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Proyecto de protectorado francés en Ecuador

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Gabriel Garc�a Moreno, presidente de Ecuador.

El proyecto de protectorado franc�s en Ecuador fue una tentativa de protectorado y posible instauraci�n mon�rquica francesa en la Rep�blica del Ecuador. La propuesta fue presentada por primera vez en 1859 por el entonces presidente, Gabriel Garc�a Moreno, al ministro del emperador Napol�on III acreditado en Quito.

Antecedentes

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La idea de instaurar una monarqu�a en territorio americano o proyectar un protectorado se remonta a los primeros a�os de independencia. Entre algunos que apoyaron una de estas ideas son:

Jos� de San Mart�n es conocido por su lucha en la independencia de Argentina (que en aquel entonces tambi�n abarcaba a Uruguay), Chile y Per�.[1]​ Para esta �ltima en espec�fico, el general argentino propuso una monarqu�a constitucional.[2]

Sim�n Bol�var, a quien se le atribuye el t�tulo de Libertador por liberar a Colombia, Venezuela, Panam�, Ecuador, Per� y Bolivia de la corona espa�ola, recomend� a las nacientes rep�blicas americanas un sistema mon�rquico constitucional. Para la Gran Colombia sugiri� la protecci�n de Inglaterra o de los Estados Unidos. Estas ideas las declar� en conversaciones privadas.[3]

Juan Jos� Flores, primer presidente del Ecuador, organiz� una expedici�n militar internacional en 1846 para exigir el cumplimiento del Convenio de La Virginia y establecer, a decir de la oposici�n floreana de la �poca, el Reino del Ecuador que se instaurar�a en favor del hijo de Mar�a Cristina de Borb�n-Dos Sicilias y de su esposo Agust�n Fernando Mu�oz, duque de Riansares. Se debe mencionar que el supuesto intento de imponer un reinado no ha sido comprobado y el mismo Flores lo neg�.[4][5]

Jos� Mar�a Urbina y Viteri, presidente constitucional del Ecuador entre 1852 y 1856 junto a su sucesor Francisco Robles, presidente constitucional del Ecuador entre 1856 y 1859, intentaron negociar un tratado de concesiones guaneras con los Estados Unidos en las Islas Gal�pagos.[6]​Mediante este convenio supuestamente Urbina alcanzaba un protectorado estadounidense, el cual abarcaba las islas antes mencionadas y los puertos de la costa ecuatoriana.[7][8]

Muchos pa�ses latinoamericanos se caracterizaron por su admiraci�n a la cultura de Francia y era algo com�n por parte de las clases altas enviar a sus hijos a estudiar a Par�s. El afrancesamiento por parte de varios gobiernos de aquel entonces fue detectado por el ministro de los Estados Unidos, Friedrich Hassaurek, quien constataba la influencia francesa en territorios sudamericanos.[9]Gabriel Garc�a Moreno no fue ajeno a estas concepciones y pretendi� la ayuda de Francia mediante un protectorado para el Ecuador, que se encontraba en plena guerra con el Per� y en crisis econ�mica, civil y pol�tica, sin que pierda su independencia y soberan�a y s�lo en el caso de que el protectorado sea aceptado por el pueblo mediante una consulta popular.[10]​ Garc�a Moreno admiraba el nuevo orden pol�tico impuesto en Francia tras la revoluci�n de 1848, con el consiguiente apogeo econ�mico y de prestigio que gan� ese pa�s de la mano del emperador Napole�n III, convirti�ndose en la naci�n m�s poderosa de la �poca. El presidente ecuatoriano se convenci� de que su pa�s podr�a seguir un camino similar en medio de la desalentadora crisis que viv�a.

Las intenciones de consolidar alg�n protectorado continuaron durante el resto del siglo XIX por parte de otros pol�ticos de diferentes naciones americanas. As� tenemos los casos del colombiano Florentino Gonz�lez, quien propuso un protectorado en un congreso de Bogot� y la de G�mez S�nchez, ministro peruano, proclamando se siguiera el ejemplo de Gonz�lez y se estableciese un protectorado de uno o de varios imperios europeos en el Per� debido al conflicto hispano-peruana de 1863.[11]

Proyecto

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Napole�n III, emperador de Francia.

