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Pérmico

Art�culo bueno
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Era[1] Per�odo Millones a�os
Paleozoico P�rmico 299,0 �0,8
Carbon�fero Pensilv�nico 318,1 �1,3
Misis�pico 359,2 �2,5
Dev�nico 416.0 �2,8
Sil�rico 443,7 �1,5
Ordov�cico 488,3 �1,7
C�mbrico 538,8 �0,2

El P�rmico es una divisi�n de la escala temporal geol�gica que pertenece a la Era Paleozoica; esta se divide en seis periodos de los que el P�rmico ocupa el �ltimo lugar siguiendo al Carbon�fero. Comenz� hace unos 299 millones de a�os y acab� hace unos 251 millones de a�os.[2][3]​ Debe su nombre a la ciudad rusa de Perm, lugar donde el ge�logo escoc�s Roderick Murchison identific� este sistema en 1841.

El periodo P�rmico presenci� la diversificaci�n de los primeros amniotas en los grupos ancestrales de mam�feros, tortugas, lepidosaurios y arcosaurios. El mundo en aquel tiempo estaba dominado por dos continentes, conocidos como Pangea y Siberia, rodeados por un oc�ano global llamado Panthalassa.

El P�rmico, y con �l la Era Paleozoica, termin� con la extinci�n masiva del P�rmico-Tri�sico, la mayor extinci�n en la historia de la Tierra, en la que desaparecieron el 81 % de las especies marinas[4]​ y el 70 % de las terrestres.

En el P�rmico hubo importantes cambios clim�ticos con una tendencia general de climas tropicales a condiciones m�s secas y �ridas. Se produjo una contracci�n de los pantanos. Se extinguieron gran cantidad de helechos arborescentes (Lycopodiophyta) y anfibios, que requer�an condiciones h�medas. Los helechos con semilla, los reptiles y los reptiles mamiferoides dominaron los ambientes terrestres. Los glaciares del Carbon�fero sobre la regi�n polar del sur de Gondwana retrocedieron durante el P�rmico.

F�siles p�rmicos.

En ese per�odo finaliz� la orogenia varisca debida a la formaci�n del gran continente llamado Pangea.

Subdivisiones

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La Comisi�n Internacional de Estratigraf�a[3]​ establece tres �pocas/series y nueve edades/pisos del P�rmico, distribuidos en orden de los m�s recientes a los m�s antiguos como sigue:

Era
Eratema
Periodo
Sistema
�poca
Serie
Edad
Piso
Eventos relevantes Inicio, en
millones
de a�os
Paleozoico P�rmico Lopingiense Changhsingiense Las tierras emergidas se unen formando el supercontinente Pangea, creando los Apalaches. Fin de la glaciaci�n permo-carbon�fera. Los reptiles sin�psidos (pelicosaurios y ter�psidos) se hacen abundantes, siguen siendo comunes los parareptiles y anfibios temnosp�ndilos. Durante el P�rmico Medio, la flora del carbon�fero es reemplazada por gimnospermas con estr�bilos (las primeras plantas con semilla verdaderas) y los primeros musgos verdaderos. Evolucionan los escarabajos y las moscas. La vida marina florece en los arrecifes someros y c�lidos; braqui�podos prod�ctidos y espirif�ridos, bivalvos, foramin�feros, y ammonoideos, todos muy abundantes. Extinci�n del p�rmico-tri�sico hace 251 ma: se extingue el 95 % de la vida en la Tierra, incluyendo todos los trilobites, graptolites y blastozoos. 254,2�0,1
Wuchiapingiense 259,51�0,21
Guadalupiense Capitaniense 264,28�0,1
Wordiense 266,9�0,4
Roadiense 273,01�0,14
Cisuraliense Kunguriense 279,3�0,6
Artinskiense 290,1�0,1
Sakmariense 293,52�0,17
Asseliense 298,9�0,2
Carbon�fero[5] 359,2�2,5
Dev�nico 416,0�2,8
Sil�rico 443,7�1,5
Ordov�cico 488,3�1,7
C�mbrico 538,8 �0,2

Paleogeograf�a

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Cuando el P�rmico comenz�, la Tierra todav�a sent�a los efectos de la �ltima glaciaci�n, por lo que las regiones polares estaban cubiertas por vastas capas de hielo. El nivel del mar p�rmico permaneci� generalmente bajo. En el P�rmico, la uni�n entre Siberia y Europa oriental a lo largo de los Urales produjo la uni�n casi completa de Pangea. El sudeste de Asia era la �nica masa terrestre de gran tama�o separada y as� seguir�a durante el Mesozoico.

