicol�gica que combina las teor�as evolutivas con la psicolog�a de la Gestalt.

Perspectiva biol�gica

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Las investigaciones han indicado que ciertas �reas del cerebro responden particularmente bien a los rostros. El �rea fusiforme de la cara, dentro del giro fusiforme, es activada por rostros y se activa de manera diferente para personas t�midas y sociables.[11]​ Un estudio confirm� que "al ver im�genes de extra�os, los adultos t�midos mostraron una activaci�n significativamente menor en las circunvoluciones fusiformes que los adultos sociales". [10] Adem�s, �reas particulares responden m�s a un rostro que se considera atractivo, como se ve en otro estudio: "La belleza facial evoca una red neuronal ampliamente distribuida que involucra circuitos de percepci�n, toma de decisiones y recompensa. En esos experimentos, la respuesta perceptiva a trav�s de FFA y LOC permaneci� presente incluso cuando los sujetos no estaban atendiendo expl�citamente a la belleza facial ".[12]

Sociedad y Cultura

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Cirug�a facial

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La cirug�a est�tica se puede utilizar para alterar la apariencia de los rasgos faciales.[13]​ La cirug�a maxilofacial tambi�n se puede utilizar en casos de traumatismo facial, lesiones en la cara y enfermedades de la piel. Las personas gravemente desfiguradas han recibido recientemente trasplante de cara completo y trasplantes parciales de piel y tejido muscular.[14]

Caricaturas

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Las caricaturas a menudo exageran los rasgos faciales para hacer que un rostro se reconozca m�s f�cilmente en asociaci�n con una parte pronunciada del rostro del individuo en cuesti�n; por ejemplo, una caricatura de Osama bin Laden podr�a enfocarse en su vello facial y nariz; una caricatura de George W. Bush podr�a agrandar sus orejas al tama�o de un elefante; una caricatura de Jay Leno puede pronunciar su cabeza y barbilla; y una caricatura de Mick Jagger podr�a agrandar sus labios. La exageraci�n de caracter�sticas memorables ayuda a las personas a reconocer a los dem�s cuando se presentan en forma de caricatura.

Met�fora

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Por extensi�n, cualquier cosa que sea la parte delantera o que mira al mundo de un sistema que tenga una estructura interna se considera su "cara", como la fachada de un edificio. Por ejemplo, un funcionario de relaciones p�blicas o de prensa podr�a denominarse la "cara" de la organizaci�n que representa. "Rostro" tambi�n se usa metaf�ricamente en un contexto sociol�gico para referirse a la reputaci�n o posici�n en la sociedad, particularmente en la sociedad china, y se habla de �l como un recurso que se puede ganar o perder.[15]​ Debido a la asociación con la individualidad, a veces se hace referencia a la persona anónima como "sin rostro".

Referencias

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  1. a b c d e f Moore, Keith L. (2010). Lippincott Williams & Wilkins, ed. Moore's clinical anatomy (en inglés). Estados Unidos. p. 843–980. ISBN 978-1-60547-652-0. 
  2. «Year of discovery». 
  3. Béclard, Jules-Auguste (1869). Tratado elemental de fisiologia humana que comprende las principales nociones de la Fisiologia comparada. Carlos Bailly-Baillière, digitalizado por la Universidad Complutense de Madrid el 27 de septiembre de 2010. p. 54. ISBN 9500651467. 
  4. Bouchet, Alain; Jacques Cuilleret (1985). Cara, cabeza, órganos de los sentidos. Editorial Médica Panamericana. p. 7. ISBN 9500651467. 
  5. «Face | Definition of Face at Dictionary.com». 
  6. «Multimodal Emotion Recognition Test (MERT) | Swiss Center for Affective Sciences». Archivado desde el original el 3 de septiembre de 2011. Consultado el 1 de septiembre de 2020. 
  7. «Home :: NEAD». Archivado desde el original el 8 de agosto de 2017. Consultado el 1 de septiembre de 2020. 
  8. Braus, Hermann (1921). Anatomie des Menschen: ein Lehrbuch für Studierende und Ärzte. p. 777. 
  9. «Recognition of Posed and Spontaneous Dynamic Smiles in Younger and Older Adults». 
  10. Allen, Gary L. (2006). Review: Seeking a Common Gestalt Approach to the Perception of Faces, Objects, and Scenes 119. American Journal of Psychology. pp. 311-19. 
  11. Beaton, E. A. (2009). Different fusiform activity to stranger and personally familiar faces in shy and social adults 4. pp. 308-316. 
  12. Chatterjee, A. (2009). The neural response to facial attractiveness 23. pp. 135-143. 
  13. «Plastic and Cosmetic Surgery: MedlinePlus». 
  14. «Face Transplant Surgery - Brigham and Women's Hospital». 
  15. Ho, David Yau-fai (1976). On the Concept of Face 81: 867-84. 

Enlaces externos

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