A finales de 1859, Garc�a Moreno desarroll� un proyecto de intervenci�n europea en el pa�s por medio de la propuesta de un protectorado del Segundo imperio franc�s, que eventualmente podr�a abarcar otros pa�ses vecinos y convertirse en una monarqu�a andina que responder�a a los intereses de la naci�n gala. El pedido se hizo por medio de tres cartas a Emilie Trinit�, encargado de negocios de Francia con sede en Guayaquil, y en ellas se solicitaba una asociaci�n con el imperio dirigido por Napole�n III, similar a la que ten�an Canad� con el Reino Unido en aquella �poca.[12]

Historiadores como Manuel Galvez, Luis Robalino D�vila y Jorge Salvador Lara concuerdan en que fue una medida desesperada por parte de Garc�a Moreno al sentir la impotencia de no poder hacer nada mientras el Ecuador se resquebrajaba ante la divisi�n pol�tica interna, la invasi�n peruana y la tentativa de repartirse el territorio ecuatoriano por parte de Ram�n Castilla y Tom�s Cipriano de Mosquera.[13][14][15]

El representante de Inglaterra en Ecuador de la �poca manifest� a su gobierno que Garc�a Moreno deseaba un protectorado franc�s condicionado, es decir, siempre y cuando se de un ataque por parte del Per�. Peter Henderson manifiesta que la idea de un protectorado fue visto tan solo como un remedio provisional para proteger al Ecuador.[16]

Las cartas nunca llegaron a Par�s, pues Trinit� muri� en el puerto ecuatoriano antes de reenviarlas a su Gobierno, aunque Garc�a Moreno no lo supo de inmediato. Los documentos fueron sustra�dos de los archivos de la legaci�n francesa en Guayaquil por el c�nsul Lapierre, quien los entreg� a Guillermo Franco, que a su vez se los transmiti� a Ram�n Castilla. Las cartas fueron publicadas por la prensa peruana en el mes de abril de 1861, desatando un gran esc�ndalo nacional que tuvo mayor difusi�n cuando el diario El Comercio de Lima revel� tambi�n el contenido de dicha correspondencia.[17]

A inicios de junio del mismo a�o lleg� al pa�s el nuevo encargado franc�s, Aim� Fabre, que debi� presentar sus credenciales ante el presidente Garc�a Moreno a mediados de junio de 1861, en la ciudad de Quito. En la reuni�n mantenida despu�s del acto protocolar, se abord� nuevamente el tema del protectorado, pero ahora se trataba de un proyecto m�s amplio ya que el pa�s no se encontraba en la precaria situaci�n de 1859, sino que constitu�a un pa�s s�lidamente unido y con un solo mandatario. El franc�s manifest� que su Gobierno desconoc�a totalmente de la propuesta y que apenas iniciar�a los tr�mites para transmit�rsela al Canciller[18]

Garc�a Moreno le comunic� a Fabre la preocupaci�n de que toda Latinoam�rica, y quiz� toda Am�rica (teniendo en cuenta la guerra de secesi�n estadounidense), se encontraba en peligro, y que solo una fuerte potencia europea podr�a detener esa tendencia asentando una estabilidad pol�tica; por lo que Francia deb�a intervenir en la regi�n, convirtiendo al Ecuador en su base para desde all� extender su influencia.[19]

Informe al Emperador

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�douard Thouvenel, canciller del imperio franc�s.

R�pidamente Fabre transmiti� el pedido ecuatoriano a su canciller en Par�s, Antoine Edouard Thouvenel. En "Cartas confidenciales" hizo una detallada descripci�n de la poblaci�n, el clima y los recursos naturales y agr�colas con los que contaba el territorio ecuatoriano, explicando que si bien no representaba un punto de inter�s para la econom�a francesa, s� lo era para la estrategia militar y pol�tica del Imperio.[18]​ Deline� los pasos requeridos para establecer el protectorado mediante una consulta a los ciudadanos, y para evitar la intromisi�n peruana calculaba que se necesitar�an dos mil soldados y ca�ones. Advirti�, adem�s, que Gran Breta�a podr�a ser un serio obst�culo debido a sus intereses comerciales en la regi�n.[12]

En septiembre de 1861, y frente a la gran cantidad de informaci�n que hab�a sido suministrada por Fabre, el canciller Thouvenel entreg� al emperador Napole�n III el "Informe al Emperador". En el documento se�alaba que, de ser aceptada la propuesta, el Gobierno ecuatoriano convocar�a a una Convenci�n Nacional en la que se votar�a con entusiasmo por el proyecto de uni�n con Francia. El canciller destac� adem�s que la isla Pun�, ubicada en el golfo de Guayaquil, se convertir�a en un excelente punto de escala y abastecimiento para la escuadra francesa de guerra y comercio en el oc�ano Pac�fico. Advirti� sin embargo, que muy probablemente el presidente peruano Ram�n Castilla tratar�a de intervenir, suministrando armas y dinero a todos aquellos que quisieran combatir el proyecto.[12]