Pangea se situaba sobre el ecuador y se extend�a hacia los polos, con el correspondiente efecto en las corrientes oce�nicas del gran oc�ano Panthalassa (el "mar universal") y del oc�ano Paleo-Tetis, que se situaba entre Asia y Gondwana. El continente Cimmeria se form� a partir de una dislocaci�n de Gondwana y deriva hacia al norte, cerrando el oc�ano Paleo-Tetis. De esta forma, un nuevo oc�ano estaba creciendo en el extremo sur, el oc�ano Tetis, que dominar�a gran parte del Mesozoico.

Las extensas zonas continentales creaban climas con variaciones extremas de calor y fr�o (clima continental) y unas condiciones monz�nicas con precipitaciones estacionales. Los desiertos parecen haber sido generalizados en Pangea. Las condiciones secas favorecieron las gimnospermas, plantas con semillas encerradas en una cubierta protectora, frente a plantas como los helechos que precisan dispersar esporas. Los primeros �rboles modernos (con�feras, ginkgos y cicad�ceas) aparecieron en el P�rmico.

Distribuci�n de algunos g�neros durante el P�rmico y el Tri�sico. 6-Cynognathus (reptil del Tri�sico), 7- Mesosaurus (reptil del P�rmico), 8-Glossopteris (Pteridospermatophyta del P�rmico), 9-Lystrosaurus (reptil del Tri�sico).

El nivel del mar en el P�rmico se mantuvo por lo general bajo, y los ecosistemas pr�ximos a la costa se ven limitados por la uni�n de casi todos los grandes continentes en un solo supercontinente, Pangea. Esto podr�a haber causado en parte la extinci�n generalizada de las especies marinas al final del per�odo al reducirse severamente las zonas costeras someras preferidas por muchos organismos marinos.

La formaci�n de importantes cadenas monta�osas contribuy� a favorecer los contrastes clim�ticos en el globo y las barreras locales que supon�an las cordilleras reci�n formadas favorecieron a�n m�s el provincialismo. Las regiones polares segu�an siendo regiones bastante fr�as y las ecuatoriales bastante c�lidas,[6]​ por lo que las floras de latitudes bajas en el P�rmico Superior segu�an siendo distintas. Las floras del P�rmico continuaron adem�s las adaptaciones hacia climas cada vez m�s secos que se hab�an iniciado en el Carbon�fero Superior. Las condiciones clim�ticas propiciaron a su vez el dep�sito de grandes espesores de evaporitas, favoreciendo la mayor concentraci�n de dep�sitos de sal de todos los tiempos geol�gicos. Los dep�sitos de dunas tambi�n son muy comunes, indicando la situaci�n de antiguos desiertos.

Tres �reas generales son especialmente conocidas por sus extensos dep�sitos del P�rmico: los Montes Urales (donde se encuentra Perm), China y el suroeste de Norteam�rica, donde el estado de Texas tiene uno de los dep�sitos m�s gruesos de rocas del P�rmico.

Clima

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Sedimentos del P�rmico en el valle de la Muerte en EE. UU.

Cuando se inici� el P�rmico, la Tierra todav�a estaba pasando una glaciaci�n, por lo que las regiones polares estaban cubiertas con profundas capas de hielo. Los glaciares continuaron cubriendo gran parte de Gondwana, como lo hab�an hecho durante el Carbon�fero. El Per�odo P�rmico, al final de la era Paleozoica, marc� un gran cambio en el clima y aspecto de la Tierra.

Hacia la mitad del per�odo, el clima se hizo m�s c�lido y suave, los glaciares hab�an retrocedido, y el interior continental se hizo m�s seco. Gran parte del interior de Pangea era probablemente una zona �rida, con grandes fluctuaciones estacionales (h�medas y secas), debido a la falta del efecto moderador de las masas de agua. Esta tendencia a la sequedad continu� hasta el P�rmico tard�o, junto con la alternancia de per�odos de calentamiento y enfriamiento.

Paleozoolog�a

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La vida marina fue similar al Dev�nico y Carbon�fero a excepci�n de varios grupos de organismos oce�nicos que desaparecieron en la extinci�n en masa dev�nica. Se produjo la evoluci�n de insectos de aspecto moderno. De esta �poca son algunos c�lebres f�siles como Mesosaurus y Dimetrodon. Este �ltimo pertenec�a al linaje de los sin�psidos (reptiles mamiferoides).

Paleozoolog�a marina

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Los dep�sitos marinos del P�rmico son ricos en f�siles de braqui�podos, equinodermos y moluscos. Gran parte de Europa y Norteam�rica estaban situadas en el ecuador (dep�sitos calizos de gran espesor). Las algas englobaron esponjas y briozoos para formar arrecifes de barrera. Los fusul�nidos son un grupo de grandes foramin�feros que tuvieron una gran radiaci�n adaptativa (5000 especies en rocas p�rmicas).

El fitoplancton constituido por acritarcos persisti� aunque ya no se recuper� de la gran extinci�n del final del Dev�nico. Los ammonoideos se rediversificaron r�pidamente y tambi�n aparecen grandes representantes de los nautiloideos. Los principales grupos primitivos de peces ya hab�an desaparecido (placodermos, ostracodermos, etc.) y acantodios y dipnoos estaban en declive. Dominaban peces �seos y tiburones, y estos �ltimos tendieron hacia dise�os m�s m�viles, convirti�ndose en predadores cada vez m�s efectivos.

Paleozoolog�a terrestre

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En los medios de agua dulce exist�an peces de aletas radiadas y tiburones que no se conocen en medios actuales, por lo que resulta problem�tica su clasificaci�n. Los moluscos bivalvos llegaron a ser tambi�n importantes en ambientes dulceacu�colas. Pero probablemente el animal m�s destacado de ese medio fue el reptil Mesosaurus.[6]​ Los insectos comenzaron a jugar un importante papel ecol�gico que ya no han abandonado; en el P�rmico superior (hace unos 250 millones de a�os) aparecieron los primeros cole�pteros, el grupo dominante en la actualidad.

Restauraci�n del esqueleto de Mesosaurus.

La innovaci�n evolutiva m�s espectacular de algunos anfibios fue el huevo cleidoico (�cerrado�), que los convirti� en reptiles y liber� de su dependencia acu�tica para la reproducci�n permiti�ndoles explorar las riquezas interiores de la tierra, lejos de los mares, lagos y r�os donde se hab�an originado sus ancestros. Los reptiles, a diferencia de los anfibios, no ponen el huevo en el agua. El lazo reproductivo que les un�a a sus ancestros, los peces, queda as� definitivamente cortado. La estructura m�s probable de ser un huevo de reptil es del P�rmico inferior, pero se supone que el huevo amniota apareci� en el Carbon�fero.

La fauna terrestre de principios del P�rmico estaba dominada por anfibios y pelicosaurios (primeros reptiles mamiferoides), en el P�rmico medio dominaron los primitivos ter�psidos como los dinocefalios, y a finales del P�rmico los ter�psidos m�s avanzados, como gorgon�psidos y dicinodontos. Hacia el final del P�rmico aparecen los primeros cinodontos, que pasar�an a convertirse en mam�feros durante el Tri�sico. Otro grupo de ter�psidos, los terocefalios (como Trochosaurus) surgi� en el P�rmico medio.