El 2 de diciembre, Thouvenel escribe a Fabr� que �si Garc�a Moreno se obstinara, y sus conciudadanos compartieran su punto de vista, tales circunstancias podr�an crear una situaci�n tan favorable que el Emperador no podr�a rechazar el examen del proyecto, con el fin de encontrar una soluci�n que cumpliera con los intereses de Francia, a lo mejor�.[17]

Carta de Antonio Flores Jij�n

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Antonio Flores Jij�n.

En tanto, Garc�a Moreno nombra como ministro de negocios en Francia a Antonio Flores Jij�n, quien a nombre del Gobierno ecuatoriano propuso un plan que comprend�a la cesi�n de las islas Gal�pagos al imperio franc�s, as� como de las tierras situadas a orillas del Amazonas y que pertenec�an a Ecuador. Flores Jij�n tambi�n habl� del compromiso ecuatoriano de adoptar todos los medios para el establecimiento de una monarqu�a de ser necesario.[20]

La carta enviada por Flores Jij�n se�alaba, entre otros puntos, que:[18]

  • El protectorado deb�a garantizar que Ecuador continuara con sus leyes, nacionalidad y soberan�a.
  • El imperio franc�s deber�a enviar al buque Dugay Fronin o cualquier otro barco de guerra para defender el puerto de Guayaquil, y as� evitar que el Per� interfiera con la decisi�n soberana de Ecuador.
  • El Gobierno ecuatoriano dejar�a a consideraci�n del Emperador la soluci�n de los problemas lim�trofes con el Per�.
  • Se ceder�a a Francia el archipi�lago de Gal�pagos para que se establezca all� un apostadero para su estaci�n naval del Pac�fico. Lo mismo con las tierras bald�as en la Amazon�a.
  • El Gobierno ecuatoriano emplear�a todos los medios honrosos para la formaci�n de una monarqu�a que se extienda al Per� y otros pa�ses que deseen gozar de los beneficios de la alianza con Francia. La naci�n llevar�a por nombre Reino Unido de los Andes, y estar�a dirigida por un pr�ncipe cat�lico designado por Napole�n III.

Reacci�n peruana

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Ram�n Castilla, presidente de Per�.

En Lima, el presidente peruano Ram�n Castilla se encontraba al tanto de la situaci�n, La Asamblea Nacional de Ecuador, presidida por el expresidente Juan Jos� Flores, hab�a declarado nulo el Tratado de Mapasingue por su parte. Dicho tratado, firmado en la ciudad de Guayaquil el 25 de enero de 1860, reconoc�a la validez de la Real C�dula de 1802, que reincorporaba la Comandancia General de Maynas al Virreinato del Per�, y por tanto al territorio de la ya independiente naci�n peruana.[12]

La b�squeda de un protectorado franc�s, que llevaba a cabo el Gobierno ecuatoriano, termin� de enfurecer a Castilla; dando como resultado dos comunicaciones enviadas el 24 de agosto de 1861:[12]

  • La primera, una nota dirigida al canciller ecuatoriano Rafael Carvajal, en donde el canciller peruano Jos� Fabio Melgar le reprochaba los intentos de convertir al Ecuador en un protectorado franc�s, exigiendo prontas explicaciones.
  • La segunda, una circular dirigida a los cancilleres de todos los gobiernos latinoamericanos, en al que Melgar inform� que hab�a enviado a Ecuador una �franca interpelaci�n� (cuya copia anexaba) por lo que consideraba una �traici�n a la Am�rica y un ataque directo al Per��; pues consideraba que era obvio que Francia, al integrar al Ecuador como colonia, pretender�a ejercer su dominio sobre todo el territorio con los l�mites fronterizos que el Ecuador reclamaba como suyos. Melgar culmin� su circular solicitando el apoyo de todos los gobiernos hispanoamericanos para defender la independencia ecuatoriana.

El historiador Cevallos Garc�a por su parte dice: "dos cartas dirigi� (Garc�a Moreno) a M. Trinit�, delegado del gobierno franc�s en Quito, cartas que al ser infidentemente publicadas, provocaron un atroz esc�ndalo entre quienes hac�an lo mismo, hab�an hecho lo propio o estaban dispuestos a hacer algo peor", refiri�ndose a Castilla, Urbina y Franco.[21]

Declinaci�n de la propuesta

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Maximiliano y Carlota, emperadores de M�xico.