En esta �poca los an�psidos llegaron al pico en forma de los masivos Pareiasaurus, as� como los peque�os grupos de reptiles similares a lagartos. Un grupo de peque�os reptiles, los di�psidos, comenz� a abundar. Estos fueron los antepasados de los reptiles m�s modernos y de los arcosaurios. A finales del P�rmico surgir�an los primeros arcosaurios, el grupo que dar�a lugar a los cocodrilos, pterosaurios y dinosaurios en el per�odo siguiente. En resumen, el per�odo P�rmico vio el desarrollo de una fauna plenamente terrestre y la aparici�n de los primeros grandes herb�voros y carn�voros. No hubo vertebrados a�reos en este per�odo.

Reptiles mamiferoides

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En el P�rmico inferior los pelicosaurios (primeros reptiles mamiferoides) hab�an llegado a ser los carn�voros que ocupaban el v�rtice de la cadena tr�fica de los ecosistemas terrestres. Vivieron en pantanos ya que algunos pueden haber sido semiacu�ticos. Dimetrodon era un carn�voro del tama�o de un jaguar que ten�a dientes afilados y agudos. Mientras los anfibios carn�voros p�rmicos, parecidos al caim�n como Eryops se com�an presas peque�as de un bocado, Dimetrodon podr�a rasgar animales grandes en piezas menores. La estructura del cr�neo de Dimetrodon es parecida a la de los de mam�feros, que evolucionaron de ellos. En el P�rmico medio evolucion� un grupo particular de reptiles mamiferoides especialmente parecido a los mam�feros, los ter�psidos que muestran varios rasgos de mam�fero:

  • Las patas se ubicaron m�s verticalmente debajo del cuerpo.
  • Adem�s las mand�bulas eran complejas y poderosas.
  • Los dientes de muchas especies estaban muy diferenciados, en el frente incisivos y en los laterales grandes caninos para rasgar y los molares y premolares triturar y cortar comida.

Muchos expertos creen que los ter�psidos eran de sangre caliente y con el pelo parecido al de los mam�feros modernos que aislaba sus cuerpos. De todos modos, las posturas m�s erguidas y las mand�bulas complejas muestran que estos activos animales se acercaron en la anatom�a y comportamiento al nivel mam�fero de evoluci�n.

Paleobot�nica

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Walchia (Pinopsida).

Antes de terminar el P�rmico, el fitoplancton marino y la pr�spera vida vegetal terrestre hab�an liberado suficiente ox�geno a la atm�sfera como para llevarlo a niveles superiores a los actuales. Inmensas selvas alojaban una abundante vida animal, que pod�a recurrir a esta vasta fuente de energ�a para descubrir nuevas posiciones en cadenas alimentarias en expansi�n. La flora t�pica del Carbon�fero continu� su dominio hasta el P�rmico inferior para declinar posteriormente. Durante el P�rmico, las gimnospermas, que inclu�an los antecesores de las modernas con�feras (transici�n entre con�feras y Cordaitales, que fueron las Voltziales, como Walchia), dominaron los medios terrestres. El P�rmico vio la radiaci�n de muchos grupos importantes de con�feras, entre ellos los antepasados de muchas de las familias actuales. Ginkgos y c�cadas tambi�n aparecieron durante este per�odo. Ricos bosques estaban presentes en muchos ambientes, con una mezcla de diversos grupos de plantas.

Los licopodios y los bosques de pantano todav�a dominaban China del Sur porque era un continente aislado situado cerca del ecuador. Al final del P�rmico, desaparecieron casi todos los esfen�fitos y licopod�fitos arborescentes quedando �nicamente representantes de peque�o tama�o.

Hay un paralelismo interesante entre la evoluci�n de las semillas en plantas y reptiles. Las plantas con esporas y anfibios requieren humedad ambiental durante parte de su ciclo vital. El origen de las plantas con semilla y los reptiles representaron la transici�n a una existencia totalmente terrestre. Durante el P�rmico, los reptiles se diversificaron y aparentemente comenzaron a reemplazar a los anfibios en diversos papeles ecol�gicos, probablemente porque los reptiles ten�an m�s dientes y una mand�bula m�s avanzada a la que se un�a una mayor agilidad y velocidad. Del mismo modo ocurri� con las esporas y las semillas. Las rocas p�rmicas de Texas tienen faunas de grandes anfibios y reptiles que dan a conocer este patr�n.

Extinci�n P�rmica

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Al final del P�rmico se produjo la extinci�n m�s catastr�fica que la vida haya sufrido jam�s,[7]​ ya sea en t�rminos de n�mero total de especies perdidas o de sus traum�ticos efectos sobre la evoluci�n subsiguiente. Fue como m�nimo dos veces m�s severa que cualquier otra y posiblemente entre cinco y diez veces m�s extensa. Se estima que solo sobrevivi� el 5 % de las especies,[cita requerida] cuando en el peor de los dem�s episodios la cifra fue cercana al 50 %. Ha resultado ser tambi�n la m�s dif�cil de estudiar debido a problemas cronol�gicos en la dataci�n y a la carencia de un conjunto apropiado de secciones (medios continentales) con f�siles que incluyan el crucial intervalo de tiempo.

El gr�fico muestra la intensidad de las distintas extinciones a lo largo de la historia de la Tierra. N�tese que la intensidad m�s alta ocurre en el P�rmico.

Extinciones en el mar

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Hay un registro muy detallado de los h�bitats marinos durante el per�odo P�rmico. Las comunidades de suelos duros (lodos calc�reos a medio consolidar) estaban ocupadas por filtradores fijos como briozoos y crinoideos, e intensamente bioturbadas por esponjas, bivalvos, gusanos y otros. Las comunidades de fondos lodosos no calc�reos eran m�s pobres de bivalvos, artr�podos, gusanos y similares. Estas comunidades hab�an quedado devastadas antes de comenzar el Tri�sico. Nunca m�s volver�an a verse las t�picas comunidades paleozoicas. Fueron reemplazadas por nuevas comunidades de artr�podos, equinodermos y moluscos muy m�viles, que a�n dominan hoy en d�a. El 54 % de las familias (78-84 % cuando analizamos los g�neros) y hasta el 96 % de las especies, desapareci� aproximadamente en los �ltimos 5 millones de a�os del P�rmico.[8]

Del 46 % de las familias supervivientes, casi todas sufrieron una dr�stica reducci�n; algunas de ellas solo se abrieron paso durante el Tri�sico con grandes dificultades. El grado de extinci�n, sin embargo, vari� en gran medida, dependiendo de la familia: 98 % de crinoideos, 78 % de braqui�podos articulados, 76 % de briozoos, 71 % de cefal�podos, 50 % de los microsc�picos foramin�feros planct�nicos. Desaparecieron completamente Blastoidea (equinodermos pedunculados), Eurypterida, Tabulata, Rugosa (que ya ven�an diezmados de la crisis dev�nica) y los trilobites que a�n quedaban. En resumen, desapareci� un 79 % de las familias de invertebrados t�picas del Paleozoico, en contraste con el 27 % de gaster�podos, esponjas y bivalvos, la fauna �moderna� que los reemplaz�. Estudios detallados han revelado que, a pesar de que las extinciones del P�rmico tard�o eran a veces muy s�bitas, la mayor�a de ellas ocurrieron como procesos de decadencia a largo plazo. Los cambios lentos parecen sugerir una alteraci�n gradual en las condiciones de vida, es decir, una pauta �uniformista�. Las ca�das y auges m�s agudos parecen indicar que los procesos de extinci�n masiva suceden cuando una tendencia ya existente sufre una brusca aceleraci�n a causa de uno o varios acontecimientos repentinos.

Extinciones en tierra

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Durante los �ltimos 5 millones de a�os del P�rmico se ha contabilizado una p�rdida global de 27 familias de anfibios y reptiles, sobre un total de 37 (73 % de las familias y 98-99 % de las especies). Las anteriores cifras presentan un inconveniente: est�n basadas en una diversidad global de solo 37 familias terrestres, mientras que las marinas eran unas 500, por lo que el margen de error en las primeras es posiblemente m�s alto. Nuevos estudios del registro f�sil sugieren otras dos ca�das de la diversidad de magnitud muy similar (5 a 10 y 20 millones de a�os antes del final del P�rmico). Aunque los registros son escasos, existen diversas localidades que confirman estas pautas.