Inicialmente Napole�n III, aunque no estaba del todo renuente al plan, dud� en adoptar el proyecto planteado por Garc�a Moreno dado que su escuadra en el Pac�fico no era lo suficientemente fuerte para enfrentar un adversario como, por ejemplo, Gran Breta�a. En febrero de 1862, una raz�n mucho m�s poderosa pes� sobre su decisi�n: Francia hab�a iniciado su intervención armada en México, empresa que absorbió todo su interés y culminó con la proclamación del Segundo imperio mexicano, con el archiduque Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota de Bélgica como emperadores.

Antes de que Fabre pudiera recopilar toda la información adicional que el canciller Thouvenel le había solicitado, llegó la orden del emperador francés de rehusar el ofrecimiento en términos evasivos y diplomáticos.[12]​ El fracaso de la iniciativa garciana, así como del régimen de Maximiliano I de México, terminaron de enterrar para siempre todo pensamiento serio de restauración monárquica en el continente americano.

Véase también

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Referencias

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  1. ¿Sabes quien?, tomo I. Barcelona-España: Océano. p. 116. 
  2. Legohuir Raud, José (1935). Historia de la República del Ecuador tomo I. Quito: Ecuatoriana. p. 82. 
  3. Legohuir Raud, José (1935). Historia de la República del Ecuador tomo I. Quito: Ecuatoriana. p. 164. 
  4. Muñoz Borrero, Eduardo (2002). En el Palacio de Carondelet. p. 68 y 69. 
  5. Salvador Lara, Jorge (2009). Breve historia contemporánea del Ecuador. Bogotá: Fondo de Cultura Económica. p. 384 y 385. 
  6. Villalba, Jorge (1980). Historia del Ecuador tomo VI. SALVAT Editores. p. 73. 
  7. Efrén Reyes, Oscar (1950). Historia general del Ecuador tomo I y II. Fray Jodoco Ricke. p. 108 y 109. 
  8. Villalba, Jorge (1980). Historia del Ecuador tomo VI. SALVAT Editores. p. 73. 
  9. Henderson, Peter (2010). Gabriel García Moreno y la formación de un Estado conservador en los Andes. Quito. p. 123. ISBN 978-9978-393-45-1. 
  10. Herrera, Pablo (1921). Apuntes biográficos del gran magistrado ecuatoriano señor doctor don Gabriel García Moreno. Prensa Católica. p. 13. 
  11. Legohuir Raud, José (1925). Historia de la República del Ecuador tomo II. Quito: Prensa Católica. p. 200. 
  12. a b c d e f Garibaldi de Mendoza, Rosa (2 de agosto de 2009). «Cuando Ecuador casi fue Francia». Diario El Comercio (Perú). Consultado el 23 de marzo de 2015. 
  13. Galvez, Manuel (1942). Vida de don Gabriel García Moreno. Buenos Aires: Difusión, S.A. p. 160. 
  14. Robalino Dávila, Luis (1948). «XVI». Orígenes del Ecuador de hoy, García Moreno. Quito: Talleres Gráficos Nacionales. p. 202. 
  15. Salvador Lara, Jorge (2009). Breve historia contemporánea del Ecuador. Bogotá: Fondo de Cultura Económico. p. 402. 
  16. Henderson, Peter (2010). Gabriel García Moreno y la formación de un Estado conservador en los Andes. Quito. p. 123-126. ISBN 978-9978-393-45-1. 
  17. a b Hamerly, Michael T. (2007). Estudios ecuatorianos: un aporte a la discusión (tomo II) (Primera edición). Quito, Ecuador: Editorial Abya-Yala. pp. 39-54. Consultado el 31 de marzo de 2015. 
  18. a b c Lara, A. Darío (1997). La vitrina de un país sobre el mundo. Quito, Ecuador: Editorial Abya-Yala. pp. 155-338. ISBN 9978-04-258-X. Consultado el 31 de marzo de 2015. 
  19. Ruiz Guerra, Rubén (2012). El imperio napoleónico y la monarquía en México. México: Publicación del Senado de la República. pp. 257-260. ISBN 978-607-03-0391-3. 
  20. Benites Vinueza, Leopoldo (1995). Ecuador: drama y paradoja. Quito: Editorial Libresa. ISBN 978-9978-80-337-0. 
  21. Cevallos García, Gabriel. Por un García Moreno de cuerpo entero. p. 133. 

Enlaces externos

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