Las extinciones que durante este per�odo se dieron entre las plantas terrestres parecen haber seguido un modelo de cambio a muy largo plazo. Las floras t�picas del Paleozoico tard�o consist�an en helechos con semillas provistos de grandes hojas, cordaitales y helechos pecopt�ridos en las regiones ecuatoriales. Los cordaitales tambi�n dominaban en latitudes boreales elevadas, mientras que Glossopteris, un importante helecho con semillas, y sus parientes encabezaban la lista en latitudes elevadas del sur. Esta flora fue lentamente reemplazada por flora mesozoica consistente en con�feras, ginkgos, c�cadas, bennettitales y nuevos grupos de plantas portadoras de esporas. Las plantas p�rmicas sufrieron extinciones y la diversidad global se redujo a la mitad durante aquel intervalo. Pero el declive fue acelerado gracias a diversos factores ambientales y la presencia o ausencia de barreras f�sicas a la migraci�n. Las p�rdidas no pueden asociarse a un �nico evento de extinci�n catastr�fica, y tampoco se pueden correlacionar con ninguno de los sucesos que afectaron a la fauna marina o a los vertebrados terrestres. Esta resistencia relativa de las plantas es debida a sus mecanismos de supervivencia ecol�gica a largo plazo:

  • Semillas resistentes que pueden permanecer en latencia durante a�os.
  • Reproducci�n vegetativa mediante sistemas de rizomas y ra�ces protegidos bajo tierra, incluso despu�s de la destrucci�n de las partes expuestas.

Causas de la extinci�n

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Extensi�n de las Traps Siberianas.

Existen pruebas de la concurrencia de varios cambios en la estructura f�sica de la Tierra, los oc�anos y la atm�sfera durante el P�rmico tard�o que figuran en las hip�tesis explicativas de las extinciones. Los m�s importantes fueron los siguientes:

Vulcanismo

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En Siberia se produjeron masivas erupciones que duraron miles de a�os, produciendo enormes flujos de basalto. Se estima que en las Traps Siberianos se deposit� un volumen de lava de entre 1 y 4 millones de km�. Sobre la base de esta cantidad de lava se estima que se liber� suficiente di�xido de carbono para aumentar las temperaturas del planeta en 5 �C, no lo suficiente como para matar al 95 % de la vida.

Liberaci�n de hidratos de metano

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Esta teor�a enlaza con la erupci�n del flujo de basalto. El calentamiento producido por las erupciones podr�a haber aumentado lentamente la temperatura del oc�ano hasta descongelar los dep�sitos de hidrato de metano que hay por debajo del fondo oce�nico cerca de las costas. Esto liberar�a en la atm�sfera suficiente metano como para elevar las temperaturas en 5 �C adicionales (el metano es uno de los gases de efecto invernadero m�s potentes).

De este modo surgi� una teor�a apoyada por algunos cient�ficos en que la extinci�n se dividi� en tres etapas:

  • La primera durante las erupciones en Siberia, fue menos intensa y muy lenta, durando miles de a�os, y fue el aumento de 5 �C, provocando fuertes trastornos clim�ticos.
  • La segunda fue en el mar y producto de las erupciones siberianas los dep�sitos de metano en el fondo marino se liberaron, afectando la temperatura, corrientes y nivel de ox�geno de los oc�anos, siendo una fase relativamente r�pida y costosa para la vida marina.
  • La tercera etapa es que el metano, una vez que sali� de los oc�anos y lleg� a la atm�sfera aument� la temperatura otros 5 �C, destruyendo los ecosistemas y acabando con el equilibrio clim�tico. Se llega a creer que las islas brit�nicas o Siberia pudieron llegar a ser tan secas y ardientes como el actual Sahara.
Mapa que se�ala en rojo el �rea del gran cr�ter de la Tierra de Wilkes.

Liberaci�n de sulfuro de hidr�geno

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Otra hip�tesis involucra la liberaci�n de sulfuro de hidr�geno en los oc�anos. Las aguas oce�nicas profundas peri�dicamente pierden la totalidad de su ox�geno disuelto, lo que permite que las bacterias anaerobias (por ejemplo, las bacterias verdes del azufre) florezcan y produzcan sulfuro de hidr�geno. Este gas es altamente t�xico por lo que al liberarse en la atm�sfera matar�a a la mayor�a de los seres vivos.

Impacto de un gran meteorito

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Recientemente (en 2006) se encontr� el gran cr�ter de un posible impacto de meteorito en la Tierra de Wilkes, en la Ant�rtida. El cr�ter tiene un di�metro de alrededor de 500 kil�metros y est� situado a una profundidad de 1,6 kil�metros bajo el hielo de la Ant�rtida. No se conoce el impacto que pudo tener este meteorito, pues los f�siles en Groenlandia muestran que la extinci�n pudo haber sido gradual, con una duraci�n de alrededor de ochenta mil a�os, en tres fases distintas. Sin embargo, se especula que el impacto podr�a haber provocado una onda de tipo s�smico que a su vez produjo la ruptura de la corteza terrestre en el punto opuesto de la Tierra. En este punto se encontraban en esa �poca las traps siberianas, por lo que la teor�a del impacto enlaza con la hip�tesis del vulcanismo.

En general, los cambios analizados anteriormente por s� solos no parecen ser la causa de la gran extinci�n. Lo que s� sabemos es que en los 20 millones de a�os transcurridos desde el P�rmico medio hasta el superior se produjeron cambios muy significativos en el globo. Es posible que la causa de la extinci�n fuera una combinaci�n de varias de las apariencias anteriormente analizadas.

V�ase tambi�n

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Notas y referencias

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  1. Los colores corresponden a los códigos RGB aprobados por la Comisión Internacional de Estratigrafía. Disponible en el sitio de la International Commision on Stratigraphy, en «Standard Color Codes for the Geological Time Scale».
  2. Global Boundary Stratotype Section and Point (GSSP) of the International Commission of Stratigraphy, Status on 2009.
  3. a b «International Stratigraphic Chart». International Commission on Stratigraphy. Consultado el 28 de diciembre de 2021. 
  4. Stanley, Steven M. (2016). «Estimates of the magnitudes of major marine mass extinctions in earth history». Proceedings of the National Academy of Sciences 113 (42): E6325-E6334. doi:10.1073/pnas.1613094113. 
  5. En Europa se ha distinguido tradicionalmente un único sistema o periodo, el Carbonífero, no contemplado en Norte América, donde se han usado en su lugar Misisípico y Pensilvánico con el mismo rango de sistema o periodo.
  6. a b Universidad de Buenos Aires. «Pérmico». Archivado desde el original el 6 de diciembre de 2010. Consultado el 20 de diciembre de 2007. 
  7. Universidad de Berkeley. «The Permian» (en inglés). Consultado el 20 de diciembre de 2007. 
  8. WGBH Educational Foundation. «Permian-Triassic Extinction» (en inglés). Consultado el 20 de diciembre de 2007. 

Bibliografía

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  • Aceñolaza, F.G. et al. 1991. El Sistema Pérmico en la República Argentina y en laRepública Oriental del Uruguay (Pre-Impresión). II° Congr. Int. Estrat. y Geol. Carbonífero y Pérmico. Acad. Nac. Ci. Córdoba. 249 págs. Buenos Aires.
  • Adie, R.J. 1952. The position of the Falkland Islands in a reconstruction of Gondwanaland. Geol. Magazine 89: 410 y sig.
  • Benton (1995). Paleontología y evolución de los vertebrados.
  • Ogg, Jim; June, 2004, Overview of Global Boundary Stratotype Sections and Points (GSSP's) http://www.stratigraphy.org/gssp.htm Consultado el 30 de abril de 2006.
  • Waterhouse, J.B. 1970. Gondwana occurrence of the Upper Paleozoic brachiopod

Enlaces externos

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